ABRIL, MES DE LA PALABRA,LA CREATIVIDAD LITERARIA EINMORTALIDAD DE CÉSAR VALLEJOCAPULÍ ESPODER CHUCO
SANTIAGO DE CHUCOCAPITAL DE LA POESÍAY LA CONCIENCIA SOCIAL
*****EL PRIMER BALBUCEO DE LA LENGUACASTELLANA
1.Cuando viajo a un país donde no se habla nuestra lengua, ya estando en él, trato de hablar el más perfecto castellano en cualquier lugar donde me encuentre tratando de resolver cualquier problema, y el resultado es que siempre me va bien porque de donde sea aparece alguna persona que habla la lengua de Cervantes. Este hecho lo descubrí caminando un anochecer por Los Campos Elíseos y al pasar por una frutería me provocaron las frutas que estaban expuestas y ordenadas en unos vistosos cajones donde había uvas, manzanas y duraznos como muchas otras frutas todas ellas apetitosos.Entré y en la más clara y resonante lengua de Castilla pregunté si alguien podía atenderme, pero en idioma español. Detrás de un mostrador vi a una señora de aspecto oriental. Se sorprendió gratamente de oírme y me hizo una seña de que esperara. Y entró por una puerta. Pronto volvió a salir con una niña que estudiaba nuestro idioma y a quien le encantó practicarlo despachándome la fruta que yo quería comprar.Me sentí feliz. Ya en la calle mordí un durazno y me fui comiendo y canturreando hasta mi hotel, habiendo descubierto ese día algo que hasta ahora me funciona a maravilla, y en todas partes, con lo que he deducido que a la gente le gusta oír el tono y la cadencia del español, tanto que ahora que voy a algún país de otra lengua no me preocupo en absoluto con el idioma, salvo hablar claro, fuerte y sonriente; sabiendo que en cualquier situación aparecerá alguien, a quien le encanta oírlo. Y esto creo que ocurre porque reconocen al español como una lengua divina. Y lo es.2.Al respecto, se cuenta que Carlos V de España, quien procedía de la Casa de los Habsburgo, nacido en el año de 1500 en el Monasterio de Yuste, en Gante, Austria; quien unió en su persona la Corona de Castilla y Aragón junto con la de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico; quien era políglota, es a él a quien se atribuye haber dicho esta sentencia:“Para hablar con los mozos de la cuadra que alistan mi caballo y mis perros, es funcional el idioma alemán. Para hablar con mis contadores y tesoreros, utilizo el inglés. Para hablar con los embajadores y diplomáticos el francés. Para hablar con las mujeres el idioma florido y suculento del italiano. Para orar y hablar con Dios, el español.”Y esto que parece una chanza no lo es, porque el idioma castellano nació en las ermitas de quienes rezan; en los altares, en las plegarias que nos unen a Dios. De allí que conste el primer registro, el primer temblor o aleteo de este idioma que se lo ha ubicado en un libro de oraciones, con lo cual se desprende que este idioma, que en este preciso momento millones de personas lo están hablando, primero fue el balbuceo confidencial de un monje que hablaba con Dios; siendo un milagro de la heurística que se haya localizado este primer vestigio de la lengua, y gracias a la labor hermenéutica de sabios e investigadores como lo tiene España, que es una cultura de asombro. He aquí las palabras de Dámaso Alonso, quien nos presenta esta noticia diciéndonos así:3.“...entre las glosas del monasterio de San Millán de la Cogolla, atribuidas al siglo X, hay un trozo que se "puede" decir casi tiene ya estructura literaria. El monje estaba anotando un sermón de San Agustín. En las palabras finales le ha apretado la devoción dentro del pecho. La última frase latina (dos líneas y media) la ha traducido íntegra. Sin duda le ha parecido seca: la ha amplificado (hasta doce líneas cortas), añadiendo lo que le salía del alma. He aquí este venera¬ble trozo (publicado por Gómez Moreno y por Menéndez Pidal), que es, por hoy, el primer texto, no podemos decir que, de la lengua castellana, pues hay algún matiz dialectal, pero sí el primero de lengua española:Cono ayutorio de nuestro dueño Christo, dueño Salbatore, qual dueño yet ena honore e qual dueño tienet ela mandacione, cono Patre, cono Spiritu Sancto, enos siéculos de los siéculos. Fácanos Deus omnipotes tal serbicio fere que denante ela sua face gaudiosos seyamus. Amen.O sea, en castellano de hoy:Con la ayuda de nuestro Señor don Cristo, don Salvador, señor que está en el honor y señor que tiene el mando con el Padre, con el Espíritu Santo, en los siglos de los siglos. Háganos Dios omnipotente hacer tal servicio que delante de su faz gozosos seamos. Amén.El primer vagido de la lengua española es, pues, una oración.DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
