PROFUNDA RAÍZ Y FOLLAJE QUE SE ELEVA AL CIELO
Danilo Sánchez Lihón
Danilo Sánchez Lihón
1.
La cosmovisión más completa del mundo andino está contenida en el Mito de los Huaris, genuino y propio de la región de Ancash, urdimbre del imaginario de los pueblos en donde está plasmado del modo más integral la concepción que explica el origen del universo y el orden que adquieren fenómenos, seres y cosas de acuerdo al pensamiento mágico religioso del hombre andino.
Refiere el Mito de los Huaris que en el principio del mundo existía el humo y la oscuridad era total e indigna. Es el caos originario que permanece en el tiempo y habita también la posteridad en el confín de los tiempos.
Del humo surgió el mundo de arriba con sus celestiales moradores: el sol con su gran cabellera dorada, la luna que es su esposa con sonrisa de plata, y sus hijas que son las estrellas del cielo de alegre y juvenil talante y resplandor.
También personaje de ese mundo es el rayo súbito y tronante, el viento impetuoso que asola en las planicies, en los pajonales y en las cumbres de los cerros y colinas; y la lluvia, diosa fecunda y compasiva, a veces una desdichada que se deshace en llanto inconsolable que arrasa las sementeras, como el contemplativo, extasiado e imprevisible arco iris.
2.
De acuerdo al Mito de los Huaris, que es el sustrato del contenido de este libro, se creó el mundo de arriba y el otro que es el mundo de abajo. Pero del humo asimismo surgió otro mundo de armonía frente a lo opuesto y contradictorio, que como una sinfonía se interpuso entre los dos antagónicos y enemigos. Es la tierra seca, las lagunas y los mares estupefactos como los picachos nevados y todo lo que hay en la superficie de la tierra en donde ocurren nuestras vidas cotidianas.
Del humo también surgió el mundo de adentro con sus increíbles habitantes: los volcanes de lava hirviente, los ríos que afloran impetuosos y una raza de gigantes descomunales que eran los Huaris, energías ocultas y desbocadas que son las fuerzas creativas y átomos indomables. Son espíritus, tótems y semidioses.
Un elemento inherente en este Mito es la grandeza descomunal de cada personaje, donde todos son fuertes, vigorosos y de gran enjundia, que plasman y concretan obras de gran fortaleza y hasta de heroísmo, asuntos que luego se ven reflejados en la literatura que es el tema de este volumen.
Y hemos recreado lo que venimos refiriendo porque todos estos son elementos que luego se ven plasmados en el campo de la literatura y del arte en general que se cultiva en esta región propenso hacia lo sensible, lo íntimo y significativo, tal y cual el Mito en referencia que lo anuncia y predispone a serlo. En donde un elemento del mito es la fuerza.
3.
Estos hombres poblaron el Callejón de Huaylas maravillados por el esplendor de su naturaleza que se extiende en el Kay Pacha, y eso marca otro de los elementos de la literatura presentada con magnificencia en esta obra de Olimpio Cotillo, cual es su vínculo profundo y entrañable con el paisaje y el medio ambiente del lugar.
Y ello a partir de hombres recios, rijosos, marcados por el rayo, por esa eclosión magnífica que es la Cordillera Blanca.
Hombre de tierra adentro, telúricos y entrañables. Y sus mujeres delicadas como pétalos de flores. Si no, ¿por qué es en Ancash como peculiaridad de todo el Perú en donde tenemos tan arraigada la leyenda de Luis Pardo?
El aporte de estas tierras a la cosmovisión andina siendo así resulta fundamental, puesto que el Mito de los Huaris, recogido por Santiago Antúnez de Mayolo, es la base y el cimiento del pensamiento mágico religioso que fuera adoptado incluso por el imperio incaico que tiene y reconoce en los Huaris a los seres creadores por excelencia.
Y así como esta concepción del mundo, es en Ancash en donde se genera el Runa Sini, o el lenguaje de la gente, el idioma quechua que adopta asimismo el imperio del Tahuantinsuyo. Es decir cuenta con el contenido y con el continente que se da en el lenguaje, de allí que Ancash signifique lo germinal y creativo.
4.
Desde El Mirador de mi casa en Santiago de Chuco, todas las mañanas al despertar divisamos los nevados de la Cordillera Blanca.
