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GUIDO VIDAL RODRÍGUEZ
Por Juan Rodríguez Jara
Era una mañana soleada del viernes
10 de febrero de 2012, cuando se va en las alas de la gloria don Guido
Vidal Rodríguez, faltando 28 días para que cumpla 88 años de vida en
esta Tierra, donde trajinó por diversos horizontes y sintió los rigores
del tiempo y la vida, sin apagar su entusiasmo de escribir libros
para el futuro. Hace cuatro años que nos dejó con su último adiós en el camposanto de Santa Rosa de la
Policía Nacional del Perú (Chorrillos).
No dejaremos de hacer grandes, medianos o breves referencias biográficas, porque Guido Vidal Rodríguez, debe ser conocido profundamente por todos, dada su prestigiosa carrera de escritor que le cupo un premio internacional y reconocimiento pleno dentro del Perú, para el orgullo de los pueblos andinos de Ancash, sobre todo de su natal Piscobamba, capital de la provincia Mariscal Luzuriaga, por eso reiteramos una sencilla biografía.
Guido Vidal Rodríguez nació en el poblado de Masqui, el 9 de marzo de 1924. Realizó sus primeros estudios en la escuelita de su terruño; después viene a Lima con toda su familia al sentir los golpes económicos que el centralismo alienta. Empieza a trabajar a los 14 años de edad en una fábrica de tejidos, luego en una fábrica de vidrios. Por su habilidad logra emplearse en el Consulado General de Suecia en Lima.
Paralelo a su trabajo con mucho esfuerzo sigue sus estudios secundarios en el colegio Lima San Carlos. Plantel dirigido por el conocido educador Jorge Castro Harrison. Gracias a sus sobresalientes notas en la Secundaria, ingresa en el año 1945 a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, facultad de Letras y Educación. Al año siguiente gana una beca en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Simultáneamente trabaja de docente en el colegio particular Gimnasio Peruano. En 1953 concluye sus estudios en San Marcos, egresando con el título de profesor de Educación Secundaria en la especialidad de Letras.
En 1955, los residentes piscobambinos en Lima lo eligen presidente del Club Juventud Evolucionista Hijos de Piscobamba, importante institución en Lima que agrupaba a todos, incluyendo a los estudiantes, circunstancias en el que se adjudica una beca en Uruguay con una estadía en el Instituto de Estudios Superiores de Montevideo, resultando ganador entre 300 postulantes del Perú.
A su retorno participa en la Secretaría de Cultura del Instituto José Carlos Mariátegui en Lima; siendo uno de sus fundadores. Con la inquietud de trabajar por la educación, en 1960 funda el Instituto Comercial Amauta, entidad que realizó una efectiva labor en bien de la juventud de limitados recursos económicos, la mayororía de origen provinciano.
Por su vinculación familiar estuvo ligado a las instituciones representativas de Llumpa (Masqui) y de la provincia de Piscobamba en general. En 1965, bajo su coordinación, ve la luz la revista ilustrada “Piscobamba”.
En 1968 gana el premio internacional auspiciado por la Tertulia Literaria “Las 13 pipas” de la ciudad de Manizales en Colombia. Y se hace acreedor de la única Mención Honrosa en el género cuento, con el relato “El arriero”, presentado bajo el seudónimo de “Amauta”.
En 1996, en el concurso “Horacio Zevallos Gámez”, gana un premio con su narración “Fin de semana en el paraíso”.
No dejaremos de hacer grandes, medianos o breves referencias biográficas, porque Guido Vidal Rodríguez, debe ser conocido profundamente por todos, dada su prestigiosa carrera de escritor que le cupo un premio internacional y reconocimiento pleno dentro del Perú, para el orgullo de los pueblos andinos de Ancash, sobre todo de su natal Piscobamba, capital de la provincia Mariscal Luzuriaga, por eso reiteramos una sencilla biografía.
Guido Vidal Rodríguez nació en el poblado de Masqui, el 9 de marzo de 1924. Realizó sus primeros estudios en la escuelita de su terruño; después viene a Lima con toda su familia al sentir los golpes económicos que el centralismo alienta. Empieza a trabajar a los 14 años de edad en una fábrica de tejidos, luego en una fábrica de vidrios. Por su habilidad logra emplearse en el Consulado General de Suecia en Lima.
Paralelo a su trabajo con mucho esfuerzo sigue sus estudios secundarios en el colegio Lima San Carlos. Plantel dirigido por el conocido educador Jorge Castro Harrison. Gracias a sus sobresalientes notas en la Secundaria, ingresa en el año 1945 a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, facultad de Letras y Educación. Al año siguiente gana una beca en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Simultáneamente trabaja de docente en el colegio particular Gimnasio Peruano. En 1953 concluye sus estudios en San Marcos, egresando con el título de profesor de Educación Secundaria en la especialidad de Letras.
En 1955, los residentes piscobambinos en Lima lo eligen presidente del Club Juventud Evolucionista Hijos de Piscobamba, importante institución en Lima que agrupaba a todos, incluyendo a los estudiantes, circunstancias en el que se adjudica una beca en Uruguay con una estadía en el Instituto de Estudios Superiores de Montevideo, resultando ganador entre 300 postulantes del Perú.
