jueves, 5 de marzo de 2020

DÍA MUNDIAL DE LA DANZA - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)

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LA DANZA DE LOS PALLOS

 Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
 
 
La DANZA PERUANA como expresión de nervuda raigambre popular usualmente tiene, en el mejor sentido de la palabra, carácter vindicativo. Sentimiento que nace, crece y se multiplica en el alma sensible del pueblo, en la interminable cadena de contiendas de una guerra desigual que libran el mal y el bien desde tiempos de Caín y Abel.

Una de las manifestaciones que brilla con luz propia es la DANZA DE LOS PALLOS, a mucho orgullo legado originario de nuestro suelo, acicalado con el paso de los siglos en la fragua amarga del sincretismo cultural de dos mundos de disímiles filosofías. Uno, venido del viejo continente: sinónimo de conquista, desolación y muerte. El otro, autóctono: constructor de andenes de vida. 
 
 
 
 
La mojiganga de los aguerridos chucos recorre a paso de chasqui los polvorientos caminos de la historia, con gemidos de pincullos pentafónicos que brotan de la garganta ardiente del curtido chiroco, al compas de la tinya que golpea con diestra mano, esparciendo al viento sones de vibrantes notas, llenando de coraje el espíritu del danzante telúrico que ingresa altivo con marcada unción, crece en hileras y se ramifica en figuras geométricas de colorida coreografía, mientras va manando volcánico el expresivo ¡Jai, jai, jai, jai…!, grito marcial o alarido, que sale del músculo cardíaco del ágil guerrero; luego “marca el punto”; y finalmente el saludo reverente al apóstol Santiago, patrono de Santiago de Chuco, y al padre Inti, a la voz del Pallo Mayor.
 
 
 
 
Ritual sagrado con melodías de jugosa cepa milenaria, fusión de misteriosos semitonos que suben de los ríos turbulentos, del viento que ruge impávido, del granizo tamborilero y del trueno que retumba en el corazón de los Andes, estremeciendo el trinar de las aves y la serena tonada de los deshielos; que es como se fragua la inspiración en el mundo andino. Sano testimonio de credo y folklore de ilimitada riqueza espiritual y cultural, como expresión de mestizaje integrador, bajo el añil, grana y oro del cielo serrano en el alba, al amparo de los apus soberanos, los venerables auquis y la fe inquebrantable de un pueblo vigoroso.
 
 
 
 
Espadas de madera y sombreros arremangados a la usanza del apóstol Santiago “El Mayor”. Mazos y birretes de corequenques vuelos donde reluce el intelecto de los precolombinos chucos, desafían el vértigo de las agrícolas cumbres para rendir tributo al Dios Catequil, anciano sabio, sembrador de conocimiento en las mentes y los latidos campesinos con sed de aprender, enseñar y compartir en abundancia su dulce fruto milenario.
 
 
 
 
El atuendo, amalgama del vestido de los cruzados de la Edad Media con la túnica del guerrero chuco, es de tela de algodón de una sola pieza, desde el cuello hasta debajo de las rodillas, de brillantes ocres, verdes, azules o escarlatas, orlados con hilos dorados. Y haciendo contraste con el color del traje, ciñe el talle un vistoso cinturón, y dos bandas en aspa con bruñidos espejuelos cruzando el torso del recio danzante, cuyo rostro inescrutable cubre un fino tejido de tul.
 
 
 
 
Pies bravíos empapados de sudor vital, bajo extensas medias bermejas y botines apretados, hacen brotar centellas de las piedras eternas, al son de broncíneos cascabeles que acompañan el interminable zapateo que alado asciende los pináculos seculares. Gran destreza y resistencia al dolor acerbo, esencia medular de la cosmovisión andina que nutre, revitaliza y anima con bríos la forja diaria desde tiempos inmemoriales.
 
 
 
 
 El I FESTIVAL DEL PALLO TRADICIONAL DE SANTIAGO DE CHUCO, realizado el 18 de mayo de 2013, se vio engalanado con la participación de niños, adolescentes y jóvenes danzantes autóctonos de los caseríos de Huashgón, Cunguay, Aguiñuay y Huayatán. Desde ese entonces reedita cada mes de mayo su performance en el gran festival de danzas folclóricas durante los encuentros del colectivo  mundial Capulí, Vallejo y su Tierra, que preside el poeta telúrico Danilo Sánchez Lión. La Danza de los Pallos se yergue insigne como Patrimonio Cultural de la Nación desde el 2014.
 
 
¡Baila pallo!
 
 
En la siguiente dirección electrónica: la DANZA DE LOS PALLOS, desarrollada por alumnos del emblemático colegio nacional SAN JUAN de trujillo, centro de estudios donde el escritor Ciro Alegría Bazán tuvo como Maestro a César Vallejo. Asimismo la danza en la versión del grupo ATIK SAMI, en Santiago de Chuco. Hacer clic:
IMÁGENES:
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Lidia Vásquez Ruiz
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En Trujillo 
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En Santiago de Chuco
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