RECUERDOS CHIQUIANOS
FELIZ CUMPLEAÑOS POETA
AUGUSTO ESCALANTE APAESTEGUI
Mi buen amigo de toda la vida, Augusto Escalante Apaestegui, cumple años
este 16 de enero. ¿Desde cuándo somos amigos? Desde que nos conocimos,
hace 45 años. Con él hemos recorrido medio Peru, especialmente Chiquian
y Cuspón. Como buen poeta y escritor ha compuesto cantos a lo nuestro.
En las aulas universitarias hemos compartido eventos académicos y de
lucha contra la corrupción. En Insula, AEPA, el Centro Federado de
Periodistas de la provincia de Huaura y otras instituciones
hemos protagonizado cultura de hermandad. Como en la foto, cada
miércoles, un sudado de pescado acompañaba nuestras charlas con muchas
anécdotas y bromas. Hoy está delicado de salud y cada día hago votos por
su pronta y plena recuperación para continuar con todo lo que hemos
estado haciendo por 45 años. Como hombre de lucha sigue peleando por su
vida, y sus amigos nos sumamos a esta lucha. Un abrazote Augusto, a seguir
con la pelea que tenemos muchas tareas que nos esperan...
Filomeno Zubieta Núñez
BUENOS DÍAS CHIQUIÁN
Por Augusto Escalante Apaéstegui
Premio Nacional de Poesía
Conococha de las alturas
sobre tu sosegada y líquida estructura
bruñe la cordillera
su perfil de metálicos amaneceres
gélido y sereno pentagrama
donde el idioma del viento
ensaya sus primeros balbuceos
en el secreto aleteo de las truchas
en alas de patos, huachhuas, ahuash
leclish leclish leclish...
Agua misteriosa
agua germinal
agua luminosa
territorio de la lluvia
residencia de la luna andina
de los auquis tutelares
nido del relámpago
límite sonoro del trueno
en la Pampa de Lampas
estanque de aire puro
alfombra tejida de rediles
aromado de fogones cotidianos
en estancias de alegría
a la hora de la aurora
de íntimos y domesticados humus.
A lo lejos
confundido con la bruma
relumbrones de nieve enaltecida
estallan en mis ojos
y me cercan con su mágica estatura.
Primero el Tuco celador
oteando sin sobresaltos los caminos
luego la montaña se amotina
en vértebras de plata incandescente
y muestra al Huayhuash en su prolongada
estatura de granito.
Sigue el camino hurtado a los cerros
en su derrotero marcado por el viento
baja con el albedrío de los pájaros
baja con el sonido del Aynín en la quebrada
baja entre recodos de corceles
baja con el latido presuroso
del caminante encandilado
con los verdes festivos que lo asedian.
Serpentina polvorienta
bordada de muchquis quinchas
y hualancas
poco a poco vas tejiendo
horas de encantamiento
donde la palabra no escatima halagos
vamos bajando mientras los cerros suben
mientras el cielo iluminado
congrega los azules más brillantes
vamos bajando y en lo alto
allá donde nace el trueno
se empina el soberano Yerupajá
cortado por un rayo.
Alto arrecife cordillerano
agua apretada en su fría residencia
reverbero del sol inmaculado
lítico estambre de la tierra
inmóvil estandarte de la luz
nido litúrgico del hombre.
Y vino sigiloso un aroma de rosas
de la hondonada
junto a un tropel sonoro
de pichuichancas yuquish
y huipchulines
con el cómplice silencio
de modestos ninacurus fugitivos.
Ya se acaba la espiral terrestre
y su hermosa visión agraria
los puquiales destejen su alegría
en rediles de pecuaria mansedumbre
y los árboles paren sus frutos
de mil aromas y colores.
Chiquián planicie sostenida por el canto
pueblo de la esperanza compartida
en sermones jubilosos
tálamo de silvestre dicha
tachonada de kikuyos insolentes
sobreviniste poco a poco y no a galope
por la bucólica senda de la ternura
descubrieron mis ojos
tus germinales sementeras
la multiplicada estirpe de la papa
sobre humildes pétalos de barro.
De a pocos se fue configurando
tu noble geografía
con solidarios techos guarnecidos
de arcilla calcinada
de cálidas tejas de cariño
y fui palpando tu rostro serrano
con todos mis sentidos
con mi alma doblegada por tu encanto.
Había un aroma de madrugadora lluvia
desnuda por la calle
un olor a pan recién salido del horno
aires de fogones y chinchos iracundos
colmaban cada casa
todo era vuelo recién amanecido
con sus trajes hilados de esperanza
de cada boca nacía una flor para mi mano
los pájaros renovaban su fe en el rocío
y repartían las semillas por el campo.
Las mujeres compañeras del amanecer
tienden manteles de ternura
con su mote de vernácula raigambre
la dorada cancha con su corazón de pan
el tocosh sempiterno y subterráneo
conquistando paladares
el haba plural en sus gustos
en shinti rocochos y pancus convertidos
la fragante leche recién recogida
y sus quesos de blanca arquitectura
los inquilinos precarios del corral
con sus sabores santificados por el fuego
y las mil formas del sustento
para calmar hambres iniciales.
