miércoles, 25 de septiembre de 2019

ENTRE EL ANDE Y LA CIUDAD - POR MARGOT CAMONES MAGUIÑA


 
ENTRE EL ANDE Y LA CIUDAD

Una pincelada a la literatura desde la perspectiva intercultural

Por: Lic. Margot Camones Maguiña

De la revisión bibliográfica para sustentar nuestra pincelada de la literatura desde la perspectiva intercultural he ido al encuentro y diálogo con nuestros autores, no físicamente, sino mediante la lectura de sus escritos. Mi propósito me llevó a conocer su aporte cultural rico en diversidad lingüística. Semejante fuente es un acervo que constituye una agenda cultural capaz de hacernos entender la sensibilidad, el sentimiento y el cariño que cada escritor tiene por lo nuestro. Nuestra literatura constituye en sí una extraordinaria variada riqueza cultural.

La literatura universal, la latinoamericana, la peruana y la regional está, como todo fenómeno social, en constante transformación. Escritores peruanos como Felipe Guamán Poma de Ayala, un andino, con su Nueva Crónica y Buen Gobierno, expresó la esperanza de conseguir reformas durante la época colonial. Los autores posteriores a él como José Carlos Mariátegui, Ventura García Calderón, Ciro Alegría, Clorinda Mato de Turner y otros, reclamaron desde la ciudad mejores condiciones de vida para los habitantes del ande. Precisamente estas exigencias constituyen una perspectiva intercultural. Sin esta no es posible postular la igualdad de los seres humanos ni la convivencia de los mismos con la naturaleza y menos la reciprocidad que se deben el ande y la urbe no andina.

En el departamento peruano de Ancash ha surgido una nueva generación de autores tanto de poesía como de novelas y de cuentos. Sus obras de gran expresión musical han sido y son escenificada tanto en los campos de la puna como en las calles urbanas teniendo al comunero, al pastor, al agricultor, al ganadero, al obrero, al teniente alcalde, a los soldados, a los ambulantes y aun al alcalde y al gobierno por protagonistas. La diversidad de hechos reclama una diversidad de escenarios no ajenos a la introducción, muchas veces, de la lengua quechua. Un caso específico es Próspero Gamarra Gómez, autor del Vuelo del chiwillo.

Desde los andes hasta la ciudad y desde la ciudad hasta los andes la literatura es, y ha sido, históricamente, un puente a través del cual se han ecnontrado y encuentran mundos ricos en lenguas, en sucesos cotidianos y en personajes caracterizados como representantes de sus localidades. Los hechos literarios constituyen un punto, o nudo cultural, en el cual chocan a veces dos tipos no solo de escenarios, sino también dos cosmovisiones vitales en los cuales, queriéndolo o no, los personajes denuncian abusos y maltratos. En aquellos escenarios el encuentro de los blancos con los negros no siempre son amigables y menos de entrelazamiento intercultural: una forma de comunicarse que obvia el diálogo entre una y otra cultura.

He observado en mis lecturas que la literatura anda comprometida con los hechos políticos, sociales, económicos, educativos y jurídicos que experimentó y experimenta nuestro país. Escritores como Ricardo Palma, César Vallejo y Manuel González Prada no dejaron de lado lo que acontecía en la serranía o en la costa. Sus obras se ocupan de situaciones vivenciales de uno o de otro aspecto de la sociedad peruana.

La literatura refleja vida urbana y la rural; marca hitos en los cuales los personajes pugnan por un mundo ajeno a dañinas competencias. No deja de haber autores que describen a sus personajes como superiores o como minimizados. Abundan los que representan al cholo y al campesino convirtiéndolos no pocas veces en blanco de burlas y de tratos peyorativos. Por ello mismo, la forma de tratar a los personajes caracterizan y evidencian la postura del autor denunciando sus inclinaciones hacia un determinado tipo cultural. Es decir, valiéndose de un determinado lenguaje y de una determinada lengua, cada autor manifiesta su arraigo y apego a cierto tipo de cultura. En ello se encapsula su propia inclinación ideológica, política y social. La creatividad del autor pone en juego lo que diríamos en quechua llapanmi inawllapapis llapan nunakunata riqitsimantsik.
Tanto la poesía como la narrativa nos muestran, en el Perú, dos mundos que conforman un nudo, un encuentro: un sincretismo cultural muy acentuado. Aun habiendo pisado tierras extranjeras, nuestros autores no se desligan de su propio terruño, de su quinta, de su casa, de su familia, del amor por sus animales ni de los apelativos creados, en el caso de Ancash, en quechua. Un ejemplo de este caso es El mundo da vueltas, del escritor caracino Francisco Carranza, quien narra la cotidianidad de la vida en su natal Quitaraqsa.

