miércoles, 31 de marzo de 2021

ABRAZO CHIQUIANO DE CUMPLEAÑOS - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)

Chiquián 
 
Brentwood, 31 de marzo de 2021
 
HOLA SHAY:

Un día como hoy nacieron en Chiquián cinco seres humanos muy queridos por nuestro pueblo: SOLEDAD ZÚÑIGA GAMARRA, ENMA RAYO MINAYA, BALBINA ALDAVE ESPEJO, PABLO MARTÍN VÁSQUEZ VERAMENDI y VICTORIA MONTORO RAMÍREZ.
 
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Sólo la magia innata de Chole Zúñiga Gamarra puede convertir con facilidad un día normal en fecha inolvidable. Así es desde niña su carismática personalidad: un matiz de generosidad y entusiasmo contagiante. Herencia viviente de Luis Pardo.

Su incansable labor magisterial, su amor por el deporte y su entrega a su familia, constituyen bellos ejemplos para los que compartimos su amistad; cualidades a las que se suma el aire de ánimo puro que se respira en toda fiesta deportiva y costumbrista con su presencia. 
 
Por su sencillez y su espíritu amigable, grandes y chicos quedan cautivados ni bien la conocen. El sonoro timbre de su voz y su mensaje sincero de solidaridad, paz y amor por nuestra tierra, están presentes en todo momento.

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Chole: telúrica de nacimiento y campechana sin par, coleccionista de abrazos de confraternidad, ejemplo de lucha y coraje a toda prueba, es un ser humano de fe indoblegable como nuestro pueblo emprendedor.

Hija generosa de padres invalorables y enamorada hasta el tuétano de 'Espejito del cielo', de sus costumbres, de sus usos y tradiciones, siempre labrando con sus manos educadoras el progreso de Áncash.
 
Como buena cazadora de sueños está presente con su banderín de lucha en las gestiones por el desarrollo bolognesino, al lado de su hermano Acucho. Amén de los  sabrosos potajes chiquianos que nos brinda con cariño cada vez que visitamos su casa.

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Compartir gratos momentos con Chole, es manar lágrimas de emoción cuando canta un huaynito saleroso con alma, vida y corazón; es aspirar la fragancia de los campos chiquianos después del aguacerito de marzo; es sentir en el ambiente ese olorcito a bizcochuelo recién horneado, a mashuita madurando al sol, a leña fresca crepitando en fogón de humilde barro.
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Es saber que al asomar el alba volverán los pichuichancas a cantar con la esperanza de un día mejor; es recordar un domingo de voleibol en Jircán, un paseo dominguero en Quihuillán y un enorme motivo para recordar la belleza del majestuoso Yerupajá, desbrozando las nubes del desaliento.




 
Madre Chiquiana 2007, como expresión sublime del amor por los hijos y nietos, nos deleitó en el Club Áncash con ese carisma contagiante con el que tantos amigos ha ganado a lo largo y ancho de nuestro querido departamento, que siempre palpita en las sienes y bulle incansable en las venas.
 
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Doña Enma Rayo Minaya de Robles y doña Balbina Aldave Espejo, compañeras de generación con gran visión empresarial desde que las veredas chiquianas olían a lajas bañadas por el shulay benefactor. La primera en el transporte pesado de carga al lado de nuestro recordado don Benjamín Robles Valverde (fallecido), padres de nuestros amigos de promoción: Mali y Papi (fallecido). Doña Emmita se encuentra en la Mansión Celestial desde el 20 de septiembre de 2016. Sus restos mortales descansan en el Camposanto Parque del Recuerdo de Lurín.




 
Doña Balbina nos ha legado un bello hotel turístico, remanso de paz y orgullo de Chiquián, por su fina atención personalizada, su bonita arquitectura provinciana y el jardín florido que cautiva al visitante con su aroma y colorido.

Cómo no recordar sus olorosas manzanas, tersas unas, arrugaditas otras, que en frascos cristalinos aguardaban para saborearlas después de los juegos de ping pong en su tienda del barrio de Quihuillán en los sesentas. Doña Balbinita acudió al llamado de Dios el lunes 31 de marzo de 2008, y descanza en paz en el Cementerio General de Chiquián.
 