Los hombres hijos del alba
compactos en su hechura campesina
preparan los arados
para florecer la dicha de la tierra
en soles cotidianos y fecundos
presta está tu mano para el trabajo
para domesticar la arcilla inmortal
en fiestas contritas del surco y la semilla
y la limpia de los cauces
para abrevar los rediles venturosos
cercado de ilusiones pastoriles
para izar el juego de tus hijos
en las blancas banderas de la aurora.
Fresca y verde yerba renacida
orna los caminos de la esperanza
por ahí van los niños chacareros
por ahí van los niños pastores
por ahí van los niños escolares
los herederos de la alegría
canturreando canciones de la tierra
en los feriados de sus sonrisas.
Ahí están los alisos con su sombra
los pájaros con su canto
las grandes piedras
con su mansedumbre para el descanso
el viento para traerles el recuerdo
de las fiestas del agua
de la tierra de las flores
de los hombres
para aquéllos que deshojaron calendarios
con la unción chiquiana de gente proba
para los que amaron el amor
antes que el odio
para los que señalaron el derrotero
primigenio de vuestra estirpe.
sobre tu sosegada y líquida estructura
bruñe la cordillera
su perfil de metálicos amaneceres
gélido y sereno pentagrama
donde el idioma del viento
ensaya sus primeros balbuceos
en el secreto aleteo de las truchas
en alas de patos, huachhuas, ahuash
leclish leclish leclish...
Agua misteriosa
agua germinal
agua luminosa
territorio de la lluvia
residencia de la luna andina
de los auquis tutelares
nido del relámpago
límite sonoro del trueno
en la Pampa de Lampas
estanque de aire puro
alfombra tejida de rediles
aromado de fogones cotidianos
en estancias de alegría
a la hora de la aurora
de íntimos y domesticados humus.
A lo lejos
confundido con la bruma
relumbrones de nieve enaltecida
estallan en mis ojos
y me cercan con su mágica estatura.
Primero el Tuco celador
oteando sin sobresaltos los caminos
luego la montaña se amotina
en vértebras de plata incandescente
y muestra al Huayhuash en su prolongada
estatura de granito.
Sigue el camino hurtado a los cerros
en su derrotero marcado por el viento
baja con el albedrío de los pájaros
baja con el sonido del Aynín en la quebrada
baja entre recodos de corceles
baja con el latido presuroso
del caminante encandilado
con los verdes festivos que lo asedian.
Serpentina polvorienta
bordada de muchquis quinchas
y hualancas
poco a poco vas tejiendo
horas de encantamiento
donde la palabra no escatima halagos
vamos bajando mientras los cerros suben
mientras el cielo iluminado
congrega los azules más brillantes
vamos bajando y en lo alto
allá donde nace el trueno
se empina el soberano Yerupajá
cortado por un rayo.
Alto arrecife cordillerano
agua apretada en su fría residencia
reverbero del sol inmaculado
lítico estambre de la tierra
inmóvil estandarte de la luz
nido litúrgico del hombre.
Y vino sigiloso un aroma de rosas
de la hondonada
junto a un tropel sonoro
de pichuichancas yuquish
y huipchulines
con el cómplice silencio
de modestos ninacurus fugitivos.
Ya se acaba la espiral terrestre
y su hermosa visión agraria
los puquiales destejen su alegría
en rediles de pecuaria mansedumbre
y los árboles paren sus frutos
de mil aromas y colores.
Chiquián planicie sostenida por el canto
pueblo de la esperanza compartida
en sermones jubilosos
tálamo de silvestre dicha
tachonada de kikuyos insolentes
sobreviniste poco a poco y no a galope
por la bucólica senda de la ternura
descubrieron mis ojos
tus germinales sementeras
la multiplicada estirpe de la papa
sobre humildes pétalos de barro.
De a pocos se fue configurando
tu noble geografía
con solidarios techos guarnecidos
de arcilla calcinada
de cálidas tejas de cariño
y fui palpando tu rostro serrano
con todos mis sentidos
con mi alma doblegada por tu encanto.
Había un aroma de madrugadora lluvia
desnuda por la calle
un olor a pan recién salido del horno
aires de fogones y chinchos iracundos
colmaban cada casa
todo era vuelo recién amanecido
con sus trajes hilados de esperanza
de cada boca nacía una flor para mi mano
los pájaros renovaban su fe en el rocío
y repartían las semillas por el campo.
Las mujeres compañeras del amanecer
tienden manteles de ternura
con su mote de vernácula raigambre
la dorada cancha con su corazón de pan
el tocosh sempiterno y subterráneo
conquistando paladares
el haba plural en sus gustos
en shinti rocochos y pancus convertidos
la fragante leche recién recogida
y sus quesos de blanca arquitectura
los inquilinos precarios del corral
con sus sabores santificados por el fuego
y las mil formas del sustento
para calmar hambres iniciales.
