Danilo Sánchez Lihón
1. El mejor
signo
Invitados
por la embajada de Francia en Lima a fin de homenajear a François
Fauces, director de la Editorial Le Pere Castor - Flammarion presente en
el Perú por esos días, participamos varios escritores en un coloquio
denominado Esposition Litterature pour Enfants, que se realizó en el
señorial local de la Librería Studium, situado en la recoleta Plaza
Francia, entre el 6 y 14 de octubre del año 1983.
La
moda en esos momentos era hacer una separación drástica entre
literatura y todo lo que fuera educación, aludiendo a que lo que más
hacía daño al arte era el “pedagogismo” y que aquel altar de lo estético
se pudiera contaminar con la escuela.
Casi
todos los autores incidían en señalar este aspecto como si el mal, o la
adverso para el arte proviniera de las instituciones educativas, o
desde los maestros, o de quienes tuvieran la debilidad de querer enseñar
a través de la literatura.
Al
final de la jornada le tocaba participar a Rosa Cerna Guardia, la misma
que sin aspavientos era y es la mejor escritora de literatura para
niños, laureada con los premios IBBY de Chile, Lazarillo de España, como
con los primeros puestos en los premios: “José María Eguren” y “Juan
Volatín” del Perú.
–
Bueno, –empezó diciendo, sin querer alardear y con sincera humildad–,
yo escribo mis cuentos en la pizarra, delante de los niños y en el aula
de clases. –Frases que no solo constituyen una cátedra, sino que señala
el mejor signo de la literatura infantil en el Perú, que como ninguna
otra en el mundo está ligada al noble ejercicio de formar valores y
educar.
2. Belleza
y armonía
El
libro por el cual es mayormente célebre Rosa Cerna Guardia es “Los días
de Carbón”, historia entrañable que sigue las aventuras de una niña y
su perrito negro como el carbón, donde la narración fluye en una trama
clara y directa que va presentando la visión de una protagonista tierna
quien madura con cada suceso que le ocurre en compañía de su perro y en
íntima relación con la naturaleza y con el ambiente en que vive.
Esta
obra constituye así una fidedigna expresión de los paisajes, de los
hombres, de las cosas, de las costumbres, de toda la vida de un pueblo
de la cordillera andina, como es Huaraz.
Carbón es negro como la noche.
Me lo trajo mi padre una tarde de lluvia bajo el poncho y me lo echó a
los pies como si me tirara un copo de lana negra, tibia y esponjosa,
mientras mi madre calentaba la comida y el agua resbalaba en los
tejados.
Apenas cabía en la palma de mis manos.
No se movió. Estaba aterido. Sólo su hociquito húmedo, ansioso de comida, cambió de sitio.
Afuera
tronaban los rayos y parecían meterse dentro de la casa. Lo escondí
entre los pliegues de mi falda después que tomó |u sopa y ambos nos
quedamos dormidos junto al fuego.
Me
parece que en sueños le puse el nombre de Carbón. ¿Qué nombre podía
quedarle más a tono con su tamaño, su forma y noche oscura en que llegó?
3. Una flor
de cuentos
Otra
obra representativa de Rosa Cerna es Una flor de cuentos, conjunto de
variados relatos amenos e interesantes, tanto para niños y jóvenes como
también para adultos. Como su nombre lo indica, tienen en la belleza y
la armonía su eje central, donde la prosa es armoniosa y delicada, lo
que hace que los relatos sean excelentes para animar un plan lector.
Tiene todos los matices: la leyenda, la fantasía, la picardía, el
romance.
Los
cuentos son siempre relatos de hechos o asuntos pasados, reales o
imaginarios. Hay en nuestra habla popular expresiones como: "No me
vengas con ese cuento" y "Anda con ese hueso (cuento) a otra parte".
Pero esta no es la respuesta que espero ruando te anuncie que hay una
flor de cuentos para ti, porque como sé que te gustan los cuentos los he
escrito con mucho cariño.
Los
cuentos son cuentos porque son asuntos pasados, algunos tan distantes
que se pierden en el tiempo, otros no tanto; es más, pueden haber
sucedido recién hace unos segundos o no haber sucedido nunca, y solo
existen en la mente o imaginación del autor.
En Una flor de cuentos encontrarás
la fantasía, el ángel, el misterio, la picardía, la aventura, el
asombro, el romance, el secreto, la ficción o la realidad que hay en
nuestra tradición. Mi deseo es que al ir descubriendo su encanto te
conviertas en mi nuevo narrador de cuentos.
Otros
títulos de esta autora son: “Tataramundo” y “Al alcance de los niños 1 y
2”, que constituyen una maravillosa recolección del folclore literario
de su tierra; y “La alforja del jorobado”. Es autora también de
poemarios como “Imágenes en el agua”, “Figuras del tiempo”, “El mar y
las montañas” y “Desde el alba”. Y de acertadas antologías como: “Los
niños del Perú y sus poetas”.
