SANTA GUITARRA PERUANA
Por Regulo Villarreal Dolores
Por Regulo Villarreal Dolores
1
Santa guitarra peruana, no me dirijo a tu femenina figura de silencios notariales, sino, a la intimidad monologante de tus cuerdas que, cual palafitos de azares, congregan en las tardes, horas transcurridas, para armar las nostalgias del día.
Me acerco a la reincidencia de torbellinos flotando en las pestañas y al desdén de oropeles antiguos y recientes; para hablarte del Perú y sus manos entrelazadas en sueños, celebrando la brevedad de una sonrisa, acompañando frustraciones.
Y todas las frustraciones saben a lágrimas amargas, y, la humanidad recuesta su esperanza en los punteos de una nota musical como oración de fe.
Santa guitarra peruana, con tus seis cuerdas tensadas de delirios, eres desnudez de naufragios; jeroglífico de heridas, desempolvando arpegios de carne en laberintos autistas.
En tu círculo polisémico se forman escaleras de plata, mojados bordoneos de cuitas y abismos en donde la vanidad de los remordimientos busca culpables en los inocentes y sus clarividencias de incógnitas, proclamando espacios filosóficos marcando linderos del ser y el estar.
2
Y te lo dice un comunero que no finge funerales de añoranzas en horas de luchas, sino, mide peldaños de relámpagos, para acortar los 500 años de espinas que median entre el destino y la desgracia, entre el azar y la maldad amparada por dioses usureros.
Y no hay conformidad en la velocidad de los sueños, una vez descubierta la flecha que viaja a las raíces, armando el gran lego del complejo lactado por la Republica, con hiperbólica adoración por lo extranjero, por despreciar su propia identidad.
3
Santa Guitarra Peruana,, otrora oleada de leones olisqueando potros invasores de Santiago el Apóstol, ahora, puma andina, armando jornadas de brumas de cantinas y alfabetos orientando cábalas de promesas y luceros descubriendo la nacionalidad del hombre, que no es solo su lugar de origen, sino, su identidad con la justicia.
Eso es lo que eres tú guitarra peruana: código de identidad humana en versión nacional por la justicia.
4
En tu choque de cinceles y gemir de viento, caben el dolor de todas las vigilias.
Los apostolados de tus seis cuerdas, transforman corazones en lámparas sonrientes.
Tu madero de sonoras alturas nazarenas, sostiene la divinidad de los relámpagos sagrados de la solidaridad.
Eres báculo de hermandad, esencia de amor humano redimiendo cruces, para construir el gran puente conduciendo a la justicia con pan sonriente.
Santa Guitarra Peruana, beso trémulo y rostro de confidencias familiares, orientando cometas y conciencias, eres el astro tembloroso del consuelo y la redención.
5
Eres el fondo candente del alma, astro por donde viaja Melgar con su carroza de yaravíes, recogiendo sufrimientos peruanos, para recostarlos en solidaridad del lenguaje y luz, tintineando nombres de mujeres y explicarndo los abismos del espíritu que nunca descansa, cuando ama.
Silvia es el Perú, que espera la reconquista amorosa de su destino de harawi antiguo para el yaraví de todos los tiempos.
6
Así, explicando la heroicidad de los suspiros, cual refrán iluminando templos de las dudas, penetrando ilusionadas bolas de cristal, ayúdanos a recuperar el Perú para los peruanos , no dejarlo solo para yanqui o japoneses, pavoneando plata como cancha, hecha de la pobreza nacional.
Santa Guitarra Peruana, que argumentas fertilidad de las tinieblas y consuelas a quienes sufren de ausencias, senos pronunciamiento de gritos metálicos como espíritu nacional, y empuñando pétalos, dudando y sudando la existencia que nos corresponde, acércanos al encadenamiento voluntario de la pasión como visión amorosa por una mujer como por un país universal con raíces peruanas.
