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TESTIMONIO:
RAQUIA, UN PUEBLO CON TRADICIÓN Y COSTUMBRES
ANCESTRALES VIGENTES EN EL TIEMPO
“LA
LIMPIA DE ACEQUIA – EL SEQUIA PITSÉ”
Bolognesi-Áncash-Perú
Por
María Del Pilar Cárdenas Márquez.
INTRODUCCIÓN
Son
muchas las razones las que me impulsan a expresar que el generoso pueblo de
Raquia, está lleno de tradición y costumbres verdaderamente cautivadoras, las
mismas que son materia de un merecido interés por dar a conocer la experiencia
vivida en el mes de febrero de 2015 y 2016, habiéndome adentrado en una de sus
más significativas expresiones de integración comunal “La limpia de acequia o
el Sequia Pitsé en Raquia”; que se convierte en una fiesta luego de una gran
faena costumbrista de preparación para la actividad agrícola, como lo refiere
acertadamente Román Robles Mendoza en sus Investigaciones
Sociales, haciendo mención que en los pueblos del Valle de Santa Eulalia existe una actividad similar a la
Champería o también llamada Yarka aspiy de Puquio.
En
Raquia, sus pobladores nos hacen referencia, que hablar de los orígenes de esta
costumbre es pensar que se pierde en los tiempos prehispánicos. Es por ello,
que sus comuneros expresan que el Cequia Pitsé es “del tiempo de nuestros abuelos”, y que mantiene viva las enseñanzas
dejadas por nuestros antepasados del Imperio Inca con el trabajo comunitario
“El Ayni”, pero que al transcurrir de los años se teme que esta costumbre
pierda su trascendencia, desde luego, ya se notan algunos cambios como producto
de la modernización y por ende, existe la preocupación de que todo quede como
parte de una lejana historia o una leyenda bellamente contada con gran emoción.
EL SEQUIA PITSÉ, UNA
COSTUMBRE QUE UNE A TODA UNA COMUNIDAD EN TRABAJO, ALGARABÍA Y FESTÍN.
La Limpia de
acequia – “Sequia Pitsé” es una costumbre muy antigua, característica y propia
de la Comunidad de Raquia, única en el Valle Fortaleza que se realiza
anualmente con la participación de todos sus comuneros (120 aproximadamente),
la misma que se inicia con el rezo denominado: “Muchemuche” en la Iglesia
matriz, reunidos en la Plaza Mayor del pueblo antiguo de Raquia para
posteriormente comenzar con las faenas de la limpia de acequia “Sequia Pitsé”
en: Quemishpampa, Desagüe, Quiapampa y
Paraíso. La cárcel del pueblo es
el punto de alegría y diversión para la realización de los juegos “Presunaqui y
Llusinaqui”, donde los lugareños refieren que en este lugar en una confusión,
fue apresado el Sabio Antonio Raimondi al ser confundido como una persona
vagabunda y loca, que caminaba de un lugar a otro observando plantas e
insectos, afortunadamente fue liberado; este lugar quedó muy afectado y dañado
con el terremoto del año 1970, posteriormente por acuerdo unánime de la
Comunidad, el lugar fue reconstruido como una réplica, pero con un solo piso,
quedando como una reliquia histórica que alojó al sabio y estudioso Raimondi en
su paso por esta zona.
Esta actividad
se encuentra establecida en su Calendario Comunal: del 03 al 06 de febrero de
cada año, congregando a todos los comuneros y usuarios para poner en óptimas
condiciones los canales de riego principales de Quemishpampa, Desagüe, Quiapampa
y Paraíso para el cultivo de sus sementeras, para ello, la faena comunal tiene
una organización en pleno, compuesta por las autoridades del lugar, por los
usuarios y regantes en general, siendo el protagonista principal la Comunidad
campesina, haciendo cumplir en plenitud los acuerdos de asamblea.
Existe una gran
concurrencia, por estar involucrados sus intereses familiares, ya que de ello
depende su sobrevivencia con la productividad de sus terrenos, gracias al “agua
bendita” que recorre sus campos. En caso de ausencia de algún usuario, éste
envía a un peón que lo represente en la faena, y si esto no es posible, se está
obligado a pagar una elevada multa.
