martes, 24 de marzo de 2009

EL NINACURU QUE SE ENAMORÓ DE LA LUNA

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Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)


Amor, tormento inquieto como el alma mía, pronto prenderá el alba y florecerán lirios en las chacras bañadas de lluvia.

Cómo seguirte Lunita si tu pálida luz ya no me alumbra, pues donde duermen juntos: voz y silencio, el sentimiento navega en un mar con olas de incertidumbre, mientras la piel no halla más cobija que las sombras que vas dejando a tu paso.

Pero no te apures Lunita, unas noches más y tendrás todo el silencio del mundo para ti solita, aunque yo muera sediento de garúa.

Esta madrugada quiero decirte que cada vez fuiste menos creciente, hasta perderte en la neblina con el viento barriendo aerolitos en el cielo.

Quizá algún día, otro nincauru calme tus ansias de fulgor, sólo entonces oirás la melodía celestial resonando al compás de tus recuerdos...

Descansa Lunita y deja que cargue el Leño Santo hasta el final del camino...


Paucaracra, 31 de agosto del 72

Ninacuru: Luciérnaga