 
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Pablo Martín Vásquez Veramendi, quien en la foto aparece integrando la Escolta a la izquierda de Pocho Cano (Rubén Robles a la derecha), es uno de los más destacados deportistas chiquianos de todos los tiempos, profesor, novillero, nadador, narrador y compositor de larga data, digno heredero de don Pablo Vásquez Ibarra, su querido padre, de reconocida vocación educadora y edil en bien de nuestra provincia. Amante de las revistas de coboyadas, y de "Tarzán de los monos" del escritor americano Edgar Rice Burroughs, guardo su imagen adolescente leyendo imperturbable con una "Bidú Cola" de tinte oscuro en la mano.

Dueño de un verbo que fluye cantarino como el querido Aynín de nuestras excursiones escolares. Sus poesías y relatos chiquianos de bucólica inspiración, sacuden las fibras humanas más intimas y van de latido en latido incendiando el recuerdo, y tonificando el espíritu de los que ya pintamos canas. Ejemplo de pródiga semilla y sabroso fruto para nuestros niños y jóvenes.

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Tardecita fría de un fin de semana de junio del 2010 en la casita familiar de la Urb. Ingeniería. Las primeras sombras de la noche ya cubrían Lima, la Ciudad Capital, que a millones de provincianos cobija bajo su cielo nostálgico, a cambio la bendecimos los domingos festivos con los colores vivos de nuestra querencia, en los conos limeños.
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De pronto:

- Tiene la misma fuerza expresiva de Bellota y Cañita. Ambos hicieron gárgaras con gotas de rocío y aspiraron de chiuchis el fresco aroma de la lluvia. Es una voz vigorosa, pero tierna y dulce como el fruto del capulí. ¿Quién es el cantante? tiene acento chiquiano.

Así comentó mi recordado papá, emocionado hasta las lágrimas, al escuchar las canciones entonadas por Pablo Martín Vásquez Veramendi, de una grabación que mi hermano Felipe le obsequió durante la visita sabatina.

Macollado, así lo llamamos de cariño, es un gran intérprete del sentimiento chiquiano y fiel amante de todo lo nuestro. Tallado a pulso y templado a fuego, de fina madera y dura cuerda, corazón y razón, alegría y añoranza, todo en uno.
 

Chimbote

 
Él no solamente laboró como educador en la costa de Áncash, también lo hizo en Laramate (Lucanas), hermosa campiña famosa por sus ricos quesos..
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Un rinconcito de Lucanas
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Hoy sus enseñanzas, su alma afable, los trinos de su guitarra viajera y su telúrico cantar, siguen siendo acunados en Atocata, Chancaraylla, Patahuasi, Yauca, Hatun Pampa, Chupancancha, Apataque, Cunya, Chupancancha, Patahuasi, Quillillica y Patachana, cautivadores lugares que conforman el inmenso jardín campestre de esta colorida zona del Perú profundo, donde bajo el cielo azul brillan las tijeras de los mágicos danzantes de almas indomables.
 
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En trío con Herberto Aldave del Castillo y el flaco Roby Alva Ibarra, inmortalizaron las aguas hechiceras de nuestro mítico Usgor, meridiano creador de la canción chiquiana que hace zapatear y vibrar de alegría a usaditos, maltones y chiuchis en las reuniones con arpa, combo gratis y trago calientito:

Aguas de Usgor, aguas hechizadas
son tus quebradas testigos mudos

de mis amores con una chiquiana

de mis amores con una chiquiana.

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Vino el invierno todo lo ha borrado

fango y lodo, sólo ha quedado

porque tu nido allí ha quedado

bajo las ramas de un árbol caído.

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Ahora espero sólo primavera
para que vuelva hay mi golondrina

agüitas turbias del recuerdo mío

agüitas turbias del recuerdo mío.


Fuga


Anda dile a tu mamá

mucho me gusta melodías

si no le dices yo le diré

con este huayno le engañaré.