Mariano Melgar es exponente y ponente eterno de pasión como visión liberadora a través del harawi. Y tú, guitarra peruana, sangre viva de la identidad humana pulsada por Pinglo Alva, Jacinto Palacios, Oscar Aviles, Raúl García Zárate, Daniel Quirwayo guitarreros militantes del Perú, dando coherencia a la conciencia Nacional con los velámenes de valses, marineras, huaynos y chuscadas.
7
Ven, guitarra compañera. Brindemos por el altar de tus calles de rebeldías, en donde comienza todo y en donde termina todo.
Brindemos por las fervorosas llamaradas espirituosas a pico de botella, porque tu generas Comunidad, como intenso impacto del equilibrio y la fraternidad.
Comunidad, voz del festín del orgullo, en donde el individuo fortalece su piedra sagrada titulándose de persona humana.
La comunidad, como suma de individuos conformando la sinfonía existencial, desplaza al individualismo y su ladrido de orfandad como porrazos de antorchas apagadas.
El Perú, para su redención, necesita individuos con personalidad; personalidades pisando vituperios alargados de caudillos que combaten liderazgos.
El Perú, fiera sin orbitas conocidas, necesita lideres de la dignidad, antes que caudillos genflexos sin amor propio.
Santa Guitarra Peruana, Con tu crónica de caos y resplandor de multitudes como auroras, transforma desconciertos, en lucidez.
Tú, más que la palabra o la metralla, convocas conciencias, y el Perú, para seguir siendo una Nación, necesita recuperar su conciencia y abandonar la disyuntiva vergonzosa de escoger para su “nacionalidad”, entre dos ladrones: o, un yanqui de sarcasmos, o, una nipona de muecas amoscadas.
Santa Guitarra Peruana, hundiendo tus dedos en la oscuridad y la luz de los tiempos, sacude en llanto a peruanos de las propinas y sacude en abismos reflexivos a peruanos que matan a peruanos por propinas ensangrentadas por inversiones extranjeras.
Régulo Villarreal Dolores
C.31.10.16
NEPER Perú Caminante
Literatura Caminante para una historia en Marcha.
Santa guitarra peruana, no me dirijo a tu femenina figura de silencios notariales, sino, a la intimidad monologante de tus cuerdas que, cual palafitos de azares, congregan en las tardes, horas transcurridas, para armar las nostalgias del día.
Me acerco a la reincidencia de torbellinos flotando en las pestañas y al desdén de oropeles antiguos y recientes; para hablarte del Perú y sus manos entrelazadas en sueños, celebrando la brevedad de una sonrisa, acompañando frustraciones.
Y todas las frustraciones saben a lágrimas amargas, y, la humanidad recuesta su esperanza en los punteos de una nota musical como oración de fe.
Santa guitarra peruana, con tus seis cuerdas tensadas de delirios, eres desnudez de naufragios; jeroglífico de heridas, desempolvando arpegios de carne en laberintos autistas.
En tu círculo polisémico se forman escaleras de plata, mojados bordoneos de cuitas y abismos en donde la vanidad de los remordimientos busca culpables en los inocentes y sus clarividencias de incógnitas, proclamando espacios filosóficos marcando linderos del ser y el estar.
2
Y te lo dice un comunero que no finge funerales de añoranzas en horas de luchas, sino, mide peldaños de relámpagos, para acortar los 500 años de espinas que median entre el destino y la desgracia, entre el azar y la maldad amparada por dioses usureros.
Y no hay conformidad en la velocidad de los sueños, una vez descubierta la flecha que viaja a las raíces, armando el gran lego del complejo lactado por la Republica, con hiperbólica adoración por lo extranjero, por despreciar su propia identidad.
3
Santa Guitarra Peruana,, otrora oleada de leones olisqueando potros invasores de Santiago el Apóstol, ahora, puma andina, armando jornadas de brumas de cantinas y alfabetos orientando cábalas de promesas y luceros descubriendo la nacionalidad del hombre, que no es solo su lugar de origen, sino, su identidad con la justicia.
