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RECUERDOS
ARNULFO MORENO RAVELO:
EN EL AZULINO VERDE PASTIZAL DE LA MAÑANA
Carlos Garrido Chalén
Herbert
Marcuse, repitiendo a Freud, decía que la historia del hombre, es la
historia de su represión; que es la cultura la que restringe no sólo su
existencia social, sino también la biológica, y no sólo partes del ser
humano, sino su estructura instintiva en sí misma; pero que, sin
embargo, tal restricción es la precondición esencial del progreso. Para
el autor alemán, que tuvo a Husserl y a Heidegger como maestros en
Brisgovia, aplicando la fenomenología a las cuestiones ontológicas e
indagando sobre el ser en sí mismo, después de Hegel, el Eros
incontrolado es tan fatal como su mortal contrapartida: el instinto de
la muerte.
Marcuse sostenía en su obra “Eros y civilización” que las fuerzas destructivas del Eros, provienen del hecho de que aspira a una satisfacción que la cultura no puede permitir: la gratificación como tal, como un fin en sí misma, en cualquier momento; y que por esa razón los instintos deben ser desviados de su meta, inhibidos en sus miras. La civilización empieza, según él, cuando el objetivo primario, o sea la satisfacción integral de las necesidades, es efectivamente abandonado.
El abogado,
poeta y escritor pallasquino Arnulfo Moreno Ravelo, no cree como
Marcuse, que los impulsos animales se transformen siempre en instinto
humanos bajo la influencia de la realidad externa. En su obra “La aurora
natural”, que es un ensayo prodigioso del naturalismo expresivo que él
mismo ha inventado, no entra a las disquisiciones metapsicológicas que
atormentaron al pensador alemán, pero en sus “entreabiertas burbujas
sueltas teñidas de arrebol”, logra sin querer demostrar que los
instintos del hombre están a favor su naturaleza antes de que la cultura
los mimetice y transforme y también los reprima.Para Moreno
Ravelo, “la vida, sólo es un color licuado de arte”, enfrentando “los
duros contratiempos del rayado destino” (“el amarillo contenido del
trigo partido, esparcido debajo de la sombra”, “cuando repintando el
alba, en cada rayo se agranda la esperanza”.
En su obra
monumental, de la que podrían salir diez libros sucesivos más “como una
sombra alargada de abismo”(“sobre la nitidez de la mañana quisiera
escribir mi deseo de amarte y acariciar la brisa con las manos
encrespadas del tamaño del mundo”)(ahora que “el sol ha hecho su tiempo
circular de ausencia), el ancashino nos abruma con esa voluntad de
entregarse sin devaneos a la generosa descripción de una naturaleza que
está allí, a tiro de piedra, al alcance de todos, pero que sólo personas
sensibles como él, logran describir, con la luminosa aquiescencia de un
poeta genuino.
“Como un libro
abierto en la tierra sembrada”, Moreno Ravelo nos lleva hacia límites
impredecibles, aunque a veces “en el grosor del silencio, rayado al
borde de la luz de aurora, se va parchado de sufrimiento al precipicio” y
“en la última cuadra diseñada del olvido” aquieta su emoción “en el
completo cero de la nada”, “como péndulo de campana sobre la cuesta
dolorosa de la tierra”, “como un camino fallecido a la distancia”.
En “Aurora
Natural” un ensayo poético, que coloca a la naturaleza como principal
protagonista, no hay “esa luz apagada de cementerio que termina en el
fondo del abismo”, sino un amor “levantando el estallido del ajuste”,
por los colores y las formas de la vida que se percibe en el cielo y en
la tierra, en “el empezar del color manuscrito de la rosa”.
“Como un
abierto mundo en una herida”, el poeta va a sus fuentes de inspiración,
con absoluta dignidad, a veces “sin advertir la insonoridad del
ruido”(“mientras por sobre los surcos del rostro envejecido, en color de
tempestad se descuelga la paciencia”, “la benevolencia nublada del
viento”, ”el sol de plata mirando de costado dispuesto a hundirse en el
aire frio de la cumbre”) o que “una luz violeta de tono apagado endurece
la voluntad de las cosas” positivas.
“En donde la
luz coagula como una lágrima de cristal” “tantas bocabajadas alegrías”
el poeta y escritor, abogado por añadidura, observa “por la rendija de
la puerta del día” esa alborada “volteada de luz” que “besa el alba”
aunque gima la tierra y las nubes tomen distancia con la vida y termine
“desmoronándose de universo” y “el cielo desatándose” de dudas.