(Chiquián con Canciones Folklóricas - Edición 1994 - publicado por el maestro, músico, promotor cultural y escritor Alejandro Aldave Montoro)
 


 
Contrapunto con sana picardía, sentimiento y poesía de pueblo que define el perfil de una época de oro del chinguirito y la serenata de zaguán sin punku todavía; simiente que germinó en las jóvenes cuerdas sonoras con un lenguaje coloquial cantándole a la musa y al paisaje de rica tradición idílica, que al rescatar lo nuestro, subraya la concepción de que lo valioso está en la cultura popular, y que, el verdadero perfil de un lugar como Chiquián hay que buscarlo en sus habitantes, sus creencias y tradiciones; en su música, en los sueños colectivos; en su flora, su fauna; así como en la riqueza de sus entrañas y en la nívea belleza de sus picachos de donde afloran los deshielos vivificantes. Seres humanos como Macollado son los que ennoblecen las palabras: AMIGO y PAISANO.
 
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Cierto lejando día de fines de marzo, lejos de nuestro amado pueblo, pensando en el gran legado espiritual de “Mamamita” Victoria, me repetía una y otra vez: "en Chiquián están las huellas de mi infancia, también las ilusiones dormidas que sueñan con un lindo despertar. Está su espíritu festivo y religioso, músculo y nervio del provinciano de pura cepa. En sus chacras habita la fragancia del trigo dorando al sol y del maíz tierno bañado por el shulay. Allí están sus quietas calles que guardan la risa de mis amigos, allí duermen mis días primeros bajo el hermoso glaciar. Allí están las obras de las mujeres y hombres que forjaron su identidad... y en Alcococha descansa el horno de cielo rojo alambicando el aroma del pan caliente... también en Alcococha, junto al murmurador Yarush, está la casa solariega que Mamamita cedió con cariño, durante tres décadas, a nuestro pueblo para el funcionamiento del colegio 'Coronel Bolognesi', del INA, la PNP y del INPE...". Mi amada abuelita Victoria subió al cielo el martes 24 de junio de 1969. Ella halló cristiana sepultura en el Cementerio General de Chiquián, donde en marzo florece el arcoíris.


ABUELITA VICTORIA
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Mamamita, te llamábamos tus nietos;
siempre tuviste para nosotros amor
y sólo amor, mas nunca vimos
descansar tus manos...

Siempre trabajando duro,
en tu cálido horno y tu tienda,
atenta con tus clientes y generosa con los
niños y ancianitos que te pedían dos pancitos.

Enviudaste con una decena de hijos a cuestas,
pero no te amilanaste ni un segundo
y continuaste luchando fuerte,
agotando tu existencia.

¡Oh! dulce manantial
de trabajo honrado y saludable
que nosotros evadimos y regateamos,
mientras amasabas jaratantas de esperanza.

Hoy, ese nuevo pan que es fruto de tu obra,
late en cada alma y corazón chiquiano,
pues la casa que cediste con cariño,
les dio conocimiento y abrigo.

Por eso los bolognesinos,
también del Instituto Agropecuario,
los policías e internos que ocuparon tu casa,
te añoran con gratitud por tus biscochos y tu techo.
 
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Un fuerte abrazo de la familia chiquiana Alvarado Balarezo a mis amigos Chole y Macollado. Nuestras plegarias por el descanso eterno de las almas buenas de doña Balbinita, de doña Emmita y de mi abuelita Victoria. 
 
Fraternalmente

Nalo
 
Chiquián

martes, 30 de marzo de 2021

LLAMAC - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)


Llamac - Foto: Google

L L A M A C


Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)

