A MI
MADRE
Por María del Pilar Cárdenas Márquez
Por María del Pilar Cárdenas Márquez
En el alba de la vida,
encontré una perla cultivada
junto al jardín del oasis más bello de la historia,
adornada de corales de luz y esperanza,
con cantos de sirena que calmaban mi angustia.
Entre suaves olas cargadas de espuma blanca,
sentí sus caricias sobre mi rostro a veces confundido,
y en la playa de mi vida,
encontré una perla cultivada
junto al jardín del oasis más bello de la historia,
adornada de corales de luz y esperanza,
con cantos de sirena que calmaban mi angustia.
Entre suaves olas cargadas de espuma blanca,
sentí sus caricias sobre mi rostro a veces confundido,
y en la playa de mi vida,
se asomaba con
calma su presencia encantadora,
viendo volar a bellas gaviotas que sólo podían reflejar
la libertad que ella me sabe brindar.
Sus alas se extendían,
viendo volar a bellas gaviotas que sólo podían reflejar
la libertad que ella me sabe brindar.
Sus alas se extendían,
en abrazo a la
vida…
Y al final del cielo,
Y al final del cielo,
pude hallar su
inmensa ternura diciéndome:
Aquí estoy, y
siempre estaré junto a ti.
Y volviendo la mirada a mi alrededor,
Y volviendo la mirada a mi alrededor,
pude descubrir con
júbilo que eras tú Mamá,
la que con encanto me habla,
la que con encanto me habla,
y con dulzura me
abraza con esa bella sonrisa,
por
donde quiera que vaya.
.