Moreno Ravelo
sabe su oficio, y por eso puede ver con los ojos del alma, “las
aberturas del cielo, dilatándose en sus lumbreras y en el cóncavo
asombro” de su canto.(“delicadamente cincelado de una prudente y sincera
eternidad”, allí donde “el firmamento cuelga como una gota de agua
seca” y “el despuntado amanecer asciende y desciende desbocado y
regañón”, inmotivado.).
Cuando él
dice: “la luna alejadamente voló hecho un cristal de plata destruida.
Esa abandonada paciencia de caminos” “como un cubo inclinado en la
lejanía, sostenido en el deletreado ángulo del tiempo” o cuando describe
“las amplias oscuridades de contratiempo, cubriendo irremediablemente
los cerros desganados” (“cuando se impone el instinto, los caminos no
comienzan ni terminan”), no es empujarnos disimuladamente (“de abierta
rosa se perfuma la sombra) adonde “la anónima oscuridad no llega, sino
mostrarnos su visión de profeta y peregrino (“te das cuenta, que te hace
falta un paso menos de retroceso en la mirada”, ”calando hasta el
escapado profundo se riega de frío el sabor amargo”, “delgado de amo”,
sobre “el vacío en redondel del miedo”, “envuelto de olor a incienso de
un domingo”, “enmudecido de lejanía, en voltereta de horizonte”” la
tarde va cayendo a plomo sobre el lomo de la horizontal tristeza”).
Arnulfo Moreno
Ravelo sabe “agujerear la forjadura del pasado” y que “batiendo su
destello de hoja al aire perdido de cuesta se llega al firmamento” y en
“puntillas de aurora”, “vestido de vida” “cargado de viento”
“aprovechando la exterioridad soltada de alguna empezada partitura” se
deslinda “desclavado de amanecida”, para mostrarnos “la profundidad del
firmamento” (“rascando el blanco cerezo del cielo”), esa “cristalina
casa del alba” – “tendida el agua”, “la luna arrimada a un costado de la
altura” - en la que la “luz descollada de aurora se define.(“nada ha
demostrado la contrariedad del polinomio, menos la sepultura del factor
recuerdo”).
Y “en las
entradas y salidas” de esa travesía, - “en la sensación del resultado”
-“rodando por la fría oquedad de los salientes”, “removiendo el aire
bajo el puente”, “asomado al centro del reencuentro”, él –“teñido de
retirada” -define los contornos vivenciales de una literatura noble,
permisiva que se nutre de la propia vida ( no importa que “sobre la
sequedad de los campos estén distantemente desunidos los abismos”; y que
“como un oloroso membrillo de antigua planta”, “el sol bruña las
ennegrecidas piedras, penetre en los escarpados cerros y repose en las
faldas de las cumbres que se elevan hasta el cielo”).
No importa que
“las ideas se enreden con el viento” y “encorve de azul el firmamento”.
Fuente:
LIBRO "LA MONTAÑA DEL JURAMENTO"
DE CARLOS GARRIDO CHALEN
HERMANO DE LA PLUMA:
ARNULFO MORENO RAVELO
Por Julio Oliverá Oré
Una
franja de senda se abre paso por entre la pizarra, atraviesa Chuquique y
conduce a Tauca (Kakia), por esta entrada el hombre se resbala por la
pendiente de las calles al centro de la población. Apiñada y repleta
están las casas. Un inusitado movimiento anuncia la actividad del agro
por las mañanas. Huachuspiña, Conculay Quisuarball, Parga, Asumachay y
Huamapara son las campiñas de Tauca que ofrendan su sonrisa cascabelera y
desairosa. Más abajo un clima tibio ofrece sus galas de balneario y
estampas como las de Llactabamba, Tiñayoc, Hualalay, Quichua y Matibamba
dán a Tauca con su vegetación barroca y sus praderas floridas, un gusto
renacentista. El alfalfar absorbe las praderas y sus flores de
azul-violeta se extienden como brochazos sobre un campo de arcilla
amarilla. Por el cerro de Angollca las minas de plata ceban la ambición y
la fantasía.
