domingo, 21 de marzo de 2021

LETRAS ANCASHINAS EN EN EL DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA

 


 
A SHILLWI 
 
 
Por Nélida Silva Vidal

Danza el eucalipto su danza de vida,
de semilla danzó con Shillwi, mi abuelo.
Danzaron juntos su áspera tez
con entereza de fuerte leñazo.

Alegrías y tormentos recogieron,
amor y abrigo derramaron;
juntos estrujaron su danza
mientras su linaje se esparció.

Misión y afecto compartieron;
juntos construyeron, se protegieron.
Uno sirvió de techo y lecho,
el otro de apego de hecho.

Hoy sólo sus espíritus danzan,
como danzó el eucalipto:
Tomando la forma de un sarcófago
y haciéndose a la medida de mi abuelo,
danzaron juntos su última morada.

A hombros los llevaron sus hijos cuesta abajo
mientras hundían sus pies
en húmeda tierra colorada.
Allá iban mi abuelo y el eucalipto
en su marcha sacramental.

La arcilla roja los recibió con ternura,
a mi abuelo por su magnificencia
y al eucalipto por su benevolencia.

Hoy, el eucalipto y Shillwi, mi abuelo,
en la pampa de Allauca,
danzan con el viento
su eterna danza habitual. 
 

WAIKIKI
 

Por Laura Rosales Alvarado

Espejismo de lo amado
tras el cadáver de la piedra húmeda.

Su cuerpo entre galaxias y montañas
amplía la sed
la inexplorada música
junto a las barcas y al féretro.

Peces en el aire
entibian la historia de la sierpe.

Se abren las llagas de la criatura invisible.

Late el coral abandonado.
 

NUESTRA CITA
 
 
Olimpio Cotillo

Horadando al tiempo por la rendija de las horas,
he esperado que salgas tras las rejas de tu amor.
Para ver, alegría mía
tu dulce sonrisa de aurora
vestida de tul lila por los años
adornada tus redondeces de junco sonrosado.

Qué te parece mi amor?
las campanas repican inquietantes,
desnudando mi espera,
manejando el péndulo
en el cinema de nuestro encuentro.

Más mi voz atormentada,
enroscado bajo el vientre,
yace como sepulcro...
Tiñe el trigo de negro pan
echa mil coces a la ventana vacía,
sin que salgas,
sin que repitas mi nombre.

Mi primavera marchita, lo haz hecho invierno, en que
solitario, mi rojo corazón,
palpita con fuego de amor perdido.

Los trigales que eché en tus surcos,
dicen las viejas maderas,
que no han germinado.

¿A qué vendrá esta lluvia susurrante?
¿Sabes tú amor...?

!Quién sabe...quién sabe!
Fin
 

ESPEJITO DEL CIELO


Por María Anatolia Aldave Reyes

¡Chiquián querido!
mi pequeña Patria encantada
"Mi espejito del cielo"
quedaste estampada en mi recuerdo
con tus azules y transparentes amaneceres,
tus cerros verde esmeralda,
el trinar de los pájaros alegres
en los añosos eucaliptos;
tus cristalinas cascadas
de Umpay, Putu, Usghor
con el agua dulce de los puquiales
de Shapash, Oro Puquio
donde las delicadas mariposas
jugueteaban entre las multicolores
flores del campo de perfume arrobador.

¡Oh! frescas tardes de otoño
con el alegre balar de los becerros,
el rocío que tiritaba sobre las hojas
el leve soplo del aromado viento,
potreros de alfalfa con sus flores azules,
alfombras de flores, con la flor de papa
la flor de haba;
las ligeras lagartijas,
los tranquilos sapitos
son sueños de mi infancia
como tules de espumas.

Los bullangueros loritos verde-rojo
las palomas cuculíes,
los gorriones y chivillos,
los ruiseñores, canarios y jilgueros
en armonioso concierto
volando en bandadas
en busca de alimentos
por ese cielo azul inigualado.

Te quiero y te extraño
mi tierra linda
pedacito de cielo
entre la Cordillera Blanca
y la imponente Cordillera Negra.

¡Oh! noches de luna plateada
con tu cielo tachonado
de titilantes estrellas;
cuentos de almas y fantasmas
chirrido de puertas, aullido de perros,
la paca paca mal agüero
que hasta hoy el miedo me estremece.

Yo vivo enamorada
de tus paisajes, de tu cielo,
de tus níveas cumbres,
de tu gente generosa;
pretendo retenerte en mi corazón
fluyendo ríos de emociones
y mi alma rebosante de amor.

