martes, 5 de mayo de 2009

ESCUELA NORMAL MIXTA DE CHIQUIAN - PARTE I

Chiquián
SHAY. YOCYOCO:

Algunos todavía piensan que nuestra querencia es sólo su paisaje y la gente que la habita. Quizá porque no nací en Jircán, pero sí mis raíces, me fue fácil asimilar que es mucho más que ese binomio mágico: también es su sed, su hambre, su risa, sus sueños, su canto y su llanto. No es una laguna que se secó de repente y con el tiempo se hizo parcela, también es Pisanamaría y su escoba, Matara y su ccantuhuayta, Cuspón y doña Licuna, el Turumanya de Rubén, es Obraje y el barbudo Andrés, Carcas y su tarde taurina de agosto, Cutacarcas con sus vacas lecheras de medio pelo.
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Chiquián no termina en Caranca ni en Jaracoto, tampoco en Gilta, menos en el Coso; Chiquián es el viento de Rumichaca al caer la tarde soñolienta, la mangada que viene de Ninán y Cucuna, sus caminos que serpean junto a la cascada que cae y al arroyo que pasa sonriente, es el rayo y el trueno que nos avisan que sobre todas las cosas está Dios. Son las manos que aplauden las obras de bien de sus hijos, pero también las que imploran por el hijo pródigo que no vuelve; es la chicha en porongo, el chinguirito caliente, la añoranza que espera insomne, es la herida de una hualanca que no cierra con aguja de arriero ni hilo de penca, es el arpa de la noche que trina lamentos y juramentos, es la jaratanta que le gana la batalla a la solitaria en una noche estrellada, es la lahuita con garancho que distrae a los estómagos flacos, la llunca que hace más robustos a los chiuchis de Pacra y el pojti solidario después de un velorio, es el chucarito de Cuspón, el tocos de Macpún, el api y la huatia de Fragua, la cachisada con papita de Huacacorral y su porción de tulpu con su toque de ají de Racrán. Es el gueli y el rantín, es el amanecer perfumado de shulay, es la alforja, la talega y el apachico de ilusiones, es la campana que dobla por el amigo que surca el éter. Es fiesta campechana que une a propios y extraños, con sus callecitas angostas y las raídas puertas que aguardan al paisano errante bajo el chueco umbral.
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Chiquián es la infancia que no se quiere ir y la nueva hornada que llega crocante a reemplazarla. Es la joroba que asoma a paso lento con su bastón de otoño, es el raudo volar de la primavera y el andar cansino del ratash invierno, es la racuana, el caishi y el arado, el poncho y el jacu, el sucu y el tucumán que abriga al cachiputu, es el llanque, los callos y los pies cuarteados por el hielo que baja de Tucu, es el aroma y el trino, es el chuluc y el ninacuru, el tinyaco y el shulaco, el muchqui y la verbenita; en fin, no habría cuándo acabar, porque el terruño lo es todo..
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Huayhuash

Bajo este marco escribí a fines de junio del 99, una breve nota sobre la Escuela Normal, icono del magisterio ancashino que dejó honda huella en nuestra tierra. Tal vez no hay muchos datos en su contenido, pues me vine a Lima cuando estaba en su apogeo (diciembre del 67 al culminar la Secundaria), pero sí un venero de sentimientos porque se escriba su historia en toda su grandeza; y tú tienes mucho que escribir ya que te quedaste hasta el 71, año en que el desatino estatal tapió sus puertas y ventanas, con el cuento de que abrirían una universidad.

Tu amigo,

Nalo.

Escolta de alumnas de la Escuela Normal - Plaza de Armas de Chiquián

Lima, 29 de junio de 1999

HOLA SHAY:

ESCUELA NORMAL MIXTA DE CHIQUIAN..

PRIMERA PARTE

Evocaciones del ayer...
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Si nuestro recordado Centro de Formación Magisterial no hubiera sido desactivado por las manos invisibles del desacierto, después de cumplir un corto, pero fructífero período de funcionamiento, hoy estaría cumpliendo su XXXVII Aniversario con una serie de actividades literarias y musicales llenas de colorido, ofrendas florales, actividades deportivas, diplomas y hasta de repente, un monumento en homenaje al Dr. Rubén Barrenechea Núñez, su excelente Director Fundador.

Como todos recordamos, el 29 de junio de 1962 inauguró sus labores académicas, de conformidad a su Ley de creación 13933 del 27 ENE 62, dispositivo legal que promovió nuestro ilustre amauta y parlamentario Guillermo Bracale Ramos, junto a su benefactor hermano Carlos (Senador de la República). Sin lugar a dudas este Centro Profesional Superior, constituyó una revolución sin precedentes en Chiquián en los campos económico, cultural y social, que de ser un apacible pueblo agrícola-ganadero, se convirtió de la noche a la mañana en promotor del desarrollo regional. Impulsó su comercio, incrementó su cultura sin dañar su identidad, y su vida social se vio engalanada por una juventud que se incorporó como elemento interactuante de primer orden en la vida provincial.