Eso es lo que eres tú guitarra peruana: código de identidad humana en versión nacional por la justicia.
4
En tu choque de cinceles y gemir de viento, caben el dolor de todas las vigilias.
Los apostolados de tus seis cuerdas, transforman corazones en lámparas sonrientes.
Tu madero de sonoras alturas nazarenas, sostiene la divinidad de los relámpagos sagrados de la solidaridad.
Eres báculo de hermandad, esencia de amor humano redimiendo cruces, para construir el gran puente conduciendo a la justicia con pan sonriente.
Santa Guitarra Peruana, beso trémulo y rostro de confidencias familiares, orientando cometas y conciencias, eres el astro tembloroso del consuelo y la redención.
5
Eres el fondo candente del alma, astro por donde viaja Melgar con su carroza de yaravíes, recogiendo sufrimientos peruanos, para recostarlos en solidaridad del lenguaje y luz, tintineando nombres de mujeres y explicarndo los abismos del espíritu que nunca descansa, cuando ama.
Silvia es el Perú, que espera la reconquista amorosa de su destino de harawi antiguo para el yaraví de todos los tiempos.
6
Así, explicando la heroicidad de los suspiros, cual refrán iluminando templos de las dudas, penetrando ilusionadas bolas de cristal, ayúdanos a recuperar el Perú para los peruanos , no dejarlo solo para yanqui o japoneses, pavoneando plata como cancha, hecha de la pobreza nacional.
Santa Guitarra Peruana, que argumentas fertilidad de las tinieblas y consuelas a quienes sufren de ausencias, senos pronunciamiento de gritos metálicos como espíritu nacional, y empuñando pétalos, dudando y sudando la existencia que nos corresponde, acércanos al encadenamiento voluntario de la pasión como visión amorosa por una mujer como por un país universal con raíces peruanas.
Mariano Melgar es exponente y ponente eterno de pasión como visión liberadora a través del harawi. Y tú, guitarra peruana, sangre viva de la identidad humana pulsada por Pinglo Alva, Jacinto Palacios, Oscar Aviles, Raúl García Zárate, Daniel Quirwayo guitarreros militantes del Perú, dando coherencia a la conciencia Nacional con los velámenes de valses, marineras, huaynos y chuscadas.
7
Ven, guitarra compañera. Brindemos por el altar de tus calles de rebeldías, en donde comienza todo y en donde termina todo.
Brindemos por las fervorosas llamaradas espirituosas a pico de botella, porque tu generas Comunidad, como intenso impacto del equilibrio y la fraternidad.
Comunidad, voz del festín del orgullo, en donde el individuo fortalece su piedra sagrada titulándose de persona humana.
La comunidad, como suma de individuos conformando la sinfonía existencial, desplaza al individualismo y su ladrido de orfandad como porrazos de antorchas apagadas.
El Perú, para su redención, necesita individuos con personalidad; personalidades pisando vituperios alargados de caudillos que combaten liderazgos.
El Perú, fiera sin orbitas conocidas, necesita lideres de la dignidad, antes que caudillos genflexos sin amor propio.
Santa Guitarra Peruana, Con tu crónica de caos y resplandor de multitudes como auroras, transforma desconciertos, en lucidez.
Tú, más que la palabra o la metralla, convocas conciencias, y el Perú, para seguir siendo una Nación, necesita recuperar su conciencia y abandonar la disyuntiva vergonzosa de escoger para su “nacionalidad”, entre dos ladrones: o, un yanqui de sarcasmos, o, una nipona de muecas amoscadas.
Santa Guitarra Peruana, hundiendo tus dedos en la oscuridad y la luz de los tiempos, sacude en llanto a peruanos de las propinas y sacude en abismos reflexivos a peruanos que matan a peruanos por propinas ensangrentadas por inversiones extranjeras.
Régulo Villarreal Dolores
C.31.10.16
NEPER Perú Caminante
Literatura Caminante para una historia en Marcha.