¡Oh fuerza telúrica, celeste,
encarnada en chicos y grandes
hombres y mujeres,
jóvenes y ancianos.

¡Tierra de esperanza!
"Espejito del cielo"
deseo sintonizar
mis esfuerzos e ideales
para una siembra mejor
de amor y esperanza.
 
 

.EN LA FALDA DE CAPILLAPATA
 .
Policarpo Zubieta Carhuachín

En la falda de Capillapata
hay una triste y humilde choza
donde lloro, donde sufro
por el cariño de una ingrata.

No soy ingrata como tú dices
mi cariño aquí lo tienes,
con la pobreza vivimos
en la cabaña de aquel cerro.

Cusponista chumagla china
serranita paloma mía,
shongollami cuyashunqui
cariñullami hayllushunqui.

Llegando a Chiquián
poquito te ha de querer
llegando a Lima nadita de ha de querer;

Eres chiquita pero bonita,
falsa engañosacomo la mariposa
 
.

.MUJER, AROMA DE GRANDEZA
 
Por Régulo Villarreal Dolores
 
Mujer: ancashina, peruana y mundial;
He endulzado las heridas con tu nombre de  luceros
para sorber el aroma de este himno de amor por tu grandeza.
Como la poesía es el informe del mundo
a través de la conciencia,
tú eres la conciencia humana
Manifestación  de la naturaleza del bien, sobre el mal.

Sólo los enigmas del poema
pueden explicar los códigos de tu grandeza
templada en deseos que generan
 oraciones de trazos artesanales,
adhesiones a tu órbita de coraje
y carbón encendido
dejado por Micaela,
como marca de dignidad
en la frente de la cobardía de verdugos.
Micaela, la Cacica de Acos, eran poesías
de artesanía y gavilla,
piropos de volcanes
obligando a admirar la majestuosidad
de la  hembra peruana
fieras de miel y capullos
que salvaron, y salvaran al Perú para el mundo.

En la constancia de tu risa sabrosa y ceremoniosa
se descifran  las ceremonias del trigo,
y en tus labios, las heridas del pan.
En ti se asoman las huellas de las batallas 
por una sociedad más justa, mas humana,
más divina, como tus entregas amorosas.

De la mujer peruana nacieron relámpagos de Dignidad:
Manco Inca, Juan Santos Atawallpa,
Tupac Amaru, Bolognesi, Alfonso Ugarte,
Andres Avelino Cáceres, Leoncio Padro,
J.C. Mariátegui, Vallejo, Arguedas, Ciro Alegría,
Scorza, entre tantos otras cimas
que completan el relieve nacional.

De ti, mujer ancashina, pararina, peruana y mundial;
nacerá la esperanza como cimiente purificador del SXXI, 
porque la esperanza no son las salvajes inversiones extranjeras,
protegidas por leyes y ejército peruanos
sino, el hombre/mujer peruanos, con sus sueños a cuestas;
con sus “siiiis” y sus “nooooos” vallejianos, al cuello solidario.
A un inmenso pasado peruano 
corresponde un gran futuro peruano.
Eso enseña la Santa Madre Comunidad de San Juan de Pararín*
Con su cultura milenaria, comunitaria, humana, solidaria,
estirada desde la utopía hasta la esperanza.

En un tiempo, el Norte Chico, costa ancashina, estuvo poblado
por Dioses del Fuego Sagrado
que protegieron pueblos felices.
Y eran dioses creadores, generosos, poderosos,
con apariencia de mendigos,para estar más próximo a los hombres
y lejos de la resignación.
Eran, Cuniraya Wiracocha; Pariacaca, Vichama
y Cavillaca, Urpiwachak (la mujer que sólo paría palomas)
Y a tí, mujer ancashina, pararina, peruana y mundial,
descendiente de dioses miserables que se hacían felices a los hombres,
te toca parir palomas de fuego y dignidad
como: Pedro Pablo Atusparia, Uchku Pedro,
Luís Pardo, para ponerle freno a la delincuencia
que gana por mayoría, público, para su circo abyecto,
y quitándole coraje  a un  pueblo guerrero
y forjador de la cultura Chavín, Recuay, Sihuas,
con cabezas clavas y estelas líticas
compitiendo con la eternidad.
Mujer ancashina, pararina, peruana y mundial
sólo tú puedes parir la esperanza
en lugar de corruptos como huevos de víboras
con fosforescentes inris de “presidente” “congresista” etc.. 
Entonces, ¡a parir palomas de la paz,
en permanente guerra contra la corrupción!
el Perú no puede seguir gobernado por rufianes
enmascarados de “peruanos”, 
con sangrantes ojos de buitres
cuidando el botín “perú” para inversionistas caníbales
que no van a ninguna Conga,
 sino que vienen de todas partes
a destruir la historia y el futuro de una Nación.
El Perú es una Nación de naciones
Y no una “república bananera” con productos brutos
a lo garcía pérez-fujimori-toledo-ollanta,
jinetes del Apocalipsis, cancerberos del dólar sicario.