Desde luego, la
planificación de la ejecución de los trabajos y rituales a seguir se encuentran
a cargo de las autoridades de riego, debiéndose respetar las jerarquías:
-
El Juez de Paz, quien lidera los actos de
la faena y los ritos.
-
El Presidente de la Junta
de Regantes con su Comité,
es quien organiza y controla los padrones de usuarios de cada sector.
-
El Presidente de la
Comunidad Campesina,
es quien acompaña al Juez de Paz.
-
El distribuidor de aguas, es quien vigila el
trabajo de los comuneros y usuarios.
-
El topero, quien distribuye los topos
a cada trabajador a lo largo de los canales.
-
El pullucsha, tesorero del Comité de
regantes es quien además se encarga de recoger el licor durante los cuatro días
de duración de la actividad.
-
El Jichapador, es quien distribuye el licor a cada lampero.
-
El Revisador, es quien supervisa la limpieza del canal de cada topo.
Todos ellos, participan en
estos actos pero, no trabajan, puesto que, su función es controlar que la faena
se realice con eficiencia y velar por la atención a los faeneros, previstos de
licor, chicha, coca y música del lugar; caminando delante de ellos, brindando
también una buena atención a los invitados como el Alcalde, (quien contribuye formando parte de la comisión y
con el desarrollo de esta tradicional costumbre de manera significativa como
parte de la organización de inicio a fin), visitantes y faeneros, estos últimos se encargan de limpiar los topos
asignados de piedras, malezas y champas que han crecido durante el año, y de
trecho en trecho el topero ordena los descansos, los cuales ameritan un brindis
al compás de los músicos que interpretan el mejor repertorio de la zona.
LIMPIA
DE ACEQUIA - SEQUIA PITSÉ
El 03 de febrero.
Todos los
comuneros beneficiarios, regantes y propietarios de la toma principal de
Raquia, son congregados por su fe, y acuden al replicar la campana a las 03:00
de la madrugada a la Iglesia Matriz del pueblo antiguo de Raquia para
participar de la Misa y del rezo tradicional denominado “Muchemuche”, a cargo
del Catequista o Cantor de la jurisdicción donde los
feligreses al ingresar observan con atención al
Catequista, quien coloca en el cuello del Juez de Paz un manto blanco y
le hace entrega de una “Cruz de plata” en la que yace Jesús crucificado, lo
acompañan en este acto el Presidente de la Junta de Regantes, el Presidente de
la Comunidad Campesina de Raquia y el Alcalde y/o Regidor(a), quienes a su vez
portan velas encendidas para alumbrar el camino. Luego, a la indicación del Catequista,
ellos salen del recinto; y los feligreses, siguen su paso en forma ordenada
entre cantos y rezos. Al llegar a la puerta del templo, un camino de alisos
cubre el perímetro de la Plaza del pueblo de Raquia para que pase la comitiva,
llevando y acompañando con fervor la “Cruz de plata”, dando pase a que las demás autoridades y
feligreses se desplacen junto al Catequista y a un cantor hacia la cárcel
cantando y rezando en runa-simi y en castellano hasta llegar nuevamente a la
puerta de la Iglesia Matriz del pueblo de Raquia, allí antes de ingresar al templo, la concurrencia
besa uno a uno “El crucifijo”, cubierta
por el manto blanco y depositan en una canastilla una ofrenda económica
(limosna).
Acto seguido,
las puertas del templo son cerradas para dar inicio al rezo en la cual el Catequista, brinda en el nombre
de Dios la bendición por el inicio de esta importante actividad comunal y para
que ella se desarrolle con bien, destacándose de manera significativa la
entonación de un canto ancestral de la comunidad en runa-simi denominado “Muchemuche”.
El rezo,
culmina al avizorar los primeros rayos del sol, a las 05:00 a.m. Las personas
que llegaron tarde, son encarceladas y para recobrar su libertad se les cobra a
sus familiares una multa que consiste en una botella de licor, y si se trata de
una autoridad esta multa se duplica; al lograr la liberación de los
prisioneros(as), todos bailan al compás del pincullo, el bombo y la quena;
brindando con licor en señal de algarabía.