Aqui nace el 15 de agosto Arnulfo Moreno Ravelo el año de 1940, donde empieza a estudiar pasando a Cabana para concluir la Secundaria, despues Lima, a las Universidades de San Marcos y La Villareal, obteniendo titulos de abogado y graduado en Ciencias Administrativas. Aqui en este parnaso del amor pasa su primera infancia. El idilio tiene la efusion del campo y el perfume de las flores. Por Parga los recodos anidan recuerdos y ponen hitos a la aventura.
La
riqueza de las campiñas y el sabor artístico del pueblo está
representado en su templo. El arte colonial agotó los recursos barrocos y
erigió altares soberbios cargados de ornamentos inverosímiles, de
volutas que se esfuman como esencias, de adornos quintaesenciados, de
columnas esbeltas transidas de una ebriedad mística y otras cargadas de
racimos de uva, grávidas y apasionadas. Los artistas vaciaron su
fantasía y captaron la emoción del pueblo para plasmarlo en su templo.
De aquí los ábacos llanos y severos del arte dórico o los remilgados y
estilizados del corintio y gótico, capiteles, bazas y cenefas de
ornamentación bizantina donde la imaginación se pierde, estrías de
pilastras pulidas con pan de oro y tallados con lujo, frisos de alto y
bajo relieve con motivos arabescos engastados entre arbitrales griegos y
cornisas árabes, jambas, molduras y cenefas de oro que irradian vivos
fulgores. Rejas toledanas de tipo renacimiento y ventanales con barrotes
de madera tallada o esculpida; arcones esmaltados, relicarios de concha
y carey; cálices, custodias y candelabros elegantes con incrustaciones
de piedras preciosas tallados en el oro y la plata de la región; palios y
casullas de seda y oro donde el arte se ha esmerado y agotado sus
recursos y en los que enhebró la mujer tauquina su pasión angelical y su
fe cristiana.
El
púlpito de madera donde no hay una pulgada libre de talla o de motivo
decorativo es el orgullo del pueblo y reliquia nacional. El artista se
ha esmerado y su fantasía se ha excedido en el portento de la obra; la
imaginación apenas puede seguir la prodigalidad decorativa. El oro
burilado en el púlpito aumenta el fausto de la obra y excita la ambición
de los extraños.
En
Tauca la manzana es una planta silvestre. Los montes se repliegan en
los ceros o se cuajan en las acequias o junto a los cercos de los
corrales, abunda en los huertos y hasta invade el patio de las
alquerías. Una fragancia de fruta aroma el ambiente. Y las gacelas de la
campiña dulces y sonrosadas como unas manzanas llevan a los mercados
vecinos su mercadería y el garbo de su belleza lozana y turbadora. Este
caso singular de hermosura tenia que generar bardos y romances
y por fuerza una música y una poesía romántica. El campo poblado de
cadencias incitó a la aventura y las pasiones tenían que incursionar por
el verso y la melodía. Y la mujer como un ángel o una vestal fue
endiosada y venerada la campiña como un templo le ofreció el escenario
de las sombras de sus montes o el furtivo recodo de sus caminos para dar
a florecer una promesa o un beso. Es aqui donde Arnulfo pisa con sus
versos este paisaje efusivo de su tierra brindadonos casi toda su
produccion, que le han servido para ser reconocido, galardoneado y
premiado por asociaciones nacionales e internacionales. Miembro de la Anea, del Ateneo Andino de muchas asociaciones cultruraes y directivo como en la Casa del Poeta Peruano. Distingudo con Los Laureles Poeticos Cesar Vallejo y es declarado Hijo Ilustre de la Provincia de Pallasca.
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Fuente:
HOyC.