Y lo refiero porque de esta presencia se desprenden algunas otras características del presente volumen y que quisiéramos destacar:
Y se dan por la presencia de estas hierofanías del Callejón de Huaylas que es un lugar mágico y sagrado.
Contemplados desde la lejanía, el diamante de las nieves perpetuas da una visión no solo de inmaculada hermosura en el cielo azulino sino de un encaje sublime y de misterio indescifrable.
La Cordillera Blanca es una realidad absoluta, con su cadena de picachos nevados.
Con sus lagunas espejeantes incrustadas en la roca antiquísima hacen el panorama y espectáculo más asombroso del planeta Tierra.
Teniendo al frente a la Cordillera Negra salpicada de casas, de pueblos, de caminos, con sembríos interminables frente a la belleza intocable de los glaciares.
5.
Y es lo que ha hecho que la literatura de esta región tenga el mismo encanto y la misma nívea transparencia y el mismo misterio impenetrable que recoge del carácter totémico, sagrado y de templos que tienen estas nieves.
Porque aseguro no hay paisajes en todo el contorno del universo más gloriosos, de mayor esplendor y maravilla que la Cordillera Blanca del departamento de Ancash en el Perú, aún más bello para contemplar el cielo estrellado o una tormenta en el mar.
Un paisaje sublime, sideral, cósmico, con las lagunas incrustadas en el granito blanco de las rocas.
Con el verde esmeralda y tropical de su floresta como un seno, como un enclave, como una gota de vida y de frescor en el mármol y el granito de la cordillera inescrutable.
La cosmovisión más completa del mundo andino está contenida en el Mito de los Huaris, genuino y propio de la región de Ancash, urdimbre del imaginario de los pueblos en donde está plasmado del modo más integral la concepción que explica el origen del universo y el orden que adquieren fenómenos, seres y cosas de acuerdo al pensamiento mágico religioso del hombre andino.
Refiere el Mito de los Huaris que en el principio del mundo existía el humo y la oscuridad era total e indigna. Es el caos originario que permanece en el tiempo y habita también la posteridad en el confín de los tiempos.
Del humo surgió el mundo de arriba con sus celestiales moradores: el sol con su gran cabellera dorada, la luna que es su esposa con sonrisa de plata, y sus hijas que son las estrellas del cielo de alegre y juvenil talante y resplandor.
También personaje de ese mundo es el rayo súbito y tronante, el viento impetuoso que asola en las planicies, en los pajonales y en las cumbres de los cerros y colinas; y la lluvia, diosa fecunda y compasiva, a veces una desdichada que se deshace en llanto inconsolable que arrasa las sementeras, como el contemplativo, extasiado e imprevisible arco iris.
2.
De acuerdo al Mito de los Huaris, que es el sustrato del contenido de este libro, se creó el mundo de arriba y el otro que es el mundo de abajo. Pero del humo asimismo surgió otro mundo de armonía frente a lo opuesto y contradictorio, que como una sinfonía se interpuso entre los dos antagónicos y enemigos. Es la tierra seca, las lagunas y los mares estupefactos como los picachos nevados y todo lo que hay en la superficie de la tierra en donde ocurren nuestras vidas cotidianas.
Del humo también surgió el mundo de adentro con sus increíbles habitantes: los volcanes de lava hirviente, los ríos que afloran impetuosos y una raza de gigantes descomunales que eran los Huaris, energías ocultas y desbocadas que son las fuerzas creativas y átomos indomables. Son espíritus, tótems y semidioses.
Un elemento inherente en este Mito es la grandeza descomunal de cada personaje, donde todos son fuertes, vigorosos y de gran enjundia, que plasman y concretan obras de gran fortaleza y hasta de heroísmo, asuntos que luego se ven reflejados en la literatura que es el tema de este volumen.
Y hemos recreado lo que venimos refiriendo porque todos estos son elementos que luego se ven plasmados en el campo de la literatura y del arte en general que se cultiva en esta región propenso hacia lo sensible, lo íntimo y significativo, tal y cual el Mito en referencia que lo anuncia y predispone a serlo. En donde un elemento del mito es la fuerza.
3.
Estos hombres poblaron el Callejón de Huaylas maravillados por el esplendor de su naturaleza que se extiende en el Kay Pacha, y eso marca otro de los elementos de la literatura presentada con magnificencia en esta obra de Olimpio Cotillo, cual es su vínculo profundo y entrañable con el paisaje y el medio ambiente del lugar.