Seguidamente,
todos se dirigen a sus casas a tomar un buen desayuno para retornar a las 09:00
a.m., y reunirse en la toma principal de “Quemishpampa” y comenzar con la
faena, en este primer día la participación es masiva, todos sus lamperos
participan (120). El Juez de Paz es quien inicia la caminata hacia la Toma
principal, seguido por la cuadrilla de lamperos y demás participantes. Él
manteniendo los brazos en alto, en señal de mando, lleva consigo un bastón la
cual tiene forma de cruz, hecha artesanalmente de madera rústica con
incrustaciones de plata en las puntas, y adornada con flores de la zona. Una
vez que todos llegan al lugar, se ordenan y participan de brindar una ofrenda a
la Mama Pacha (Madre Tierra) y a la Mama Yacu (Madre Agua) con hojas de coca,
invocando a los Apus (cerros majestuosos), a sus ancestros y a su Santo patrón
“Santo Ángel” y a la Virgen María de
Belén para que los proteja en las faenas, y sean provistos de abundancia y
fertilidad para sus tierras, obteniendo
una buena cosecha durante el año. El Presidente de la Junta de Regantes-Comité
de riego hace una reunión de coordinación para designar al Topero, al Jichapador
(quien distribuye el licor a cada lampero) y al Revisador (quien supervisa la limpieza del canal de cada topo), si este
no cumple no recibe licor ni participa del brindis.
Es
así que se da inicio a las faenas, acompañados de la música tradicional, y en
cada descanso brindan con licor y danzan en los lugares asignados para ello.
Al
término de la faena la cuadrilla de lamperos y sus autoridades retornan,
haciendo su ingreso llenos de alegría por una antigua calle estrecha que los
conduce hacia la Plaza Mayor para degustar el suntuoso almuerzo que les espera.
En
el último descanso, el Topero designa a los últimos 5 lamperos para que vayan preparando la Mesa Mayor
designadas para las autoridades encabezados por el Alcalde, la Gobernación, el
Presidente de la Comunidad e invitados especiales; y la Mesa Menor,
designada para el Presidente de la Junta de Regantes-Comité de riego, el Juez
de Paz y los músicos, colocando asientos de piedras para todos, con una Cruz de
cada lado, adornados con flores y arbustos en sus lugares y alrededor de la
Plaza para el gran “Banquete popular: almuerzo”. Una vez acabada la instalación
de la mesa, al término de cada faena comunal todos los lamperos se acomodan
para almorzar, juntamente con las autoridades. A cada lampero le toca un cuy
entero. El presidente del Comité de Regantes empieza a llamar a todos los
regantes beneficiarios para la revisión de las viandas las cuales deben estar
completas, el Juez de Paz bendice la mesa y el Alcalde hace uso de la palabra,
donde agradece a los hombres y mujeres que participan de esta trascendental
tradición, saludando a las demás autoridades y visitantes e invitando para los
siguientes días hasta la culminación de las faenas. Nadie puede pasar o cruzar
por la mesa, en señal de respeto, caso contario se aplica una multa,
consistente en licor. El compartir es en pleno, acogiendo a los visitantes con
un convite general.
El 4 de febrero.
Se continúa con
la costumbre, y todos los propietarios de las chacras participan de la limpia
de acequia del lugar denominado Desagua, donde se encuentra la cabecera de
Cruzpata y Horno las cuales desaguan en Quiapampa. Son entre 30 y 40 personas,
terminada la faena se procede a almorzar y a participar de los juegos y del
baile.
El 5 de febrero.
A partir de las
08: 00 a.m., se concentran como todos los días en la Plaza Mayor del pueblo de
Raquia antiguo, para luego llegar a Quiapampa, para continuar con la faena,
participan 30 a 40 usuarios aproximadamente de este canal.
Día 6 de febrero.
En este último
día la limpia de acequia corresponde al Canal de Paraíso, donde participan de
la faena 40 usuarios aproximadamente de este sector, repartiéndose el trabajo
de manera equitativa. Seguidamente, recogen la Pullucsha (licor) de casa en
casa. Todos los lamperos o regantes
asisten a partir de las 10:00 a.m. para empezar a limpiar la acequia; y a la
mitad de la limpieza todos brindan (Jichanaqui) acompañados por los músicos que
tocan la caja o el pincullo. Terminando la limpia se almuerza en
confraternidad.
