sábado, 17 de marzo de 2018

LA JARRITA DE LUIS PARDO - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO - SALUDO DE CUMPLEAÑOS

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LA JARRITA DE LUIS PARDO
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Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)

Los hombres de la puna tienen la piel curtida por el viento helado de la cordillera que se cuela por todos lados; sin embargo llevan en el alma el manso abrigo de la hospitalidad, y la paciencia infinita de tanto agradecer a Dios, contemplando en silencio su Creación Divina. Es que saben, quizá como nadie, que los horarios dependen de factores imposibles de controlar sin dañar la Naturaleza, y que más vale adaptarse y seguir sus enseñanzas, que intentar alterarlos. En suma, como dicen los entendidos, mucho de esta sabiduría no reside en cientos, sino en miles de años de aprendizaje –a menudo cruel y duro- acerca del sutil lenguaje de los elementos que integra la cosmovisión andina. Un idioma que sólo captan con claridad meridiana los que habitan estos silentes parajes, no aptos para los que aún no han aprendido a respetar los designios de la Pachamama y las leyes del Cosmos.
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Glaciar Tucu Chira y la Pampa de Lampas
 

Desde tiempos inmemoriales la puna chiquiana es inmensa, generosa y limpia. El color de los pastizales muda del amarillo de la estación seca, al verdoso en los meses de lluvia (diciembre / abril). Es raro ver casitas agrupadas en un mismo lugar, y siempre buscan la compañía de las lomas y peñolerías, de los arroyuelos, de los caminos y los puquiales. Es un reto interminable del hombre de ichu frente al desamparo estatal, la soledad y la escarcha.
 
 
Pampa de Lampas (Chiquián)
 
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Si bien es cierto que las noches despejadas traen el espectáculo incomparable de miles de estrellas y constelaciones muy brillantes, que producen sombra aún sin la presencia de la luna; también es cierto que muy pocos predicen con certeza, cómo será la próxima noche a campo abierto a más de 4,200 metros de altura: es un secreto que se reservan los pastores y los experimentados caminantes de almas fuertes.
 
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Pampa de Lampas
 
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En estos lugares no hay nada como una choza para protegerse: muros de piedra y techo de paja brava, una puertita por donde ingresar encorvado y una pequeña ventana para que escape el humo del fogón y se filtre el aire necesario que anime el fuego de la crepitante boñiga.
 
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LUIS PARDO ..
Chiquián, 19 AGO 1874 /   †  Puente Luis Pardo, 05 ENE 1909
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Uno de los seres humanos que ayudó a mitigar las penurias de los crianderos y pastores de la Pampa de Lampas, en la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX, fue LUIS PARDO, nuestro recordado revolucionario social. 
 
 
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Él solía visitar con frecuencia sus chozas para compartir su pan, a cambio de un poco de cancha, leche y el calor amigo. Comentan que siempre se le veía sonriente y erguido con su estampa de justiciero, cabalgando con poncho, sombrero y bufanda por Toca, Pampa de Lampas, Baños, Yanamarca (otrora manada de Julia Ramírez, esposa de Luis Pardo), Sapahuaín, Tupucancha, Gachirajra, Chonta, Recrec, Huamlajpampa, Cachichurana, Pilapampa, Tinya, Cachirpayoc, Cushish, Plomopampa, Shinuac y Shajsha. En este último lugar se encuentra la cueva de Shajsha Machay, oquedad con varias representaciones grabadas en sus paredes de roca, donde pernoctaba a su paso para guarecerse de la lluvia y protegerse de los rayos, de los salteadores de caminos que usurpaban su nombre y de sus furtivos perseguidores.
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Farallón rocoso, cerca a Tupucancha, donde está la Cueva de Luis Pardo

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La Cueva de Luis Pardo, con abundante muestra de arte rupestre
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¡ENTONCES!: ¿Cómo no volver tras las huellas de Luis Pardo?, ¿cómo no retornar a este mítico paraíso salvaje cada vez que se acelera el corazón al tope?, ¿cómo no querer subir los cerros morenos para explorar desde lo alto, los caprichosos perfiles de los roquedales de Shajsha que besan el cielo?, ¿cómo no querer pulsar las viejas guitarras de los viejos crianderos y tener entre las manos los pincullos de los esquivos pastores?.... ¡cómo no querer volverrrr!, grito, y el eco de mi voz se multiplica en la lejanía...
 