Me interesa aquí subrayar situaciones que muestran la cultura como un puente o bisagra de superposición lingüística, según la agenda literaria de los autores que menciono. Por ser ello importante, espero que nuestros niñas y niños lectores ubiquen en las obras de estos las características interculturales más relevantes. Por suerte, nuestra biblioteca nacional regista un significativo crecimiento de publicaciones acumuladas en sus estantes abiertos al público.

1. La cultura para la literatura escrita y la oral u oralitura

La cultura es el vínculo unívoco para cada autor con su público: ninguno queda al márgen del esquema sociocultural occidental o andino. Uno u otro es su escenario. En el Perú ambos mundos no se divorcian; por el contrario, aparecen fusionados. Es decir, coexisten dos formas de vida y, al mismo tiempo, dos o más cosmovisiones.

Lo urbano y lo rural es, en esencial, una constante. Los grandes escritores como el premio nóbel de literatura Mario Varga Llosa, admirador eterno él de La Guerra y la Paz de León Tolstoi, signó sus inicios literarios con la Ciudad y los perros, la primera novela que tiene un significado especial para el autor, pues le enseñó a saber «qué tipo de escritor quería llegar a ser». Por su propia manifestación sabemos de Vargas Llosa que lo intercultural se enmarca y se hace presente en él, hasta caracterizarlo como al escritor representativo de escenas de personajes andinos y limeños.

Si nos detenemos a mirar el lugar de origen de nuestros escritores de Ancash, un departamento peruano con costa y sierra, descubrimos que muchos, o la gran mayoría, son andinos. Unos y otros hicieron, y hacen, de su infancia, una fuente de inspiración literaria. Destacan en ello Macedonio Villafán Broncano, Áureo Sotelo Huerta, Violeta Ardiles Poma, Próspero Gamarra, Filomeno Zubieta y Francisco Carranza. De una u otra forma han recopilado y recreado estos un nuevo escenario tomando como punto de partida lo oral u oralitura. Lo oral fue, y sigue siendo, otra fuente de su inspiración tanto en sus inicios como en sus cúspides. Gracias a ello, nos han apotado cuentos, fábulas, mitos y leyendas trasmitidos, además, por la escuela y la familia, elementos de una cultura andina, punto de su propia partida y de su propio encuentro literarios.

2. La literatura y la identidad cultural

Hablar de identidad es un tema controvertido. Muchos se preguntan qué es y cómo se manifiesta la identidad. Para mí esta hace referencia al sentido manifiesto de pertenencia expresada en rasgos de localismo o de cosmovisión caracterítico de una nación, una ciudad, un pequeño pueblo o de un territorio ligado, por ejemplo, a la niñez.

Conocer la historia, la lengua, el folclor, las vivencias y la cosmovisión de un grupo o sociedad nos hace asimilar, y a veces rechazar, factores manifiestos de una identidad cultural. Uno de esos factores es la escritura que signa los hechos, los relatos, los cuentos, la historia, la poesía o las investigaciones capaces de enriquecer el mundo que nos rodea. El aporte de conocimientos para solucionar problemas, denunciar abusos o generar políticas de cara a las necesidades de la población es condensada por la literatura, la cual ha contribuido, y contribuye, enormemente, en cada proceso histórico a la construcción de una identidad social tantas veces ignorada por el Estado.

La literatura es un poderoso instrumento, capaz de ayudarnos a generar conciencia acerca de quienes somos y de dónde venimos. Los elementos identitarios no pueden desligarse de la tarea de educar para fomentar un diálogo intercultural. Lo bienes culturales constituyen una rica fuente para un escritor. Mediante el juego de palabras, cada autor refleja la realidad de los estratos sociales. En nuestro caso, la de las comunidades indígenas y sus costumbres.

Violeta Ardiles Poma, una escritora andina, hace gala de su propuesta de fortalecer la identidad andina con su último poemario Nuqantsikpam. Nelly Villanueva, a su vez, en sus relatos y otros escritos afirma: «la ciudad con rostros urbanos y rurales» caracteriza nuestra literatura. Ambas escritoras, en Huaraz, son autoras de poesías con contenido reflexivo en torno a la búsqueda de nuestra identidad y de nuestra propia afirmación.

Otros autores, sin ser andinos o estando lejos de su amada tierra, han contribuido enormemente en tal sentido. Dora Mayer1, autora de números escritos, presenta acciones reivincativas del campesinado. Su pluma asumió sus acciones y sus acciones reivindicativas alimentaron su pluma. Dora Mayer fundó una asociación proindígena. Su trabajo fue arduo. Quien pueda acceder a sus escritos comprobará que estos están llenos de sus vivencias incluso de infancia. Fue una autora que contribuyó a fortalecer nuestra identidad local y nacional.

