MI PUEBLO QUERIDO. EN PROSA Y EN VERSO (2016)
Por Walter Vidal Tarazona
Es la segunda edición de LLAMELLÍN EN PROSA Y EN VERSO (2003)
Aquí un trocito de la introducción (como
muestra):
HEMOS PERDIDO LA GRAN OPORTUNIDAD DE
CAMBIAR
Nos preguntábamos en la Introducción a la primera edición de nuestro Libro (Llamellín. En Prosa y en Verso, 2003), sin intenciones de copiar ni calcar el pensamiento del amauta J.C. Mariátegui, pero sí de contextualizarlo en este mundo de hoy de violentos cambios tecnológicos ¿Cómo peruanizar el Perú sin limeñizar Lima, cómo peruanizar el Perú sin antes llamellinizar Llamellín…? ¿Cómo globalizarlos nosotros mismos sin antes de haberlos identificado como nación plena, sin haberlo identificado como pueblo andino, en fin, sin haber construido nuestro propio modelo de desarrollo, para solucionar algunos de nuestros problemas cruciales, como la centralización a la que nos han conducido nuestras propias limitaciones y nuestros políticos no preparados para gobernar.
A nuestra patria chica, simplemente
la hemos abandonado a su suerte. Pero muchos de sus hijos aún queremos revertir
este proceso limitante; queremos raimondinizar a “Antonio Raimondi”,
conociéndola, amándola, y preocupándonos por su progreso. El principal
propósito de esta segunda edición de nuestro libro es eso. Contribuir a que se
empiece por hurgar su pasado, por recordarlo y tenerlo en cuenta siempre, apoyándolo en su progreso cada cual
con lo que más tiene. Nosotros, con lo que pensamos sabemos hacerlo mejor: con
nuestra evocación lírica y los pocos conocimientos adquiridos sobre su
realidad. Sabemos lo que el porvenir nos
va a reclamar a sus hijos conscientes; por ejemplo en economía, a sus
emprendedores regados por otras partes les dirá: por qué no abrieron pequeños
ejes industriales, básicamente en el agro, rehaciendo nuestros andenes pero sin
contaminarlas con procesos y procedimientos esterilizantes, como plaguicidas,
pesticidas, insecticidas y detergentes. ¿Es difícil buscar un crecimiento ordenado
sin deteriorar la calidad del suelo, del
aire y del agua? No necesitamos crecer rápido mientras no seamos constructores
de nuestra propia tecnología. Es la calidad del crecimiento y no su ritmo la
que va a determinar el equilibrio hombre-naturaleza. Estamos tentados a pensar
que si la iniciativa de desarrollo no vino/no viene de arriba (gobierno), por qué no puede salir de abajo, de las bases e ir hacia arriba como
fue el pensamiento de Raimondi.
Acabamos de ser actores de las
últimas elecciones (primera vuelta: 2016), y el colofón ha sido que todavía no
nos atrevemos a cambiar. Siempre caemos en la estrategia de escoger al menos
malo. En este caso ambos candidatos que pasaron a la segunda vuelta son los que
están más cerca a los grupos del poder que siempre han gobernado nuestro país.
Hemos perdido la gran oportunidad de cambiar.
Finalizamos esta introducción
poniendo en manos de nuestros amables y muy caros lectores, las páginas de esta
obra reflexiva hecho no tal vez con
pericia, pero sí con mucho amor. Gracias mil por leernos, algo sano y bueno
pero tarea difícil de emprenderlo en este tiempo avasallador.