Y no existe esperanza
fuera del destino del amor y del coraje.
El amor es el único Dios
capaz de multiplicar los panes del destino humano.
Benditas sean;  madres, esposas, hijas, hermanas ancashinas,
pararinas, peruanas y mundiales;
sólo de Uds., sexualidad ubérrima de la naturaleza,
con militancia compañera de hombres justos,
nacerá la nueva humanidad, como doctrina social de solidaridad
que el Perú conoce con el Estado Confederado de los Incas.

La envidia, la avaricia como sarampión de vanidad
que recorre el mundo con el ruin individualismo,
dejemos como plegaria fangosa  de los pequeños 
que escudriñan minucias
imitando a quienes vuelan con las alas
que le dieron sus madres buenas y justas,
y no con plumas prestadas por la corrupción.
Se puede soportar todo el peso de la soledad,
mientras el laberinto poético de tu risa,
arome las fuentes de cristal
donde recostar las tristezas.
Por eso, endulzo con tu nombre todas las heridas
para sorber el aroma de este himno de amor, por tu grandeza.
 
 
HISTORIA


Nora Rosa Gamarra Ramírez

Tú, fuiste un planeta desorbitado.
Sólo un infante trozado
por la precoz garra
de tu propia rebelión.
Y sin embargo fuiste
aquel muñón que se alzaba
contra todo lo que significaba
una coaccionada resignación.
Tú, descubriste
la encubierta paz que te señalaban.
Por eso te incendiaste,
al ver que dentro moraban
birrias de cómodo proceder.
Y porque amputaste el hecho
de que tu ser lisiado
era sólo el producto
de una general confusión,
por ello siendo dueño
de sabias soluciones
ante ti nada sabías.
Por eso,
la llama de protesta
que tu ser engendraba
cuando la desterrabas
sólo te quemabas,
o también la enfilabas
hacia un lascivo furor.
Y tú estuviste ciego,
manco y también sordo…
Yo lo sé.
Porque le cerrabas la boca
a la verdad que te insinuaba
que eras sólo el exponente
de una social frustración.
Pero el mundo no sabía
porque vendabas tu herida
con antenas de dulzura,
porque mordías tu alarido
con tu lengua de primor.
Y te erigías en líder
y fuiste el galán del pueblo;
todas te rodeaban
todas se disputaban
¡tu rajado amor!
Te he visto, bohemio,
repartir tus huérfanas ternuras
cuando ¡tú carecías
de propio corazón!
 
 
LIMA DE LOS REYES
 

Por Verónica Solórzano Vidal

Así te bautizaron los virreyes.
Luego de destronar a Taurichusco.
Ahora te llaman Lima de los milagros.
Un día del cielo llovieron rosas,
y un moreno piadoso
sirvió a tres en torno a un mismo plato.

Entre callejones y octubres
nació el hijo de “doña Pepa”,
moreno fino él
con su terno morado de fiesta se va,
en el salón, con gran desenfado
invita a bailar a la moza
y en un descuido de la bella
¡criollamente le roba un beso!

En una esquina el chino blanquiñoso
don arroz con leche
y doña mazamorra morada
muy acalorada
debatían asuntos de fútbol
de pronto ¡casi se trenzan a golpes!
si no es que repentinamente
irrumpió en el lugar
¡una campeona de box!
que presurosa marchaba
rumbo a su consagración..

Cuentan que un famoso tenor
salió cantando óperas y zarzuelas
después de haber comido
un riquísimo cebiche
preparado en la playa
por un chef que habiendo triunfado
en lejanas tierras, regresó
añorando los aromas y sabores de su cuna.

Lima de los reyes que nacieron nobles
y de los otros que vinieron de tierra adentro
con hambre o con miedo
y aquí, con sudor y llanto
se hicieron también reyes.

