martes, 15 de septiembre de 2015

PLACITA DE MI NIÑEZ (EL RECUENTO) - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)


 

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 RECUERDOS
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Cusco, 24 de junio de 1987 
 
SHAY YOCYOCO:
y
La noche del lunes 30 de diciembre de 1985, sentado en una de las bancas de la Plaza de Armas de Chiquián, escribí el poema que está al pie, donde riman descontrolados mis latidos. Días antes recibí la orden de viajar al Sur andino por tercera vez en dicho año, época muy difícil para la paz y la tranquilidad en el Perú, y un no sé qué hizo que antes visite nuestra santa tierra para pasar el Año Nuevo con mis padres, caminando por nuestra linda placita.
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Dos años después, hoy miércoles 24 de junio, día del Inti Raymi, evoco desde la milenaria Huacaypata de la Ciudad Imperial, a nuestra amada placita, no porque esté ligada a nuestra lejana infancia, ese pasado hermoso que no se olvida o a la heredad nativa que nos nutre con el zumo vital del terruño, sino porque aquel santuario del sentimiento chiquiano copa las pupilas cuando el palpitar crece en la distancia, como el eco multiplica el suspiro del adiós en el infinito.

Estoy compartiendo el poema contigo, con la esperanza de que Chiquián se pueble con nuestras vibraciones, porque no sabes amigo mío el frío que sentí en el pellejo la noche de aquel 30 de diciembre de 1985 sin tu presencia en la Plaza de Armas de nuestra tierra; vacío que también caló en mi alma, cuando luego de un largo viaje caminé por nuestras callecitas solitarias en abril de 1973, a causa del éxodo masivo de paisanos a fines de la década del sesenta, consecuencia del huayco migratorio provinciano hacia Lima, del que nos habla el maestro José Matos Mar, en su maravillosa obra: "Desborde Popular".
 
Con las fotos en blanco y negro que ilustran el poema, intento salvar de las zarpas del olvido: los rostros, las voces y las bisoñas pulsaciones, quizá olvidadas en alguna fisura de la memoria, pero que perduran en las entrañas de la placita, nuestra amante distante de edénica ternura, porque el amor no solamente juega canga con el corazón errante, sino también con filudo run run intentando deshilacharle sus latidos. Vistas del recuerdo que requieren cobrar vida y mantenerse así, a través del tiempo, vivito y coleando eternamente.
 
 Tu amigo que te quiere,
 
 Nalo Alvarado Balarezo
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PLACITA DE MI NIÑEZ
y
Recordando mi viejo Chiquián,
el corazón crece en cada suspirar,
son imágenes que vienen y se van
de aquellos a
ños de ligero andar.

La Iglesia de estilo colonial,
 donde los chiuchis solíamos orar,
  anchas paredes de color glacial
que el cincel del tiempo hizo desplomar.

Colorido quiosco lleno de ilusión,
que abrigaste mi tierno corazón,
hoy acompañas en lenta procesión
los tardos pasos que van al caj
ón.

Del cine mudo, ni qué hablar...
de Alka Seltzer, Brillantina y Mejoral;
del Llanero Solitario y los Tigres del Ring,
son los héroes que no morirán.

Aquellos viernes de teatro juvenil,
con sus telones de rojo carmesí,
noches de circo y velada estudiantil
de los hermanos Culantro y Perejil.

Sonora pileta de lustroso barandal,
donde tomarse fotos, era lo ideal;
bancas, jardines y verdes ficus:
testigos de mi cantar infantil.

Placita hermosa de mi niñez,
hoy vuelvo a ti por última vez,
para soñar bajo la esfera azul
con mis amigos del ayer...
 
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. Nalo Alvarado Balarezo
 
30 DIC 85


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 SALUDO DE CUMPLEAÑOS

Hago un alto en el camino para saludar a nuestra promotora cultural, periodista y escritora Rosa Trinidad Carrillo por su cumpleaños, con los mejores deseos por muchos  éxitos personales y familiares para alegría de la familia ancashina. También envío un saludo fraterno a todos mis hermanos de la gloriosa PIP en este maravilloso Aniversario Institucional.
 
Elevo mis oraciones por el el alma buena de mi papá Armando, quien vio la luz primera en el bello Cajacay, la madrugada del 15 de setiembre de 1923.
 
 
Hoy, 15 de setiembre de 2015, recordé con los primeros rayos del sol primaveral a mi amado papá Armando, desde su tumba en el cono norte limeño, tarareando su canción preferida: Vagabundo, inmortalizada por el Trío Los Panchos, y es mi mayor deseo compartirla en familia. Hacer clic:
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  VAGABUNDO

Qué importa saber quién soy,
ni de dónde
vengo ni por dónde voy.
Lo que yo quiero son tus lindos ojos,
morena, tan llenos de amor.

El sol brilla en lo infinito
y el mundo es  tan pequeñito,
qué importa saber quién soy,
ni de dónde vengo
ni por dónde voy,
lo que yo quiero es que me des tu amor
que me da la vida, que me da calor.

Tú me desprecias por ser vagabundo,
y mi destino es vivir así,
si vagabundo es el propio mundo
que va girando en un cielo azul.
Qué importa saber quién soy,
ni de dónde vengo ni por dónde voy.

Lo que yo quiero es que me des tu amor
que me da la vida que  me da calor.
Qué importa saber quién soy,
ni de dónde vengo ni por donde voy.
 
Recordando a papá. Hacer clic:
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Nalo Alvarado Balarezo

Lima, 15 SET 2015
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