De tenerlos ante mí, me gustaría preguntar a tan ilustres escritores: ¿Qué sienten por los andes peruanos? ¿Por qué eligieron el escenario que inmortalizaron? ¿Cómo definen a las mujeres, a los hombres y niños del campo? ¿Cómo categorizan y entienden al idioma quechua?

3.-Los autores y el retorno a su pueblo, a sus costumbres y a sus vivencias

Hay muchos autores que, por una u otra razón, se fueron del Perú. Su alma y su corazón, sin embargo, se quedaron unidos a su terruño y a su amado suelo patrio. Dice Ana María Intili2 respecto de Eugenio Garro, autor ancashino de Chiquián: «Bajo la impasividad de su rostro, surcado de arrugas, guarda la angustia de un dolor inmenso en los andes».

Francisco Carranza en muchos relatos infunde vida a su idioma quechua, a sus padres y a todo cuanto le sirve de referencia y de cariño hacia lo espiritual y social.

4.- Escenarios andinos y urbanos para la literatura

En Nostalgia y otros poemas, así como en su narrativa, Edgar Norabuena muestra exactamente el encuentro de elementos andinos con los de la ciudad. Suya es esta cita:

«Canto de jilgueros entre los molles. Cristina y tú vuelven presurosos a casa. Canto de búhos y quejidos de zorros».

En los molles, plantas que crecen en las zonas más cálidas del Perú, ubica Edgar Norabauena el escenario que acoge al jilguero, a una mujer y a los zorros que habitan las alturas andinas, tanto como a los búhos que siempre los acechan durante el anochecer.

Otros escenarios, o evocaciones, del mundo andino, son los ríos, los nevados, los pastizales, los animales y las plantas silvestres; mundo en el cual nadie es propietario de ningún elemento natural. Es decir, todos viven, están y son para todos; nadie gana y nadie pierde. Otro ambiente literario es el mundo de arriba y el mundo de abajo o los Apus como el Huascarán, el Huandoy, las lagunas y las quebradas hasta dotarlos de una personalidad, un habla y de sentimientos.

El autor que mejor representa la cosmovisión andina desde la danzas y otros hechos es Macedonio Villafán Broncano. Sus obras recurren a espacios netamente andinos. En él se encuentros dos formas de pensar, dos formas de comprender el mundo.

Quizá los que han hecho del lápiz y el papel su instrumento para dejar fluir sus sentimientos no se dieron cuenta del gran valor que atribuyeron a los escenarios andinos, prefiriéndolos a los escenarios urbanooccidentales. Su inconsciente retrata, en todo caso, su mundo y su infancia.

5.-La literatura: visión de un mundo

En esta sección quiero referirme a algunos escritores que más allá de su imaginación han llegado en su lenguaje a la cúspide refiriendo al hombre como centro de todo. Sin temor a equivocarnme, creo que uno de ellos es Carlos Eduardo Zavaleta. A lo largo de su narrativa, Zavaleta presenta a la sierra y a la costa como dos mundos complementarios, no divorciados. El uno, en sus buenas o malas obras, vive del otro. Ve, Carlos Eduao Zavaleta, el mundo en su totalidad. Su mensaje es de carácter intercultural. Y es cierto: uno no puede vivir sin ser complementario y recíproco ante la existencia del otro.

Carlos Eduardo Zavaleta también nos presenta un personaje del ande que ha perdido identidad. En algunas de sus obras, hay gentes que no saben a qué mundo pertenecen. Parece ser que quienes salen de su terruño andino tienden a olvidarse, incluso voluntariamente, de sus orígenes, aante el cual se avergüenzan. Para evitar ser discriminados por los habitantes urbanos niegan, casi siempre, su identidad. Las familias se confrontan con dilemas sociales, producto de las injusticias, que torturan la visión de su propio mundo.

Así también, Melacio Castro Mendoza, residente en Alemania, vuelve a su suelo no solo con la poética social, sino con la romántica. En él, todo el Perú es su terruño. Sus escritos demuestran su enamoramiento de los personajes que hicieron historia en los ensayos de construcción de nuestra sociedad peruana. Su pluma camina por los valles y quebradas que acompañaron las hazañas de los mismos. En su libro Batallas y sueños de Uchku Pedro, por ejemplo, encontramos un poemario de poética mágica que combina la vida del ande con la de la ciudad.