Los hombres hijos del alba
compactos en su hechura campesina
preparan los arados
para florecer la dicha de la tierra
en soles cotidianos y fecundos
presta está tu mano para el trabajo
para domesticar la arcilla inmortal
en fiestas contritas del surco y la semilla
y la limpia de los cauces
para abrevar los rediles venturosos
cercado de ilusiones pastoriles
para izar el juego de tus hijos
en las blancas banderas de la aurora.
Fresca y verde yerba renacida
orna los caminos de la esperanza
por ahí van los niños chacareros
por ahí van los niños pastores
por ahí van los niños escolares
los herederos de la alegría
canturreando canciones de la tierra
en los feriados de sus sonrisas.
Ahí están los alisos con su sombra
los pájaros con su canto
las grandes piedras
con su mansedumbre para el descanso
el viento para traerles el recuerdo
de las fiestas del agua
de la tierra de las flores
de los hombres
para aquéllos que deshojaron calendarios
con la unción chiquiana de gente proba
para los que amaron el amor
antes que el odio
para los que señalaron el derrotero
primigenio de vuestra estirpe.
Ésta es la patria del trigo
el pueblo que germina su mañana
con su corazón latiendo
como la lluvia sobre el tejado
con la justicia hecha pendón
en cada patio florecido
con el amor en cada poro
y a la entrada de Chiquián
de los relámpagos eternos
montado en su brioso alazán
Luis Pardo nos da la bienvenida
con su historia de disparos.
Lentos van mis pasos por tus calles
humedecidas de cariño
hasta tu plaza de imperecederas rosas
al encuentro del abrazo de tu gente
del buenos días maduro de rocío
de la bruñida mañana
que te hace “espejito del cielo”
para beneplácito del vuelo
de los nuevos cantos del pueblo soberano.
el pueblo que germina su mañana
con su corazón latiendo
como la lluvia sobre el tejado
con la justicia hecha pendón
en cada patio florecido
con el amor en cada poro
y a la entrada de Chiquián
de los relámpagos eternos
montado en su brioso alazán
Luis Pardo nos da la bienvenida
con su historia de disparos.
Lentos van mis pasos por tus calles
humedecidas de cariño
hasta tu plaza de imperecederas rosas
al encuentro del abrazo de tu gente
del buenos días maduro de rocío
de la bruñida mañana
que te hace “espejito del cielo”
para beneplácito del vuelo
de los nuevos cantos del pueblo soberano.
Huacho 13 OCT 2004
CONOCOCHA SOLITARIA
Por Augusto Escalante Apaéstegui
Premio Nacional de Poesía
Aguas de Conococha
espejo de la luna
rodeada de pajonales
eres hermosa laguna.
Laguna de Conococha
de aguas cristalinas,
sobre ti desteje el sol
cabelleras matutinas.
La inmensidad de Lampas
guarda líquidos misterios
y los pastores del rocío
hacen dulce magisterio.
Muchas aves peregrinas
remontan el frío cielo
con rítmico aleteo
lentas levantan vuelo.
Alto Tuco sempiterno,
centinela silencioso,
iluminen los relámpagos
los parajes más hermosos.
espejo de la luna
rodeada de pajonales
eres hermosa laguna.
Laguna de Conococha
de aguas cristalinas,
sobre ti desteje el sol
cabelleras matutinas.
La inmensidad de Lampas
guarda líquidos misterios
y los pastores del rocío
hacen dulce magisterio.
Muchas aves peregrinas
remontan el frío cielo
con rítmico aleteo
lentas levantan vuelo.
Alto Tuco sempiterno,
centinela silencioso,
iluminen los relámpagos
los parajes más hermosos.
Huacho, 16 NOV 2007
p
.
Smyrna, 15 de abril de 2020
HOLA SHAY:
En el 82 Aniversario de su Sensible Fallecimiento.
HOLA SHAY:
En el 82 Aniversario de su Sensible Fallecimiento.
CÉSAR VALLEJO:
POETA UNIVERSAL
Parte I
(Tomada de la Internet)
Parte I
(Tomada de la Internet)
¿Ud. cree señor Vallejo que colocar una imbecilidad encima de otra es hacer poesía?.
Estas palabras constituyen una de las muchas críticas que el ahora llamado Poeta Universal recibió en vida, y le pertenecen a Clemente Palma, personalidad de las letras peruanas en la época en que César Vallejo era un oscuro poeta provinciano, de aspecto enfermizo y ceño fruncido. No es de extrañar, pues, que el mismo Vallejo manifestara: Volveré al Perú sólo cuando quede piedra sobre piedra. Pese a ello, sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse (París), tal como lo dispuso su amada Georgette. Sin embargo, la muerte nos regala milagros de vez en cuando; milagros como, 'Poemas humanos', 'Los heraldos negros', 'Trilce' o 'España, aparta de mí este cáliz'. Es que la escalada del 'Cholo' por las escarpadas pendientes del dolor humano es una suerte de acrobacia suicida, de salto al abismo; y la ruptura formal acompaña el desgarro de un alma enferma de todo, del mundo y de sí misma.