A su retorno participa en la Secretaría de Cultura del Instituto José Carlos Mariátegui en Lima; siendo uno de sus fundadores. Con la inquietud de trabajar por la educación, en 1960 funda el Instituto Comercial Amauta, entidad que realizó una efectiva labor en bien de la juventud de limitados recursos económicos, la mayororía de origen provinciano.
Por su vinculación familiar estuvo ligado a las instituciones representativas de Llumpa (Masqui) y de la provincia de Piscobamba en general. En 1965, bajo su coordinación, ve la luz la revista ilustrada “Piscobamba”.
En 1968 gana el premio internacional auspiciado por la Tertulia Literaria “Las 13 pipas” de la ciudad de Manizales en Colombia. Y se hace acreedor de la única Mención Honrosa en el género cuento, con el relato “El arriero”, presentado bajo el seudónimo de “Amauta”.
En 1996, en el concurso “Horacio Zevallos Gámez”, gana un premio con su narración “Fin de semana en el paraíso”.
Por razones económicas no logró publicar una gran cantidad de
relatos de sabor andino, y otros de ambiente urbano, los que se
encuentran inéditos hasta el momento. AEPA está viendo la posibilidad de
publicar.
Cuando falleció era miembro honorario de AEPA. Sin embargo, fue un entusiasta animador de los encuentros de esta asociación. Bajo su intervención directa se realizó el encuentro de escritores de AEPA, en 1994 en Piscobamba y Pomabamba, que tuvieron como epónimos a Víctor Rodríguez Blanco y Alfonso Ponte Gonzáles, respectivamente.
Con el auspicio de las municipalidades de los distritos de la provincia de Mariscal Luzuriaga y la Municipalidad provincial con su alcalde Marino Pastor Neyra, fallecido el 6 de abril de 2012 (Viernes Santo), se editó los anales de dicho encuentro, denominado “Tropel de sueños”. Producto del trabajo de un equipo encabezado por Guido Vidal, se publicó en enero de 1998, siendo presentado en una reunión de los alcaldes provinciales de la Sierra Oriental de Ancash. La presentación estuvo a cargo del Dr. Elmer Neyra Valverde, en Piscobamba, con motivo del aniversario provincial el 12 de enero de 1998.
Cuando falleció era miembro honorario de AEPA. Sin embargo, fue un entusiasta animador de los encuentros de esta asociación. Bajo su intervención directa se realizó el encuentro de escritores de AEPA, en 1994 en Piscobamba y Pomabamba, que tuvieron como epónimos a Víctor Rodríguez Blanco y Alfonso Ponte Gonzáles, respectivamente.
Con el auspicio de las municipalidades de los distritos de la provincia de Mariscal Luzuriaga y la Municipalidad provincial con su alcalde Marino Pastor Neyra, fallecido el 6 de abril de 2012 (Viernes Santo), se editó los anales de dicho encuentro, denominado “Tropel de sueños”. Producto del trabajo de un equipo encabezado por Guido Vidal, se publicó en enero de 1998, siendo presentado en una reunión de los alcaldes provinciales de la Sierra Oriental de Ancash. La presentación estuvo a cargo del Dr. Elmer Neyra Valverde, en Piscobamba, con motivo del aniversario provincial el 12 de enero de 1998.
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OBRASEn 1968 se publicó su libro “El arriero”, por la editorial Yachay Huasi. Fue presentado por Francisco Bendezú, y contó con el discurso de Ebel Botero Escobar de Colombia, pronunciado en Manizales, con ocasión de la entrega del premio. El volumen involucra el cuento “El arriero” que narra las peripecias de un peón de la Sierra Oriental que retorna desde una hacienda de la Costa de Áncash, después de haber trabajado varios años y con magros recursos. El desfiladero de Llanganuco abruma al arriero en una noche tétrica, donde la muerte aguarda con sed de venganza.
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Esta obra fue reeditada por AEPA-FL,
para el encuentro de integración cultural de Huacho, realizado el 16, 17
y 18 de noviembre de 2012, siendo Guido Vidal Rodríguez, juntamente que
la huachana Flor de Drago Persivale, los epónimos de este gran
encuentro, donde le rindieron homenaje Milton Pastor Neyra y Juan
Rodríguez Jara, en presencia de su hijo Roberto Vidal Donayre.
Con la edición popular del Arriero se ha querido difundir su obra en todos los niveles educativos de nuestra población y de esta manera dar inicio a las publicaciones de otros autores, jornada denominada por Danilo Barrón Pastor, como “Los inmortales de Aepa”.
Con la edición popular del Arriero se ha querido difundir su obra en todos los niveles educativos de nuestra población y de esta manera dar inicio a las publicaciones de otros autores, jornada denominada por Danilo Barrón Pastor, como “Los inmortales de Aepa”.