Melacio Castro Mendoza con su poemario Batallas y sueños de Uchku Pedro nos presenta, hábilmente, la totalidad de nuestro mundo: contrapone, excelsamente, los elementos andinos y urbanos en un solo ser. Gracias a su pluma, contamos con la historia, las leyendas, los mitos, la religión y los pensamientos andinos transbordando la cotidianidad, coloreando, o dibujando, una acción permanente por la construcción de una ciudadanía en condiciones de igualdad de oportunidades, expulsando al enemigo adueñado en exclusividad de las tierras, del agua y de la fuerza de trabajo del otro.

Melacio Castro Mendoza adoptando diferentes elementos occidentales presentes en la ciudad, retrata a Uchku Pedro, nuestro Pedro Celestino Cochachín, como a un hombre preocupado por recuperar la justicia social. Su ropaje, sea mimetizado o no, o su lengua y su filosofía, no es del andino sumiso y conformista. Por el contrario, nos lo presenta como un líder luchador sagaz, enfrentado al dictador rival. Batallas y sueños de Uchku Pedro entremezcla el lenguaje andino popular, incluyendo términos quechuas, con el uso estándar de la lengua castellana del habitante urbano. La visión que tiene de la tierra constituida por todos sus elementos globales dan vida a este poemario. Para Melacio Castro Mendoza el espacio de vida en su conjunto es la tierra, único lugar donde se cultiva, se cosecha y se come lo que ella nos ofrece. Este autor, de origen cajamarquino, nos presenta la historia de la sublevación de Pedro Pablo Atusparia de 1885 en voz individual y colectiva, como producto y consecuencia de las injusticias en el campo ancashino.

La presencia permanente de la búsqueda de la justicia antecede e incluye a aquella época y hoy mismo no podemos negar nuestras ansias de equidad ausente: a través de diferentes medios, si no todos, la gran mayoría andamos protestando y reclamando por nuestros derechos. Sí, necesitamos, no solo en el Perú, construir una auténtica y verdadera ciudadanía.

En Batallas y sueños de Uchku Pedro la lengua es un derecho individual y colectivo en la defensa de lo nuestro. En el poemario, nos debemos los unos a los otros, y nosotros mismos somos tierra. En tan impresionante obra no caben diferencias: todos tenemos vida y todos somos iguales.

«¿Oyes, mamá Hortulana?

Las rocas lloran la suerte de la patria

y, entre tanto,

las palomas arrullan la hora matinal» (p. 17).

O en el poema «Habló el Auki», escribe:

«Entronada a un Apu, una roca dijo:

¡Deja tus minas, Uchku Pedro: ve y busca al

viejo Atusparia! ¡En tus manos deposito

un sol y dos luceros!» (p.26).

La concepción del mundo se da desde que se concibe a la vida como unidad perfecta; nadie es superior ni inferior; todos nos apoyamos y todos buscamos la visión más amplia del espacio de vida que es la tierra. En el poema Éramos la unidad perfecta, Melacio Castro Mendoza sintetiza:

«Superpuestos en unidad perfecta,

nuestro mundo de arriba viajaba en los lomos del cóndor.

Sus nubes y su luz existían a nuestro mundo de aquí, expresado en montañas, valles y

desiertos, cuyos minerales, animales

y vegetales vivían en armonía con nuestro padre el puma y con nosotros mismos, los humanos».

La cultura protagonista en este tipo de literatura propone un cambio social, político y económico del país, ubicándonos en escenarios de búsqueda de ricos y provechosos diálogos. Tenemos que repensar nuestra tarea literaria desde la perspectiva o el enfoque intercultural. Un impulso en esta dirección, como poesía intercultural, es Batallas y sueños de Uchku Pedro. En este trabajo, nuestro autor nos presenta un diálogo de culturas que nos ayuda a promover una mejor convivencia entre los seres humanos, y con nuestro entorno. Se trata, pues, de una manifestación literaria que a lo escrito incorpora lo oral. En sí, constituye un robusto logro capaz de permitirnos una comprensión integral de una nación, como la nuestra, multi e intercultural.

La literatura intercultural

En el Perú está aún pendiente el hacer de la literatura una verdadera manifestación cultural que ayude a fortalecer nuestra perspectiva de nación multicultural. Los idiomas quechua y aymara, o los amazónicos, quedan aún en la sombra.

La escritora Violeta Ardiles Poma con Nuqantsikpam, de carácter humanístico, nos aporta luces para comprender el mundo andino en sus buenos modales, no ajeno a las reflexioens del zorro en sus escritos dirigidos al presidente de la República. Concuerdan con este caráter, asimismo, el llamado de atención a la señorita que deja su terruño para adoptar otros valores culturales, abandonando los suyos.