La parte
festiva de esta tradicional costumbre aún se conserva casi intacta desde
tiempos ancestrales; en tal sentido, podemos apreciar que esta importante
actividad cuenta con tres elementos complementarios a las faenas de la Limpia
de acequia – Sequia Pitsé, que hacen que sea significativa y singular en la
zona.
1.
El acompañamiento musical.- alegra el trabajo de los
faeneros y de quienes acompañan esta costumbre, el cual está a cargo de uno o
dos músicos tañendo la caja o tambor con una mano y con la otra entona melodías
con la flauta hecha de caña o madera con tres orificios. En la actualidad,
sabemos que la caja y la quena es proporcionada por un antiguo poblador don
Aquilo Fabián Brito “Pedrito”, quien por su avanzada edad ya no cumple con esta
función de tocar los instrumentos musicales, pero es el Juez de Paz, quien
tiene la responsabilidad de garantizar el acompañamiento musical para todos
los actos del Sequia Pitsé.
2.
El banquete popular (El
almuerzo).-
representa la compensación al trabajo comunal del “Sequia Pitsé”, donde las
mujeres se lucen con la preparación de los más sabrosos potajes llamadas
comúnmente entre ellos “viandas” para ser servidos a la hora del almuerzo.
Ellas preparan en sus casas los mejores platos típicos del lugar con lo mejor
de la cosecha, en gratitud a la Pacha mama. Cada familia, esposas, hijas,
nueras llegan al lugar indicado “La Plaza” luciendo coloridos trajes típicos con
una suculenta comida y la sirven, a campo abierto sobre manteles bordados
especialmente para la ocasión, los manteles son extendidos en el suelo y sobre
ellos, se colocan el Jaca picante (picante de cuy), el Wallpa caldo (caldo de
gallina), el Estofado de gallina, el Picante de conejo, la Papa a la huancaína
y todo tipo de asados, frituras ( huevos, queso dorado en ají especial), papa
sancochada, maíz tostado “cancha”, tamales, roscas y las riquísimas tortas hechas con harina de
trigo o de maíz, que son preparadas de manera anticipada (la tarde del 2 de
febrero) con gran creatividad en forma de flores (rosas, margaritas…), animales
(palomas, vacas, llamas…) y personas (muñecos y muñecas), donde el amasijo es
puesto en hornos tradicionales caseros con leña (molle, huarango, eucalipto,
pacae), son de resaltar los riquísimos y tradicionales tortas y roscas de Don
“Punicho” y de Doña “Rosita Huayta”. El brindis lo realizan las autoridades con
todos los comuneros asistentes y visitantes con chicha, vino, alcohol rebajado,
anisado, cerveza, en fin con una gran variedad de bebidas.
Antiguamente el almuerzo
era servido en las chacras (parte alta), pero al estar ocupadas con sembríos ya
no es posible, es por ello que el “Banquete popular” es servido en la
actualidad en la Plaza Mayor del pueblo de Raquia antiguo, sin importar en
algunas ocasiones la caída refrescante de la lluvia.
3.
El juego de los
prisioneros: “Presunaqui
y Llushinaqui”.- terminado el
“Banquete popular” (el almuerzo), comienzan los juegos, que consisten en
apresar en la cárcel del pueblo a los varones desprevenidos, de esta acción se
encargan las entusiastas mujeres de Raquia, preferentemente solteras,
produciéndose divertidos forcejeos, con intentos de escape y persecuciones
entre hombres y mujeres, imponiéndose la fuerza y la astucia femenina, que
alcanzan a exclamar en coro ¡A la cárcel!
Al caer la tarde hay muchos detenidos en la cárcel del
pueblo, autoridades, hombres pudientes, propietarios de chacras y terrenos
agrícolas del lugar. Los detenidos recobran su libertad cuando la familia ha
pagado “una caución”, la cual consiste en botellas de licor que imponen las
mujeres, para asegurar la animación de la fiesta hasta avanzadas horas de la
noche, bailando con algarabía luego de cada liberación. Es pintoresco observar
en los alrededores de la Plaza que también participan todos los adultos, jóvenes
y niños(as) bailando y pintándose con talco. Algunos pobladores, recuerdan que
hace muchos años atrás, los hombres preparaban sus tranqueras para evitar ser
capturados, y aquellos que no lograban salvarse de la captura, eran llevados
por las mujeres, siendo azotados con pencas a manera de juego hasta lograr su
encarcelamiento. Incluso, las personas que no llegaban a tiempo al rezo del
Muchemuche, eran buscadas en sus casas y llevadas a prisión con látigo.
