sábado, 10 de mayo de 2014

EN LA VÍSPERA DEL DÍA DE LA MADRE: EL CHOLOCO - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)




 EL CHOLOCO

Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)

“Si aconsejas con ternura a un niño,
de joven no lo corregirán a patadas”.

Aralba 

SHAPRITA (Manuel Ñato Allauca), ser humano templado al fragor del sentimiento telúrico como todo espíritu de orfebrería, abordaba a los turistas con su “floro” de exultante colorido chiquiano, encandilándolos con las bondades de su paisaje y su gente de bien. Jamás una lisura brotó de sus labios frente a los chiuchis, por más que lo molestábamos con nuestras “santas ocurrencias” en su labor de cicerone. Cuántas veces lo vimos repartiendo a los niños y ancianitos: purojshas, shuplac, muchqui, ñupu, uyu y capulí cimarrón, que pañaba en su peregrinaje por los desfiladeros de herradura. Guardo su imagen en la mente, recorriendo sonriente las calles del pueblo, saludando con una venia y mil bendiciones a los que se cruzaban en su camino.

La tarde del 10 de mayo de 1959 perdí mi bolita lecheronga y todos mis pushpus, chuncando con la imbatible ñauca del espigado “Lipat”. De nada sirvieron mis ruegos para que me devuelva la lecheronga, y así recuperar algo de lo perdido frente a un chiuchi con menor destreza en el juego de choque.

Cuando sentado en la vereda del barrio de Jircán, contemplaba el suelo con la mirada perdida, sentí posarse una mano sobre mi hombro. Levanté la vista, y ahí estaba Shaprita, con sus mansos ojos irradiando confianza por doquier.

- ¿Qué pasa Nalito, estás apenado, o es que me equivoco?

- Sí don Manuel, estoy triste, porque he perdido mi lecheronga y todos mis pushpus, chuncando con Lipat.

- Arriba el ánimo amigo, es domingo 10, Día de la Madre, seguramente no llevas un amuleto contigo, por eso te sientes solo y abatido.

- ¿Qué es un amuleto don Manuel?, recién estoy iniciando el segundo de Primaria.

- Comprendo, estas cosas no enseñan en el primero ni en el segundo, sino en el tercero. Mientras llegue ese día te adelanto un poquito: Un amuleto es una especie de talismán que nos acompaña a donde vamos, sobre todo cuando salimos de viaje. Es bueno tener algo que nos proteja de las malas vibraciones y los malos espíritus. Por ejemplo: un trompito de eucalipto de nuestra chacra, un huayruro, una piedrecilla del río Aynín, un poquito de tierra del barrio, una botellita pequeña conteniendo agüita de la laguna de Conococha, un trébol de cuatro hojas, etc. Un amuleto nos ayuda a sentirnos menos vulnerables ante cualquier contingencia. Es cuestión de fe, y su apoyo psicológico es invalorable. Por eso, antes de salir de mi casa, me aseguro de llevar esta bolsita que me regaló mi madrecita Julia hace cuarentaytantos años cuando era niño como tú.

Abrió la bolsita de tela, y echó a la vereda de lajas 7 cholocos. Tomó el más brillante y lo puso en la palma de mi mano, diciéndome:

- Mientras lo lleves contigo te sentirás acompañado por más lejos que estés de tu mamita Jeshu. Quizá no te ayude a ganar la lotería, tampoco un asiento en el Congreso, pero su energía como fruto de la Madre Naturaleza que Dios nos brinda, te hará sentir mayor vigor en la conquista de tus sueños, y para superar las adversidades que nunca faltan, como la de hoy, por ejemplo. Ahora te dejo, voy a visitar la tumba de mi mamita Julia.

Desde aquel entonces, cada vez que estoy fuera de casa, llevo conmigo el choloco que Shaprita puso en mis manos con bondad y ternura.

VOCES NATIVAS

Capulí cimarrón:

Planta pequeña que generalmente se encuentra en los alfalfares. Tiene frutos amarillos del tamaño de las ciruelas. Son muy exquisitas.

Chiuchi:

Niño pequeño.

Choloco:

Conocido también como “choloque”, es la semilla del árbol sapindáceo (Sapindus saponaria). La pulpa de los frutos se usa como jabón en los lugares donde todavía no llega el programa nacional JUNTOS ni "Pensión 65". Dicha semilla es utilizada en trabajos de artesanía (collares, brazaletes, rosarios, etc.), y por los niños andinos en los juegos de canicas.

Chuncar:

Juego de las canicas. En otros lugares se le conoce como cheptar.

Huayruro:

Semilla roja con un punto negro abarcando la tercera parte de su superficie. Por su color llamativo, al igual que el choloco, se le utiliza en joyería y decoraciones. Especie botánica de la familia de las leguminosas (Ormosia coccínea).

Laja:

Piedra plana.

Lecheronga:

Canica o frijol variopinto de la buena suerte. También llamada “lecherita”. “Para hacer la cría”, decía mi vecinito Uluy, dueño de un frijol tornasolado casi del tamaño de un pallar.

Muchqui (Muchiqui):

Planta espinosa y rastrera, de tallos verde-oscuro y de hojas pequeñas. Sus frutos de color rojo-oscuro, parecidos a las cerezas, son comestibles. Sus ramas son empleadas como cercos en los sembríos.

Ñauca:

Distancia entre los bordes de las uñas del pulgar y el auricular de una mano extendida (unidad de medida en el juego de canicas). “Los uñas largas” hacen de las suyas con esta ventaja durante el juego.

Purojsha:

Granadilla cimarrona de sabor agradable. Fruto de la familia de las pasifloráceas. En otras latitudes se le conoce como curuba, tumbo, tacso, etc. Abunda en las zonas frías de los Andes.

Pushpu:

Frijol redondo de bellos matices (poroto, habichuela, judía). Los colores menos comunes eran los más requeridos por los niños chuncadores en los barrios chiquianos.

Shuplac:


Planta de un metro de altura. El fruto tiene la piel suave, brillante y de color amarillo a anaranjado. Su pulpa presenta un sabor ácido azucarado (semiácido) y contiene un centenar de semillas pequeñas de forma lenticular. La baya está recubierta de una vaina no comestible. Tiene un alto contenido de vitamina A y de ácido ascórbico.

Trompito de eucalipto:

Cápsula en forma de trompito que contiene semillas.

Uyu:

Fruto del cactus de monte, primo hermano de la tuna madura y sobrino del espinoso  orqo waraqo (cactus de la Puna). De pulpa blanca con puntitos negros en abundancia. Se encuentra al alcance de la mano, camino a Chinchupuquio y Pacra (parajes chiquianos).
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Fuente:

Diario de un tinyaco, de Nalo AB