jueves, 18 de enero de 2018

20 DE ENERO, 1574: SE FUNDA LA CIUDAD DE HUARAZ - FOLIOS DE LA UTOPÍA: JACO Y SU PLUMA GENEROSA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 


CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
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LA CORDILLERA BLANCA ES ASOMBRO
Y MISTERIO INDESCIFRABLE


Desde El Mirador de mi casa en Santiago de Chuco todas las mañanas al despertar divisamos hacia el frente los nevados de la Cordillera Blanca del departamento de Ancash que son como lámparas encendidas que incluso refulgen en la noche.
Son diamantes, amatistas y esmeraldas en lo más empinado y abrupto de la cordillera, y que nos recuerdan que este es un mundo sagrado, que es prodigio y que es milagro.
Y lo refiero porque la presencia de estas hierofanías del Callejón de Huaylas no solo hace de este un lugar mágico, ni tampoco solo un lugar de energía y poder cósmico, sino que inspiran para decisiones de la vida consagrada y a nociones trascendentales como es la libertad.
Contemplados desde la lejanía el diamante de las nieves perpetuas hacen una visión no solo de inmaculada hermosura en el cielo azulino sino de un encaje sublime y de misterio indescifrable.
La Cordillera Blanca es una realidad absoluta, con su cadena de picachos nevados. Con sus lagunas espejeantes incrustadas en la roca antiquísima conformando el panorama y el espectáculo más asombroso del planeta Tierra.


DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
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20 DE ENERO, 1574



SE FUNDA
LA CIUDAD
DE HUARAZ
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA


JACO
Y SU PLUMA
GENEROSA


 Danilo Sánchez Lihón
 
 
La patria que nos da el agua de sus ríos
y el fruto de sus campos tiene el derecho
a saber el empleo de nuestros brazos
y la consagración de nuestra inteligencia.
Manuel González Prada
 
 
1. Ya
es hora
 
¿Cómo definiría la literatura de Jaco (Javier Cotillo Caballero, Huaraz, 1941) y su contribución al panorama de nuestras letras, de nuestra sensibilidad y de aquella visión que tenemos el deber de delinear y marchar tras ella enrumbados hacia el porvenir?
La preciso como una literatura comprometida, de filiación con los más caros ideales de nuestro pueblo. Y un arte de vigorosa raigambre popular y de honda esperanza. Como una literatura que busca verdades fundamentales y claves de existencia. Que esclarece ejes de vida, en los cuales creer y por los cuales luchar.
Como un cántaro de agua que hemos de compartir con los demás y basados en ello acometer el desafío y la transformación de nuestra sociedad. Como una literatura que va directa a conmover al corazón humano.
Y todo ello desenvuelto con las virtudes y los valores que una cultura como la nuestra y un pueblo que ha sufrido tanto como es el mundo andino, reclaman que ya es hora que se plasme y erija como paradigma. Porque es justo, porque su proeza es hermosa y se lo merece.
 
2. Cántico
a la vida
 
Es la suya una literatura expuesta a la naturaleza, o dentro de la naturaleza. Es el cántico y el himno a la vida desde dentro de la vida.
Y a lo mejor que ella alberga, cuáles son los caros sentimientos, sueños e ideales. Es una literatura de pasión, de fuerza, de eclosión.
Son los signos de sus cuentos y sus cantos el bien, la virtud, el ser límpidos y valerosos.
Literatura henchida de coraje sería el lema que se borde en sus orillas, pero mejor en las banderas y estandartes que desde ella se alzan. O se inscriba en lo alto del gallardete que desde ella se levante y luzca en el alba.
Literatura para cambiar al hombre, apelando a lo mejor que la humanidad tiene en su textura de huesos, de nervios que se pulsan, y de aliento que nos impulsa. Y sangre borbotándonos en las venas.
Literatura hecha de emociones e ideales. Y basados en ello hacer la revolución de la conciencia, y de allí la revolución social.
Y posteriormente la transformación histórica que nuestro pueblo requiere y demanda. Esa es la lógica, la consigna y la moral de este cántico a la vida.
 
3. Cariño
que defiende
 
Y, por todo ello: ¡Viva el Perú!
Porque literaturas como la de Jaco son aquellas con las cuales subiremos a las montañas y a las nieves eternas, a fin de extraer la reserva moral que ellas contienen y nos ofrendan.
Literatura para retarle al sol y a las estrellas, al viento y a los luceros, a la lluvia y a los relámpagos.
Para que los elementos telúricos asuman la causa del hombre y la realización de su destino sobre la faz de la tierra.
Porque literaturas como las de Jaco son el arte que necesitamos para forjar una cultura coherente con el destino humano, entretejido de experiencia, valores, coraje; así como de legítima y sublime ternura y esperanza.
Literatura coherente con nuestro pueblo, hondo, profundo, y abnegado.
Manifestación que él plasma pródigo en afectos. Cariño que defiende lo noble y corroe lo abyecto.
 
