LA SONRISA DEL NIÑO
Norka Bríos Ramos
Niñito Divino,
naciste entre cantutas
y retamas
rodeado de monojos de ichu
en tu cunita
solitaria.
Por estar a tu lado
daría mi vida entera
porque eres hijo de
Dios,
nuestro amado creador.
Deja que sea la humilde pajita
que abrigue tu cunita.
Quiero ser también la
portera
de tu natal pesebre,
para recibir con suma alegría
a los animalitos del
campo,
a las torcacitas y
ruiseñores
a las vizcachas y
ovejitas
que vienen a saludarte,
a los arrieros que
traen
desde las montañas
rosquitas de manteca
y chichita de jora
para brindar con San José y
Santa María por tu
nacimiento.
Con el permiso de la
Virgen,
quiero arroparte en
mis brazos
y arrullarte con la dulce melodía
de las flautas de los
pastores.
Al escuchar nuestro
canto,
despierta feliz Niñito
Divino,
y abriendo tus ojitos
tiernos
bríndale al mundo
entero
tu sonrisa de Paz y Amor.