- Carlos Ramirez Cuentas
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IMÁGENES DEL RECUERDO
Álbum: Nalo Alvarado Balarezo
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Chiquián
IMÁGENES DEL RECUERDO
Álbum: Nalo Alvarado Balarezo
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Chiquián
Huari
Lima
PARTE DE LA OBRA ESCRITA DE ARNULFO MORENO RAVELO
Edición de la Entrada: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Fuente:
Casa del Poeta Peruano
Joan Viva
Casa del Poeta Peruano
Joan Viva
Edición de la Entrada: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
UN MINUTO DE SILENCIO POR NUESTRO HERMANO DE AEPA Y DEL CLUB ANCASH:
ARNULFO MORENO RAVELO
Por Áureo Sotelo Huerta
Por Áureo Sotelo Huerta
COMO
ÉL SABÍA QUE YO ERA ADMIRADOR DE LAVOISIER, ESTOY SEGURO QUE HABRÁ
SABIDO PERDONAR MI TARDANZA Y AUSENCIA. Recién el domingo 30 de
noviembre, a las 10 de la noche me comunicaron del sensible
fallecimiento del poeta pallasquino Arnulfo Moreno. El lunes 1 acudí al
velatorio para saludarlo y acompañarlo al cementerio de Lurín. Cuando
llegué ya los carros habían partido. Con el corazón contrito regresé a
mi casa y al abrir mi correo me encontré con la nota sentida de Nalo
Alvarado Balarezo, con imágenes del recuerdo y los geniales artículos de
Carlos Garrido Chalén y su análisis literario de la obra filosófica y
poética de Arnulfo y de Julio Olivera Oré, cuando ubica a Arnulfo
Moreno Ravelo en su terruño, Tauca, su cerro Angollca, que debe ser algo
así como el Huaytapallana para los huancaínos o El Huancapetí para los
aijinos; que me hizo pensar en León Tolstoy: “Pinta tu aldea y serás universal”; es cuando decidí escribir esta nota que pensaba decírselo en el camposanto.
FUI PRESENTADOR DE SUS DOS LIBROS
Lo conocí en AEPA y nos hicimos grandes amigos. Un día me dijo que presente su libro “Aurora Natural”, del que hace un excelente análisis Garrido con una erudición admirable, porque en ese libro Arnulfo plantea sus vivencias filosóficas. Cuando terminé mi exposición, Arnulfo, tan sensible me dijo que le había encantado. Es posible que por eso, dos años después, cuando publicó su nuevo libro “Amanecida de azucenas”, me volvió a pedir que lo presente. Desde entonces su amistad siguió creciendo "como la sombra cuando el sol declina”, palabras de Domingo Choquehuanca frente a Bolivar, en un pueblito a orillas del lago Titicaca.
Siempre que me encontraba me preguntaba: qué libro has publicado y qué obra de teatro tienes en cartelera. Gracias a él presenté en el Club Ancash mis obras “Vallejo al pie del orbe” y “Antúnez el poeta de la ingeniería”.
ÉL QUERÍA QUE EL CLUB ANCASH SE CONVIERTA EN LA MECA DE LA CULTURA NO SOLO ANCASHINA SINO NACIONAL. TUVO UNA ESPECIAL DEFERENCIA PARA SU AEPA.
Por eso cedió las instalaciones del Club a los movimiento culturales como “Los viernes literarios”, que conduce el poeta Juan Benavente, “Capulí Vallejo y su tierra”, que dirige el vate Danilo Sánchez, “El consejo Nacional Todas las sangres”, que regenta la extraordinaria poeta Beatriz Moreno, entre otras y desde luego es por esencia centro cultural de todos los ancashinos y de sus amigos. -Hermano, me decía: tenemos este hermoso y amplio local que puede estar a la altura de Las Brisas del Titicaca, que revienta de turistas porque Lima no tiene locales para mostrar nuestro folklor. Los puneños lo lograron porque un día sus dirigentes decidieron apostar por la cultura que los hijos de ese departamento les apoyaron.
ESTA ES LA CASA DE AEPA. TIENEN TODOS LOS JUEVES PARA SUS PROGRAMACIONES CULTURALES, NOS DIJO.
Como los puneños nucleemos a todos los hacedores de cultura de Ancash: escritores de todos los géneros, folkloristas, cineastas, pintores, artesanos, músicos y desde luego pensó en mí -Me encantaría que dirigieras el taller de teatro; me invitó, desistiendo de esta feliz iniciativa por razones de trabajo; quizás más adelante... Sus talleres empezaron a dar frutos; incluso los cultores del tango argentino y Gardel, fueron bien recibidos.
CUANDO MAS TE NECESITÁBAMOS ACABAS DE PARTIR
Cuando hace unos meses me preguntó qué estaba escribiendo le dije, “Antonio Encinas, maestro de maestros”. -Lo vamos a presentar en el Club Ancash, todos los profesores y familiares de nuestro departamento y del país lo tienen que ver. Te prometo una temporada de por lo menos 3 días. Encinas en el campo pedagógico es un ícono, hasta ahora recuerdo su famosa sentencia: “El más alto cargo que un ciudadano puede desempeñar en una democracia es el de maestro de escuela”- me dijo emocionado.