Estas palabras constituyen una de las muchas críticas que el ahora llamado Poeta Universal recibió en vida, y le pertenecen a Clemente Palma, personalidad de las letras peruanas en la época en que César Vallejo era un oscuro poeta provinciano, de aspecto enfermizo y ceño fruncido. No es de extrañar, pues, que el mismo Vallejo manifestara: Volveré al Perú sólo cuando quede piedra sobre piedra. Pese a ello, sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse (París), tal como lo dispuso su amada Georgette. Sin embargo, la muerte nos regala milagros de vez en cuando; milagros como, 'Poemas humanos', 'Los heraldos negros', 'Trilce' o 'España, aparta de mí este cáliz'. Es que la escalada del 'Cholo' por las escarpadas pendientes del dolor humano es una suerte de acrobacia suicida, de salto al abismo; y la ruptura formal acompaña el desgarro de un alma enferma de todo, del mundo y de sí misma.
PARTE II
Amigos y paisanos:
Nuestro entrañable poeta CÉSAR ABRAHAM VALLEJO MENDOZA, murió un día como hoy, hace 82 años, a la edad de 45 marzos, una mañana de Viernes Santo en París, lejos de Santiago de Chuco, su pueblo querido.
No conocí en vida al poeta César Vallejo,
tampoco nací en su tierra querida, pero hablo con él cada madrugada.
Unas
veces reímos, otras tantas lloramos. Conversamos de Rita, también de
Paco, y de
lo que se asemejan nuestras vidas. Ambos vivimos trances al fragor de
las balas. Ambos recibimos
palazos. Ambos perdimos muchos amigos en la orfandad de los caminos
lejos de la Patria amada. Charlamos del Perú profundo, hablamos de
Santiago de
Chuco, de Chiquián, de Chasquitambo, de Pativilca, de Barranca, de
Tupucancha, de Cuspón, de Huari, de Huacho, de Chancay, de Aucallama…
Hace unos
días le comenté que mi amigo Julio Solórzano Murga, había escrito en su
homenaje el poema “CUANDO MUERE UN POETA”. César dijo: “Estuve tras la
ventana de la habitación cuando Julio Teófilo escribió el poema. Su sollozo me partió
el alma, hermano Nalito. Fue al filo de la madrugada, en Huacho. Yo quiero mucho a Julio, él es
nuestro hermano, como todos los poetas del mundo, ámalos hasta el dolor”.
.
.
En
estos momentos tengo frente a mis pupilas una fotografía de nuestra
tierra chiquiana, acerco mis oídos a sus cumbres nevadas y
siento respirar a nuestro hermano César...
En
mi delirio el Yerupajá susurra que el poeta duerme y que nunca morirá,
pervive en sus versos universales, en la inocencia campesina de 'Paco Yunque',
en su Piedra Cansada y demás relatos de su pluma, y en su novela 'Tungsteno',
donde fluye fresca su savia andina.
Al pie dos poemas de nuestro vate, en
quechua y castellano, que navegan desde hace algunos años en el
ciberespacio, deleitando al mundo entero:
YANA RUMI YURAH RUMIMAN TAWQASQA
(Piedra Negra sobre Piedra Blanca nisqa)
Wañukapusahmi
Paríspi para chayashahtin,
chaytaqa ñan yuyayniypi hap´ishaniña.
Wañukapusahmi Parispi, -chaypis manayá ayqiakusahchu-
yaqapaschá huywispi, kunan hina
p´unchaypi, puquy mit´api.
Huywispin wañusah, kunan hina harawisqay p´unchaypi,
kay taki kamarisqaypi, kachiwanmi p´usqurachikuni
millapakuspay, chaytahmi kunan sapallaypuni,
rikukuni hinantin purisqaypi.
César Vallejon wañurapun, maqayurankun
paytaqa lluy mana imamanta;
k´aspiwanmi p´anayuranku,
anchaytapuni.
Waskhawanpis wahtayurankun; chaytan rikunkuhu
ywiskunapis, marq´aykunah tullunkunapis,
ch´in suyupas, parapis, ñankunapis ...
(Piedra Negra sobre Piedra Blanca nisqa)
Wañukapusahmi
Paríspi para chayashahtin,
chaytaqa ñan yuyayniypi hap´ishaniña.
Wañukapusahmi Parispi, -chaypis manayá ayqiakusahchu-
yaqapaschá huywispi, kunan hina
p´unchaypi, puquy mit´api.
Huywispin wañusah, kunan hina harawisqay p´unchaypi,
kay taki kamarisqaypi, kachiwanmi p´usqurachikuni
millapakuspay, chaytahmi kunan sapallaypuni,
rikukuni hinantin purisqaypi.
César Vallejon wañurapun, maqayurankun
paytaqa lluy mana imamanta;
k´aspiwanmi p´anayuranku,
anchaytapuni.
Waskhawanpis wahtayurankun; chaytan rikunkuhu
ywiskunapis, marq´aykunah tullunkunapis,
ch´in suyupas, parapis, ñankunapis ...
PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA
Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
AWQA TINKUYPA YANA WILLAPAKUHNINKUNA
(Heraldos Negros nisqa)
Kanmi wañu p´itiy kay pachapiqa,
lluy sullusah... Ima raykutah chayri.
Chay wañu p´itiyqa Pacha Kamahpa
chihnikuynin hinan; lluy ñak´ariypa
mininpas p´unquchayukuspa
sut´unman kayninchis hinarah. Chaytaqa
manan yachanichu.
Pisillan kanku; ichaqa kashankun... millay
yana yarqhatan t´awqinku
aswan millay siq´u uyapipas
kallpasapa wasapipas.
Salqa uywakunapaschá kanku
salqa atilakunah hanuk´asqan;
icha Wañuypa awqa tinkuynin
yana willapakuhninkunachus.
Nunaypa Kristunkunah surusqa wark´ankunan,
mayqin wayllusqa iniypapis Destinoh sarunchasqantah.
Chay yawar sut´uypa wañu p´itiy sahtasqantah mayqin
t´antah q´uncha punkupi t´uhtupakuspa
k´illinsachakusqantah.
Runarí... waxchatah ... mana imayuhtah... Ñawinkunarí...
Lluy t´ixsuy qhawarihmi pipas rixranchispi t´ahllawahtinchis hina;
miyusqa ñawinkunapin qhawarichin, tukuy kawsayninta
p´unquchaspa, q´ata huchata hich´aspa
qhawariyninwan.
Kanmi wañu p´itiy, lluy sullusah, kay pachapiqa ... Ima raykutahri.
(Heraldos Negros nisqa)
Kanmi wañu p´itiy kay pachapiqa,
lluy sullusah... Ima raykutah chayri.
Chay wañu p´itiyqa Pacha Kamahpa
chihnikuynin hinan; lluy ñak´ariypa
mininpas p´unquchayukuspa
sut´unman kayninchis hinarah. Chaytaqa
manan yachanichu.
Pisillan kanku; ichaqa kashankun... millay
yana yarqhatan t´awqinku
aswan millay siq´u uyapipas
kallpasapa wasapipas.
Salqa uywakunapaschá kanku
salqa atilakunah hanuk´asqan;
icha Wañuypa awqa tinkuynin
yana willapakuhninkunachus.
Nunaypa Kristunkunah surusqa wark´ankunan,
mayqin wayllusqa iniypapis Destinoh sarunchasqantah.
Chay yawar sut´uypa wañu p´itiy sahtasqantah mayqin
t´antah q´uncha punkupi t´uhtupakuspa
k´illinsachakusqantah.
Runarí... waxchatah ... mana imayuhtah... Ñawinkunarí...
Lluy t´ixsuy qhawarihmi pipas rixranchispi t´ahllawahtinchis hina;
miyusqa ñawinkunapin qhawarichin, tukuy kawsayninta
p´unquchaspa, q´ata huchata hich´aspa
qhawariyninwan.
Kanmi wañu p´itiy, lluy sullusah, kay pachapiqa ... Ima raykutahri.
.
LOS HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
También en este Día de las letras peruanas, es el XII Aniversario de la Asociación Cultural "Nuestras Ofrendas al Yerupajá" (ACUNOY),
"SANGRE AMADA DE VALLEJO", agrupación de niños y jóvenes poetas que
escriben con la suavidad de la tierna pluma, pero telúricos como el
viento que ruge en el impoluto Huayhuash, enriqueciendo sus versos con
los latidos de nuestro pueblo; versos empapados de dulce shulay que
refresca los afectos, hace más blando el pan fraterno, arrulla los
paisajes, el amor y los recuerdos; cada día separando la paja del trigo
con el cedazo de la paciencia.
Nuestros
jóvenes aedos no olvidan en sus poemas a los pequeños pregones de la
infancia, aquellos pichuichancas que con sus trinos echan a los
corazones el aire puro de la mañana, haciéndonos llegar puntuales a las
tareas diarias sin necesidad de mirar el reloj. Ellos procuran conocer
cada día un poco más de nuestra provincia, porque saben que de no
hacerlo, serán en cada despertar más forasteros en su propia tierra, por
más runchus que hayan visto durante su niñez.
Muchos
entendidos dicen que los mejores homenajes son los que se brindan en
forma oportuna, porque contribuyen a dignificar la obra del poeta joven.
Obra que en el Perú recorre caminos marginales, pese a ser tierra de
grandes poetas.
Es
que en el medio literario hay creadores que vamos olvidando, y sin ir
muy lejos, tenemos al afamado poeta iqueño Augusto Escalante Apesteguía,
quien hace algunos años nos regaló el hermoso poema: 'BUENOS DÍAS
CHIQUIÁN', telón multicolor que abre la hora radial de nuestro cordial
amigo Vladimiro Reyes Gamarra. También nuestro amado profesor José
Montoya Delgadillo (Camaná), autor del Himno al Colegio Nacional Coronel
Bolognesi, con melodías de nuestro recordado maestro de Música Visitación Laos Jara.
Idem
la poeta y declamadora nacional Anatolia Aldave Reyes. Ella no deja de
mencionar el nombre de Chiquián en cada uno de sus recitales a lo largo y
ancho del país.