Y ello a partir de hombres recios, rijosos, marcados por el rayo, por esa eclosión magnífica que es la Cordillera Blanca.
Hombre de tierra adentro, telúricos y entrañables. Y sus mujeres delicadas como pétalos de flores. Si no, ¿por qué es en Ancash como peculiaridad de todo el Perú en donde tenemos tan arraigada la leyenda de Luis Pardo?
El aporte de estas tierras a la cosmovisión andina siendo así resulta fundamental, puesto que el Mito de los Huaris, recogido por Santiago Antúnez de Mayolo, es la base y el cimiento del pensamiento mágico religioso que fuera adoptado incluso por el imperio incaico que tiene y reconoce en los Huaris a los seres creadores por excelencia.
Y así como esta concepción del mundo, es en Ancash en donde se genera el Runa Sini, o el lenguaje de la gente, el idioma quechua que adopta asimismo el imperio del Tahuantinsuyo. Es decir cuenta con el contenido y con el continente que se da en el lenguaje, de allí que Ancash signifique lo germinal y creativo.
4.
Desde El Mirador de mi casa en Santiago de Chuco, todas las mañanas al despertar divisamos los nevados de la Cordillera Blanca.
Y lo refiero porque de esta presencia se desprenden algunas otras características del presente volumen y que quisiéramos destacar:
Y se dan por la presencia de estas hierofanías del Callejón de Huaylas que es un lugar mágico y sagrado.
Contemplados desde la lejanía, el diamante de las nieves perpetuas da una visión no solo de inmaculada hermosura en el cielo azulino sino de un encaje sublime y de misterio indescifrable.
La Cordillera Blanca es una realidad absoluta, con su cadena de picachos nevados.
Con sus lagunas espejeantes incrustadas en la roca antiquísima hacen el panorama y espectáculo más asombroso del planeta Tierra.
Teniendo al frente a la Cordillera Negra salpicada de casas, de pueblos, de caminos, con sembríos interminables frente a la belleza intocable de los glaciares.
5.
Y es lo que ha hecho que la literatura de esta región tenga el mismo encanto y la misma nívea transparencia y el mismo misterio impenetrable que recoge del carácter totémico, sagrado y de templos que tienen estas nieves.
Porque aseguro no hay paisajes en todo el contorno del universo más gloriosos, de mayor esplendor y maravilla que la Cordillera Blanca del departamento de Ancash en el Perú, aún más bello para contemplar el cielo estrellado o una tormenta en el mar.
Un paisaje sublime, sideral, cósmico, con las lagunas incrustadas en el granito blanco de las rocas.
Con el verde esmeralda y tropical de su floresta como un seno, como un enclave, como una gota de vida y de frescor en el mármol y el granito de la cordillera inescrutable.
Y así su literatura es un conjunto espléndido de montañas tutelares, cerros nevados y venerables, entre los cuales no cabe destacar a ninguno ni mencionar a uno solo que se incluyen en esta antología a fin de mantener la idea de conjunto.
6.
Es bastante reconocida la prestancia de las letras ancashinas, en gran parte animadas e impulsadas por la substancia de las culturas ancestrales que en su suelo florecieron.
Donde es proverbial el sustento de mitos y leyendas que las alientan y estructuran. También por la historia convulsa, intensa y apasionada en que con frecuencia se ha visto envuelta, como por la sensibilidad y la conciencia cultural de las personas que conforman su tejido social.
Se sabía acerca de la profusión y calidad de esta literatura. Sin embargo no teníamos la visión panorámica que permitiera apreciarla integralmente y en toda su magnitud. Y he allí lo interesante del aporte de Olimpio Cotillo, de poder verla ahora reunida en un corpus organizado y panorámico, y admirar su riqueza, su variedad y su excelencia.
Acometer un trabajo como este, como lo ha realizado su autor, ya es un acto de arrojo, de coraje y osadía. Y en la dimensión de dicho arrojo son los resultados obtenidos, de una obra que resulta fundamental haberlo logrado, lo que supone una cuota muy alta de desvelo, tesón y constancia, necesaria para saber sopesar, equilibrar y poner todo en su justa medida como es uno de los primeros logros y aciertos aquí alcanzados.
