miércoles, 4 de octubre de 2017

SAN MIGUEL DE CORPANQUI (BOLOGNESI, ÁNCASH) - POR WILBE JORGE BRÍOS RIVERA

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SAN MIGUEL DE CORPANQUI (BOLOGNESI, ÁNCASH)

Por Wilbe Jorge Bríos Rivera

En el cielo hay una “democracia especial” con  niveles jerárquicos debajo de Dios, la máxima autoridad celestial, conformada por ángeles, arcángeles, querubines, serafines, santos, beatos, etc. que “trabajan en equipo”, ascendiendo en su posición según lo que realizan en cuerpo o espíritu con los dogmas de la fe cristiana. Cuando en el inicio de los tiempos el hermoso ángel Lucifer (Portador de la luz), abusando de su libre albedrío, se rebela contra el poder de Jehová (Dios), el ángel Miguel (Nadie como Dios) sale en su defensa, lo combate y, con las fuerzas del universo, lo vence y arroja al infierno como Satanás (Adversario), junto con todos sus diablos (fuerzas del mal), para que paguen su atrevimiento por toda la eternidad. La representación de esta primera épica batalla en la historia de la humanidad, puedes verla dándole clic a:

En este contexto nace la diferencia entre el bien y el mal que perdura hasta hoy, lo que dicho de manera simple, resultaría ser que el bien es la acción humana que se respalda en valores morales para lograr el bienestar común, como la verdad, el amor, la paz, la libertad, etc., mientras que el mal es todo aquello que es injusto, que propicia lo contrario, como la mentira, el odio, la guerra, la esclavitud, etc. y debe ser combatido por cada uno de nosotros porque cada día nos acecha la tentación. Yo, por ejemplo, tengo una fórmula muy sencilla para esto, “creo en Dios y no hago a otro lo que no quiero que me hagan a mí”, añadiéndole “trato siempre de hacer el bien, sin mirar a quien”, así vivo tranquilo y feliz.

El 29 de septiembre, según el Santoral Católico, es el Día de San Miguel Arcángel, así se le honra como “Príncipe Celestial” o “Jefe del Ejército de Dios”, siendo su nombre y figura, con espada y vestimenta romana venciendo a Satanás, legendaria a través del tiempo y en muchas latitudes, lo que también ha llegado a nuestros confines peruanos. La Región Piura lleva su nombre, el distrito Miraflores en Lima también, al igual que el distrito San Miguel, y así muchos lugares, pero yo lo recuerdo con mayor afecto porque el andino pueblo en el cual nacieron mis padres también lleva su nombre y se llama SAN MIGUEL DE CORPANQUI, ubicado en un lindo paraje ancashino.

En este pequeño pueblo la devoción por San Miguelito es muy grande, yo mismo todas las noches le presento mi respeto, pido su apoyo y se fortalece mi espíritu porque me siento protegido contra las angurrias y deseos malignos, creo que es mi “ángel de la guarda”, esa espiritualidad la aprendí de mis padres y se las transmití a mis hijos con la esperanza que se la pasen a mis nietos, ¡ojalá no haya arado en el mar!. Este sincretismo religioso se da en los pueblos andinos con las Fiestas Patronales, también en Corpanqui, juntándose la devoción católica por el Patrono Miguel, a través de un Mayordomo, con la tradición histórica de la captura del Inca, acompañado de sus pallas y guerreros, por el Capitán Pizarro y su grupo de españoles que piden su rescate, luego de lo cual la pagana fiesta continúa al son de las bandas y conjuntos, con bailes, cantos, alimentos típicos y cervezas heladas gratuitas, por siete días en los pueblos y un fin de semana para quienes vivimos en Lima u otros lugares, como por ejemplo la veneración al Señor de los Milagros que ya es casi mundial.