FUI PRESENTADOR DE SUS DOS LIBROS
Lo conocí en AEPA y nos hicimos grandes amigos. Un día me dijo que presente su libro “Aurora Natural”, del que hace un excelente análisis Garrido con una erudición admirable, porque en ese libro Arnulfo plantea sus vivencias filosóficas. Cuando terminé mi exposición, Arnulfo, tan sensible me dijo que le había encantado. Es posible que por eso, dos años después, cuando publicó su nuevo libro “Amanecida de azucenas”, me volvió a pedir que lo presente. Desde entonces su amistad siguió creciendo "como la sombra cuando el sol declina”, palabras de Domingo Choquehuanca frente a Bolivar, en un pueblito a orillas del lago Titicaca.
Siempre que me encontraba me preguntaba: qué libro has publicado y qué obra de teatro tienes en cartelera. Gracias a él presenté en el Club Ancash mis obras “Vallejo al pie del orbe” y “Antúnez el poeta de la ingeniería”.
ÉL QUERÍA QUE EL CLUB ANCASH SE CONVIERTA EN LA MECA DE LA CULTURA NO SOLO ANCASHINA SINO NACIONAL. TUVO UNA ESPECIAL DEFERENCIA PARA SU AEPA.
Por eso cedió las instalaciones del Club a los movimiento culturales como “Los viernes literarios”, que conduce el poeta Juan Benavente, “Capulí Vallejo y su tierra”, que dirige el vate Danilo Sánchez, “El consejo Nacional Todas las sangres”, que regenta la extraordinaria poeta Beatriz Moreno, entre otras y desde luego es por esencia centro cultural de todos los ancashinos y de sus amigos. -Hermano, me decía: tenemos este hermoso y amplio local que puede estar a la altura de Las Brisas del Titicaca, que revienta de turistas porque Lima no tiene locales para mostrar nuestro folklor. Los puneños lo lograron porque un día sus dirigentes decidieron apostar por la cultura que los hijos de ese departamento les apoyaron.
ESTA ES LA CASA DE AEPA. TIENEN TODOS LOS JUEVES PARA SUS PROGRAMACIONES CULTURALES, NOS DIJO.
Como los puneños nucleemos a todos los hacedores de cultura de Ancash: escritores de todos los géneros, folkloristas, cineastas, pintores, artesanos, músicos y desde luego pensó en mí -Me encantaría que dirigieras el taller de teatro; me invitó, desistiendo de esta feliz iniciativa por razones de trabajo; quizás más adelante... Sus talleres empezaron a dar frutos; incluso los cultores del tango argentino y Gardel, fueron bien recibidos.
CUANDO MAS TE NECESITÁBAMOS ACABAS DE PARTIR
Cuando hace unos meses me preguntó qué estaba escribiendo le dije, “Antonio Encinas, maestro de maestros”. -Lo vamos a presentar en el Club Ancash, todos los profesores y familiares de nuestro departamento y del país lo tienen que ver. Te prometo una temporada de por lo menos 3 días. Encinas en el campo pedagógico es un ícono, hasta ahora recuerdo su famosa sentencia: “El más alto cargo que un ciudadano puede desempeñar en una democracia es el de maestro de escuela”- me dijo emocionado.
.
Foto: Nalo Alvarado Balarezo
Hermano,
los grandes hombres como tú no mueren, viven en el corazón de sus seres
queridos y de sus amigos, porque como diría el gran poeta de la
escultura, el huancaíno “Carlos Galarza: “Después de nosotros, queda el arte” y como Vallejo podemos repetir: “Su cadáver estaba lleno de mundo”.
Tauca, cuna de Arnulfo Moreno Ravelo. Foto: Pallasca al día, Periódico Regional
AMIGO ARNULFO MORENO RAVELO
Por Juan Rodríguez Jara
Las campanas de la iglesia colonial de Tauca
doblaron en coro por tu partida silenciosa;
sin despedirte de nadie empacaste
tus obras literarias: “Amanecida de azucena”,
en una mañana de “Aurora natural”
recordando el trigal de “Espigas de plata”
dejando en tu Pallasca “Las piedras se aman”
y cuando llegó “Las neblinas de Invierno”
un “Sonrosado amanecer” levantaste
“Ensueño de Cielo” iniciando tu viaje.
