¡BUEN PROVECHO REY ARTURO!
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
“Cuando retumba el trueno
los shulacos desaparecen,
los tinyacos siguen volando”
.......................Aralba
JIRCÁN, sábado 13 de enero de 1962. El reloj marca las 3.57 de la tarde en casa de Carlos “Cañita”.
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- ¿Qué estás aguaitando shay? –pregunta el ensortijado Patuco, oteando el portón desde el patio.
- No viene Carlos “Cañita”, tampoco Uluy, parece que no habrá ensayo. Por gusto me han hecho pedir permiso al cura –contesta contrariado Mañuco, el monaguillo de la iglesia.
- Carlos es muy puntual, algo grave debe haberle pasado –intenta tranquilizarlo Patuco.
Las 4 en punto es la hora fijada para el inicio del último ensayo de “LOS CABALLEROS DE LA MESA REDONDA”, obra de teatro, versión de sir Thomas Malory, que se estrenará mañana domingo en el canchón comunal. Será después de la Misa de 10, bajo la dirección de Carlos “Cañita”. Él personifica al Rey Arturo. Uluy es sir Perceval de Gales en la obra.
En el recinto de ensayo aguardamos ansiosos los niños actores que interpretaremos a: sir Gaheris, sir Kay el Seneskal, rey Pellinori, sir Lanzarote del Lago, sir Lamorak de Gales, sir Gawain, sir Galahad, Sir Borns de Ganis, Sir Bedevere y sir Tristán de Leonis.
De pronto llega sudoroso Carlos "Cañita" y cierra el portón. Más que afligido se le nota nervioso. Carlos nos dice en tono conciliador:
- Uluy no participará del último ensayo. Un jornalero le ha avisado que el burro de “Zapallito” está haciendo daño en su chacra de Upayacu, y ha ido a traerlo al coso. Pero no se preocupen, será reemplazado por un actor que he conseguido en Umpay. Está esperando afuera. Lo he preparado en el trayecto. El intercambio cultural es importante en el teatro.
- ¿Uluy tampoco estará mañana en el estreno? –preguntó Ishilín.
- Sí estará, sólo hoy día será reemplazado. Quiero que el actor invitado vea que la obra es digna de su hermana. Es la única llave que tengo para entrar al corazón de mi amada. Por eso tienen que ayudarme ensayando bien. Hoy por mí, mañana por ustedes, lo juro.
- Está bien "Cañita", eres el director y el Rey Arturo, tu mandas, que pase nomás –concilió el patero Patuco, el resto sonreímos con cachita.
Ingresó el actor invitado y tomó el lugar de Uluy. Carlos “Cañita” entró y salió de su cocina y le dio el chal de su mamá como armadura y un cashpi como espada. Los demás caballeros estábamos con el vestuario de estreno: las armaduras de bayeta y papel platino que cosimos con hilo "canuto" en una pequeña Singer a manivela, y las espadas de carrizo forrado con papel y engrudo.
Carlos “Cañita”, poniendo con solemnidad la legendaria espada Excálibur sobre la mesa cuadrada de su comedor, dio inicio al ensayo; culminando una hora después con un ¡BRAVO! emocionado del actor invitado, confirmando así la presencia de su hermana en el estreno de la obra.
¡BUEN PROVECHO REY ARTURO!, gritamos en coro los demás caballeros de la cama redonda, perdón, de la mesa redonda...
- No viene Carlos “Cañita”, tampoco Uluy, parece que no habrá ensayo. Por gusto me han hecho pedir permiso al cura –contesta contrariado Mañuco, el monaguillo de la iglesia.
- Carlos es muy puntual, algo grave debe haberle pasado –intenta tranquilizarlo Patuco.
Las 4 en punto es la hora fijada para el inicio del último ensayo de “LOS CABALLEROS DE LA MESA REDONDA”, obra de teatro, versión de sir Thomas Malory, que se estrenará mañana domingo en el canchón comunal. Será después de la Misa de 10, bajo la dirección de Carlos “Cañita”. Él personifica al Rey Arturo. Uluy es sir Perceval de Gales en la obra.
En el recinto de ensayo aguardamos ansiosos los niños actores que interpretaremos a: sir Gaheris, sir Kay el Seneskal, rey Pellinori, sir Lanzarote del Lago, sir Lamorak de Gales, sir Gawain, sir Galahad, Sir Borns de Ganis, Sir Bedevere y sir Tristán de Leonis.
De pronto llega sudoroso Carlos "Cañita" y cierra el portón. Más que afligido se le nota nervioso. Carlos nos dice en tono conciliador:
- Uluy no participará del último ensayo. Un jornalero le ha avisado que el burro de “Zapallito” está haciendo daño en su chacra de Upayacu, y ha ido a traerlo al coso. Pero no se preocupen, será reemplazado por un actor que he conseguido en Umpay. Está esperando afuera. Lo he preparado en el trayecto. El intercambio cultural es importante en el teatro.
- ¿Uluy tampoco estará mañana en el estreno? –preguntó Ishilín.
- Sí estará, sólo hoy día será reemplazado. Quiero que el actor invitado vea que la obra es digna de su hermana. Es la única llave que tengo para entrar al corazón de mi amada. Por eso tienen que ayudarme ensayando bien. Hoy por mí, mañana por ustedes, lo juro.
- Está bien "Cañita", eres el director y el Rey Arturo, tu mandas, que pase nomás –concilió el patero Patuco, el resto sonreímos con cachita.
Ingresó el actor invitado y tomó el lugar de Uluy. Carlos “Cañita” entró y salió de su cocina y le dio el chal de su mamá como armadura y un cashpi como espada. Los demás caballeros estábamos con el vestuario de estreno: las armaduras de bayeta y papel platino que cosimos con hilo "canuto" en una pequeña Singer a manivela, y las espadas de carrizo forrado con papel y engrudo.
Carlos “Cañita”, poniendo con solemnidad la legendaria espada Excálibur sobre la mesa cuadrada de su comedor, dio inicio al ensayo; culminando una hora después con un ¡BRAVO! emocionado del actor invitado, confirmando así la presencia de su hermana en el estreno de la obra.
¡BUEN PROVECHO REY ARTURO!, gritamos en coro los demás caballeros de la cama redonda, perdón, de la mesa redonda...