martes, 30 de marzo de 2021

LLAMAC - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)


Llamac - Foto: Google

L L A M A C


Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)

Despiertan en mi mente recuerdos de la adolescencia, que bajan de la bóveda azul con fulgores resplandecientes: son rayos de luz que bañan de oro y grana la Cordillera de Los Andes:
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Diario de un Tinyaco
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“Frente a nosotros una tierna torcacita canta en un queñual, que el céfiro matinal mece en la soledad del camino que en la cima besa el domo azul. Un cóndor trae del Huayhuash copos de raspadilla en sus retintas alas. Los apus Amaypunta y Shinuapunta vigilan el paso de los pequeños viajeros chiquianos. El frío hinca la médula, el viento brama empujando un denso manto de neblina que vela los ojos, y el trueno empieza a batir desde las nubes su comba retumbante sobre las estribaciones rocosas del páramo andino. Rayos y relámpagos por doquier. Emulando a los curtidos arrieros chiquianos buscamos agobiados una gruta que nos salve la vida, mas todo es en vano. Nadie escucha nuestro ruego, nadie ve a los caminantes de pies menudos que riegan con lágrimas el agreste sendero. Sólo Dios nos escucha y se apiada de nosotros calmando la furia del trueno; ya no hay descargas eléctricas, el calvario cesa, las primeras gotas de lluvia que caen lavan el llanto peregrino de los niños excursionistas de JIrcán. Nos persignamos y seguimos atravesando los andamios que sustentan las nieves perpetuas del Huayhuash, donde moran los cóndores de vuelo cósmico. ¡BIENVENIDOS A LLAMAC!, nos reciben los chacareros con las manos en alto desde el desfiladero arriscado. Yo me alegro sobremanera porque un niño campesino que pasa sobre un burrito maltón me reconoce y dice entusiasmado, retirando la bufanda de sus labios: "¡shay Nalo, no te vayas, ya vuelvo!". Él fue mi compañero en el aula del Tercero de Primaria en el 378 de Chiquián, por eso mi corazón se inflama de ventura. ¡Llamac! ¡Llamac! ¡Llamac, ra-ra-ra!… lanzamos hurras una y otra vez. Gritos de emoción que el eco multiplica en la rugosa arquitectura de la granítica montaña donde ya descansa de sus aprietos el apu trueno. Allí, entre cerros hirsutos de topografía abrupta, emerge la silueta soñada de un pueblo hermoso, engastado en el corazón de Áncash como un rubí de mil quilates; pueblo que hace dos años vi por primera vez, cuando en Chiquián un alpinista sueco nos mostró su imagen en una fotografía (1961).
 
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Llamac actual - Foto: Google
 
 
 
Escritor Guillermo Arbaiza Huaranga
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Aquí, en el fascinante Llamac, cuna de hermosas mujeres y de hombres valientes, nació el ser humano que nos ayuda en las tareas escolares a los alumnos nuevos del colegio nacional Coronel Bolognesi de Chiquián. Su nombre es Guillermo Arbaiza Huaranga, por eso es un privilegio visitar su pueblo, hoy sábado 13 de abril de 1963”. Fue un trocito de: “El Diario de un Tinyaco”, de Nalo Alvarado Balarezo.
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 Llamac actual - Foto: Google

LLAMAC, camino al cielo, es la puerta de entrada al paraíso blanco, donde los picachos de los colosos de hielo acarician las nubes que bogan silenciosas en una sinfonía de misterio, fulgor y paz, que en la tardes de arrebol empañan la mirada.
 
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Cordillera Huayhuash - Vista satelital - Google

Llamac es cuna de formidables guías y porteadores que aligeran el curvo andar de los andinistas peruanos y extranjeros. Ellos se sumaron generosos a la operación de rescate del bimotor de Transportes Aéreos Militares, que en vuelo de Pucallpa a Lima, cayó en el Huayhuash, el martes 16 de Noviembre de 1954, enlutando al Perú entero.
 
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Operación de rescate en el Huayhuash - Imagen: Chiquián Querido

Gracias a las faenas comunales de reforestación y siembra de productos de pan llevar, Llamac es un próspero anexo del distrito bolognesino de Pacllón, tareas que realizan al amparo de San Pedro y Santa Rosa de Llamac, sus venerados patronos. Pueblo ganadero, rico en manifestaciones culturales: danza, música y artesanía. Aquí sembró buena semilla de conocimiento mi querido tío Alicho Aldave Montoro, durante 16 largos años. También los maestros chiquianos Hérnán Reyes Aguirre, Gudberto Ibarra Lozano, Amina Rayo Minaya de Aldave, Félix Anzualdo, María Aldave Montoro de Alva, Dina Romero y Nivardo Vicuña Valverde, entre otros apóstoles del Saber.
 