Amigos, conozcan el Perú primero –si es con nosotros mejor- viajen por diversos pueblos adonde tenemos muchas historias y costumbres, después vayan al extranjero para que comparen y se sientan más orgullosos de ser peruanos. Acá les muestro unas imágenes de como festejamos en Lima la fiesta de San Miguelito de Corpanqui, vea las siguientes leyendas:
 Hermoso pueblo SAN MIGUEL DE CORPANQUI en la provincia Bolognesi, 
Ancash, de clima templado con gente alegre y educada.
    Una gran banda se prepara en el local propio de los corpanquinos en Lima, 
 para recibir a quienes a quienes asistimos al homenaje a nuestro Santo Patrón
 SAN MIGUELITO. Sobre el estrado está el Conjunto Típico de música ancashina.
 Con música el Inca hace su ingreso al local, con su General Rumiñahui 
que lleva el estandarte, sus guerreros y pallas, vestidos con trajes típicos.
   El Capitán Pizarro, con sus guerreros españoles también hace su ingreso
 al local de los corpanquinos al son de la marcha guerrera.
El Mayordomo, encargado de los aspectos religiosos del evento, también 
 hace su ingreso acompañado de sus familiares y amigos, al son del arpa.
 Venerada imagen de SAN MIGUELITO DE CORPANQUI, es cargada en hombros
 de damas corpanquinas para la Santa Misa, la adoración y la procesión.
  Gran cantidad de corpanquinos, sus descendientes, familiares y amigos en general
 -no se cobra la entrada- participan de los actos religiosos y protocolares en el
 homenaje a SAN MIGUEL DE CORPANQUI, en el local propio de la institución.
 .     Terminada la Santa Misa y la adoración del Inca y sus pallas, así como del Capitán
 y sus acompañantes, se realiza la procesión dentro del amplio local corpanquino.
Cada cierto tramo de la procesión se hacen adoraciones al Patrón del Pueblo, 
 quien es cargado por gran cantidad de personas. Se dice que a quien más
 le pesa el anda es porque más pecados tiene.
 
Luego sigue el baile del Inca con sus pallas y el general Rumiñahui. Toda mi 
 familia, Maquita, Zoilita, Martino y yo mismo, en diversos momentos, 
 también hemos sido funcionarios de esta festividad con devoción y alegría.
  El Capitán, al igual que el Inca, tiene que comprometer a sus pallas y 
 acompañantes con meses de anticipación para que practiquen y se compren 
su vestimenta uniforme. Es un buen gasto, todo por la fe y las costumbres.
 El "ejército" del Inca es advertido que hay "españoles" que quieren capturarlo 
y robárselo, por lo que se preparan para defenderlo.
Comienza la "batalla" y los bandos cumplen su papel con entusiasmo.
 En la "batalla" hay veces que se exceden, pero son golpes y patadas con afecto.
   No es fácil capturar al Inca, las pallas son las más aguerridas defensoras.
  
Hasta que el Inca cayó, es capturado y los españoles piden rescate, 
unas cajas de cerveza, en medio de la alegría general.
 ¿Y este “español” con la lengua afuera?...creo que se olvidaron de él 
y no le dieron sus comidas y bebidas…por cuidar Inca...jajaja...
 Comienza el baile general con la multicolor cinta del Inca, 
luego que pagara su rescate, con cada asistente agarrando un extremo
 para que siga el baile al ritmo de la gran banda.
 El Inca baila con sus familiares y amigos, muchos de ellos con los 
sombreros de los españoles, todo es alegría y devoción.
 El Mayordomo terminó su función religiosa y también se incorpora
 al baile con sus familiares y amigos.
   Esto ya es un pasacalle típico ancashino, con los brazos agarrados 
bailan al son de la banda dentro del local.
  Felicitando a mis queridos parientes corpanquinos, el Capitán y su abanderado.
 Cada año los funcionarios cambian.
 También acá felicito a mis queridos parientes corpanquinos, 
el Inca de manto rojo con su general Rumiñahui.
 A comeeerrr se ha dicho, son alimentos preparados con generosidad 
por cada funcionario -ojo que son tres- lo que se distribuye
 gratuitamente entre los asistentes.
 Es una chambaza la preparación de los alimentos en Lima, 
en el pueblo lo es más aún porque sacrifican reses, chanchos, 
carneros para siete días. Ese es el Perú profundo.
Imagínate que bien servidos están estos platos, si fueras al restaurante 
te sacan un ojo de la cara, acá es gratuito por San Miguelito.
Todos a comeeerrrr, pero no vale llevarse ni repetir, 
debemos poner cámaras de seguridad...
  Provecho prima, ¿creo que es el tercer plato???...
 Pasu mare, comí como si fuera músico de pueblo, 
es que como estas reuniones no hay otras...
  Heeyyyyyy, me faltó mi chicha de jora..."si no me dan de beber lloro..."...
 
Así termina la parte publicable de la reunión, la que continúa con la 
nominación de los funcionarios para la fiesta del próximo año 
y el baile con borrachera general. Este Inca sí que tuvo suerte...
hasta el próximo año, si Dios quiere.