Despiertan en mi mente recuerdos de la adolescencia, que bajan de la bóveda azul con fulgores resplandecientes: son rayos de luz que bañan de oro y grana la Cordillera de Los Andes:
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Diario de un Tinyaco
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“Frente a nosotros una tierna torcacita canta en un queñual, que el céfiro matinal mece en la soledad del camino que en la cima besa el domo azul. Un cóndor trae del Huayhuash copos de raspadilla en sus retintas alas. Los apus Amaypunta y Shinuapunta vigilan el paso de los pequeños viajeros chiquianos. El frío hinca la médula, el viento brama empujando un denso manto de neblina que vela los ojos, y el trueno empieza a batir desde las nubes su comba retumbante sobre las estribaciones rocosas del páramo andino. Rayos y relámpagos por doquier. Emulando a los curtidos arrieros chiquianos buscamos agobiados una gruta que nos salve la vida, mas todo es en vano. Nadie escucha nuestro ruego, nadie ve a los caminantes de pies menudos que riegan con lágrimas el agreste sendero. Sólo Dios nos escucha y se apiada de nosotros calmando la furia del trueno; ya no hay descargas eléctricas, el calvario cesa, las primeras gotas de lluvia que caen lavan el llanto peregrino de los niños excursionistas de JIrcán. Nos persignamos y seguimos atravesando los andamios que sustentan las nieves perpetuas del Huayhuash, donde moran los cóndores de vuelo cósmico. ¡BIENVENIDOS A LLAMAC!, nos reciben los chacareros con las manos en alto desde el desfiladero arriscado. Yo me alegro sobremanera porque un niño campesino que pasa sobre un burrito maltón me reconoce y dice entusiasmado, retirando la bufanda de sus labios: "¡shay Nalo, no te vayas, ya vuelvo!". Él fue mi compañero en el aula del Tercero de Primaria en el 378 de Chiquián, por eso mi corazón se inflama de ventura. ¡Llamac! ¡Llamac! ¡Llamac, ra-ra-ra!… lanzamos hurras una y otra vez. Gritos de emoción que el eco multiplica en la rugosa arquitectura de la granítica montaña donde ya descansa de sus aprietos el apu trueno. Allí, entre cerros hirsutos de topografía abrupta, emerge la silueta soñada de un pueblo hermoso, engastado en el corazón de Áncash como un rubí de mil quilates; pueblo que hace dos años vi por primera vez, cuando en Chiquián un alpinista sueco nos mostró su imagen en una fotografía (1961).
 
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Llamac actual - Foto: Google
 
 
 
Escritor Guillermo Arbaiza Huaranga
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Aquí, en el fascinante Llamac, cuna de hermosas mujeres y de hombres valientes, nació el ser humano que nos ayuda en las tareas escolares a los alumnos nuevos del colegio nacional Coronel Bolognesi de Chiquián. Su nombre es Guillermo Arbaiza Huaranga, por eso es un privilegio visitar su pueblo, hoy sábado 13 de abril de 1963”. Fue un trocito de: “El Diario de un Tinyaco”, de Nalo Alvarado Balarezo.
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 Llamac actual - Foto: Google

LLAMAC, camino al cielo, es la puerta de entrada al paraíso blanco, donde los picachos de los colosos de hielo acarician las nubes que bogan silenciosas en una sinfonía de misterio, fulgor y paz, que en la tardes de arrebol empañan la mirada.
 
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Cordillera Huayhuash - Vista satelital - Google

Llamac es cuna de formidables guías y porteadores que aligeran el curvo andar de los andinistas peruanos y extranjeros. Ellos se sumaron generosos a la operación de rescate del bimotor de Transportes Aéreos Militares, que en vuelo de Pucallpa a Lima, cayó en el Huayhuash, el martes 16 de Noviembre de 1954, enlutando al Perú entero.
 
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Operación de rescate en el Huayhuash - Imagen: Chiquián Querido

Gracias a las faenas comunales de reforestación y siembra de productos de pan llevar, Llamac es un próspero anexo del distrito bolognesino de Pacllón, tareas que realizan al amparo de San Pedro y Santa Rosa de Llamac, sus venerados patronos. Pueblo ganadero, rico en manifestaciones culturales: danza, música y artesanía. Aquí sembró buena semilla de conocimiento mi querido tío Alicho Aldave Montoro, durante 16 largos años. También los maestros chiquianos Hérnán Reyes Aguirre, Gudberto Ibarra Lozano, Amina Rayo Minaya de Aldave, Félix Anzualdo, María Aldave Montoro de Alva, Dina Romero y Nivardo Vicuña Valverde, entre otros apóstoles del Saber.
 