Los
chiquianos: Efraín Vásquez Veramendi, uno de los poetas más intensos
que he tenido el privilegio de conocer y admirar en mi tránsito por el
mundo, y Pilar Cárdenas Márquez, presidenta de la Asociación de
Escritores y Poetas de Áncash (AEPA).
También
Javier Cerrate Núñez, Agustín Zúñiga Gamarra, Hugo Agüero Alva, Marifé
Ibarra Romero, Rosa
Emma Robles Trinidad, Jesús Bolarte
Ramírez, Pablo Vásquez Veramendi, Filomeno Zubieta Núñez, Carlos
Alvarado Aldave, Herberto Aldave del
Castillo, Roberto Aldave Palacios, Rosa Trinidad Carrillo de Robles,
Carlos Garay Veramendi, Óscar Colchado Lucio,
Walter Ventosilla Quispe, JL Vásquez Morales, Idalia Del Pozo Gonzáles,
Clener Valiente Raya, Sabina Loarte de Pardo, Víctor Tadeo Palacios,
Eduardo Martin Cerrate, Armando Zarazú Aldave, Livia Padilla Vírhuez,
Duly Esquerre Espinoza, Pablo Antaurco Jaimes,
Judith Balarezo Minaya, Norah Núñez Espejo, Francisco Calderón Jaimes,
Laura Rosales Alvarado, Guillermo Arbaiza Huaranga, Florencio y Elifio
Bernabé Gonzáles; Roberto Alva Ibarra, Amancio Virgilio Gamarra Valdez,
Alcides Alvarado Huertas, Etel y Julia Garro; Olinda Ramírez Soto, Jorge
Vásquez Veramendi, Miriam Gamarra Pajuelo,
Romeo Reyes Gamarra, Zuly Cuentas de Reyes, Vladimiro Reyes Gamarra,
Norka Bríos Ramos, Consuelo Valderrama, Anatolio Fernández
Ocrospoma, Manuel Nieves Fabián, Juan José Aldave Serna, Gabriel
Bustamante Tupayachi, Tito Cueva Zambrano, Giber
García Álamo, Román Robles Mendoza, Eliana Carrillo Campos, Celia
Solomina Pérez Ibarra, Luis Idelso Albitres Mendo, Ariela, Georgina y
Oswaldo Pardo Loarte; Claudio Alfonso Aranda Ibarra,
Nieves Alvarado Aldave, José Zubieta Béjar, Julia Yábar Rayo, Norka
Alvarado Romero, Manuel y Jaime Lara Márquez; Gregorio Gamarra
Genebroso,
Pablo Manuel Calderón Yábar, Alejandro Aldave Montoro, Luisa Miranda de
Ríos, Juan José Alva
Valverde, Cindy Alejandro Santiago, Carlos
Alfredo Oro Lázaro, Silvestre Amador Velásquez Valdez, Donald Jaimes
Zubieta, Jorge Ramírez Díaz, María y Pablo Díaz Mendoza; Reyda
Antaurco Alvarado, Félix Jaimes Valderrama y Melki Melanio Garro
Fernández, entre otros grandes vates de la cuna de Luis Pardo, como
subrayo en cuanto cenáculo literario piso, son poetas telúricos de
inconmensurable intensidad sonora que conozco y admiro.
Asimismo
los poetas J. Eugenio Garro, Calixto Palacios Carrillo, Bernardo
Escobedo Luna, Manuel Roque Dextre, Alberto Carrillo Ramírez, Rubén
Barrenechea Núñez, Policarpo Zubieta Carhuachín, Luisa Amina Rayo Minaya
de Aldave, Alfonso Ramos Alva, Vidal Alvarado Cruz, César Vicuña
Romero, Luis Pardo Novoa, Pedro Loarte Cano, Mario Reyes Barba,
Ernestina Yábar de Calderón, Alejandro Romero Palacios, María Ramos de Bríos, Maurelio Reyes
Anzualdo, Germán y José Romero Yábar; Luis y Lorenzo Romero Moreno;
Santiago Alvarado Montoro, Solio Bolarte Pardavé, Claudio Rivera
Jaimes, Elsa Navarro Márquez, Arcadio Modesto Zubieta
Villafuerte, Emma Cerrate Valenzuela, Alejandro Juvenal Yábar Alva, Iván Robles Moreno y Roberto Aranda Chávez, cuyos restos mortales esperan gestos de amor de sus coterráneos.
Los
vates de ACUNOY contribuyen a fijar la memoria emotiva de nuestra
querencia, a forjar su lenguaje, a nombrar usos, costumbres, tradiciones
y a los personajes que le dan identidad.
Por
eso siento que mi modesto homenaje de hoy es oportuno y necesario,
sobre todo a Alex Milla Curi, por su importante trabajo de difusor
cultural con una generosidad y continuidad poco frecuente en el panorama
de las letras chiquianas, donde su nombre brota imperturbable como agua
de puquial.
