CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción
y forja de la utopía andina
JULIO, MES DEL MAESTRO;
DEL SANTUARIO HISTÓRICO
DE MACHU PICCHU; BATALLA
DE HUAMACHUCO, LEONCIO
PRADO Y FIESTAS PATRIAS
CAPULÍ
ES
PODER
CHUCO
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
*****
PATRIMONIO NATURAL DE LA
HUMANIDAD
El Parque Nacional
Huascarán creado el 1 de julio del año 1975 es una maravilla universal, respecto
a la cual no existe algo que se lo pueda comparar ni en América ni en ningún
otro continente. Ni en Europa, Asia, África u Oceanía.
Ni los montes himalayas del
Tíbet y Nepal, ni los Motes Urales que han inspirado páginas memorables de la
literatura soviética, ni los paisajes de volcanes y glaciares de Islandia se le
comparan en majestad y belleza idílica, indescriptible y estremecedora en el
caso de la Cordillera Blanca en el departamento de Ancash en el Perú.
En donde hay además algo
extraño, cuál es la asociación de nevados y lagunas de témpano junto a la
profusión de bosques y flora de naturaleza tropical; donde sobre el blanco
impoluto de las nieves inmarcesibles crece una vegetación tórrida y salvaje; y
en donde el clima mismo al pie de los nevados no es ni frío ni gélido sino más
bien de un temperamento primaveral.
En donde sobre el granito
blanco y rojizo de las rocas sempiternas se dibujan lagunas de fábula, hechas
de jade y esmeralda que reflejan los nevados de asombro y por donde sobrevuelan
mariposas y colibríes imperturbables.
En donde sobre este paisaje
de belleza sobrenatural se han desarrollado culturas legendarias, imbuidas
necesariamente de connotaciones sagradas en todo, porque las envuelve el
misterio de un mundo mágico y trascendente, como fueron huaris, vicus y
clavines de Huántar.
Y tan es así de portento
universal todo ello, que el 1 de marzo de 1977 la Unesco lo reconoció como
Reserva Mundial de Biósfera y en diciembre del año 1985 como Patrimonio Natural
de la Humanidad.
Integran la
Cordillera Blanca 663 glaciares, 269 lagunas y 42 ríos conformando el paisaje
más colosal, asombroso y admirable del planeta Tierra, en donde dominan y
presiden los nevados Huandoy y Huascarán.
Estos dos nevados
recostados uno al lado del otro son dos amantes legendarios que se convirtieron
en estas montañas sagradas encarnando una tierna e inmensa historia de amor.
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
*****
1 DE
JULIO 1975
SE
CREA EL PARQUE NACIONAL
HUASCARÁN
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
EL AMOR
DE HUANDOY
Y HUASCARÁN
Danilo
Sánchez Lihón
Nieve
en la noción del fuego.
César Vallejo
1.
El más
querido
La princesa Huandoy es la
única hija adorada y predilecta del Inca majestuoso. Y es además la flor más
bella, preciada y primorosa del imperio.
Pero a su vez quien ha
quebrantado las leyes más severas al enamorarse de Huascarán, el sacrificado y valeroso
soldado, pero plebeyo.
Vencedor de mil batallas y
quien ha llegado a ser el más joven, estimado y querido general del vasto reino
y predilecto del soberano y su corte de consejeros.
Pero esta deferencia y estimación,
especialmente del Inca no basta ni puede llegar a tanto.
Ni puede romper las normas
divinas como para consentirse que pretenda mezclar la sangre excelsa y
celestial de la familia imperial con la sangre común y corriente.
Y aquello por más que la
adornen mil pendones conquistados en cruentas batallas.
2.
Mirarse
a
los ojos
Sin embargo, Huandoy es tan
bella que conmueve por ser una flor delicada y exquisita.
Como puede serlo la luna
cuando boga apacible en una fuente quieta y al amanecer. Y con todas las
estrellas y luceros extasiados que la siguen.
Pero hay un rival de
Huascarán en el mando y en el cargo que ocupa que esta vez le ha tendido una
celada.
Y ambos, Huandoy y
Huascarán son capturados dentro del palacio. Aunque no en los aposentos
interiores ni en falta grave.
Pero basta que se vean y se
miren a los ojos para constituir ello un ominoso delito.
