lunes, 18 de diciembre de 2017

EN EL DÍA MUNDIAL DEL MIGRANTE - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)


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ÍTACA
 
Armando Alvarado Balarezo (Nalo) 

Muchos que aún no sueltan sus amarras ni levan anclas, piensan que el fuego del amor por el suelo natal  decrece en la distancia. !Ah ilusos seres humanos!, no saben que la brisa de la añoranza aviva más sus llamas, como el viento  inflama las velas de un barquito cuando la noche derrama sus tintas en el infinito, con la brújula apuntando a puerto seguro: el terruño amado.

No importa que seas cóndor o paloma, tus alas siempre querrán volver al nido. Tampoco importa que seas glaciar o arena, los aires natales que silban al oído las 25 horas del día, te harán volver la mirada al punto de partida: nuestra venerada querencia.

Hermano arriero: 

Tú, que algún día surcarás cielos lejanos, no olvides que a medio camino te asaltarán los recuerdos. Ese día comprenderás que la fragancia del mantel más caro del mundo no se compara al delicioso aroma del pan hecho en casa, y que el amor por nuestra tierra es sol que no ciega ni quema, sino una bendición que ilumina y abriga. 

La Vergne, 15 de junio de 2012 
 





AMOR LEJANO
 
 Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo) 

En la distancia pienso en ti, sólo en ti amor ausente. Día tras día fraguando las horas grises con la furia de los vientos, y decantando los mustios momentos con lágrimas que brotan de mis trovas tristes...

En tardes agobiadas de añoranza te recuerdo más y sufro. ¿Acaso no sabes que somos dos arterias de un mismo corazón? ¿Acaso no sabes que te amo como el jornalero ama a la lluvia que alivia su respirar cansino, como ama el arriero a la luna que ilumina su andar beduino?

Te amo y te amaré con ese amor de borrasca que desborda y empapa de lágrimas los sueños. Quizá sea un amor vespertino que está pasando de moda, pero te amo con todos los colores del arco iris, con ese amor marino que golpea el acantilado, y a la vez con amor campesino: tierno y sosegado, cual rocío matinal que ama a la flor que aroma el camino.
 
Ayer desperté desorientado como un velero que perdió su destino; y traduciendo en los vaivenes de mi pecho tu latido, me declaré culpable de alejarte del faro que te eleva al éter con luces de neón. Sólo sé que la vida se extingue buscando rutas de salvación, con ese terco anhelo que hinca y duele, mientras la barca de Caronte pasa leve, acechando que el alma vuele.
 
Los que forjamos utopías con el viento en contra, soñamos con un amor calmo y un mundo más humano, donde todos convivamos como hermanos. Pero también soñamos con ese amor iracundo que fluye de la médula, como el amor de Ulises por su amada Ítaca. Dulce pasión que mitiga las insomnes madrugadas, aunque me apena que por tu piel mis huellas sigan pasando de largo.
 
 Así discurre mi existencia terrena..., sin hallar eco en tu palpitar, bogando a tientas en un mar anochecido. Sólo espero que no sea el anuncio de la travesía final; en tanto, recibe una rosa carmesí que escogí para ti, para liberar de un suspiro todo el dolor que siento. 
 
París, 22 de octubre de 1984

o

Del poemario "SENTIMIENTOS"
 
 
 
 
Pichuichanca (Gorrión andino) 
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EL PICHUICHANCA DE LOS ESCARPINES BLANCOS

  Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo) 

"Estés en la Luna, en Marte o Plutón,
tus raíces permanecen en la Tierra" 
                                              Shapra

Finalizado el desfile escolar de Fiestas Patrias de 1962, retorné a casa mostrando a mis vecinos de Jircán la Libreta de Notas, cubriendo con el pulgar el 11 en Conducta. 
 
Después de la reprimenda por el 11 alisté equipaje para pasar las vacaciones de medio año en Tupucancha, nuestra "Siberia chiquiana", a más de 4 metros de altitud, lugar de obligada expiación reflexiva.

