miércoles, 10 de mayo de 2017

SOBRE SHACSHAS Y ATAHUALPAS - POR JOSÉ ANTONIO SALAZAR MEJÍA (REVISTA INTERNACIONAL "UN DÍA COMO HOY EN HUARAZ)

 
SOBRE SHACSHAS Y ATAHUALPAS

Por José Antonio Salazar Mejía 

Hoy, 10 de mayo se celebra el Día Central de la Octava de la fiesta del Señor de La Soledad y "su paso" el Señor de Mayo. Los danzantes lucen sus mejores prendas y danzan sin cesar sabiendo que ellos son portadores de los deseos y anhelos de los huaracinos. En estos cinco días de la Octava, los danzantes se transforman, se convierten en seres míticos, y su danza ritual es la expresión de una profunda religiosidad atávica.
 

 
Shacshas "Flor de Huaraz" 
bailando en el atrio del templo de La Soledad en Huaraz

Quienes tienen mayor éxito entre los danzantes son los Shacshas, danza emblemática de Huaraz, reconocida por el Ministerio de Cultura como Patrimonio Cultural de la Nación desde el año 2008. También están los Flecheros o Atahualpas, que sin vergüenza utilizan vestimentas de Pieles Rojas norteamericanos.

Estas dos danzas huaracinas, en la actualidad tienen gran suceso por haber sido adoptadas por los habitantes de los barrios periféricos, contradiciendo la tradición de que los danzantes son campesinos y venían de los caseríos, como aún lo hacen los Huanquillas y Antihuanquillas.

Asistimos a una etapa en la que tanto Shacshas como Atahualpas gozan de un gran predicamento, especialmente entre el elemento juvenil, lo que a mi modo de ver, garantiza la supervivencia de estas dos danzas por muchos años. 
 

Jóvenes y niños 
integran los nuevos grupos de Shacshas

Ya lo explicaba el antropólogo brasileño Aristóteles Barcelos: "en Huaraz hay costumbres que de acuerdo a su posicionamiento y a la necesidad de reconocimiento de determinados grupos sociales, van adquiriendo mayor fuerza y legitimidad". Este es el caso de las dos danzas que comentamos.
 
Haciendo un poco de historia, es luego del sismo del 70 que la danza de los Shacshas, danza de origen agrícola que se baila también en Carhuaz, Yungay y Huaylas, toma un nuevo aliento en Huaraz cuando José Torres Ocaña que toca muy bien "la chiska", pasa a residir en El Pedregal y anima a un grupo de jóvenes a interesarse por la danza. Convocó a la ahora famosa "Lola" Sánchez como "mayorala" y el resto es ya conocido. Ese grupo, "Corona del Señor de Mayo" se dividió y empezaron a surgir una serie de nuevos grupos que pusieron su carga citadina: se olvidaron de las reglas sobre música y vestimenta, adoptando melodías modernas y cubriéndose de colorines. El resultado es lo que tenemos, de un lado grupos que conservan la tradición como "Flor de Huaraz", "Corona...", "San Miguel" y el de Romerito; mientras que los nuevos grupos han innovado cambiando el chicote por los pañuelos, luciendo enormes penachos en la montera y "monillos" estravagantes. 
 
  
El Señor de Mayo,
 llamado "el Paso" del Señor de la Soledad

Los Atahualpas tienen su origen en los años 50, cuando llegaron de Paramonga jóvenes migrantes influenciados por el cine y las películas de vaqueros, queriendo rendir homenaje al Señor de la Soledad con una danza nueva. Y su éxito fue colosal, a tal punto que pronto en Vichay, barrio periférico, les surgió un grupo que les hacía la competencia. Ahora, ya no vienen de Paramonga, tenemos acá en Huaraz diversos grupos de Atahualpas, Aguarunas, Flecheros, Pieles Rojas que han pasado a ser parte de los danzantes del Señor de Mayo.
 
 
Un grupo de Atahualpas 
ingresando al templo para saludar al Señor

Como conclusión, las expresiones culturales no son estáticas, tienen su propia dinámica. Así como han desaparecido la danza llamada "Yurigua" de Paria y las Pallas de Huamarín, así como ya no se ven muchos Huanquillas y Antihuanquillas, tenemos profusión de grupos de Shacshas y Atahualpas. Y algo más, ahora se ha incorporado el elemento femenino a las danzas que eran exclusivamente varoniles.

En Ancash no tenemos danzas de pareja. O bien son de varones: Negritos, Shacshas, Atahualpas, Huanquillas, Antihuanquillas, Turcos, Capitanes, Huancas, etc, o bien son de damas, como la inmensa variedad de Pallas que existen en todo Ancash. Pero ahora es común ver en Huaraz a jovencitas danzando Shacshas o Atahualpas. Otro signo de innovación.

Lo rescatable de todo esto es que se conservan los lineamientos básicos del por qué de la danza. No ha perdido su carácter ritual, se baila para el Señor de La Soledad en mayo no en en otra fecha, además, se conserva la promesa de bailar durante siete años y se respeta la tradición de bailar durante los cinco días de la Octava. Desde el 8 de mayo que es el "rompe", el día 9 "la Víspera", el gran día 10 "Día Central de la Octava", el 11 que se conoce como "Finado" y el último día, el 12 llamado "Colocación". El pueblo baila para el Señor de La Soledad en el entendido que las danzas le agradan en sumo grado, y en reciprocidad, Él, benévolo devuelve salud, trabajo, estudios, familia, y mucho amor a su querido pueblo huaracino.
 
 
El Señor de la Soledad 
bendice al pueblo huaracino
 
Fuente:
 
Revista Internacional "UN DÍA COMO HOY EN HUARAZ"