Dicen
además que los poetas se inmortalizan por la calidad de sus obras;
pero también valen por los esfuerzos que realizan para unir a sus
paisanos y a proyectar sus creaciones. Y en estos dos sentidos, los
jóvenes poetas chiquianos nos han brindado más de una enseñanza, sobre
todo en tiempos donde el libro parece sentenciado a languidecer; y sin
embargo, siempre victorioso a través de los siglos, fuertemente ligado
al ser humano, a su vigorosa historia y sus valores más supremos.
Visita a la tumba del vate universal CÉSAR VALLEJO:
El 19 de septiembre de 2018, a las 3.20 de la tarde, hora de París, nuestro dilecto paisano y amigo, el Dr. LUIS LARA MÁRQUEZ, director del prestigioso programa radial FORJANDO PERUANIDAD, visitó la tumba de CÉSAR VALLEJO, en el cementerio de Montparnasse (PARÍS).
Al
pie: imágenes de la visita y un video muy emotivo del homenaje, en su
calidad de lector, investigador y promotor de la obra magna del vate
universal.
Para acceder al video,
hacer clic en la siguiente dirección electrónica:
Un
saludo especial a nombre de la familia Alvarado Balarezo, a todos los
seres humanos que plasman sus creaciones en la tersura de la hoja blanca
y las comparten por doquier, sin olvidar que la poesía se construye con
palabras frescas que van brotando del alma, no con llanto a destiempo.
Dicho
ésto, no me queda más que brindar con chinguirito virtual con Alex, sus
pupilos y con todos los seres humanos amantes de la poesía, recordando
el pensamiento del malogrado poeta bolognesino Alejo Alfonso Oré Garro:
'Hagan poesía sin pensar en la crítica, menos para ser el mejor u
obtener el aplauso de una palla o de un camachico, pues no hay en el
mundo poetas buenos ni malos, sólo existe poesía y punto'.
Fraternalmente,
Nalo Alvarado Balarezo
Fraternalmente,
Nalo Alvarado Balarezo
RECUERDOS
IMÁGENES DE PARÍS
Cementerio de Montparnasse (París), donde descansa César Vallejo
Tumba de César Vallejo: Nalo Alvarado Balarezo 15 06 2018
Torre Eiffel - Nalo Alvarado Balarezo
Torre Eiffel - Nalo Alvarado Balarezo
Montmartré - Nalo Alvarado Balarezo
FAMILIA CHIQUIANA - HOMENAJE A VALLEJO
HISTORIA DE UNA FOTOGRAFÍA
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Hace
unas horas llegué a Santiago de Chuco en la baranda de un camión, con el viento de la madrugada entumeciendo mi rostro;
emulando así la travesía de César Vallejo por las montañas del
corequenque, ave sagrada de los Incas. Medio siglo atrás, exactamente el
domingo 28 de enero de 1962, realicé similar visita con mi padre, aprovechando
un viaje a Quiruvilca. Tenía 10 años de edad en aquel entonces.
Durante los años que el vate universal vivió en Santiago de Chuco, los viajes fueron a caballo, y en este Tercer Milenio lo más cercano a este medio de transporte es el camión de carga. Por eso viajé así, no por “Jacoibo”, como sugiere una amiga poeta que viajó en autobús.
Tan pronto bajé del camión me dirigí a la casa de César Abraham, con la seguridad de hallar calor familiar junto al fogón. Llegué siguiendo la ruta que caminé con mi padre, pero esta vez papá no sujetaba mi mano. Vine hablando solo, con el maletín colgando del hombro y una cámara fotográfica al cinto.
Parado frente a la casona toqué el portón varias veces, sin respuesta. De pronto sentí la respiración de una persona y voltee; y allí estaba César, igualito a la fotografía que me obsequió mi padre dentro de la novela El Tungsteno, cuando cumplí quince años.
Al pie las palabras de César:
“Bienvenido a Santiago de Chuco, hermano Nalito. Te he seguido desde que bajaste del camión. Venías hablando solo. Le decías a tu papá lo feliz que te sentiste durante el viaje que hicieron hace 48 años en su camión azul, también lo mucho que amas a Paco y a Rita. Danilo, hijo amado de mi paisano Pascual Sánchez Gamboa, y un grupo de capulinos visitarán la casa antes del mediodía, por favor acompáñalos, ya después te vas a descansar del viaje, dormirás como un lirón. Ahora pásame tu cámara para tomarte una foto como muestra de las que tomarás durante el XI Encuentro”.
Tomó la fotografía y continuó hablando mientras me devolvía la cámara: “Estás en tu casa, esta llave es de la cocina. Junto al fogón hay café y quesito, no es tan mantecoso como el queso chiquiano, pero algo es algo. Sirve dos tazas de café, a la mía échale una cucharadita de azúcar solamente. Voy por unos panes para el desayuno, no tardo. Deja abierto el portón por si llega algún hermano capulino. Cuando todos se hayan ido conversaremos en el poyo de la casa”.