Mientras en una banca de la Plaza Mayor
una preciosa limeña, suspira sus ensueños
el gran pisco la agasaja solícito y soberano
y todos en derredor
se deleitan con tan singular y exquisita pareja.

La Banda Oficial del Estado
se bate complacida tocando la marinera
que goza la multitud entera
en especial el shambar y el seco de chavelo.

La fiesta se pone sabrosona.
El cebiche y la chanfainita,
el lomo saltado y la chicha morada
piden a la Banda
un valsecito bien criollo
y lo bailan con bastante
sabor y salero.

Lima jaranera, de guitarra y cajón,
Lima de Barranco y Puente de los Suspiros
de Pinglo y Chabuca Granda,
hoy todos te festejan.

Desde los Andes,
la mazamorra de calabaza y el picante de cuy
se aúnan al homenaje de la soberana,
bailando una chuscada de Pastorita y Collas Paucar;
el rocoto relleno y el solterito de queso
dejan de lado su arrogancia y
sacan sus parejas
y le dan al zapateo.

De pronto el alegre juane
escoltando a sus apus y curacas
pide que lo acompañen a bailar
al son de la mujer hilandera.

Lima generosa,
no mezquina ni sus faldas ni arenales
al pueblerino con sus locas ilusiones.
Lima prodigiosa, en tu suelo
se hace sabio el estudiante de tu tierra
y el que de lejos llega
casi siempre sin abrigo ni fiambre.

Lima ¡favorecida por el buen Dios!
¡un ecuménico mar te baña toda!
un resplandeciente sol
broncea generosamente tus arenas,
y una extraordinaria sirena solía desde niña
peinar con gracia las inmensas olas
para gloria de Lima y el Perú entero.

Aquí se esculpieron antes y ahora las manos
de singulares mujeres que tejen triunfos memorables
en un enmallado sin fronteras.

Lima de Odiseo.
Para muchos que se fueron tras otras realidades
eres esa Itaca.
¡ah! suelo bendito, al que sueñan regresar
algún día …

Y yo me inclino reverente ,
y agradecida beso tu suelo
que me acurrucó en tu regazo
como la mejor de las madres,
desde aquella tarde en que me despedí
de mi amado Huascarán, añorándote
cuando muy niña
un amiguito me habló de ti
y desde entonces te imaginé
bella, majestuosa, generosa, invencible,
con tus alas extendidas despegando al infinito.
 
 

CUANDO ME AUSENTE

Por Juan Rodríguez Jara

En mi ocaso cuando me ausente
jamás pienses, que no volveré
porque siempre a tu lado estaré.
abrazando el aroma de tu frente.

Cuando despiertes en tu almohada
si no me encuentras, tu brazo extiende,
allí encontrarás en eterna espera
el calor que toda la vida te entregué.

Busca en las hojas de mis libros,
allí hallarás tu nombre en páginas
que escribí al partir en despedidas,
para estar siempre en tus días.

El ratoncito de la computadora
con su armonía te guiará por las ventanas,
para que te enteres de mi vida, de mi viaje;
allí hallarás las promesas que no te entregué.

Mis zapatos viejos échalos a una bolsa,
para que se marchen en silencio
por sendas que dejaron huellas de vida
cuando el arco iris sale cada tarde.

Mi terno de hace 30 años que fue mi gala
ahora se achicó y nadie lucirá elegante,
envuélvelo y déjalo, vendrán  a llevarse
como ayer,, cuando me robaron la calma.

Mis avecillas, cuando las atiendas
deja que te entreguen mis canciones;
cuando partas, suéltalas, irán a buscarnos.
En la jaula de la eternidad los atenderemos.

Si decides seguirme, aligera tus pasos
que yo iré lento para que me alcances;
no te olvides de acomodar tus cosas.
Si tú te marchas antes que yo,
anda despacio, que iré corriendo lento
para alcanzarte y conquistar juntos
un lugar eterno para los dos.

 
A MI MADRE


Por María del Pilar Cárdenas Márquez

En el alba de la vida,
encontré una perla cultivada
junto al jardín del oasis más bello de la historia,
adornada de corales de luz y esperanza,
con cantos de sirena que calmaban mi angustia.

Entre suaves olas cargadas de espuma blanca,
sentí sus caricias sobre mi rostro a veces confundido,
y en la playa de mi vida,
se asomaba con calma su presencia encantadora,
viendo volar a bellas gaviotas que sólo podían reflejar
la libertad que ella me sabe brindar.

