CHIQUIÁN:
LOS VIEJOS
CAMINOS"
Por Armando Alvarado Balarezo
(Nalo)
Cada vez que visito
Chiquián, ando los senderos que nos llevan de la mano a los parajes de
ensueño. Todos ellos llenos de recuerdos de singular valor espiritual. Estos caminos
tienen alma, memoria y corazón, no son rutas por donde serpean caravanas de cuadrúpedos y
bípedos, solamente; también son huellas invisibles, que en las piedras van
dejando mixturas de historias pobladas de fragancias que marcan la existencia
del ser humano.
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AGO 1988
Sendero que une a Chivis con Shapash
.
Paraje de Shapash
Cada tramo guarda las lágrimas de duras jornadas cansadas de
ausencia por un inesperado adiós; de sueños truncos, lamentos y juramentos de
viejos amores que no se comentan, pero que se sienten hondo, muy hondo; y cantos épicos de
mitos y leyendas que ya no se cuentan a los chiuchis en las veredas de los
barrios queridos.
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Bajando a
Shapash
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SHAPASH
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Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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SHAPASH
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Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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Aquí siempre es primavera;
ríe el arroyuelo con suma alegría
y declaman las sacuaras versos a la vera
haciendo florecer un mundo de fantasía.
Limpio el corazón y el alma,
trina el jilguero un huayno nuevo,
susurran los magueyes aires de calma
brindándole salud al niño y al longevo.
Murmuran los escarpados:
son voces sedientas de cielo,
corre el agua dejándonos empapados
como moja la lluvia al ave en pleno vuelo.
Dios da a la Tierra
un Sol que ama a la Sierra;
ignoto paraje lleno de encanto,
donde brota feliz el dulce canto...
Aquí siempre es primavera;
ríe el arroyuelo con suma alegría
y declaman las sacuaras versos a la vera
haciendo florecer un mundo de fantasía.
Limpio el corazón y el alma,
trina el jilguero un huayno nuevo,
susurran los magueyes aires de calma
brindándole salud al niño y al longevo.
Murmuran los escarpados:
son voces sedientas de cielo,
corre el agua dejándonos empapados
como moja la lluvia al ave en pleno vuelo.
Dios da a la Tierra
un Sol que ama a la Sierra;
ignoto paraje lleno de encanto,
donde brota feliz el dulce canto...
AGO 1988
Sendero que une a Chivis con Shapash
Otros caminos están suspendidos en las cornisas del
tiempo,
aquellos que el olvido dejó en los escarpados a merced del viento, del
Sol, del trueno y la mangada, como el de Chivis de los años primeros.
Estos
desfiladeros, huérfanos de pasos tiernos, porque ya nadie los atraviesa,
palpitan en el
recuerdo de los pequeños caminantes de antaño.
.
¿Cómo no recordar el sorpresivo canto de una
chacua a nuestro paso por los papales en flor, que en desesperado vuelo nos ponía el corazón a punto de infarto?
¿Cómo no recordar las cristalinas aguas del río Aynín, refrescando el cansancio de
nuestros pies? ¿Cómo no recordar aquellas bandadas de bullangueros loritos y de
pardas tortolitas desgarrando el azul dosel del cielo en Chivis? ¿Cómo no
recordar a las sacuaras de Shapash, peinando los cabellos del viento peregrino?. Me
pregunto, una y otra vez, y sigo escribiendo con el alma en la mano...
.
. .
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Mas todo sigue igual, amigo
mío: nuestros amados caminos, visibles a los ojos
humanos en los meses del estío andino, siguen ocultándose con las
primeras lluvias de diciembre bajo la sombra de las pencas, como si
estuvieran jugando a las escondidas con los recuerdos; sombras que a
estas alturas de nuestra existencia no
debemos de temer, pues son señales anunciando que muy cerca resplandece
la
luz de la fe que hace brillar los ojos, y la aurora se viste de
esperanza con los reflejos
del diamantino Yerupajá.
..
Cordillera Huayhuash desde
Chiquián.
CHIVIS
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Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Bello estanque en la ladera,
fértil suelo poblado de verdor,
niños de agua que bajan sin escalera
para sus clavados y panzazos !QUÉ ARDOR!
Unos vienen de Lirioguencha y Quihuillán,
otros de Umpay Cuta, Fragua, Jupash y Jircán,
también de Shulu, Cruz del Olvido y Mishay
en un concierto de saludos ¡HOLA SHAY!.
Pequeño mundo con aroma a enredadera,
de pitada en pitada tiemblo de emoción;
te hicieron de piedra en la pradera
para llevarte en el corazón.
Con las manos arriba y el pecho erguido,
una zambullida con aletas de fantasía
es en silencio el trémulo pedido,
bajo el sol del mediodía.
Unos nadan mariposa; otros, perrito,
y aunque un vivo se hace el muertito,
todos tiritan con su piel de gallina
con mil castañeteos sin mandolina.
