martes, 18 de octubre de 2016

EN EL DÍA MUNDIAL DEL ABRAZO - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)



 
JULIANCITO:
 
UN ABRAZO POR UNA SONRISA 
 
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
 
Domingo azul en Chiquián de 1960. Tengo 10 años y dos meses de edad. Es 29 de agosto, día de avellanas rubricando el cielo de fiesta, en homenaje a Santa Rosa de Lima, patrona del pueblo. La risa de los niños de lozana primavera cuaja la mañana de celosía multicolor. Los balcones de aliso del jirón Comercio aguardan silenciosas la Entrada, que en horas de la tarde del 1 de septiembre empezará en la plazoleta de Quihuillán.
 
Voy camino al barrio de Shulu, atraído por los sones de la banda de Mangas. Llego a la esquina de Comercio con Tarapacá, y allí está parado Juliancito, nuestro "Mudito de Huasta", esperando que las tiendas abran sus puertas solidarias.
 
Son las 7 de la mañana, Chiquián va despertando de la Salva con el padre Sol que pinta de oro y rubí los tejados añejos. Jualiancito me tiende su mano derecha y no tengo pan, tampoco una moneda que ofrecerle, mis bolsillos están vacíos, pero no mi pequeño corazón que se inflama, le doy un fuerte abrazo, él me regala una sonrisa que se perenniza en mis latidos. Con seguridad, la misma emoción siente el sendero cuando abraza al camino, el arroyo al río y éste cuando abraza al ancho mar en un canto de libertad. Abrazos y sonrisas, amplios caminos y ríos inagotables que conducen al supremo amor: el amor al prójimo por obra y gracia de Dios...

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Aquel 29 de agosto, una vez más comprendí que la sonrisa es el camino más corto hacía el corazón humano, y pinta de alborada el espíritu; que el abrazo es el lazo que une con más fuerza a los seres vivientes, abre horizontes y alivia las heridas. Hoy, 3 décadas después, la sonrisa de Juliancito sigue iluminando con la misma intensidad mis pasos que van hacia ti, simpre hacia ti: amado paisano, amigo, hermano mío.
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Parientana, 30 AGO 1991 


Fuente:
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