7.
Su importancia es fundamental porque principalmente fortalece la identidad regional, hace más visible el ser colectivo de una región, porque permite tomar conciencia de cómo somos y de qué modo y hacia qué derrotero avanzar.
Significa adhesión, compromiso y filiación a un ámbito y espacio cultural determinado y en el caso de la región de Ancash deviene en sagrado.
Porque son peculiaridades regionales de esta literatura como tendencias generales: su compromiso social, la raigambre que establece con el mundo ancestral, la relación tan estrecha que establece con la naturaleza, y ser solidaria con el dolor de la gente.
Con ello de lo que se trata es de fijar bien nuestras raíces y nuestros cimientos para poder rastrear con la mirada y con los brazos nuevas rutas siderales e identificar luceros en el alba.
Afirma algo importante de fijar, cuál es nuestra identidad y el ligarse a la tierra de origen. Se visualiza en ella el proceso literario de una región pródiga en escritores como es el departamento de Ancash.
8.
En nuestro país es importante afianzar las literaturas regionales porque de ese modo se plantea por su contundencia renovar toda la visión y el panorama de la literatura nacional y del arte en general.
Pensar la literatura a partir de las literaturas locales es ineludible a fin de invertir la pirámide, porque es el modo magistral de poner sobre la mesa la brújula que permitirá orientarnos mejor y adoptar las mejores opciones reconociendo que la literatura es un poliedro y un prisma. Significa organización, conciencia e identificación.
Pero no solo ese es el mérito que reúne una obra como esta que integra un panorama extraordinariamente rico de autores y textos representativos, sino es una obra que abarca quizá cien años de la tradición literaria regional, rescatar el patrimonio cultural de Ancash, cual es su literatura ciñendo multiplicidad de géneros y temas.
Que esta obra sea un compendio, una especie de recolección de textos valiosos ya es un resultado meritorio, pero lo es con creces si es que además se hace, como aquí se cumple, un aporte crítico y un recuento minucioso de la obra publicada por cada uno de los autores seleccionados lo cual constituye un rescate importante para la memoria de lo que nunca debe perderse.
9.
Literaturas regionales que están más pegadas a la vida, a la realidad, a los problemas reales de una sociedad y que solo son posibles urdirlas cuando la hacen autores insertos profunda e intensamente en su medio, como es el caso de Olimpio Cotillo, que le permite alcanzar un conocimiento cabal e informar desde dentro, como lo hace él cuyos enfoques críticos corresponden directamente a la realidad que vive y desde la cual extrae perlas primorosas de textos inhallables.
Poetas y narradores de aldea que han conquistado el mundo. Por eso proclamo aquí, que este es un eje, un volcán y un hoyo promisorio y fecundo.
César Vallejo expresaba: lo más admirable en la planta no es la flor sino la raíz. Y los textos de esta antología son raíces aunque parezcan flores.
Así, la acción de Olimpio Cotillo es poner las bases del cimiento de lo que es un futuro promisorio de las letras ancashinas. Trabajar en las bases de la casa o del muro es lo importante y él lo ha hecho, donde el personaje central y protagónico de esta obra son los libros publicados por los autores antologados, aunque son muchos más libros que nacen de la tierra y forman parte de los frutos que este suelo nos prodiga.
10.
Hay un componente importante en este libro de lo que es afirmación regional, mientras más las fortalezcamos ha de ser mucho mejor, porque son visiones integradoras que le dan coherencia a un conjunto de obras y manifestaciones literarias surgidos en forma dispersa.
Realizar esta obra pone de manifiesto la profesión de fe de su autor, del apego que guarda por las entrañas de su tierra natal, de suscribirse como un ser arrobado, extasiado y enamorado de su comarca nativa.
Hacer un texto como este significa devoción y consagración a la tierra, a nuestra heredad. Significa querer legar lo mejor a las generaciones futuras. Significa ser guías, maestros y conductores de pueblos.
Obra que nos llena el alma de regocijo, del aire transparente, lúcido y fragante de la tierra. Y es que Ancash es esencia y es ámbito cultural, es horizonte y raíz proficua y profusa, es densa e intensa lluvia creadora, amplia y profunda raíz hacia el fondo de la tierra, como también follaje que se eleva hacia el cielo y hacia la eternidad.