4. Fina
y cristalina
 
Literatura de protesta y de propuesta. Para el niño eterno que somos todos los hombres. Literatura que es un brindis dulce y arisco, para ponerse bien, entonar el alma y entrar en batalla.
Jaco la proclama y recita con los ojos preñados de lágrimas, con el gesto arrobado y adusto. Logrando inflexiones con la voz y con el cuerpo; que la descarga sobre el mundo como lluvia buena, como aguacero en el alma.
Con voces y matices que a ratos parecen truenos de tempestades en el paisaje de la serranía. Pero luego la tormenta se disipa, despunta el sol y la tierra sosegada se abrillanta.
Allí se esboza recién el arco iris como un pacto y lenguaje sagrado en el cielo apacible. Y la vida florece en gesto de sumisión. Y entrega su endecha más dulce. Y es que Jaco es un hombre que ha corrido mundo y eso lo ha hecho más íntegro, generoso y bueno.
No es la suya literatura de artificio, abstracción ni evasiones, sino de invasión raigal y poderosa, telúrica y contundente. Tal y como son nuestras montañas, lagunas y puquiales, en donde la ternura se escancia y destila fina y cristalina. Y luego se derrama a raudales y torrentes.
 
5. Geografía
cósmica
 
Literatura hecha de un lenguaje pleno de humanidad y sabiduría. De un hablar telúrico, de voces ocultas y profundas, de sutilezas del alma, de música que evoca y subyuga.
Pero, principalmente, poniendo su sangre en la escritura, su aliento y su cuerpo. Abriendo sus venas y dejando que corra la pluma.
Por eso es que clama, apela y convoca; imparte consignas a los elementos terrestres y etéreos. Porque las letras las escribe con su sangre.
Su literatura está signada por su pertenencia y filiación a la tierra de nuestro país transido, que es abismo y cumbre nevada, siempre de una dimensión fascinante, única y suprema.
Realidad grandiosa la nuestra, ante la cual lo que debe estarnos impedido a los peruanos es actuar con pequeñez y mezquindad.
Y esto por nuestro ancestro cultural, por el legado incaico. Por nuestra geografía cósmica, por nuestra vastedad incluso dentro de lo minúsculo.
En donde es fundamental alentar lo grandioso, como Jaco lo hace.
 
6. El sentido
del bien
 
Y esto cumplámoslo en el arte por coherencia con el dolor de nuestra gente.
Hagámoslo así por nuestros dramas seculares, por la belleza secreta que nos sustenta, que nos dicta como imperativo moral desterrar el desamor, como la malicia y la sordidez.
Ante todos estos retos lo que también nos está vetado es desfallecer, acobardarnos o claudicar.
Por eso, como lo hace Jaco, la literatura tiene que ser verdad siempre. Más verdad que la historia, las sociologías, o que las ciencias mismas.
Derivado de ello, de aquel paradigma de autenticidad, es que la literatura a su vez tiene que afirmar lo nativo y ancestral, hecho que es importante y fundamental para equilibrar el avasallamiento que nos viene desde el exterior, a través del fenómeno de la globalización.
No es la suya una lectura de distracción, de esteticismo insulso, sino literatura para tocar y cambiar la vida, en el sentido del bien.
Y eso la hace entonces un arte revolucionario.
 
7. Dos
puñales
 
Y es que solo una tierra honda, trémula y sufrida, como es el Perú y lo es Ancash; una tierra mítica y legendaria, donde se integran culturas, donde se despierta la añoranza y al mismo tiempo la visión del porvenir, puede dar a luz a un artista como es Jaco.
Quien asume su lar nativo, su piedra angular, como el temblor de su gente y su destino con entereza, pueden hacer posible una literatura como él la cultiva.
Cultura y destino que él bien lo representa. Y arroga con sensibilidad, grandeza y valentía.
Y son sus libros: campanas que repican, tonadas que convocan, clarines que anuncian la alborada. ¡Y fiesta inacabable!
Por eso, quiero terminar con la siguiente imagen de aquel gran hombre, escritor, maestro y periodista, como fue Hernán Velarde, cuyas palabras han tintinado en mi mente mientras conmovido escribía estas páginas. Y tendría que decir entonces que Jaco:
“Nació del relámpago de dos puñales que convergieron en la misma herida”.



 JACO - Imágenes: Nalo Alvarado Balarezo
 
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CONVOCATORIA




IMÁGENES DE HUARAZ

Plaza Mayor y avenidas: Bolívar, Sucre, Luzuriaga y Fitzcarrald

Tomadas el lunes 2 de diciembre de 2013
  
Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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Plaza Mayor y avenidas: Bolívar, Sucre, Luzuriaga y Fitzcarrald

Tomadas el lunes 2 de diciembre de 2013

Armando Alvarado Balarezo (Nalo)