L L A M A C
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Despiertan
en mi mente recuerdos de la adolescencia, que bajan de la bóveda azul con
fulgores resplandecientes: son rayos de luz que bañan de
oro y grana la Cordillera de Los Andes:
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Diario de un Tinyaco
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“Frente
a nosotros una tierna torcacita canta en un queñual, que el céfiro
matinal mece en la soledad del camino que en la cima besa el domo azul. Un cóndor trae del
Huayhuash copos de raspadilla en sus retintas alas. Los apus Amaypunta y
Shinuapunta vigilan el paso de los pequeños viajeros chiquianos. El
frío hinca la médula, el
viento
brama empujando un denso manto de neblina que vela los ojos, y el trueno empieza a
batir desde las nubes su comba retumbante sobre las estribaciones rocosas del páramo andino.
Rayos y
relámpagos por doquier.
Emulando a los curtidos arrieros chiquianos buscamos agobiados una gruta que nos
salve la vida, mas todo es en vano. Nadie escucha nuestro ruego, nadie
ve a los caminantes de pies menudos que riegan con lágrimas el agreste sendero.
Sólo Dios nos escucha y se apiada de nosotros
calmando la
furia del trueno; ya no hay descargas eléctricas, el calvario cesa, las primeras gotas
de
lluvia que
caen lavan el llanto peregrino de los niños excursionistas
de JIrcán. Nos persignamos y seguimos atravesando los
andamios que sustentan las nieves perpetuas del Huayhuash, donde moran
los cóndores de vuelo cósmico. ¡BIENVENIDOS A LLAMAC!, nos reciben los
chacareros con las manos en alto desde el desfiladero arriscado. Yo me alegro
sobremanera porque un niño campesino que pasa
sobre un burrito maltón me reconoce y dice entusiasmado, retirando la bufanda
de sus labios: "¡shay Nalo, no te
vayas, ya vuelvo!". Él fue mi compañero en el aula del Tercero de
Primaria
en
el 378 de Chiquián, por eso mi corazón se inflama de ventura. ¡Llamac!
¡Llamac! ¡Llamac, ra-ra-ra!… lanzamos hurras una y otra vez. Gritos de
emoción que
el eco
multiplica en la rugosa arquitectura de la granítica montaña donde ya
descansa de sus aprietos el apu trueno. Allí,
entre cerros hirsutos de topografía abrupta, emerge la silueta soñada de
un pueblo hermoso, engastado en el corazón de Áncash como un rubí de mil quilates;
pueblo que hace dos años vi por primera vez, cuando en Chiquián un
alpinista sueco nos mostró su imagen en una fotografía (1961).
.
Escritor Guillermo Arbaiza Huaranga
.
Aquí,
en el fascinante Llamac,
cuna de hermosas mujeres y de hombres valientes, nació el ser humano que nos ayuda en las tareas escolares a los alumnos
nuevos del colegio nacional Coronel Bolognesi de Chiquián. Su nombre es
Guillermo Arbaiza Huaranga, por eso es un privilegio visitar su
pueblo,
hoy sábado 13 de abril de 1963”. Fue un trocito de: “El Diario de un Tinyaco”, de Nalo Alvarado Balarezo.
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Llamac actual - Foto: Google
LLAMAC,
camino al cielo, es la puerta de entrada al paraíso blanco, donde los
picachos de los colosos de hielo acarician las nubes que bogan
silenciosas en una sinfonía de misterio, fulgor y paz, que en la tardes
de arrebol empañan la mirada.
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Cordillera Huayhuash - Vista satelital - Google
Llamac
es cuna de formidables guías y porteadores que aligeran el curvo andar
de los andinistas peruanos y extranjeros. Ellos se sumaron generosos a
la operación de rescate del bimotor de Transportes Aéreos Militares,
que en vuelo de Pucallpa a Lima, cayó en el Huayhuash, el martes 16 de
Noviembre de 1954, enlutando al Perú entero.
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Operación de rescate en el Huayhuash - Imagen: Chiquián Querido
Gracias
a las faenas comunales de reforestación y siembra de productos de pan
llevar, Llamac es un próspero anexo del distrito bolognesino de Pacllón, tareas que
realizan al amparo de San Pedro y Santa Rosa de Llamac, sus venerados
patronos. Pueblo ganadero, rico en manifestaciones culturales: danza,
música y artesanía. Aquí sembró buena semilla de conocimiento mi querido
tío Alicho Aldave Montoro, durante 16 largos años. También los maestros
chiquianos Hérnán Reyes Aguirre, Gudberto Ibarra Lozano, Amina Rayo
Minaya de Aldave, Félix Anzualdo, María Aldave Montoro de Alva, Dina
Romero y Nivardo Vicuña Valverde, entre otros apóstoles del Saber.