Hace unos días tío Alicho (ALEJANDRO ALDAVE MONTORO) estuvo preocupado por mi salud. Las llamadas telefónicas no se hicieron esperar. En vano intenté tranquilizarlo, por eso en horas de la mañana de hoy, jueves 14 de abril de 2016, visité su casa de Lebanon en los verdes prados de Tennessee (USA). Lo encontré trabajando con ahínco su nuevo libro: "GRATITUD DEL MAGISTERIO VIVIENTE: PACLLÓN-LLAMAC-CHIQUIÁN". Su libro en ciernes es una bella muestra de gratitud a los pueblos hermanos de Llamac y Pacllón, por su venerable hospitalidad hacia los maestros chiquianos, y por su lucha permanente en defensa de la CORDILLERA HUAYHUASH. Tío Alicho está muy contento, y dentro de unos días estará visitando el Perú por nuevas energías espirituales que todo escritor de tierra adentro requiere lejos de la Patria.
 
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Imágenes de la visita a tío Alicho - 14 de abril de 2016 

Al compás de sus coterráneos del distrito ecológico de Pacllón, los pobladores de Llamac y sus líderes naturales e institucionales, defienden desde hace muchos años atrás las agresiones al ambiente que alienta la explotación minera; de ahí que por RM 006-2009-MINAM, del 16 de enero de 2009, se reconoce el Área de Conservación Privada "Llamac", por un periodo de diez años, sobre la superficie de seis mil treinta y siete hectáreas y ocho mil quinientos veinticinco metros cuadrados, de propiedad de la comunidad campesina del lugar, para conservar elementos y componentes naturales representativos de diversidad biológica de la cordillera Huayhuash, con miras al desarrollo sostenible de la población local. Llamac, como muchos pueblos del Perú profundo, conserva su fisonomía de tejas, adobes y ponchos, tan apetecible a la mirada mundial.
 

Una de mis visitas a Llamac

El centro poblado de Llamac se encuentra a 3,250 m.s.n.m. Cuenta con un clima benigno durante todos los meses del año. Pampa de Llamac es el mirador natural de una belleza circundante sin parangón. En Llamac los niños no sólo juegan a las escondidas entre peñascos, queñuales y precipicios, también danzan alegres en duro cascajo, vestidos de gijantes y de lachpas. Llamac cuenta con un estadio reglamentario con pista atlética, orgullo de la sierra de Áncash.  
 

Estadio Santa Cruz de Llamac - Foto:Quishtulandia
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Llamac - Foto: Wikipedia

El río Llamac, cual cristal de cromo, serpea abrevando la angosta quebrada con sus espumosas aguas, y sirve de guía a los caminantes de almas fuertes que visitan la cordillera Huayhuash en pos del nirvana soñado. El río Llamac sigue su curso y se une al río Achín, luego al caudaloso Aynín (Pativilca), cuyo fluido llega al mar de la provincia limeña de Barranca.
 
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Cordillera Huayhuash - Foto: Google

CORDILLERA HUAYHUASH

“Montañas supremas del cóndor”

Tus versos cristalinos bajan fecundando vida por las verticales cañadas sedientas de savia telúrica, como la virginal frescura de los versos de Vallejo que sacian la sed del Universo.
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Tus picachos que besan el cielo, abren el cendal de la mañana con la pureza inmaculada de la nieve, y basta un puñado de minutos contemplando tu hermosura, para limpiar el sarro del alma y los pesares del corazón; sin olvidar, que la belleza no llena de dicha a quién la posee, sino a quien la ama; y no depende del paisaje solamente, también depende del ser humano que la admira y protege, como los hijos del distrito bolognesino de Pacllón.

Un hermoso regalo de Dios al alcance de nuestras manos.

Grito de libertad
cual tempestad del alma
que ruge en los glaciares.

Viga maestra
de los heraldos blancos
que sacian la sed de mi tierra.

Huayhuash querido,
¡nunca te dañarán!
mientras el espíritu telúrico
vuele con alas de cóndor.

Alas de esperanza
que se elevan al cielo,
donde Dios aplaude la victoria
de los que defienden la Naturaleza.

Nalo Alvarado Balarezo


Cordillera Huayhuash - Foto: Google