Sus alas se extendían,
en abrazo a la vida…
Y al final del cielo,
pude hallar su inmensa ternura diciéndome:
Aquí estoy, y siempre estaré junto a ti.
Y volviendo la mirada a mi alrededor,
pude descubrir con júbilo que eras tú Mamá,
la que con encanto me habla,
y con dulzura me abraza con esa bella sonrisa,
por donde quiera que vaya. 


MI TIERRA
 
 
Por Roberto Rosario Vidal

A Huari

Mi tierra es cálida
 como el regazo de las madres
Dulce, bella, acogedora
Capulí, duraznos, tunas
Fiesta de eucaliptos
Cielo azul hasta en los sueños.

Mi tierra es noble y heroica
Igualdad de corazón y sentimiento
Hermandad en castellano y quechua
Festiva, alegre, efusiva
Abrazo, cariño, recuerdos.

Mi tierra ilumina la retina de mis días
Celebra  la fiesta patronal cada instante
Los juegos y aventuras de infancia
Amores eternos de juventud
Memoria de luz y carcajadas.

Mi tierra como ninguna otra
Está grabada con fuego en la memoria
Firmada con sangre y palabra
Promesa de hijo distante
Que añora con dolor el terruño.

 


 


"A chiquián de ensueños..."

AMOR INMORTAL 
 
 
Por Carlos Garay Veramendi

En un lejano y fascinante pueblo andino
de feéricas bondadosas,
con arte construido por geniales
gnomos arquitectos en medio
de inmenso vergel de dioses,
donde jugueteaban undívagos:
utopías aromadas de amor eternal;
descubrí con ojos de relámpago
una cándida florcilla en jardín
muy cultivado de su adolescencia,
con glamour de orquídea reina.

Ella,
venustez, princesa regocijada:

De lozanas flores con corolas finas
y pétalos irisados de festejos,
de fraganciosos campos verdegales,
y de avecillas policromas en miles
de bandadas: trisadoras etéreas.

Ágil se salió de mi pecho-fortín
mi candoroso corazón a revolcar
regocijo en suelo alfombrado,
como el pajarillo pichcurrucus,
luego
de atragantarse con rocotos bravos
en huertos fértiles de dioses exóticos.

Por complacer a mi felicísimo
consentido-flirteador me acerqué,
sí,
me acerqué picaflor a la excepcional
y lozana florcilla elegida.

Así iniciamos la amitié amoureuse
de una pasión encandilada a plenitud.
Entonces, desde aquel ratito dichoso,
por sendas ufanas de campos floridos,
junto a claros y cantarines arroyos;
catarata con su eterna cola de novia
-paraje de graciosos geniecillos
y deidades: ninfas y ondinas-,
y entre múltiples conciertos polífonos
de gorjeos retama inacabables,
agarraditos de la mano-amor,
tan siameses y muy apegaditos:
presintiéndola en mi exaltado anhelo
casi toda mía en cuerpo y alma;
hasta sospechando su gustillo a caldo
de fiesta con presas de carnura tierna,
caminábamos riendo felicidad amante
o solamente mudos al mundo oliscoso,
disfrutando al tope intenso
nuestro exquisito amor en subjuntivo.

Y ella, mi Numen, nunca jamás faltaba
a esas imborrables citas.

Y un risueño día enamorado, solos,
la amasia soñada y el amasio soñador
bajo un cielo sonazulado de envidia.

Quise sentirla repleta en mis brazos
aquel feliz y memorable día celestial,
para en su grandeza entregarla:
mi amante amador encalabrinado,
uniendo a su inmaculado estigma:
polen de mis estambres apetecidos.

Y para churrupear su miel primaveral
en riente copa encarnada de sus labios,
y recorrerla con dicha achispada:
por sus recodos, fragancias intocadas,
y tersuras encantadoras de codiciada
flor insólita del idílico edén.

La exquisita vivaracha-torera esquivó,
y me escrutó alegre y halagüeña
hasta el abierto corazón fehaciente y
venas agitadas del alma enamorada,
atiborrándolos de iridiscente
luz inquietada y de copioso amor.
Enseguida bajó su corola ardorada,
y tan encantadora me musitó a sovoz:

Mi corazón ama otro colibrí galán.
Comprendió en puridad romántica
que nuestro sublime amor divinal:
florcilla de rocío, cándida magnolia,
no debería mustiarse así tan de fácil.