Durante los años que el vate universal vivió en Santiago de Chuco, los viajes fueron a caballo, y en este Tercer Milenio lo más cercano a este medio de transporte es el camión de carga. Por eso viajé así, no por “Jacoibo”, como sugiere una amiga poeta que viajó en autobús.
Tan pronto bajé del camión me dirigí a la casa de César Abraham, con la seguridad de hallar calor familiar junto al fogón. Llegué siguiendo la ruta que caminé con mi padre, pero esta vez papá no sujetaba mi mano. Vine hablando solo, con el maletín colgando del hombro y una cámara fotográfica al cinto.
Parado frente a la casona toqué el portón varias veces, sin respuesta. De pronto sentí la respiración de una persona y voltee; y allí estaba César, igualito a la fotografía que me obsequió mi padre dentro de la novela El Tungsteno, cuando cumplí quince años.
Al pie las palabras de César:
“Bienvenido a Santiago de Chuco, hermano Nalito. Te he seguido desde que bajaste del camión. Venías hablando solo. Le decías a tu papá lo feliz que te sentiste durante el viaje que hicieron hace 48 años en su camión azul, también lo mucho que amas a Paco y a Rita. Danilo, hijo amado de mi paisano Pascual Sánchez Gamboa, y un grupo de capulinos visitarán la casa antes del mediodía, por favor acompáñalos, ya después te vas a descansar del viaje, dormirás como un lirón. Ahora pásame tu cámara para tomarte una foto como muestra de las que tomarás durante el XI Encuentro”.
Tomó la fotografía y continuó hablando mientras me devolvía la cámara: “Estás en tu casa, esta llave es de la cocina. Junto al fogón hay café y quesito, no es tan mantecoso como el queso chiquiano, pero algo es algo. Sirve dos tazas de café, a la mía échale una cucharadita de azúcar solamente. Voy por unos panes para el desayuno, no tardo. Deja abierto el portón por si llega algún hermano capulino. Cuando todos se hayan ido conversaremos en el poyo de la casa”.
Santiago de Chuco, 21 de mayo de 2010
Casa de César Vallejo - 21 05 2010
POETAS AMIGOS DE VALLEJO Y LUIS PARDO
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RECUERDOS DE
QUITO
César Vallejo (Quito, Ecuador)
Foto: Nalo Alvarado
Balarezo (22 JUL 2011)
Quito, 23 de julio de 2011
HOLA SHAY:
Cuántos castillos de arena he visto caer a mi paso por el mundo, mientras miles de chozas de piedra siguen de pie, incólumes a la tormenta de los siglos, como está erguido CÉSAR VALLEJO en Quito, ECUADOR, contemplando el Ande sempiterno donde anidan los cóndores.
El Monumento a su Memoria ocupa un privilegiado espacio en una de las avenidas más bellas de Quito (6 de diciembre), y para dicha de todos los peruanos visitantes y residentes, está ubicado frente a la puerta principal de la CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA.
Ayer, en el centro histórico de la
ciudad de Quito, pregunté a muchos niños, jóvenes y adultos ecuatorianos sobre
dicho monumento, y todos conocen el lugar donde las 24 horas del día se rinde
homenaje al Poeta Universal, bajo el lema "Por
la Unión y la Paz, con el esfuerzo común de nuestros pueblos".
El monumento fue inaugurado el 31 de mayo del 2002 siendo Presidente de la República del Perú, el ancashino Alejandro Toledo Manrique, y es obra del escultor lambayecano Miguel Baca Rossi, quien el próximo 30 de octubre cumplirá 94 años de edad, fecha en que el Movimiento Cultural "Capulí Vallejo y su Tierra", que preside el escritor Danilo Sánchez Lihón, le rendirá justo y merecido homenaje, pues también es autor del monumento a César Vallejo de la cuadra 5 del Jr. Huancavelica - Cercado de Lima.
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El monumento fue inaugurado el 31 de mayo del 2002 siendo Presidente de la República del Perú, el ancashino Alejandro Toledo Manrique, y es obra del escultor lambayecano Miguel Baca Rossi, quien el próximo 30 de octubre cumplirá 94 años de edad, fecha en que el Movimiento Cultural "Capulí Vallejo y su Tierra", que preside el escritor Danilo Sánchez Lihón, le rendirá justo y merecido homenaje, pues también es autor del monumento a César Vallejo de la cuadra 5 del Jr. Huancavelica - Cercado de Lima.
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Acuno esperanzas porque la nueva
gestión gubernamental de nuestro amado Perú haga lo propio en el frontis de la
sede del Ministerio de Cultura, donde las imágenes señeras de la cultura
nacional brillan por su ausencia. Ojalá que este 28 de julio, Día Jubilar del
Perú, se instituya también: "Año
del Centenario de José María Arguedas", y será una señal de enmienda y
muestra de gratitud hacia el autor de TODAS LAS SANGRES. Nunca es tarde.
Nalo Alvarado Balarezo
Nalo Alvarado Balarezo
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CÉSAR VALLEJO EN QUITO, ECUADOR
Imágenes:
Mediodía del viernes 22 de julio de 2011
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Imágenes:
Mediodía del viernes 22 de julio de 2011
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)