Recuerdo como si fuese ayer el primer Proceso de Admisión. Muchos llegaron de los callejones de Huaylas y de Conchucos, algunos de los poblados bolognesinos cercanos y otros tantos de la costa, siendo alojados por la familia chiquiana que les abrió las puertas de sus casas, proporcionándoles su fogón, el agua fresca de pilón y su solidaria mesa con lahuita, pojti, cancha, shinti, queso fresco y papas roqueñas al por mayor; pero sobre todo su cariño sincero, integrándolos al ceno familiar como a un hijo más. A este grupo de jóvenes se le sumaron una decena de paisanos que vieron en el magisterio la profesión ideal para conquistar sus sueños.

Después de los exámenes de ingreso, algunas caritas tristes retornaron a sus lugares de origen para continuar estudiando en pos de un nuevo intento en el año venidero. Los que lograron una vacante celebraron en grande el acontecimiento y no se dejó esperar la pronta llegada de sus familiares desde Huaraz, Huari, Huaytuna, Chavín, Caraz, Yungay, Carhuaz, Recuay, Catac, Aija... Muchas fotos del recuerdo en blanco y negro, nuevos amigos y lo más hermoso, algunos se incorporaron a las familias chiquianas por pertenecer al mismo árbol genealógico, siguiendo este dicho popular 'el que no tiene de inga, tiene de mandinga'.

Barrio de Jupash, ya no corre el agua - Primer local de la Escuela Normal

Con el paso de los días se iniciaron las ansiadas clases en la casa de la familia Robles / Moreno del barrio de Jupash. Ya con los años esta 'Alma Mater' del saber ancashino se trasladó a su local propio en el mirador de Mishay, junto a la naturaleza y más cerca al cielo azul chiquiano. Poco después, el ritmo incesante del conocimiento se vio complementado con una serie de actividades extracurriculares programadas con pundonor e inteligencia por la Planta Académica y Administrativa; todas ellas de profundo sentido cultural, social y deportivo, que todo el pueblo asimiló con cariño y gratitud.

.Antiguo teatro de Chiquián - Plaza de Armas

Las obras de teatro, los coros, las veladas, las tardes de fútbol, de basketball y volei, las gymkhanas, las carreras de maratón, las verbenas, kermesses, las fiestas de aniversario, el club de radio y periodismo, los bailes sociales, las excursiones; es decir toda una acuarela de sano esparcimiento para el habitante chiquiano. Asimismo se puso en funcionamiento un internado en una de las propiedades de la familia Núñez / Sánchez, ubicada en el jirón Comercio, a escasos metros de la Plaza de Armas (frente a la tienda de don Juan Alva Romero).


Los hermanos Osorio de Huaraz - Jircán

Cierro los ojos y me traslado con el pensamiento al estadio de Jircán entre el 63 y el 67. Años donde tuve el privilegio de estudiar en el Coronel Bolognesi, y veo en el arco al morocho Hernán Carbajulca Norabuena dirigiendo nervioso a sus compañeros, entre ellos al flaco Alcides Alvarado Huertas, al cerebral 'chivo' Landauro, al 'chino' Schereiber, a los hermanos Germán, Javier y Luis Osorio Toledo, a la zurda prodigiosa Juvenal Mariluz Veramendi, al 'pequeño' Manuel Barrón que de dos trancos se tragaba la cancha de canto a canto; es decir un concierto de quechuas parlantes 'togosh petacos' huaracinos y 'michi cancas huarinos', con uno o dos chiquianos de refuerzo. En la explosiva barra de la Escuela Normal, observo sudoroso y trémulo de emoción por una temida derrota del Coronel Bolognesi al oropuquino Miquish Romero Gamarra agitando su bufanda negra como banderín de luto. Con el tiempo se incorporarían otros valerosos jugadores, entre ellos el gringo Ronald Zambrano, cuñado del profesor characato Guillermo Bellido Guzmán y el recordado 'Choclón' César Alcibiades Ortiz Aranda, quien con 'Macollado' Pablo Martín Vásquez Veramendi, constituyen el binomio insignia del deporte chiquiano de todos los tiempos.

En las noches de teatro brillaron con luz propia Fátima Alvarado Campana del cálido Llaclla, las hermanas Wilne y Laura Rueda de la encajonada joya de Aquia, Ausberta Ramírez, la choclonita Alicia Chávez, la lunareja Graciela Montoro de Yungay, Noemí Bolarte Camones, Alicia Pacora Vicuña de Quihuillán, Lochi Reyes García, entre otras seguidoras del dramaturgo William Shakespeare. Tengo aun en mis retinas la escenificación del drama 'Ollantay' con sus personajes: Cusi Coyllur, Piqui Chaqui, Rumi Ñahui, Orco Huaranca, Ima Súmac, Mama Ranra, Huilca Huma, Pachacutec, Tupac Yupanqui, Ollantay, Anco Allin Auqui, Pitu Salla y la bella Coya.