Se inmoló negándose a darme el sí:

¡Casi siempre decepcionante y mortal!

Pues al mismísimo instante emotivo
de feliz asignación de férvido amor,
a corromperse calmadamente inicia
y sucumbe deteriorado hasta ruinas:
por fatal fiasco y tiempo aniquilador,
y extenuación hasta tedio intolerable.

Así con laboriosidad prolija erigió
una imperecedera y singular arqueta
de fino cristal en mi afable songgo1,
para refugio búnker
de su idealizada imagen orquídea,
y nuestro candoroso amor inmortal.
 
 
 
CAJACAY

Por Livia Padilla (Aivil Alitana)

Hoy pienso en ti pueblo mío,
como el hijo de Laertes, 
perdido en altamar,
anhelaba los muros
que abrigaron su infancia.

Por eso amo las manos
que mecieron mi cuna;
tierra de mis primeros pasos, 
aroma de las miradas tiernas,
numen de mis prístinos anhelos.

Cómo no amarte si lates fuerte en  mi pecho,
ahora que el tiempo trenza la melena gris
de los años que se van.

Cómo no amarte pueblo mío,
si vives en mis seres queridos, presentes y ausentes;
si cada madrugada siento que respiras hondo,
quebrando el silencio de las horas vacías,
como trepida el rocío
cuando el aire agita las hojas mustias
de una rama herida.

Cómo no recordar tu cielo azul
al iluminar el sol la puna fría,
los ríspidos senderos, el abismo agreste...
También recuerdo la neblina del mes de mayo,
cubriendo las palmeras de tu plaza con su poncho blanco.

Cómo no recordar la fragancia de tus mazorcas en flor,
y el dorado brillante de tus espigas preñadas de trigo,
granos que amasaba mi padre junto al horno de barro,
labrando con fe y esperanza el pan del porvenir,
al amparo del Señor de Chaucayán y San Agustín.

Cómo no recordar tus huertos caseros poblados de trinos
y aromas de la Sierra a la vera de los ríos de aguas puras,
que mitigan la sed en los caminos que suben al cielo.

Cómo no amarte si eres lluvia que moja por dentro.
Lluvia que se torna manantial en la distancia.
Tierra de empinados horizontes hechos de arcilla y roca
donde gravitan vibrantes los ecos profundos.

Hoy te recuerdo en cada uno de tus hijos,
porque en todos habita tu alma las 24 horas del día;
por eso lejos de ti mi alma musita el Ave María,
mientras mi corazón se curva en agonía,
como se comba el labriego en el surco
buscando el fruto soñado.

Pueblo mío, “Tierra de hombres ilustres”,
como te bautizara el sabio Santiago Antúnez de Mayolo,
¡BENDITO SEAS!
 
.


NOSTALGIA
 
 
Por Víctor Unyén Velezmoro

Estoy sentado cual espectador impávido,
tratando de ser indiferente
al instante crucial que me rodea;
más no puedo evitar que la nostalgia
del ayer impulse nuevos bríos,
a mi condición de asalariado,
de un mundo cortante, móvil,
que se escapa núbil de las manos.

Es el momento crucial de lo indefinido,
que persevera mantenerse
en un mundo mutante, imperfecto;
a veces sórdido, implacable,
entre los glóbulos rojos
que recorren cada milímetro
de las arterias de mi cuerpo,
mundano y a la vez divino.

Soy, sólo un número impar
en la vastedad del universo,
con un código genético
que se repite cíclicamente.
Y en cada retorno inmaculado
vivo las experiencias
de mundos inconclusos
que coinciden en mi edad exacta.

Yo soy de este y también de otros mundos
que cortando el tiempo
se adentran en la historia;
se alargan hasta desaparecer finitos
en cada recodo de una esquina vertical
que cae en el oasis de la esperanza;
en la seguridad
de volver a renacer en cada aurora.

Y en cada línea no escrita,
sobre una hoja plana
de mi cuaderno marchito
de esperanzas rotas.
Horizontal, me levanto sobre mis huellas,
incrédulo y sorprendido;
para empezar nuevamente a navegar
en el silencio de las tardes grises.

Entonces ¡Vivo! Trato de sobrevivir
en el calvario de mis penas,
sobre mis dudas y temores,
entrelazo mis ideas vanas,
llevando sobre los hombros
canciones hechas poesía.
Y la alegría de vivir “siempre de pie
y nunca de rodillas”.