Repasando “Rosal” y “La casa de Tapuyán”.
te recordaremos en los caminos
que marcamos paso. Llevando cultura
siempre estuviste en los encuentros
de la Asociación de Escritores y Poetas
de nuestra tierra ancashina.
Ahora colgarán mechones negros
señal de luto, pero tú ya no volverás,
vas gozar del descanso eterno
que Dios te ha concedido
por tu sabiduría humana
¡Hasta luego buen amigo!.
EL ADIOS A UNO DE LOS TITANES DE ANCASH.
Me acabo de enterar hace unos minutos del fallecimiento de uno de los más importantes valores de Ancash: DR. ARNULFO MORENO RAVELO,
abogado, maestro, escritor, poeta, directivo del Club Ancash en Lima, y
mejor amigo. La pena me embarga en estos momentos. Iniciamos una
amistad en el I Encuentro Internacional y VI Nacional de Poetas “Juan
Ojeda” realizado en Chimbote el año 1994; y de allí nos encontrábamos
siempre en eventos importantes que se realizaban ya sea en el Congreso
de la República, Museo de la Nación, Club Ancash o simplemente reuniones
amicales o de poetas. Me obsequió la mayoría de sus libros. En mi
Enciclopedia de Ancash, le dediqué una líneas de reconocimiento a su
invalorable aporte a la educación y a la cultura del país, especialmente
a su tierra pallasquina (Tauca).
Arnulfo A. Moreno Ravelo, (Tauca,
15.08. 1 940 – Lima, 30.11.2014). Abogado, escritor. Ex Procurador
General de la República del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Distinguido con Los Laureles Poéticos "César Vallejo" 2001 por la
ANEA. Presidente de la Asociación de Ex alumnos del Colegio Nacional de
Pallasca (2 008). Es autor de más de 16 obras literarias: "Vida Nostálgica" (1961), "Hojarasca de la ciudad" (1969), "Ensueño de cielo" (1999), "Amanecida de Azucena", "La Casa de Tapugón"; "Aurora Natural" (Ensayo del naturalismo expresivo) (2000), etc. Su fotografía se exhibe en el Salón de la Cultura del Club Ancash en Lima.
MI MÁS SENTIDAS CONDOLENCIAS A SUS FAMILIARES, A MIS COLEGAS DE LA CADELPO, AEPA.
QUERIDO AMIGO. QUE DIOS TE TENGA EN SU SENO. DESCANSA EN PAZ.
DR. VICTOR UNYEN VELEZMORO
ORACIÓN POR EL ESCRITOR ANCASHINO ARNULFO MORENO RAVELO
¿Cuántas
promesas de eternidad y ternura se irán con la muerte de un escritor?
¿Cuántas comunidades andinas como esquirlas de luna, no treparán las
laderas de la magia para hacer del silencio el saludo de energías como
labios sensuales, queriendo quedarse con la vida en reposo del muerto
que se aferra a la vida en los escritos que recogieron el aliento del Perú profundo, de Ancash amado, como argamasa y reto que debemos sorber como minuto de silencio, por grandeza de la literatura? .
Inauguración de la Sala de la Cultura del Club Ancash en Lima, el 7 de marzo del 2007,
con la incorporación de fotografías de algunas personalidades de Ancash,
iniciativa del Dr. Arnulfo Moreno Ravelo
Foto: Víctor Nolberto Unyén Velezmoro
La
memoria es la infinita arena donde reposa el mar en forma de cangrejos
afanosamente saltando epopeyas como glorias ensangrentadas. La memoria
es la historia misma en busca de una métrica de un poema que murmuran los silencios, al momento
de aspirar el olor de los crisantemos. Eso me enseñó mi Comunidad de
San Juan de Pararín, como recuerdo-energía de mis padres, que ahora
murmuro como oración solitaria o solidaria, en este minuto de silencio
por la muerte del escritor ancashino Arnulfo Moreno Ravelo, pedido por
el dramaturgo nacional Áureo Sotelo Huerta, a todos los amigos, desde el
blogspot Chiquián Querido, de Nalo Alvarado.
Y ésta es mi oración por el minuto de silencio, por un escritor ancashino: ¡Amen!.
Régulo Villarreal Dolores
C.2.11.14
IMÁGENES DEL SEPELIO
Por Danilo Barrón Pastor
Presidente de AEPA LIMA