Estos juegos,
son un inicio a la fiesta de los carnavales del pueblo. Asimismo, se refiere
que parte de la recaudación de los licores como el anisado, vino y alcohol
rebajado son puestos en reserva para la Semana Santa.
COMENTARIOS
FINALES
Luego de haber
vivenciado esta importante actividad en nuestro departamento de Áncash, me cabe
remarcar y concluir que, en la plenitud del siglo XXI, tenemos en el distrito
de Antonio Raymondi-Raquia la “Limpia de acequia – Sequia Pitsé”, una costumbre
llena de tradición con un gran valor histórico por sus antecedentes prehispánicos;
por cuanto su comunidad y portadores la mantienen vigente al transmitirla de
generación en generación, a pesar de los procesos de modernización como
producto de la globalización.
El impacto
sociocultural que esta costumbre “única en el Valle Fortaleza” ejerce sobre su
comunidad, es verdaderamente significativa ya que su organización promueve la
integración, el trabajo solidario, la manifestación de su fe cristiana, su
alegría a través de sus juegos, música, cantos y bailes así como también, la
valoración de la importancia del agua como elemento primordial para garantizar
una buena cosecha con las bondades de su producción agrícola para su
comercialización y propio consumo. Finalmente, fortalece su identidad cultural
y autoestima.
Asimismo, la misma
comunidad participa durante el año de manera entusiasta en los preparativos de
las fiestas y acontecimientos importantes de su localidad como el Aniversario
del distrito en el mes de abril, el Festival del melocotón en junio y en la
Fiesta de su Santo Patrón del pueblo “Santo Ángel” en el mes de diciembre, a
quien invocan con gran fervor en el rezo “Muchemuche” antes de dar inicio a la
faena de la Limpia de acequia - Sequia Pitsé.
Sea pues este
testimonio, una contribución aunada a anteriores investigaciones y
publicaciones, un motivo suficiente para asumir el compromiso con nuestra AEPA,
la Municipalidad distrital de Antonio Raymondi, la comunidad de Raquia y la
Dirección desconcentrada del Ministerio de Cultura de Áncash para realizar
las acciones
pertinentes; y así lograr que la Limpia
de acequia-Sequia Pitsé en Raquia, sea declarada Patrimonio Cultural de la
Nación.
AGRADECIMIENTOS:
·
A
la Municipalidad distrital de Antonio Raymondi, a su Sr. alcalde Jorge Vicente
Nina Solano, regidores y demás colaboradores.
·
Al
Juez de Paz del distrito de Antonio Raymondi, Sr. Delfín Huaratazo Osorio.
·
Al
Presidente de la Comunidad Campesina del
distrito de Antonio Raymondi, Sr. Guimo Wilmer Carrión Quispe y comuneros(as).
·
Al
presidente Comité de la Junta de Regantes de la comunidad de Raquia, Sr.
Edilberto Chávez Solíz.
·
A
la Sra. Rosa Huayta.
·
Al
Sr. Ambrocio García Rosas.
·
Al
Sr. Aquilo Fabián Brito.
·
Al
Sr. Eustaquio Azurín Balabarca.
Y a mis preciados amigos
Eusebio Alejos Chirinos y Hugo Rolando Sotelo Jave por su amplia colaboración
para la elaboración del presente Testimonio.
Así
mismo, agradezco la presencia de nuestro miembro de la AEPA, Roberto Aldave
Palacios por su identificación con la importante misión de difundir a través de
sus registros fílmicos y fotográficos esta bella tradición ancestral de nuestro
querido pueblo de Raquia.
Fuentes
Bibliográficas:
ROMÁN
ROBLES MENDOZA (2005),
Larga lucha de las tradiciones culturales y la globalización. Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Pág. 64-67.
AMADOR
RESPICIO FLORIÁN,
La limpia de acequias en Raquia. Revista Municipal Distrital de Antonio
Raymondi. Bolognesi-Ancash. Año 1, Nº1, Setiembre 2008. Editorial Pasacalle
EIRL. Pág. 26-29.
María del Pilar Cárdenas Márquez, presidenta de AEPA