4. Mundos
utópicos
Rosa
Cerna Guardia logra, desde muy temprano en su obra, separarse de la
literatura infantil reincidente en los relatos saturados de exotismo y
que recurrían para todo a lo providencial para la solución de cualquier
problema que se presentara en el argumento de la obra, rasgo propio de
la literatura infantil tradicional. Presenta así niños y niñas muy
cercanos a la realidad de sus lectores comunes y corrientes, dentro de
la casa paterna, junto a las mascotas, inmersos en los sentimientos
hacia la familia y hacia los amigos. Y esto, sin necesidad de caer en la
crudeza que muchos autores realistas buscan inclusive a propósito y
como objetivo.
Sin
embargo, esta vuelta hacia al mundo inmediato y cotidiano no significa
que la autora se aleje ni pierda el rico venero de la fantasía, sino muy
por el contrario la asimila, pero con sutileza y hechizo.
Lo
innovador en ella es que su prosa hace de una actividad cotidiana, como
puede ser alimentar a una mascota, una aventura llena de sentimientos y
a la vez sortilegio asumidos con dulzura, divagación y éxtasis, ¡y
magia de la palabra!, muy propios de la literatura infantil.
Sus
descripciones desbordan cariño hacia el paisaje del lar originario,
hacia la persona confidente, a los primeros sentimientos complejos que
siente el ser humano en su infancia. Y es que Rosa Cerna propone mundos
utópicos que los niños pueden anhelar y vivenciar a través de sus
páginas y poner en práctica en su realidad inmediata.
5. El mañana
de los niños
En
cuanto a los temas, debemos señalar tres predominantes en la obra de
Rosa Cerna Guardia. Ellos son: la comprensión, la inclusión y la
solidaridad. Este último es quizás el tema más recurrente en la obra de
esta creadora y que se desarrolla significando la unión en el nivel
sentimental y anímico entre seres muy diferentes e incluso antagónicos.
Esta
unión se logra a través de la coincidencia de sentimientos entre los
personajes, quienes encuentran armonía gracias al descubrimiento de que
somos familia, prójimo y semejantes.
El
tema de la comprensión le permite a Rosa Cerna ingresar al fondo del
alma de sus personajes, para entresacar aquellas fibras que lo entrelaza
con las demás personas, hallando en el extraño y diferente una
identidad tan valiosa como la suya.
En
este proceso, la autora ubica también el tercer tema: la inclusión que
logra hacer que sus actores en las situaciones que viven se sientan
hermanados pese a las naturales diferencias que caracterizan a cada uno
de los seres humanos. Quizás en esto aflora su actitud de maestra,
siempre atenta al ser y al comportamiento de niños, jóvenes y adultos
que a ella acuden y a ella se acogen.
6. Mujer
de ternura suprema
Rosa Cerna es quien bajó desde las altas montañas y pudo finalmente llegar al océano, y a la inmensidad a quien dice:
Acaricio en tus ojos
la forma de los peces
y todo lo marino que acontece en ti,
las grutas que la esponja cala bajo el agua
el incesante ruido con que se mece el mar.
La nevada espuma que golpea las riberas
y la remota estrella reflejada en tu ser.
Creo que ese mar palpable o supuesto, real o inventado es su propia perfección y su propia infinitud.
Nada
mejor para ilustrar todo lo dicho en relación con Rosa Cerna Guardia,
lo que ella misma nos expresa en el pórtico de “Los días de Carbón”, con
lo cual quiero finalizar esta nota de nostalgia y de adhesión plena a
su ejemplo de artista y de maestra.
Es
en estas palabras en donde encuentro el secreto de su mensaje, la
imagen y la metáfora profunda de su existencia, espejo de lo que ella es
espiritualmente, cuando nos habla de este modo:
7. El rozar
de sus alas
Poseo
como nadie, la imagen del ave que un día murió en mis manos. Me ha
quedado para toda la vida su último temblor y sus suspiros.
Es
como una huella que llevo; por ella, todos podrán reconocerme como la
mujer que tiene en su mano una cicatriz embellecida por la semilla del
trigo que, teniéndola en el pico, no alcanzó a tragar.
Llevo esa semilla dentro de mí como si llevara un secreto muy hondo por hermoso y querido.
Su corazón ya sin palpitación, está unido a mis latidos y sus ojos me miran a través de todos los árboles que miro.
A veces cuando estoy triste pienso en ella.
Su
alma que vivió en los cielos me hace sentir la frescura del aire que
rozó sus alas; entonces, recuerdo que llevo este secreto y me siento
feliz.
Y
creo también que estas son las palabras emblemáticas para toda la vida y
obra de esta poetisa de la vida, esta decantadora de los sentimientos
más sutiles del alma humana, esta mujer de la ternura suprema, ovillo de
luna y madeja de sol.