Cuando guardaba en mi habitación el tarrito de pintura con el que retoqué el maletín de la Cruz Roja que porté en el desfile, ingresó en raudo vuelo por la ventana un pichuichanca.

Luego de varios intentos lo atrapé, pinté de blanco sus delgadas piernas e improvisé un pequeño dormitorio para él. Hasta parecía un soldadito de arcilla con escarpines.

Aquella noche no fue fácil conciliar el sueño con “Chuqui” en mente. Con ese sobrenombre, en honor a mi viejo, bauticé al pequeño plumífero antes de acostarme. 

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Al despertar lo primero que hice fue averiguar cómo había amanecido el "excursionista". Por la forma de observarme intuí que estaba contento en el hospicio de cartón, con agua y máchica al gusto.
 
Bajé para asearme y tan pronto desayuné, salí con mamá rumbo a la plaza mayor de Chiquián donde aguardaba el camión recuaino “San Martín”. Media después estaba surcando la curva de Caranca con la caja de cartón en las rodillas.
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Al mediodía llegó el camión a Conococha haciendo crujir su doble cabina de madera. 100 metros abajo, el sol ancashino reflejaba su inmensidad en la laguna.
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Descendí del vehículo y continué la travesía, pero esta vez a pie. A las dos de la tarde Tupucancha me dio la bienvenida con ladridos, mugidos y balidos. Un fuerte abrazo con mi abuelita Catita discurrió el telón de mis vacaciones a 4,150 metros de altura.
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Casi toda la noche anterior en vela, además de un largo viaje en camión, y dos horas sorteando manojos de ichu y huagoros punzantes, minaron mis energías y caí rendido al declinar la tarde, abrigado por el crepitante fogón de la cocina. Seguramente mi abuelita con la ayuda de un pastor me llevaron huantundo a la cama, donde quedé “seco” hasta las 7 de la mañana del día siguiente. Al despertar vi la caja de cartón sobre la mesita de noche. Un presentimiento invadió mi pensamiento mientras abría la caja. Chuqui estaba echadito de costado, con los ojitos cerrados, tiritando... Lo saqué y corrí para darle calor junto al fogón.
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Minutos después salí de la cocina. Los rayos solares ya habían invadido la manada. Caminé hasta uno de los corrales y recosté a Chuqui sobre la pirca. Chuqui se paró tambaleante, movió sus alitas y caminó sin rumbo unos segundos; de pronto se detuvo, miró a ambos lados de los cerros cuajados de ichu, y finalmente se quedó inmóvil contemplando el sol naciente, parpadeó y emprendió vuelo hacia Chiquián.
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Culminada las vacaciones retorné al pueblo, arribando cuando las sombras de la noche cubrían las veredas.

Al día siguiente de mi llegada, como todos los amaneceres escolares, fui despertado por el gorjeo del pichuichanca. En ese instante vino a mi mente la imagen de Chuqui. Me vestí rápido y salí al balcón. Para mi alegría Chuqui estaba empinado, trinando fuerte sobre el lomo del tejado, luciendo sus escarpines blancos...
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En aquellas vacaciones escolares de medio año aprendí, que las aves y los demás seres vivientes no olvidamos el camino de retorno a casa. No sé a ciencia cierta si el sentido de orientación lo brinda el sol, el viento, la lluvia, el aroma, un sonar magnético o un radar natural. De lo que sí estoy seguro, es que la brújula que marca el itinerario del retorno es el sentimiento telúrico que ve en lo invisible y oye lo inaudible.
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Esta invisible hoja de ruta lo dibuja el espíritu con letreros luminosos; imperceptible a los sentidos, nunca para el corazón que desea volver al hogar natal, sin necesidad de guiarse por los guijarros blancos de Hansel y Gretel. De ahí que a través del tiempo se han escrito incontables poemas, relatos y canciones, dando fe y agradeciendo a Dios por su Bendición, como estas tres bellas composiciones peruanas, por ejemplo: 
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TODOS VUELVEN
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Letra y Música de: César Miró 

Todos vuelven a la tierra en que nacieron
al embrujo incomparable de su sol
todos vuelven al rincón donde vivieron
donde acaso floreció mas de un amor.
 