Hace unos días tío Alicho (ALEJANDRO ALDAVE MONTORO) estuvo preocupado por mi salud. Las llamadas
telefónicas no se hicieron esperar. En vano intenté tranquilizarlo, por
eso en horas de la mañana de hoy, jueves 14 de abril de 2016, visité su casa
de Lebanon en los verdes prados de Tennessee (USA). Lo encontré trabajando con ahínco su
nuevo libro: "GRATITUD DEL MAGISTERIO VIVIENTE: PACLLÓN-LLAMAC-CHIQUIÁN". Su libro en ciernes es una bella muestra de
gratitud a los pueblos hermanos de Llamac y Pacllón, por su venerable hospitalidad hacia los
maestros chiquianos, y por su lucha permanente en defensa de la CORDILLERA HUAYHUASH.
Tío Alicho está muy contento, y dentro de unos días estará visitando el
Perú por nuevas energías espirituales que todo escritor de tierra
adentro requiere lejos de la Patria.
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Al compás de sus coterráneos del distrito ecológico de Pacllón, los pobladores de Llamac y sus líderes naturales e institucionales, defienden desde hace muchos años atrás las agresiones al ambiente que alienta la explotación minera; de ahí que por RM 006-2009-MINAM, del 16 de enero de 2009, se reconoce el Área de Conservación Privada "Llamac", por un periodo de diez años, sobre la superficie de seis mil treinta y siete hectáreas y ocho mil quinientos veinticinco metros cuadrados, de propiedad de la comunidad campesina del lugar, para conservar elementos y componentes naturales representativos de diversidad biológica de la cordillera Huayhuash, con miras al desarrollo sostenible de la población local. Llamac, como muchos pueblos del Perú profundo, conserva su fisonomía de tejas, adobes y ponchos, tan apetecible a la mirada mundial.
Imágenes de la visita a tío Alicho - 14 de abril de 2016
Al compás de sus coterráneos del distrito ecológico de Pacllón, los pobladores de Llamac y sus líderes naturales e institucionales, defienden desde hace muchos años atrás las agresiones al ambiente que alienta la explotación minera; de ahí que por RM 006-2009-MINAM, del 16 de enero de 2009, se reconoce el Área de Conservación Privada "Llamac", por un periodo de diez años, sobre la superficie de seis mil treinta y siete hectáreas y ocho mil quinientos veinticinco metros cuadrados, de propiedad de la comunidad campesina del lugar, para conservar elementos y componentes naturales representativos de diversidad biológica de la cordillera Huayhuash, con miras al desarrollo sostenible de la población local. Llamac, como muchos pueblos del Perú profundo, conserva su fisonomía de tejas, adobes y ponchos, tan apetecible a la mirada mundial.
Una de mis visitas a Llamac
El
centro poblado de Llamac se encuentra a 3,250 m.s.n.m. Cuenta con un
clima benigno durante todos los meses del año. Pampa de Llamac es el
mirador natural de una belleza circundante sin parangón. En Llamac los
niños no sólo juegan a las escondidas entre peñascos, queñuales y
precipicios, también danzan alegres en duro cascajo, vestidos de
gijantes y de lachpas. Llamac cuenta con un estadio reglamentario con
pista atlética, orgullo de la sierra de Áncash.
Estadio Santa Cruz de Llamac - Foto:Quishtulandia
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Llamac - Foto: Wikipedia
El
río Llamac, cual cristal de cromo, serpea abrevando la angosta quebrada
con sus espumosas aguas, y sirve de guía a los caminantes de almas
fuertes que visitan la cordillera Huayhuash en pos del nirvana soñado.
El río Llamac sigue su curso y se une al río Achín, luego al caudaloso
Aynín (Pativilca), cuyo fluido llega al mar de la provincia limeña de
Barranca.
* * *
Cordillera Huayhuash - Foto: Google
CORDILLERA HUAYHUASH
“Montañas supremas del cóndor”
CORDILLERA HUAYHUASH
“Montañas supremas del cóndor”
Tus
versos cristalinos bajan fecundando vida por las verticales cañadas
sedientas de savia telúrica, como la virginal frescura de los versos de
Vallejo que sacian la sed del Universo.
.
Tus
picachos que besan el cielo, abren el cendal de la mañana con la pureza
inmaculada de la nieve, y basta un puñado de minutos contemplando tu
hermosura, para limpiar el sarro del alma y los pesares del corazón; sin
olvidar, que la belleza no llena de dicha a quién la posee, sino a
quien la ama; y no depende del paisaje solamente, también depende del
ser humano que la admira y protege, como los hijos del distrito
bolognesino de Pacllón.
Un hermoso regalo de Dios al alcance de nuestras manos.
Grito de libertad
cual tempestad del alma
que ruge en los glaciares.
Viga maestra
de los heraldos blancos
que sacian la sed de mi tierra.
Huayhuash querido,
¡nunca te dañarán!
mientras el espíritu telúrico
vuele con alas de cóndor.
Alas de esperanza
que se elevan al cielo,
donde Dios aplaude la victoria
de los que defienden la Naturaleza.
Nalo Alvarado Balarezo
Cordillera Huayhuash - Foto: Google