martes, 25 de diciembre de 2018

EL JUGUETE - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)



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EL JUGUETE 
 
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
 
Son las 3 de la tarde del viernes 24 de diciembre de 1919, el Sol duerme aletargado en los sembríos de Matara. Sentada en un banquito, junto a la puerta de su casa, doña Marcelina hila copos de lana en el viejo huso. Frente a ella su pequeño nieto Manuel juega con su perro “pichicho”, único amigo del niño en la periferia del pueblo. De pronto: "Patacán, patacán, patacán, patacán". Llega su vecino Cipriano Aldave, cabalgando un alazán.

- Doña Machi, el parroco de Chiquián va a repartir juguetes después de la Misa de Gallo, dicen que hay para todos, vaya rápido –le sugiere Cipriano.
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- Gracias don Shipico –contesta, y piensa: "por fin mi Mañuquito tendrá su primer juguete" 
 
Ella enviudó muy joven y vive en Matara con su nieto, desde que su única hija falleció durante el parto. Sobre el padre de Manuel nadie conoce su nombre. Comentan que es un rico hacendado.

Doña Machi ingresa a su casa y prepara el fiambre: un poco de cancha y otro de shinti que envuelve en un pedazo de tela.
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Pone al niño su poncho y bufanda en el patio, y se persigna mirando al apu Carhuaspunta...
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En su rostro cuajado de surcos que el gañán de los años ha arado, brilla un destello de esperanza...

- Ojalá Diosito le haya enviado una pelotita a mi huerfanito –dice doña Machi y dibuja un pequeño balón en su pensamiento...

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Enrumba hacia Chiquián con su faldellín ondeando al viento, llevando de la mano a Mañuquito. A su paso se acompaña con el aroma de la ccantuhuayta, del mito y la verbena, que florecen a la vera del sendero.

Ya son las siete, y los chuluc empiezan a tocar sus violines puliendo el silencio de la noche estrellada. La Luna brilla... el camino le parece más corto que nunca y en su mente garabatea la sonrisa de su nieto recibiendo un juguete.
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Su corazón se le agiganta paso a paso; hasta que por fin divisa el pueblo. Junto a la cascada de Putu, el señero Capillapunta vigila Chiquián...

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Cerro Capillapunta - Chiquián
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Doña Machi y Mañuquito arriban a Oropuquio y toman un sorbo de agua en Chinapila. En eso repican las campanas llamando a Misa y apuran su andar junto a unas sombras con llanques que caminan presurosas hacia la iglesia. La mayoría lleva en sus brazos: aves y corderos para la Misa de Gallo. Todos ingresan al templo, menos algunos bípedos que chinguirito en mano se quedan rebuznando en la plaza.
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Plaza de Chiquián
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- Como dice Jesucristo: “Dejad que los niños vengan a mí... la generosidad es dar antes que se nos pida” –con estas cristianas palabras culmina el párroco la Misa, y centenas de niños con sus padres se apretujan en interminable cola para recibir sus juguetes.
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Unos niños duermen en brazos de sus madres, otros más grandes dormitan parados tiritando de frío. No hay bizcocho, ni chocolate, sólo un manto de fe abriga a los pequeños.
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A cuarto para las dos de la madrugada abuelita y nieto están frente al párroco y al sacristán. Algunos niños "más vivos" que otros han recibido hasta dos juguetes. También una que otra "mamá" sin hijos ya recibió su regalo.
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Doña Machi baja la mirada y observa la pelota que el sacristán tiene en sus manos. El corazón se le quiere escapar del pecho, mientras oye el sonido que dejan escapar las quenas, los rondines y los pitos de arcilla que los niños chiquianos acaban de recibir por Navidad.
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.- ¡Y ustedes!, ¿qué hacen en la cola? –pregunta el párroco.
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.- Padre, somos de Matara, mi nieto es huerfanito, por favor una pelotita –contesta Machi en tono de ruego.
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.- Solamente hay juguetes para los niños del pueblo, además ustedes no asisten a Misa los domingos.
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.- Es que vivimos lejos, Padrecito, somos católicos y oramos todos los días en nuestra casita de Matara...
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- ¡Retírense!,... ¿quién sigue?... 
 
Doña Machi se pone a un costado con su Mañuquito y levanta la mirada. Sus ojos brillan de tristeza, hasta parecen dos lágrimas suspendidas entre el cielo y la Tierra, como bolitas de Navidad...

