DÍA DEL PERIODISTA PERUANO
.Por Carlos Garay Veramendi
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.Ocasión excelente para hablar un algo del oficio. Bernardo Neustadt, influyente periodista sui géneris, como entrevistador en TV
bonaerense acumuló ingente riqueza, muchos millones de dólares por
entrevistas pactadas previamente con candidatos políticos para
catapultarlos a preferencia de electores, o para “elevar” porcentajes
de aprobación a gobiernos de turno como servidor camaleónico, ignorando
adrede el Código de Ética Periodística. Hizo buen negocio con el
oficio de modo corrupto; y como paradigma para periodistas
latinoamericanos jóvenes simplemente no sirve.
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En cambio el destacado periodista español Juan Luis Cebrián, autor
entre otros libros de: “Cartas a un joven periodista”, es buen ejemplo
a imitar, no le gusta ser mermelero, y además sus reflexiones
sumamente interesantes para toda persona que se ufana de comunicador
social.
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En
sus párrafos nos lo recuerda un adagio británico referente al oficio
del periodismo, dice: “Resume semejante destino el de salir a la calle,
ver lo que pasa y contarlo a los demás. Pues bien, periodista es
cualquier ciudadano que quiera hacer eso y no necesita ni títulos ni
honores para llevarlo a cabo”, lo remarca.
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Pareciera
que a partir de este concepto elemental algún sector de “periodistas”
de Huaraz, usando medias verdades y supuestos, comete una serie de
mendacidades e injurias contra la dignidad de funcionarios y
autoridades, olvidando que el principal deber del periodista es
“informar” con objetividad, y no pretender convertirse en rufián de la
pluma, de la palabra o de la imagen distorsionada.
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Se
percibe aún y con nitidez en algunas emisoras locales babear al
micrófono adjetivos abombados, con halitosis; y creyéndose que son
jueces del universo condenan, insultan, gritan; incluso tratan algunos
de aparecer como protagonistas de la noticia, o salvadores del pueblo.
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El
periodista cabal tiene tarea de interesarse por todo y destripar los
hechos para sintetizarlos luego. Si hay sospecha de corrupción en
funcionarios y autoridades regionales o locales, hay que investigarlos
hasta la verdad verificada, luego presentarlos ante la opinión pública
en su mísera radiografía. El pueblo y jueces pertinentes,
respectivamente, se encargan de ponerles los adjetivos, y señalarles el
camino que les corresponde seguir.
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Es
tiempo de ir mejorando el periodismo en la Región en mayor porcentaje,
para cuando los visitantes al escuchar, leer o ver medios masivos de
comunicación adecentados y con algún nivel de calidad, al retornar se
vayan con la impresión por lo menos aceptable, que aquí ya sabemos
administrar silencios y palabras, sin otra ley que la de la verdad y la
del bien público. Así mismo, convencerse que el periodismo exige a
quien lo ejerce amplia cultura, pues no basta sólo saber leer y
escribir.
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Aquí
viene el punto final, pero sin antes rendir homenaje a los mártires de
Uchurrajay, nueve periodistas asesinados -26 de enero de 1983- por
buscar la verdad de los hechos que incomodaba al Estado peruano, con
anuencia del gobierno acciofascista del ex presidente Fernando Belaunde;
y expresar por el uno de octubre un sincero feliz día a los
periodistas dignos de Huaraz, la Región y Perú.
QUE DIOS LOS BENDIGA