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Igualmente se hizo la presentación de El
arriero en el III Encuentro de integración cultural de Aucallama, el 24
de noviembre de 2012. El arriero se ha paseado por los antiguos caminos
de herradura del norte chico de Lima, y seguirá sus travesías por los
tortuosos caminos hacía Masqui, pasando por Llanganuco, Wiscash,
Atogshacoy, Portachuelo, Pampa machay, Baquería, Yanama, Yurma y Llumpa
donde permanecen las huellas de los burros y el eco del grito de los
arrieros en las peñas: -¡Jaya burro! ¡Jaya!.. -¡Pisa burro! ¡Pisa!..
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En 1994, Guido Vidal hace entrega de “El juramento”, relatos de carácter urbano que incluyen las siguientes narraciones breves:
1.- El juramento.
2.- La carta.
3.- Mi dulce capullana
4.- En la orilla del Plata
5.- El premio
También en 1994 publica “Un charco de sangre”, que incluye “El arriero”. Además aparece el relato "Un charco de tinta”, narración que trata de restituir el auge cultural que tuvo hace unos años su tierra natal. Auge matizada por la bohemia profesoral y las actuaciones y veladas literario-musicales en las fiestas cívico escolares protagonizadas por alumnos de los colegios.
La última obra que publica es la que ganó el premio “Horacio Zevallos Gámez”. Corresponde a la narración de los esfuerzos del ingenioso Tojsho Llushaco, que proyecta la posibilidad de irrigar terrenos de la Costa o los de la Sierra con pocos recursos, esfuerzo mancomunado y voluntad de hacer lo mejor.
En 1994, Guido Vidal hace entrega de “El juramento”, relatos de carácter urbano que incluyen las siguientes narraciones breves:
1.- El juramento.
2.- La carta.
3.- Mi dulce capullana
4.- En la orilla del Plata
5.- El premio
También en 1994 publica “Un charco de sangre”, que incluye “El arriero”. Además aparece el relato "Un charco de tinta”, narración que trata de restituir el auge cultural que tuvo hace unos años su tierra natal. Auge matizada por la bohemia profesoral y las actuaciones y veladas literario-musicales en las fiestas cívico escolares protagonizadas por alumnos de los colegios.
La última obra que publica es la que ganó el premio “Horacio Zevallos Gámez”. Corresponde a la narración de los esfuerzos del ingenioso Tojsho Llushaco, que proyecta la posibilidad de irrigar terrenos de la Costa o los de la Sierra con pocos recursos, esfuerzo mancomunado y voluntad de hacer lo mejor.
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Finalmente, Guido Vidal Rodríguez vivirá eternamente gracias a la proeza de sus obras con temas andinos para los andinos, criollos andinos y para todo el mundo.
Finalmente, Guido Vidal Rodríguez vivirá eternamente gracias a la proeza de sus obras con temas andinos para los andinos, criollos andinos y para todo el mundo.
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HACE TRES AÑOS
Juan Rodríguez Jara
De la mano tomados con el viejo arriero andino
fuiste a la ciudad de la hospitalidad: Huacho,
conociendo a Flor de María Drago Persivale.
Donde regalaron prosas y versos
a todos los presentes, arrancando sus vítores,
pidiéndote que vuelvas un fin de semana.
Prendiste la antorcha del segundo encuentro
de integración cultural de Aepa-Huacho
hermanando el homenaje con Ínsula,
Centro cultural Luis Pardo,
La municipalidad de Huaura
y la Universidad José Faustino Sánchez Carrión.
Caminos de herradura son de arrieros
desde Piscobamba a Manizales y a Huacho,
llegaste en 8 días a Aucallama:
Donde descansaste en suspiros y pensamientos
para retornar a Llanganuco, Portahuelo y Masqui.
Recordar esos sembríos lejanos de la tierra.
Domingo diez llamará las campanas
a la misa de honras y elevaran oraciones
levantando el cáliz con la sangre divina.
Confesarán tus familiares y amigos.
Con todos volverás reencontrarte
en el atrio de la iglesia.
Juan Rodríguez Jara
De la mano tomados con el viejo arriero andino
fuiste a la ciudad de la hospitalidad: Huacho,
conociendo a Flor de María Drago Persivale.
Donde regalaron prosas y versos
a todos los presentes, arrancando sus vítores,
pidiéndote que vuelvas un fin de semana.
Prendiste la antorcha del segundo encuentro
de integración cultural de Aepa-Huacho
hermanando el homenaje con Ínsula,
Centro cultural Luis Pardo,
La municipalidad de Huaura
y la Universidad José Faustino Sánchez Carrión.
Caminos de herradura son de arrieros
desde Piscobamba a Manizales y a Huacho,
llegaste en 8 días a Aucallama:
Donde descansaste en suspiros y pensamientos
para retornar a Llanganuco, Portahuelo y Masqui.
Recordar esos sembríos lejanos de la tierra.
Domingo diez llamará las campanas
a la misa de honras y elevaran oraciones
levantando el cáliz con la sangre divina.
Confesarán tus familiares y amigos.
Con todos volverás reencontrarte
en el atrio de la iglesia.
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Poetas Elmer Neyra Valverde y Juan Rodríguez Jara
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