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Sin haber recibido un mendrugo emprenden el retorno a Matara. Beben un nuevo sorbo de agua en Chinapila y ascienden silenciosos el cerro San Juan Cruz... De pena se olvidaron de probar su fiambre.
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.- Apúrate Mañuquito.
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- ¿Y mi pelota mamita?
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.A la distancia serpea cuesta arriba el camino de herradura. Mañuquito se queda dormido y su abuelita lo ata a su espalda con su jacu de lana. Doña Machi no quiere mirar atrás para no ver el pueblo sin rostro ni manos de solidaridad que no les brindó un abrazo navideño, siquiera.
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A las cuatro de la madrugada doña Machi corona sudorosa la cumbre, contempla la cordillera Huayhuash que le regala su resplandor blanco y murmura con la dulzura de sus 80 años: “El próximo año será”.
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Cordillera Huayhuash
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Son las cinco de la mañana del sábado 25 de diciembre, el camino se le hace largo y pesado, su pensamiento se confunde y el corazón se le comprime; eleva la vista al cielo y ve plomiza la Luna que alumbra como iris de invidente.
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El viento azota las ramas de los quisuares y huaromos. Pronto comienzan a caer cortinas de aguacero y el desfiladero se torna resbaladizo, trastabilla y suelta el atado con la cancha y el shinti que se pierden entre las hualancas y las pitajayas. Se persigna y continúa su lenta marcha por el abrupto sendero, ella tiene que llegar a casa antes que asome el alba de oro, para abrigar el sueño de Navidad del huerfanito...

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Matara
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NAVIDAD DE LOS POBRES
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 Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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.Si pudieras ver Navidad...
todo lo que mis ojos
cada día contemplan...
seguro que los tuyos
enceguecerían de pena.
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Si pudieras oír Navidad...
las cosas que escucho
y mi mente interpreta...
seguro que preferirías
vivir con tu sordera.
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.Si pudieras presentir Navidad...
todo lo que mi corazón
en cada despertar siente...
seguro que el tuyo,
otra vez se detuviera.
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.Pero no todo es tristeza,
hay millones de niños felices,
sólo ablándales el corazón
para que compartan sus juguetes.
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.A los niños del Huayhuash:
regálales la luna llena,
miles de estrellitas brillantes
y un bello Sol diariamente.
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.Sólo así reirás al verlos, Navidad,
alegres bajo el cielo azul;
y disfrutarás con ellos,
jugando a la ronda..
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 !Ay¡, si supieras HUMANO,
las sorpresas que da la vida,
cada día celebrarías la Navidad
y nunca más, habría orfandad...
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.Chiquián, DIC 1975
 
 
 

Un Festín de la Mano de Nalo Alvarado

8-julio-2008 

Raúl Luceño - España
 
 

 

Revista Literaria de Editorial Narradores 

» Revista Literaria ...

 

Es una mara­vi­lla el len­guaje. Es fan­tás­tico el cas­te­llano o espa­ñol (que parece que ahora está mejor visto decirlo así que de la otra forma) Me encanta que mi madre uti­lice pala­bras extra­ñas pro­ve­nien­tes de su Extre­ma­dura natal. Me encanta la musi­ca­li­dad de los cana­rios, la gra­cia de los anda­lu­ces y la infi­ni­dad de reco­ve­cos en forma de pala­bras que encon­tra­mos en otras par­tes de España. Y ya, si habla­mos de la riqueza del espa­ñol en Amé­rica Latina, no pode­mos más que regodearnos.
 
Esto viene a cola­ción por el enorme dis­frute que tenido leyendo ‘El Juguete’, el relato con el que este jue­ves Nalo Alva­rado regresa a narrador.es.

‘El Juguete’ es un pre­cioso cuento de navi­dad, de una abuela y un nie­tito huér­fano que via­jan a otra aldea en busca de un juguete. La incon­men­su­ra­ble riqueza con la que está escrito es extra­or­di­na­ria, des­cu­brién­do­nos pala­bras igno­tas para el que abajo firma, soni­dos del Perú, de las mon­ta­ñas, voces de ori­gen ances­tral que nos lle­van al país andino y que nos hacen ver, nue­va­mente, la suerte de idioma que tenemos.

Delei­tense con esta pieza por­que les ser­virá para via­jar a tra­vés de una explo­sión de len­guaje, una defla­gra­ción que hace que el inte­rés por el bonito cuento no decaiga. Por momen­tos, este ‘El Juguete’ de Nalo Alva­rado me ha hecho recor­dar gran­des fes­ti­nes pro­por­cio­na­dos por mons­truos de las letras como Var­gas Llosa o Gar­cía Már­quez. Dense el atra­cón que supone este relato. Me lo agra­de­ce­rán. Bueno, más que a mí, al autor de esta maravilla.
 
Raúl Luceño