*****23 DE ABRILDÍADELIDIOMA
FOLIOSDE LAUTOPÍA
LAPALABRACOMO CASADanilo Sánchez Lihón
tu criatura, el alma,mi palabra.César Vallejo1. SontalismanesAdemás de las casas que habitamos hay otras casas quizá incluso mucho más protectoras, fundamentales y decisivas que aquellas construidas de ladrillo, fierro y cemento.Me refiero a la casa de la palabra. ¡A considerar la palabra como casa, como hogar, y como reino o palacio que debemos conquistar y hacerlo nuestro! ¡Y vivir en él o en ellas!Me refiero al reino de las palabras, que es maravilloso contemplar, pero que es mejor hacerlo casa nuestra. Porque nos lo merecemos y porque es con el propósito de fundar de ese modo un mundo mejor.Casa del lenguaje en el cual habitamos y él nos habita de manera mucho más absoluta y radical para el destino de nuestras vidas.Casa del lenguaje que se construye y proyecta desde la infancia y que nos hace seres con más acierto y menos desatino para concretar nuestros anhelos y utopías.Casa que resulta pródiga o mezquina, rica o precaria, luminosa o sombría de acuerdo a nuestro dominio de la palabra, de su vocabulario y capacidad expresiva.Casas mucho más fantásticas, mucho más ligeras, pero también durables. ¡Volátiles y a la vez eternas!2. fiestaen los parques¡Adustas y a la vez graciosas!, que debemos construir de manera más estable, conquistarlas y habitar en ella, hacerlas producir, insuflarle nuestro rostro y nuestra progenie.Porque las palabras son seres vivos, mucho más para el niño y el joven, que cuando las nombran viven el lápiz, la silla y la mesa que lo sostiene, y contra la cual a veces se golpean.O la cuchara que le da de comer y a veces le quema los labios. Y a la cual castigamos para que se calme y deje de llorar, ¡y para que aprenda “a no golpear ni lastimar a mi niño”, o niña!¡Cómo no van a vivir las palabras que son talismanes! ¡No sólo viven, sino que viven fabulosamente y fantásticamente, con mucha más presencia y poder que muchas otras cosas!Las palabras son seres vivos, pero además son seres mágicos, brujos y encantados, son mundos henchidos y pletóricos.Con una intensidad de carbones ardientes, o de fuegos de artificio, o de “tíos vivos” de fiesta en los parques.3. Cajasde músicaLa palabra no sólo es un eslabón que se acopla con otro de manera imprevista e infinita y, a veces, con elementos simples de la naturaleza, como un caracol, una ola, o una flor.La palabra no es únicamente pulpa para masticar o hueso para roer; es brillo, dilema y fulgor; tiene aristas como recovecos, rostros diversos como intimidades por donde navegar.¡Sin hallar en ella jamás un final! Pero también es abierta, tiene orillas por las cuales podemos entrar, oquedades que devuelven el eco de nuestros pasos y el grito de nuestras bocas.Las palabras son mundos, planetas, universos; cada una de ellas tiene accidentes geográficos, llanuras y montañas, lugares plácidos para meditar y abruptos para resbalar y caer por ellos.Es penoso dejarlas olvidadas en el desván de las cosas inservibles. Sin acercarnos a ellas, acariciarlas, jugar con creatividad, cantar junto a ellas, que son verdaderas cajas de música.Se tornarán entonces como el arpa polvorienta sin entonar ha tiempo su melodía o su canto, sin soñar su destino, enmohecidas en el rincón oscuro, en hadas cantarinas.4. SerlibresLa palabra es un juguete, una pelota que se pasa, se tira, se recoge, ¡que rebota! A veces se nos va de las manos, y nos hace correr tras ella.Todo eso, ¡está bien, pero hagámosla nuestra casa!La palabra es la cometa que uno mira bailar en el aire, y mientras la miramos pensamos en muchas cosas. ¡Está bien, pero hagámosla casa! ¡Y casa para compartir!Donde las palabras sean palomas y vuelen por el cielo azul, y ánimas que tienen un destino y se van por los caminos, cada una con una aventura por recorrer.Está bien, ¡pero hagámoslas casas y universos, con soles, lunas y estrellas dentro de una bóveda azul!, como cuando decimos:“En verano, con el solsale lento el caracol.Caracol, col, col,saca tus cachitos¡y ponlos al sol!”5. NuestrodestinoDe eso se trata en la educación. De construir esa casa, de conquistarla, de hacernos poseedores, habitantes, constructores de esa casa, por mínima o pequeña que sea; porque en la palabra está el ser del hombre.Sumirnos en ellas es ser libres, hacernos