domingo, 20 de diciembre de 2015

¡HUICHIC HUICHIC! - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)

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¡HUICHIC HUICHIC!

Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
 
Desde que por decisión de los gobiernos se creó el puesto de embajador político como representante de un país u organización internacional, no sólo "Los Embajadores Criollos" imitaron el título, sino muchos más. Así en horas de la mañana de un día como hoy en los albores del Tercer Milenio, le tocó el turno a Filemón el poeta, quien en lucida ceremonia recibió la nominación de embajador honorífico para representar a la APA en el parnaso literario.
 
“Este acontecimiento tengo que celebrarlo con una cuyada en Lima, y tiene que ser con carne fresca”, pensó ahíto de ilusión. Fue al mercado "Cascaparo Chico" de la Ciudad Imperial y compró seis cuyes vivos, y para evitarse contratiempos durante el viaje aéreo, visitó una clínica veterinaria donde durmieron a los cobayos.

Tres horas después, ya en la fila de inspección de equipajes del "Jorge Chávez", su temor porque los rayos infrarrojos de la aduana causen estragos en los cuyes, lo estremeció. Entonces pensó: “como embajador tengo derecho a valija diplomática”, y raudo abandonó la fila. Escribió en el equipaje: “FRÁGIL, Valija Diplomática”, y se acercó al supervisor mostrándole sus credenciales de embajador literario. 
 
Acá el corto diálogo:
 
- Señor embajador, el reglamento de la Convención de Viena precisa que la valija diplomática tiene que ser de cuero y lona impermeabilizada, asimismo debe contar con barras de seguridad, candados y precintos de plomo que garanticen su inviolabilidad. Y su valija es de cartón y soguilla solamente. Por favor permítame consultar por teléfono con mis superiores de repente han variado las reglas.
 
- Consulte con toda confianza señor supervisor.

Lástima para Filemón que la consulta demorara tanto, motivando que los cuyes despierten dentro de la caja y empiecen a gritar en coro ¡HUICHIC HUICHIC!, alertando al supervisor aduanero.


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Fuente: 
 
EL JUGUETE Y OTROS CUENTOS
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