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Aquel día de carnavales de 1960, la manada de Tupucancha amaneció festiva. La tarde anterior había terminado de construir un circuito carretero junto al puquial que serpeaba manojos de ichu, huamanripa y escorzonera, y el pequeño puente de pedazos de teja, barro y listones de carrizo, estaba listo para ser estrenado. Sólo faltaba echarle agua al corto arroyuelo y después jalar con hilo de lana mi carrito de lata por la zigzagueante vía de 10 centímetros de ancho, incluida la cuneta.

- Mamá Catita ¿me puedes prestar la jarrita? –le dije a mi abuelita, señalando un recipiente de arcilla que estaba descansando sobre un aparador de madera de color rojo.

- ¿Para qué la quieres hijito?

- Para echar agua al arroyito que he construido junto al puquial, mamita.

- No hijito, es la jarrita donde mamá Lipuquita invitaba leche a Luis Pardo, mejor llévate este balde pequeño.

Desde ese entonces, cada vez que visitaba Tupucancha no había día que no me detuviera, aunque sea por unos segundos, a contemplar la jarrita para sentir en el ambiente la presencia de Luis Pardo.
 
Una mañana de fines de marzo de 1963, en circunstancias que me despedía de la puna al culminar mis vacaciones escolares de Educación Primaria e ingresar a la Secundaria, mi abuelita me dio una grata sorpresa.

- Cuídala hijito –dentro de una caja de cartón, protegida con lana de oveja, reposaba la amada jarrita.

Ya en el pueblo la guardé en el velador del dormitorio, y allí permaneció año tras año, acariciada por el tiempo y el recuerdo. Desde ese día, cada vez que visitaba Chiquián en las fiestas patronales abría el velador para volverla a contemplar, y sin darme cuenta se convirtió en una obsesión; hasta que una noche de mayo visitó mi casa de Chiquián, Roberto “Sopón” Barrenechea Martel, viejo amigo de mis andanzas adolescentes. Conversamos de todo en penumbra, especialmente de la jarrita y las bondades de su fundo “Pancal”, antigua propiedad de la familia Pardo Novoa.
 
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Fundo Pancal
 
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GelacioTafur Anzualdo, 'Sopón' y Roby Barrenechea Ibarra (Chiquián)
 
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Durante la amena charla, Sopón dijo que tenía dos lajas del corredor de la casa por donde el legendario justiciero caminó hasta los últimos días de su corta existencia, y que inclusive tenía una piedra con el que Luis Pardo cazó un venado a 50 metros de distancia. Llegada la medianoche se despidió asegurándome traer al día siguiente las dos lajas y la piedra cazadora, para que junto con la jarrita la llevemos al museo del pueblo.
 
En vano esperé tres días, que me parecieron eternos. Al estar próximo mi viaje de retorno a Lima y, en vista que Sopón no regresaba, tomé la jarrita, más una olla y un porongo de la época de los “gentiles”, que estaban guardados en el altillo de la casa, y con la frágil carga al hombro enrumbé hacia el museo. 
 
En momentos que tocaba la puerta del museo hizo su aparición “Muñequita”, una bella mujer entrada en años, a quien el tiempo no aja ni cansa, muy famosa en Chiquián por su coraje frente a los toros bravos en las corridas de setiembre, quien al ver los recipientes dio media vuelta y sin levantar la mirada se fue caminando de puntillas, pegadita a la pared.

Convencer al administrador del museo para que reciba "los tesoros" no fue nada fácil. Tuve que relatarle como disco rayado la historia de cada uno de ellos. Cansado de gastar palabras por más de una hora le pedí que conserve las piezas en su poder, y que si era necesario las sometan a datación con carbono 14. Firmé un papel como constancia y me marché satisfecho del lugar.