seres humanos cabales y definitivos, porque además las palabras tienen poder.Porque todas las palabras son símbolos, es decir fuerza que evoca, representa y significa realidades concretas distintas a la sustancia que las conforma.Su naturaleza es muy diferente a aquello que las compone o estructura. Así, el lenguaje hablado u oral son sonidos, pero lo que nosotros entendemos son realidades muy diferentes y variadas, compuesta por las realidades que son elementos que denotan y connotan.Como seres que se rodean de símbolos, que se envisten, que se dejan habitar y que se consustancian con ellos debemos tener una percepción muy nítida acerca de las palabras, tenemos que saber cohabitar con ellas y lograr conducirnos eficazmente en ese mundo complejo y en ese plano las más de las veces imaginario.6. Perviveno fenecenLo que sucede es que creemos nosotros que habitamos un planeta como es la tierra, que nos apoyamos sobre ella y que es esta geografía la que nos sostiene.Y de repente ello no sea totalmente cierto, sino más bien que nos apoyamos o estamos flotando entre símbolos.Nuestros nombres, por ejemplo, son símbolos. Y cada realidad que vivimos es una textura, un ecosistema y un mundo de símbolos. Pues bien, esa es nuestra realidad, esa es nuestra condición y así estamos hechos.Lo importante es hacer conciencia de ello y luego ver cómo nos conducimos en esa red o malla que nos envuelve, o en ese bosque de símbolos con los cuales hemos de construir nuestro destino.Así, el niño cree que con el lenguaje se hacen las cosas, y no solo ellas sino el universo entero. Él cree que el cerro, el árbol, el río son palabras que hacen surgir las realidades.Son los vocablos los que crean el mundo; y que, si estos se niegan y estropean, se agrandan o se achican, se enojan o se alegran, perviven o fenecen, el mundo entero se transforma de acuerdo a ese talante.7. MundosnuevosPorque en verdad cada palabra es un receptáculo de energía, y porque es cierto que es con las palabras que se puede cambiar el mundo y crear mundos nuevos.Por eso las palabras y las cosas deben estar unidas lo más posible, a fin de que al mover esta dimensión del ser se mueva la otra.Ahora bien, quien se enamora del lenguaje se enamora de la verdadera energía de un pueblo, se prenda del alma de ese pueblo, de su dulzura y de su esencia.Donde cada perla auténtica y genuina lo es de nuestro lenguaje, que se da en vocablos y decires que están empapados de vida, casi siempre de ternura, de respeto y de candor.Las palabras, cada una de ellas resultan así amuletos y abalorios, deslumbramientos y apariciones. De allí que sea cierto concluir que nuestra verdadera casa es el lenguaje.Y hasta la patria soñada no es otra que el idioma con el cual o nos enredamos o hundimos o con el cual logramos sobresalir hacia panoramas amplios y extensos de promisión porque son fecundos y son mundos originarios en donde hemos de fundar mundos nuevos.*****
23 DE ABRIL
DÍA DEL IDIOMA CASTELLANO
EL IDIOMA
COMO UN JARDÍN
ENCANTADO
Danilo Sánchez Lihón
1. El hablar
de la gente
Después de cada Encuentro Internacional Itinerante Capulí, Vallejo y su Tierra que se realiza cada año, volviendo ya de Santiago de Chuco, adonde llegamos después de recorrer diversos pueblos, suelo preguntar a quien comparte en el ómnibus el asiento conmigo:
– ¿Qué le pareció todo?
– Muy bueno. –Me dicen.
– Y, ¿de Santiago de Chuco, en particular? ¿Qué es lo que más le impresionó?
– ¡Uf, hay tanto!
– Pero, ¿haciendo un esfuerzo?
Y la mayoría de veces la respuesta ha sido:
– ¡El modo de hablar de la gente!
– ¿Así? –Me sorprendo–. Y, ¿cómo es?
En este punto las respuestas son variadas, que van desde: original, única, hasta: antigua.
2. Nadie
creería
Sobre este particular Ciro Alegría cuenta que viajó a Santiago de Chuco con la intención de ambientar y escribir allí una novela. Habiendo llegado el ómnibus a la plaza de armas se bajó y se puso a conversar con unos campesinos que allí estaban esperando.
Al escucharlos hablar maravillado cayó en la cuenta que hablaban un castellano que era el idioma de la península ibérica, pero del medioevo español.
Aún más, cuenta él que preguntó a uno de ellos, un joven varón que esperaba subir al ómnibus por qué razón se iba hacia Trujillo, y la respuesta más o menos fue:
– La requerí de amores a la Florinda, y la presumida me rehusó.
Pensó que si ponía esa manera de hablar en los personajes de su novela nadie creería que fueran personas reales.