En el canto hizo furor el quinteto 'Las Traviesas' integrado por Luchi Pacora Vicuña, Carmen Escobedo Balarezo, Zoila Ramos Aldave, Fabia Alvarado Montoro y Nelly Rivera Castillo, quienes llevaron sus voces de alondras chiquianas hasta la sierra central (Junín y Pasco). Este singular grupo deleitaba con música variada de todo nuestro querido Perú. Recuerdo sus canciones como: Todos vuelven, Provinciano, Cielo Serrano, Naranjitay, Melgar, Tacna y Carnaval Ayacuchano. Me viene a la memoria, por ejemplo, la exquisita entonación de Dolores:

Quién dice que no existe cariño verdadero,
amor palabra bella, sublime melodía
reluce como estrella si se ama de verdad.
La realidad suele ser siempre falaz
y la amistad es ficticia y nada más.

El amor es sincero cuando se tiene madre,
es el querer primero, la amiga de verdad.
Mentira si se dice que existe amor sin penas,
feliz quien armonice la dicha y el dolor
porque el amor requiere a veces el dinero.


También asoma nostálgica a mi disco duro la tierna canción de viento e ichu 'Cunumicita', taquirari del compositor boliviano Gilberto Rojas Enríquez, magistralmentre interpretada por este singular quinteto, que con seguridad hasta el lago Titicaca sonreía a la distancia con sus labios de agua dulce.

Cunumicita linda que tienes
ojos de guapurú,
dame el encanto amada
de tu boquita de achachayrú.

Cada vez que escuchaba esta canción surcaba mentalmente en tren las ondulantes mesetas de Juliaca junto a los excursionistas Tocho Robles Moreno, su hermano Rubén Dario y la encantadora maestra de artes plásticas Elisa Cossío de Collantes, con quienes compartí una semana de cultura a cielo abierto en el sur andino de nuestro Perú profundo.
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En el volei ni que se diga, todo era encanto, belleza natural, pases, levantes, net, piso de lija, silbato, pelota y mates por doquier. Ver saltar hasta las estrellas para lograr el punto de oro a Olinda Alvarado del caluoroso Llaclla, a Zoila Vásquez Veramendi, Luchi Pacora Vicuña, Fabia Alvarado Montoro, "Lucli" Gamarra Calderón y a Juana Enriqueta Rivera Sam, era la gloria misma con bincha, venda, bombacha y zapatillas blancas, con el infaltable 'pásame la e, pásame la ese, pásame la ce, pásame la u... !qué dice!!! Y siguiendo con la mirada, siempre atento a las jugadas estaba presente en cada partido el popular Roger Julián Rivera Valenzuela, quien nunca se perdió un encuentro deportivo en el acogedor Jircán, por más que su papá Arcadio lo amenazaba con desheredarlo.
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Entre los intelectuales que no dejaban de leer sus libros ni cuadernos a su paso por las calles chiquianas durante los exámenes, tenemos a los alumnos: Jorge Garro Ayala, Armando Ramírez Vicuña, Antonio Angulo, Armando Núñez Jara, Pancho Calderón Jaimes, Romeo Reyes Gamarra, al flaco Tuya, al 'doctor' Villavicencio, al filósofo Popi Romero, 'Chiripita' Alfonso Padilla, Carlos Garay, Chale Rivera, Nelson y Hugo Blanco, Javier Martínez Maguiña, Florencio Quijano, Fidel Dolores, Celestino Mayhuay, Casimiro Rashta, Epifanio Carbajulca, Hernán Fabián, Fernando Cáceres, Alfonso Valderrama, Andrés Celestino, Rubén Padilla, Juan Aranda, los hermanos Orellana, el carismático 'Firmo' primer corre camino andino, Pablo Sánchez, Juan Velásquez, Alejandro Salhuana, Pedro Tafur, Luis montenegro, entre otros formidables alumnos.

Las princesas que deleitaban con su gracia y donaire las pasarelas de Figueredo y Comercio, recuerdo a Elvira Bravo Padilla, Olga Blácido, Ruth Yolanda Noel Bravo, Domitila Romero Gamarra, Silvia Bolarte Sánchez, Jovina Obregón, Virginia Vergara, Natividad Primera de Agocalle, Evelina Atalaya Ramírez, Zoila Cárdenas Balarezo, Mery Romero Romero, Emilia Palacios, Elena Yabar y Ambrosia Gamarra.

Por motivos de memoria y algunas perlas en mis ojos que empañan mi entendimiento, los nombres de tan ilustres alumnos, hoy convertidos en magisterios vivientes que no he mencionado, los guardo en lo más profundo de mi corazón. A las promociones del 68 hasta el cese de la Normal, por razones de mis estudios en Lima, no tuve el honor de verlos desarrollarse como estudiantes; entre ellos a connotados compañeros del Coronel Bolognesi, como mis primos Eduardo 'Fraca' Dextre Balarezo y Juvilio Eulalio Alvarado Aldave, dignos ejemplos de la nueva generación de maestros Chiquianos.

FELIZ CUMPLEAÑOS PAISANOS Y FAMILIARES

Bertila Ramírez de Zárate, Brianna Figueroa Alvarado, Amelia Balarezo Lavado y Nieves Alvarado Aldave. Mis pleagarias por el alma buena del dilecto maestro chiquiano Eleodoro Gamarra Salinas.

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