 
VIERNES
 

  Walter Vidal Tarazona

A ese viernes de Vallejo.

Habían azotado tu carne,
tu carne de tierra
espina
dolor
pena
hambre
sed…

Te habían escupido,
rasgado tus sienes,
clavado tus pies.

Tú, en agonía, Maestro,
en agonía de sangre y sudor,
besaste tu inmenso negro dolor.

Metieron la muerte por tu pecho
y Tú la acariciaste.

Te despreciaron
y tú sentiste compasión de su miseria.

Te pisaron, al fin,
y Tú revives, ¡Hermano! 
 
  


 
MI AMISTAD
 
 
Por Juan Rodríguez Jara

Mi recuerdo es pequeño como el rocío,
si quieres mantenerlo vivo y muy lozano,
no dejes que lastime tu fría indiferencia;
no dejes que el fugaz tiempo en su marcha,
borre las huellas sinceras de mi existencia.

Guárdame siempre bien en tu recuerdo.

Cuando un día a tu puerta toque el olvido,
no permitas que se apodere de tu vida;
esa vida es corta, como del río su brisa,
de la mañana, su silencio y breve sonrisa;
disfrútala al lado de mi amistad sincera,
porque al caer la taciturna tarde callada,
tú me recordarás, en tu afán del olvido
y pensarás en la mano que te di un día,
el instante que te brindé mi amistad.

Mi recuerdo será cual ancho valle,
mi gratitud incontable, como el trigal;
a la distancia, mi amistad permanecerá
luminoso como el sol de Piscobamba,
alegre como la aurora de la cordillera,
por eso, cuidemos la amistad con sinceridad,
cuando la muerte nos lleve, ella quedará,
rodando como una lágrima por el mundo.

Siempre recordaré, que ayer, me regalaste
tu última sonrisa para mi recuerdo.


 LA MARIPOSA AZUL
 
 
Julio Olivera Oré

!!Que fue de Rosa, la de los labios guinda,
ojos azules, talle de junco, torso de ave,
 mariposa azul de la campiña?

!Qué fue de ella!
¿La sepultaron las nieves?
¿se la llevaron las aguas?

En vano se astillaron mis manos,
buscándola en los escombros.
En vano el eco de mi voz,
llenaron los poblados.
En vano mis lágrimas mojaron la tierra.

¿Te licuaste en las nieves,
sumergida en las raíces,
de cuatro palmeras que en pie quedaron.?

Idolatro este sueño,
imploro de rodillas, y despierto:
le digo que la quiero,
que la añoro y que la espero,
y que ya no sé,
si es poco o mucho
lo que sufro y lloro.

Si ya no has de volver Rosi,
¿para qué te espero?


 
BIENVENIDA
 
 
Por Rodrigo Solórzano Espinoza

Bulle en los recovecos de mi memoria
la espera jubilosa del pasado año nuevo
hace doce meses exactos como hoy
enarbolando las mismas ansias inciertas
te recibí con el corazón alborozado. 

Aún rememoro mi urgencia impaciente
clamando para la humanidad amor
para el mundo el imperio de la paz
o reclamando que el hambre no perturbe
las entrañas vacías de la niñez. 

No exigimos para nuestros días
más violencia y muerte rondando
ni rapiñas escudriñando entre las sombras
amenazando con sus horribles zarpas
la instauración de la corrupción y el mal. 

Hoy arropado de renovadas ilusiones
olvidando dolores y perdonando ofensas
desempolvando la mejor de mis sonrisas
convencido de que en esta nueva ocasión
de perdurables bendiciones nos colmarás. 

A pesar de los reiterados desencantos
corroborando mi tenaz y firme convicción
haré retumbar los confines del cielo
con mi grito cargado de renacidos anhelos

¡BIENVENIDO! 


 CHIQUIÁN QUERIDO
 
 
Por Solio Bolarte Pardavé

Chiquián querido al evocarte
con honda nostalgia
quiero brindar estos modestos versos
de emoción sentida.

Si ingrato fui al abandonarte
no tuve la culpa,
por designios del destino
aun siendo niño de ti me alejé.

Guardas en tu suelo páginas de historia,
guardas en tu cielo un pedazo de gloria,
tus bellos paisajes
tus cerros majestuosos.

Oh Chiquián querido, eres un edén,
si alguna vez volviera
huyendo del bullicio
a tus tranquilos lares a descansar,
dormir quisiera en tu tibio regazo
y  unido en un abrazo
Chiquián en ti morir.

