miércoles, 4 de octubre de 2017

CARHUAZ: FIESTA EN HONOR A "MAMÁ MECHE" - POR JUAN RODRÍGUEZ JARA (AEPA, PISCOBAMBA)

 
CARHUAZ: FIESTA EN HONOR A  "MAMÁ MECHE"
 


Por Juan Rodríguez Jara
 
Los primeros habitantes que llegaron a Carhuaz con la etnia del “Guitarrero”, no solamente sembraron maíz para chicha, sino también sus costumbres, la adoración y el pago a la tierra, al agua, al sol y la luna, que en la conquista pasaron por una modificación a criterio del conquistador, pero en los apus, ríos, quebradas y la naturaleza siguen latiendo las expresiones del alma y los corazones de los habitantes de esta gran provincia, que cuenta con muchas comunidades.

Carhuaz está en el centro del Callejón de Huaylas del departamento de Áncash, que le vale decir: “Corazón del Callejón de Huaylas”. Es un pueblo hermoso como todo rincón ancashino, aquel y otros lugares andinos guardan con orgullo y vehemencia sus costumbres, no obstante que la modernización quiere destruir el legado de nuestros antepasados, que fundaron y formaron para trasmitir la verdadera convivencia con la tierra y el espacio geográfico.

En Carhuaz se festeja con mucha devoción y alta consideración la fiesta de la “Virgen de las Mercedes” patrona de las armas del Perú, fecha en que fluyen las diferentes gamas de expresión: alegría, confraternidad y amor a la tierra,  que va llegando a su final después de novenas, vísperas, día central y octavas. Así son las costumbres de este maravilloso pueblo de tierra adentro, que impulsan a contar con versos del alma el paso de la fiesta:



“Ciudad acogedora” un mural expresa,
cuna de la fundación de la asociación
de escritores y poetas de Áncash;
escenario de una gran ancestral fiesta
con poblanos, familiares y visitantes.

Hierven en espumas los botellines
y abridores desfilan en las cumbres,
cajas y cajas vienen en pasos lentos.
Calles y veredas en grandes versos
dejan sabor andino las bebidas rubias.

La anfitriona chicha llega en baldecillos,
en perfil bajo acariciando gargantas secas
para purificar y animar los corazones;
llamando el pañuelo a los aires
en una chuscada que llama zapateos.

Al mayordomo llevan entregar toros
bailando alrededor familiares y amigos,
del obsequiante que rompió billetes
hermoseando al astado con enjalmes;
con orgullo lucen pañuelos y sombreros.

La banda de músicos se esfuerza
por el pago que arrulla su semblanza;
el platillo dorado en el aire que repica,
las trompetas concursan en armonía,
el bombo resuena su eco en cadencia.

Nublan todo el cielo las avellanas
llamando a lejanos para que bajen;
los animales de los cerros huyen
del ruido y la pólvora en remolinos,
dejando a multitudes en danzas.

Cirios de la Virgen de las Mercedes
multitudinaria en primavera espera
en la iglesia que mañana acogerá
a toda esta muchedumbre enardecida
que hoy pasan con sus toros y bandas.

Llega desayuno mañanero del mayordomo
en perolito con mar de mote en mondongo;
cuyes sentados en cordillera de papas
acompañado de botellas de macerados
Para sentar la ocasión, e iniciar los bailes.
 
La novena continúa en concentraciones,
repican bandas, bailes y bebidas.
Llega la víspera un lleno en las calles,
la plaza repleta de visitas en danzas
hasta la madrugada con  holgorios.

Veinticuatro setiembre el día sagrado
en su altar mayor la Virgen de las Mercedes
recibiendo devotos, flores, cirios y adornos.
Escuchan misa y todos elevan oraciones,
saliendo luego en procesión todo el pueblo.

Días vienen con las octavas animadas
con las comparsas nativas y en visitas.
La fiesta sigue en su trayectoria y días
muchos volverán recorrer estos jirones
cuando "Mamá Meche" llame a sus hijos.

Una fiesta que tejió recuerdos y saludos
durante un mes de bailes y comidas;
el otro año vendrán otros y con ánimos
de superar esta fiesta patronal eterna.

Gracias Carhuaz siempre te recodaremos. 
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