Cuando me encontraba a dos cuadras de mi casa, una vecina me dio el alcance, alertándome que “Muñequita” le había contado a mi papá Armando haberme visto regalando los utensilios de cocina de la familia. 
 
 
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Puesto sobre aviso llegué a la puerta, justo cuando mi papá salía con la intención de recriminarme, pero sin darle tiempo a la reprimenda le manifesté que había cumplido el encargo de mi difunta abuelita Catita, de internar en el museo del pueblo la jarrita donde Luis Pardo tomó leche fresca en la manada de Tupucancha. Para mi asombro papá me dijo sonriente que tenía guardado bajo 7 llaves una fotografía "inédita" de la legendaria Julia Ramírez (esposa de Luis Pardo), prima de mi abuelita Victoria Montoro Ramírez, por lo que con cierta sorna le respondí, que dicha foto donde aparece tocando arpa, 'alguien'  la había prestado al escritor chiquiano Alberto Carrillo Ramírez para que ilustre su libro LUIS PARDO "EL GRAN BANDIDO", y que además, mi hermano Felipe ya la había insertado en una de las páginas chiquianas de la Internet. Al escuchar el dato mi querido viejo se rió a carcajadas, y se fue de prisa tras las menudas trenzas de la “Muñequita” con cintura de alambre... 
 
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Casa de Julia Ramírez en Chiquián 
(Comercio con Figueredo)
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Mausoleo de Luis Pardo 
Cementerio de Chiquián
 
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HIMNO A LUIS PARDO
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Nalo Alvarado Balarezo
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Florece en la Tierra una bella historia,
y se eleva al cielo un grito inmortal,
trinan las guitarras melodías de gloria
desde Chiquián hasta Pancal.
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Hermano solidario del desvalido,
héroe anónimo de la justicia social,
en tu Memoria el pecho se agranda
cantando un huayno en el pajonal.
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Desde el Huayhuash hasta el Tucu Chira
sembraste en tu ruta laureles solidarios,
llevando abrigo a los parajes solitarios
bajo los ojos del que todo lo mira.
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Luis Pardo, bandera de libertad,
fuiste grande en el corazón del Ande
y más grande frente a las balas asesinas,
que te despojaron de todo, menos del Sol.
 
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OTROS RELATOS:
 
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Fuente:
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- CHIQUIÁN: "Sentimientos"
- CHIQUIÁN: "Mis Cantares"
- CHIQUIÁN: "Relatos Campesinos"
- CHIQUIÁN: "El Juguete y Otros Cuentos" .
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Luis Pardo (al centro, sin poncho) y sus amigos
 (Foto: Familia Pardo Loarte)
 
 

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FELIZ CUMPLEAÑOS AMADO PRIMO

Montura del caballo "Duque" de Luis Pardo 
Foto: Nalo AB
  
 
OSWALDO PARDO LOARTE
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Sobrino nieto de LUIS PARDO, digno depositario de su heredad.
 
Nalo - La Vergne, 17 de marzo de 2018
 

IMÁGENES DEL RECUERDO
 
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Familia chiquiana Pardo Loarte
 
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CHIQUIÁN QUERIDO
 
CASA DE ZOILA TAPIA, "LA ANDARITA", MUSA DE LUIS PARDO. 
 
VISITA EFECTUADA EL 2009 CON MI PRIMO OSWALDO PARDO LOARTE,
 
QUIEN APARECE EN LA FOTO DEL RECUERDO (OSWALDO RADICA EN VENUEZUELA)
 
 


 

TIEMPO DESPUÉS, LA CASA DE "LA ANDARITA" FUE DESTRUIDA.
 
  UNA NUEVA CONSTRUCCIÓN BESA EL CIELO:
 
Foto tomada durante mi visita a Chiquián 
DICIEMBRE DE 2013
 
 
PINCELADAS CHIQUIANAS - DISEÑO VIRTUAL, 
 
EN HOMENAJE A MI PRIMO OSWALDO PARDO LOARTE