Lima, 1976
 



CARHUASPUNTA ESCORZONERA
 
 Germán Romero Yabar

Carhuaspunta escorzonera
chaquilayqui yacuriska
así lo mismo matarina
ishcan nahuin wequerishga.

Ichiclala jilguerito
lapan yacu upiareg
cuentarallamay huiralallamay
chiquianitapa vidanta
matarinapa suertinta.

Ccantulapis tuctunsu
ñupulapis huaytansu
así lo mismo matarina
enamoraduta tarinsu.

Ñupulapis tuctunsu
ccantulapis huaytansu
así lo mismo cusponista
enamoraduta tarunsu.
 
 
CAPULÍ TIERNO
 

Por Félix Jaimes Valderrama

Capulí, tierno capulí
¿por qué maduras antes de tiempo?
¿No ves que la gente mira tu fruto,
y de antojo quieren cogerlo?

En el camino estás creciendo,
sin percatarte de tu destino,
tu fruto tierno será cogido,
así de verde será comido.

Yo quiero ser el primero
en cuidar tu fruto hasta madurar,
serán tan dulces y tan rojitas,
vale la pena que las cuide coin amor.
 

 
MUJER DEL ANDE

María D. Ramos de Bríos

Orgullosa de tu raza
de blanca cabellera,
trenzas de espiga,
de vivos colores vestida,
blondas de encaje,
cintas de arcoíris.

Mujer de mirar triste,
pero de andar ligero,
cual viento airoso vas
entre los velos de neblina
 que cubren el camino.

Mujer de frente serena
temple de acero,
trepas las altas cumbres
llevando sobre tu espaldita
el tierno fruto de tus entrañas.

Mujer de las punas frías,
tejedora de nostalgias
en las horas amargas,
bendita mensajera
del Divino Hacedor;
eres como el ichu
que solitario silba,
como el ave canta
junto al caminante
apurando su andar.

Eres madre abnegada,
ilustre viajera en el tiempo
traes en tu alma
las notas de un yaraví:
"Quien pudiera retener tu llanto
calmar tu tristeza y sacar
la congoja de tu corazón”.

Mujer, fuente inagotable
de sacrificio y bondad,
que silenciosa forjas
 un mundo nuevo
en la soledad
de la pampa,
hoy quisieras beber
del puquial encantado
para hacer de la
turbia hiel, cristalina miel,
y que el grito en los cerros
no sea de dolor ni quebranto
sino de gozo y dulce canto.

Así, al despuntar el alba
cantarás una nueva melodía
a Dios y a la vida.

Corpanqui 1965
 
 
PASTORITA
 

Por Felix Antonino Vidal Vidal

Si la oyeras cantar
cuando se peina,
si vieras su cabello trenzado
y su piel color de manzana.

Es la niña de ojos tristes,
pastorita dulce y tierna,
caminando tras su manada
y el perro fiel a su costado.

Es la niña de pintaibata
sonriendo a escondidas,
que se pone color granada
cuando digo que es mi reina.

Si la vieras en la cocina,
preparando sus manjares,
endulzando con su mirada
y manos angelicales.

Si la vieras bailando
vestida de palla o de anti
en las fiestas patronales,
cual muñeca de porcelana.

Es la niña de mi tierra,
flor silvestre, muy hermosa,
que en su pecho guarda un tesoro
y en sus ojos dos luceros.

 
NO DEJES DE DOLERME POESÍA
 
 
Por Nalo Alvarado Balarezo

Si calla la voz de Dios,
lloran los ciegos a mares,
sólo enjugan sus lágrimas
cuando ven su rostro celestial
con los ojos del alma.

Y tú, esquiva Poesía,
como expresión divina
de su Creación, eres esencia
de ese espíritu genitor,
única savia que penetra
 las murallas de la inspiración;
por eso me duele tu ausencia,
por eso me duele tu indiferencia
por eso camino a tiendas
noche tras noche, buscándote.

Nunca dejes de dolerme Poesía,
porque en el silencio de la madrugada
el llanto se hace mar profundo,
y sus olas me llevan hacia ti,
siempre hacia ti.

¿Sabes Poesía?,
hoy en tu Día
me siento feliz,
porque estoy sumergido
 en un piélago de insomnio,
enhebrando verbos y latidos
que me hacen sentir vivo.
 
Madison, 21 de marzo de 2002

 
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