 
Bajo el árbol solitario del silencio
cuantas veces nos ponemos a soñar.
Todos vuelven por la ruta del recuerdo
pero el tiempo del amor no vuelve más.
 
El aire que trae en sus manos
la flor del pasado, su aroma de ayer
nos dice muy quedo al oído
su canto aprendido al atardecer
nos dice su voz misteriosa
de nardo y de rosade luna y de miel:
. Que es santo el amor de la tierra
que triste es la ausencia que deja el ayer
(Bis).
 
 
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CUANDO PIENSES EN VOLVER
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 Letra y música: Pedro Suárez-Vértiz
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 Cuando pienses en volver
aquí están tus amigos, tu lugar y tu mujer
y te abrazarán y dirán que el tiempo no pasó
y te amarán con todo el corazón 

Trabajas hasta muy tarde y no puedes descansar
las palabras de tu madre empiezan a sonar
cuando tú te estés muriendo por un poco de amor
hijito sigue adelante domina al corazón. 

.Debes sacar los tormentos de tu corazón
pues el dolor no es eterno y pronto saldrá el sol
saldrá el sol, saldrá el sol. 

Cuando pienses en volver
aquí están tus amigos, tu lugar y tu mujer y te abrazarán
dirán que el tiempo no pasó y te amarán con todo el corazón. 

. Puede ser que en tu tierra no había a donde ir
puede ser que tus sueños no tenían lugar
pero solo en tu cuarto tú tendrás que admitir
que podía haber pobreza pero nunca soledad.
 

. Quieres sacar los tormentos de tu corazón
pues el dolor no es eterno y pronto saldrá el sol
saldrá el sol, saldrá el sol.
 
Cuando pienses en volver
aquí están tus amigos, tu lugar y tu mujer
y te abrazarándirán que el tiempo no pasó
y te amarán con todo el corazón.

Quieres sacar los tormentos de tu corazón
pues el dolor no es eterno y pronto saldrá el sol
saldrá el sol.
 
Cuando pienses en volver
aquí están tus amigos, tu lugar y tu mujer
y te abrazarándirán que el tiempo no pasó
y te amarán con todo el corazón.
 
Cuando ya tú estés acá
trabaja hasta las lágrimas como lo hacías allá
sólo así verás que tu país no fracasó
sino que tanto amor te relajó
y te abrazarán
dirán que el tiempo no pasó
y te amarán con todo el corazón.
 
Danilo Barrón Pastor
 
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S H A Y:
 
Si estás lejos y te aprieta el corazón, piensa en aquellas lindas golondrinas "Santa Rositas" que visitaban Chiquián en las vacaciones escolares; y brinda con chinguirito, aunque sea virtual, átate a los sueños bucólicos y emprende vuelo, que nuestro pueblo aguarda con los brazos abiertos.
 
Nalo Alvarado Balarezo
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VOCES CHIQUIANAS:
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Chinguirito: 
 
Trago chiquiano preparado con alcohol, hierbas aromáticas (huamanripa, colahuiru y escorzonera), cáscara de naranja, limón al gusto y azúcar. Se sirve caliente.
 
Huantundo: 
 
Cargando 

Ichu:

Conocido también como "pulmón andino". Gramínea de la Puna, alimento de ovinos y bovinos del sistema de pastoreo.

Huagoro:

Cactus de la Puna.

Máchica:

Cebada, centeno, maiz o trigo tostado y molido al batán, con un toque de azúcar.

Pirca:

Pared de piedras sin argamaza, de mediana altura.
 
 
Tupucancha:  
 
Manada chiquiana de ovinos y bovinos.