Hace unos días tío Alicho (ALEJANDRO ALDAVE MONTORO) estuvo preocupado por mi salud. Las llamadas telefónicas no se hicieron esperar. En vano intenté tranquilizarlo, por eso en horas de la mañana de hoy, jueves 14 de abril de 2016, visité su casa de Lebanon en los verdes prados de Tennessee (USA). Lo encontré trabajando con ahínco su nuevo libro: "GRATITUD DEL MAGISTERIO VIVIENTE: PACLLÓN-LLAMAC-CHIQUIÁN". Su libro en ciernes es una bella muestra de gratitud a los pueblos hermanos de Llamac y Pacllón, por su venerable hospitalidad hacia los maestros chiquianos, y por su lucha permanente en defensa de la CORDILLERA HUAYHUASH. Tío Alicho está muy contento, y dentro de unos días estará visitando el Perú por nuevas energías espirituales que todo escritor de tierra adentro requiere lejos de la Patria.
 
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Imágenes de la visita a tío Alicho - 14 de abril de 2016 

Al compás de sus coterráneos del distrito ecológico de Pacllón, los pobladores de Llamac y sus líderes naturales e institucionales, defienden desde hace muchos años atrás las agresiones al ambiente que alienta la explotación minera; de ahí que por RM 006-2009-MINAM, del 16 de enero de 2009, se reconoce el Área de Conservación Privada "Llamac", por un periodo de diez años, sobre la superficie de seis mil treinta y siete hectáreas y ocho mil quinientos veinticinco metros cuadrados, de propiedad de la comunidad campesina del lugar, para conservar elementos y componentes naturales representativos de diversidad biológica de la cordillera Huayhuash, con miras al desarrollo sostenible de la población local. Llamac, como muchos pueblos del Perú profundo, conserva su fisonomía de tejas, adobes y ponchos, tan apetecible a la mirada mundial.
 

Una de mis visitas a Llamac

El centro poblado de Llamac se encuentra a 3,250 m.s.n.m. Cuenta con un clima benigno durante todos los meses del año. Pampa de Llamac es el mirador natural de una belleza circundante sin parangón. En Llamac los niños no sólo juegan a las escondidas entre peñascos, queñuales y precipicios, también danzan alegres en duro cascajo, vestidos de gijantes y de lachpas. Llamac cuenta con un estadio reglamentario con pista atlética, orgullo de la sierra de Áncash.  
 

Estadio Santa Cruz de Llamac - Foto:Quishtulandia
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Llamac - Foto: Wikipedia

El río Llamac, cual cristal de cromo, serpea abrevando la angosta quebrada con sus espumosas aguas, y sirve de guía a los caminantes de almas fuertes que visitan la cordillera Huayhuash en pos del nirvana soñado. El río Llamac sigue su curso y se une al río Achín, luego al caudaloso Aynín (Pativilca), cuyo fluido llega al mar de la provincia limeña de Barranca.
 
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Cordillera Huayhuash - Foto: Google

CORDILLERA HUAYHUASH

“Montañas supremas del cóndor”

Tus versos cristalinos bajan fecundando vida por las verticales cañadas sedientas de savia telúrica, como la virginal frescura de los versos de Vallejo que sacian la sed del Universo.
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Tus picachos que besan el cielo, abren el cendal de la mañana con la pureza inmaculada de la nieve, y basta un puñado de minutos contemplando tu hermosura, para limpiar el sarro del alma y los pesares del corazón; sin olvidar, que la belleza no llena de dicha a quién la posee, sino a quien la ama; y no depende del paisaje solamente, también depende del ser humano que la admira y protege, como los hijos del distrito bolognesino de Pacllón.

Un hermoso regalo de Dios al alcance de nuestras manos.

Grito de libertad
cual tempestad del alma
que ruge en los glaciares.

Viga maestra
de los heraldos blancos
que sacian la sed de mi tierra.

Huayhuash querido,
¡nunca te dañarán!
mientras el espíritu telúrico
vuele con alas de cóndor.

Alas de esperanza
que se elevan al cielo,
donde Dios aplaude la victoria
de los que defienden la Naturaleza.

Nalo Alvarado Balarezo


Cordillera Huayhuash - Foto: Google