Descubierto esto parientes
y allegados quieren ocultar a Huandoy. Otros poniendo en juego su vida quieren hacerla
viajar a un lugar remoto.
2.
Y Huandoy
suplica
Pero no.
Ella no acepta y prefiere
afrontar junto a su amado el juicio y hasta el suplicio, si lo hubiera.
Ha querido permanecer al
lado suyo y ser conducida junto a él ante el Inca, sin separarse de su lado.
– ¡Poderoso y magnánimo
Señor! –Le suplica reverente Huascarán al Inca–. Te he servido devotamente
desde niño.
Habla, se le quiebra la voz
y se arrodilla.
– ¡Amo y adoro a Huandoy!
– ¡Cómo te atreves!
– Mándame poner otros mundos
a tus pies y los pondré. Así sean en los espacios más confines del universo.
Siempre seré tu leal
vasallo. Y protegeré tu reino como un hijo fiel.
Y Huandoy suplica:
– ¡Padre! ¡Tú me enseñaste
a amarlo!
3.
Ya es sangre
de
tu sangre
– ¡Cómo te atreves a decir
esto!
– ¡Sí, padre!
– ¡De qué modo!
– Hablando siempre de él y de
sus hazañas. Y del orgullo que sientes por ser humilde, ejemplo de virtudes y
valeroso.
– Mmmm.
– Refiriendo de su lealtad
sin límites hacia ti. De su generosidad y del hogar lleno de encantos de dónde él
proviene.
– Ambos serán juzgados y
condenados. ¡Son leyes divinas que ustedes dos han quebrantado!
– ¡Padre! ¡Llevo un hijo
suyo en mis entrañas! Te pido perdón y clemencia. ¡Él ya es sangre de tu sangre!
El Inca ha recibido estas
palabras con el impacto de la descarga de mil rayos.
– ¡Apresarlos!
5.
Excelsa
flor
Esa niña plena de bondad
sin límites, pura como la más excelsa flor de la más cimera montaña, ¿ha
desacatado así y de ese modo una ley divina?
– A ambos, ¡condúzcanlos a
calabozos separados!
– ¡Padre!
– ¡Encadénenlos y cuiden
que las celdas sean seguras e inexpugnables! ¡Ambos morirán al amanecer!
Es allí cuando Huascarán forcejea
y veloz se escapa de sus captores. Rescata a Huandoy y huyen por pasadizos
secretos.
Pasan las horas y nadie los
encuentra, concluyendo que ya están fuera, en los extramuros del palacio.
El soberano ante esta fuga,
ordena que todas las guarniciones cercanas salgan a prenderlos, maniatarlos y conducirlos
encadenados ante su trono.
6.
En noches
de
luna
Huascarán que es sagaz,
fuerte y arriesgado, alzándola consigo emprende la huida escapando por caminos
de hielo y pedruscos, subiendo las altas montañas frígidas y escarpadas.
El frío, el hielo y la
nevada no logra estremecerlos.
Pero, cercados por uno y
otro flanco, y antes de ser capturados, deciden convertirse en los nevados más
altos y prominentes de la Cordillera Blanca del departamento de Ancash.
Perpetuando de ese modo y
para siempre su amor irrenunciable, su mutua devoción y el querer consagrarse a
su pueblo.
Es así cómo se convirtieron
en nieve inmarcesible y en nuestros Apus tutelares.
Ahora se miran, se acunan e
intiman. Ambos se buscan y se juntan en noches de luna y de estrellas arrobadas
en el firmamento.
7.
El efluvio
del
amor
Hacen el amor en noches
serenas, que es cuando repentinamente se llenan de neblinas y rubores los
cerros que se reflejan en las fuentes que ellos han creado con sus lágrimas y
se atisban adorándose hacia el fondo de los celajes.
Entonces ella se sonroja y
se oculta detrás de él que es severo e imponente.
Es cuando el agua de la
laguna que está al pie se remueve y acompasa y luego produce grandes oleajes; a
veces como quejidos hondos y agitados de olas que golpean contra las rocas y piedras
a su contorno y a su vera.
Se los siente revolverse
bajo las sábanas y compenetrarse. Ella se esconde en él, quien se hunde en su
vientre y la preña, que es cuando se la ve abultada.
Y que es cuando fructifican
las sementeras, aumentan las crías del ganado y es cuando nosotros los seres
humanos sentimos que el efluvio del amor inunda nuestras vidas.