Para Violeta Ardiles Poma la transculturación sucede sobre todo en los jóvenes, quienes abandonando el campo van a la ciudad cambiando sus estilos y formas de vida. Si libro no es ajeno al Huascarán, digno de una gran memoria, ni al cuy, un animal andino de enormes contenidos nutrientes.

Francisco Carraza, radicado en Seúl, se suma a esta línea intercultural presentándonos el espacio y el tiempo en constante trasformación. Propone, por ello, que los de abajo, identificados como parte de la sociedad andina, tienen la posibilidad de superarse para ocupar los mejores espacios económicos y culturales. En sus relatos advierte que los de arriba están propensos a bajar, o descender, de estrato social. Se trata de una propuesta enmarcada como la voz de un quechuahablante cuyo cordón umbilical cultural está ligado a su pueblo.

La literatura intercultural se ha puesto en boga y, al parecer, trata de convertirse en una política nacional. Propongo, por ello, que como escritores, iniciemos una formación cualitativa de estudiantes de modo que, como los mexicanos, introductores de una licenciatura en literatura intercultural, ofrezcamos una especialidad que aporte esfuerzos al rescate del patrimonio cultural no solo material, sino también, del inmaterial como es el hecho literario. Escritores y estudiantes han de propiciar el diálogo, el respeto y la tolerancia en una sociedad tan diversa como es la nuestra. La enorme presencia coyuntural de hermanos emigrados de Venezuela es un desafío en cuanto impulsa la necesidad de construir una ciudadanía solidaria.

La literatura intercultural bilingüe (LIB)

No es posible dejar de hablar y de escribir sobre Violeta Ardiles Poma3. Uno de sus textos escrito en quechua y en castellano, Nuqantsikpam, hace sentirnos, desde sus comienzos, identificados con él. Violeta Ardiles Poma ha puesto obra escrita en castellano. Su traducción al quechua es, de por sí, una muestra de literatura bilingüe.

Finalmente, subrayo que el Vuelo del Chiwillo es, también, una manifestación literaria bilingüe. 

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1 Según la Revista Cultural de Ancash, publicado por AEPA a propósito del XXI encuentro de Escritores y Poetas de Ancash, Dora Mayer, escritora alemana, radicó por corto tiempo en el distrito de Cajacay de la provincia de Bolognesi, allí su trabajo estuvo vinculado al reconocimiento de las comunidades campesinas, ejemplo de su labor a favor del hombre del campo organizado son las comunidades de Yamor y de Raquia. 

2 Ana María Intili, escritora argentina, es miembro honorario de AEPA, destaca en la poesía y la narrativa. 

3 Violeta Ardiles Poma, escritora huaracina, nacida en en el distrito de Pampas Grande, el año 1945. Se destacó como maestra en muchas escuelas rurales y urbanas, escenarios de sus escritos, cuenta que su reto mayor fue aprender el quechua para entablar diálogo con los niños, una tarea no imposible para ella, ya que hoy es su inspiración, en sus poemas y su narrativa encontramos muchas miradas culturales sobre todos se hace presente su amor por los niños, porque son su principal guía de su pluma, pero no, un poema por poema, sino, un poema reflexivo, crítico, una narrativa acompañada de moralejas, entonces es la escritora de las generaciones con práctica de valores y moral exigencias de la sociedad, Ardiles Poma crea para criar, su vasta producción muestra su gran apego por la literatura, su pluma incansable hace de ella una mujer de actividades permanentes, una guía para los niños. - “Cuentos Telúricos”, su primer libro editado, “Destellos Poéticos”, “Metáforas de Teo y Facundo”, el mismo que ya tiene 4 ediciones, “Con Alma de Niño”, poesía para niños, “Ternura”, poesía para niños, “Los Cuentos de Shullia”, “Flor de Cactus”, “Mosaico de Amor”, poesía para niños, “Que sería de mi sin ti”, poesía para todas las edades,“Caramelito de Limón”, bello libro con ilustraciones a colores para los más pequeños, su ultima publicación Nuqantsikpam, en castellano y quechua. Violeta Ardiles Poma, poeta favorita de Breyner Ramirez, no sólo nos ha entregado su valiosa pluma sostenida en tinta y papel, ella también nos deja su voz perennizada en dos discos (CDs): - “Contando Cuentos” y “Asikurishun” (Riamos Juntos). Actualmente viene participando de toda actividad cultural que se presente, no ha desperdiciado su capacidad intelectual para ponerse al servicio de los niños.

Fuente:

Escritor Melacio Castro Mendoza

 melacio82@gmail.com