Sueños de anisado, limón y chancaca,
siento la oculta mirada del guardián;
canta en la sombra el agorero paca paca
y cien pies descalzos corren a Ninán.
Pocita encantada que a lo largo del día,
nos regalas auroras y tardes de carmín,
eres cuento de hadas y grácil poesía
que pintan de azul el cielo sin fin.
Hoy pienso en ti y me tuerce el llanto,
estando distante por cosas del destino;
tal vez no supiera que te amo tanto
si no nos alejara tan largo camino.
En este mágico otoño cuajado de luceros,
mil imágenes fugaces rondan mi sueño
y tu historia de pequeños romanceros,
deliran con leyendas de ensueño.
!Chivis!, musa esmeralda de mi cantar,
numen de mil encantos para recordar,
con sinfonías que modula la tarde
cual !PULCHAJ! que en el pecho arde.
AGO 1968
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Bello estanque en la ladera,
fértil suelo poblado de verdor,
niños de agua que bajan sin escalera
para sus clavados y panzazos !QUÉ ARDOR!
Unos vienen de Lirioguencha y Quihuillán,
otros de Umpay Cuta, Fragua, Jupash y Jircán,
también de Shulu, Cruz del Olvido y Mishay
en un concierto de saludos ¡HOLA SHAY!.
Pequeño mundo con aroma a enredadera,
de pitada en pitada tiemblo de emoción;
te hicieron de piedra en la pradera
para llevarte en el corazón.
Con las manos arriba y el pecho erguido,
una zambullida con aletas de fantasía
es en silencio el trémulo pedido,
bajo el sol del mediodía.
Unos nadan mariposa; otros, perrito,
y aunque un vivo se hace el muertito,
todos tiritan con su piel de gallina
con mil castañeteos sin mandolina.
Sueños de anisado, limón y chancaca,
siento la oculta mirada del guardián;
canta en la sombra el agorero paca paca
y cien pies descalzos corren a Ninán.
Pocita encantada que a lo largo del día,
nos regalas auroras y tardes de carmín,
eres cuento de hadas y grácil poesía
que pintan de azul el cielo sin fin.
Hoy pienso en ti y me tuerce el llanto,
estando distante por cosas del destino;
tal vez no supiera que te amo tanto
si no nos alejara tan largo camino.
En este mágico otoño cuajado de luceros,
mil imágenes fugaces rondan mi sueño
y tu historia de pequeños romanceros,
deliran con leyendas de ensueño.
!Chivis!, musa esmeralda de mi cantar,
numen de mil encantos para recordar,
con sinfonías que modula la tarde
cual !PULCHAJ! que en el pecho arde.
AGO 1968
.
Camino hacia el
Aynín
.
Y así, caminando y
descansando en alguna pascana de la travesía, destrenzando uno a uno los
recuerdos en cada recodo, se abre a la vista el camino de
herradura que conduce al río Aynín, en cuyas riberas afloraron los
primeros
sueños de amor eterno a la Pachamama, que alimenta el cuerpo, el alma y
la mente.
. ..
Río
Aynín
.
En estos verticales
caminos del ayer, donde las pupilas fulguran al contemplar la belleza circundante, paso a
paso se escucha la voz de DIOS que nos habla de su Creación; mientras el Hombre,
tan humano, va dejando sus latidos en manos del destino.
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RÍO AYNÍN
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Coralillo de plata
en el valle del Pativilca,
que fecundas las feraces tierras
y sacias la sed de la fauna andina.
En las exursiones escolares
recorríamos tus verdes riberas,
saltando, sudando y riendo,
como buenos hermanos.
Viejo río amigo del alma,
cuando juegas con las piedras
danza la espuma en el remolino,
saltan las truchas, no hay ichicqulgos.
Con el ocaso anunciando el retorno
nos sentíamos muy apenados,
pues te veríamos después,
¡sólo a la distancia!
Pero gracias a Dios,
volvíamos a encontrarnos
al pasar el puente de madera,
en las fiestas de Carcas, Huasta y Aquia.
AGO 1968
RÍO AYNÍN
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Coralillo de plata
en el valle del Pativilca,
que fecundas las feraces tierras
y sacias la sed de la fauna andina.
En las exursiones escolares
recorríamos tus verdes riberas,
saltando, sudando y riendo,
como buenos hermanos.
Viejo río amigo del alma,
cuando juegas con las piedras
danza la espuma en el remolino,
saltan las truchas, no hay ichicqulgos.
Con el ocaso anunciando el retorno
nos sentíamos muy apenados,
pues te veríamos después,
¡sólo a la distancia!
Pero gracias a Dios,
volvíamos a encontrarnos
al pasar el puente de madera,
en las fiestas de Carcas, Huasta y Aquia.
AGO 1968
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Valle del
Aynín
Fuente:
Un trocito "DEL MISMO TRIGO".
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