Así que cogió el mismo ómnibus en el cual había llegado y retornó a Trujillo sorprendido de lo que había escuchado pero defraudado de que ello resultaría increíble en estos tiempos duros y despiadados.
3. Una
sentencia
Mi compañero de carpeta en el quinto año de primaria, era un niño quien cada día caminaba desde Muycán, donde vivía en una casa que quedaba dentro de un huerto de limoneros, membrillos y manzanos.
Después del recreo, en que jugamos muy animados, ocurrió que yo hice algo que no le pareció bien para su pureza de niño del campo. Sobre todo, porque rompía las reglas de juego que previamente habíamos establecido. Antes de tomar asiento en su carpeta me dijo muy enojado:
– Las roñas siempre han de ser comparecidas.
Expresión que la sentí como una sentencia, como una condena fuerte, seria y hasta fatal, de alcances para mí imprevisibles.
Mientras escuchaba al profesor que desarrollaba la clase me sumergí al mismo tiempo en tratar de desentrañar aquel veredicto de mi compañero. Y en sus alcances que comprometían mi felicidad y mi destino.
4. El Juicio
Final
Las roñas, me dije, significan mentiras o falsedades. “Han de ser” no es una expresión corriente, pero se entiende como “serán”, aunque ya no se utilice el verbo de esa forma.
Pero, “comparecidas” ¿Qué es? ¿Qué significan para mi vida? ¿Preguntarle a él? No. Su respuesta podría ser más difícil todavía. Tuve que esperar la salida, llegar a mi casa y consultar el diccionario:
Comparición, decía en aquel viejo mamotreto: “Presentarse ante una persona superior”. Pero, además: “Auto del juez”.
¿Qué persona superior? ¿Qué juez? No había dudas. Se trataba del Juicio Final.
Ahí estaba el temor que yo sentía. Era porque mi compañero me estaba remitiendo: al “Juicio Final”.
Ahí estaba el Medioevo, la dimensión trascendente que está en el habla de la gente rural y del campo de mi querencia y mi aldea.
5. La mejor
prosa y poesía
Y es que el idioma castellano que llegó a mi comarca Santiago de Chuco, fue el de los monjes, frailes y eremitas, por un lado.
Y el de los hombres de espada, de sable y tizona.
De aquellos que peleaban pero que iban detrás de algún santo o santa que los guiaba también blandiendo su florete o espadín.
Es decir, llegó el idioma de la España mística y guerrera.
Con todos aquellos valores de una cultura que a través de las palabras precisamente de dicho idioma se conectaba fácilmente con lo excelso y lo divino.
Llegó cargado de la mejor poesía. Del romance español ingenuo y extasiado, del soneto melodioso y acompasado, y de la espinela breve y relumbrante como espejo. Y de la novela pastoril.
6. Renuncia
y adoración
Llegó celebrando de la amada el rubor, la vergüenza, el recogimiento en el mundo interior, el de ser íntimos.
Llegó el idioma del rosario, de los rezos y jaculatorias a altas horas de la madrugada. Llegó el idioma de los cuentos de las almas en pena.
Llegó el idioma de Cervantes y de Jorge Manrique, que es lo mejor de la prosa y la poesía de todos los espacios y de todos los tiempos.
Llegó el idioma de la aventura, del desprendimiento. Y llegó valeroso y gallardo. Llegó imbuido de una cultura que celebraba en el ser humano el honor, la dignidad y el heroísmo.
Llegó el idioma castellano a mi alquería celebrando el amor que se funde con la naturaleza, las aves, las mariposas y los sueños. Del amor ideal, de aquel que es contemplación, renuncia y adoración.
7. Tierra
de Vallejo
Ese es el idioma que absorbió de niño y de joven César Vallejo, y que formaba parte de su raíz y su cogollo. Idioma que escuchó fascinado porque era un ser que sabía escuchar y leía oralmente, de allí que nos dejó un verso que es todo un ideario, al decirnos en “Traspié entre dos estrellas”:
“¡Amadas sean las orejas sánchez,”. Donde Sánchez aquí es sinónimo de pueblo, por ser el apellido más común en Santiago de Chuco.
Idioma al cual él sobrepuso los valores del mundo andino de transparencia y hermandad, e incrusta el mensaje de solidaridad que solo una cultura prístina y auroral, como pudo proveerle de la sabiduría con la cual él hizo florecer el árbol de la poesía.
En el fondo, quienes me hacían sus comentarios en el ómnibus de regreso de Santiago de Chuco, habían tocado la materia de fondo de la poesía de Vallejo, esta vez no en los textos sino en las calles y esquinas, como en los anocheceres y amaneceres de la tierra de Vallejo.
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