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EL TRABAJO ES UNA BENDICIÓN DE DIOS
Por Juan José Alva Valverde (Pepe)
“El trabajo es una bendición de Dios”. Siempre he pensado que esta frase encierra todo lo concerniente al TRABAJO y sus repercusiones, porque pienso que gracias a esta actividad podemos realizarnos, llevando a acabo nuestros objetivos, ya sea tratando de superarnos en el campo en que nos desenvolvemos, adquiriendo más conocimientos de acuerdo al avance cotidiano de todas las ciencias; tratando que nuestros hijos asistan a escuelas mejores a la que nosotros asistimos, y obstinándonos porque culminen con éxito la profesión que de acuerdo a su vocación eligieron; tratando de adquirir una casita para cobijarnos y vivir bajo un techo, abrigados por el amor de padres e hijos, y finalmente tratando de tener una mejor calidad de vida.
Conozco a varias personas que se han realizado a base de esfuerzo y sacrificio, mi admiración y mis felicitaciones, ellos saben que me refiero con mucho respeto; salieron con nada que sus pobres padres les pudieron ofrecer allá en nuestro Chiquián querido, empujados por el ansía de ser alguien, y de tener algo, se partieron el alma trabajando desmedidamente, algunos lograron una profesión, la mayoría un oficio, otros consiguieron un empleo, algunos formaron o son socios de una empresa, otros forman parte del alguna institución castrense; pero todos ellos viven disfrutando de lo que sembraron; quiero decir de lo que se sacrificaron; cuántas veces tuvieron que pasar saliva viendo los pollos a la brasa hornearse en el Súper Gordo, El Kikiriqui, o el Siete Sabores, por priorizar gastos de agua, luz o alquiler del cuartito donde vivian; cuántas veces dejaron de viajar y participar en la Fiesta de Santa Rosa en Chiquián, porque el hijito enfermó y los ahorros para tal fin tuvieron que cubrir el costo de medicamentos y médicos; cuántas navidades sin pavo ni cenas de noche buena, solo chocolate caliente y panetón de bolsa, y sin regalos; dolía decir “FELIZ NAVIDAD"; cuántas veces se tuvo que parchar los uniformes escolares de los hijos o voltear los cuellos de camisas y seguir usándolos porque en la maleta marca "leche gloria" solo tenías tres; por ello y todo lo que no se puede exteriorizar para evitar que la cicatriz calcinada con el transcurrir del tiempo, se abra, te queme el alma y sangre el corazón; mis felicitaciones y un abrazo fraterno y sincero en este 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajo.
Estoy seguro que el Caldo de fiesta con 1/4 de res y su aderezo de ají tostado hervirá en el perol sobre el fogón atizado con leña de los árboles del fundo de mi tío Papi Rivera, así como el jaca locro (locro de cuy) con su nahuin y cancha tostada en cantidad y calidad, que serán saboreados por la familia en pleno, inclusive por los nietos limeños, pero con sangre serrana, sangre roja del Cahuide, sangre verde y blanca del Tarapacá, o sangre dorada y azul del Alianza Chiquian. Pachamanca al estilo Espejito del Cielo, con dos carneros por horno, bien aderezados con chinchu (huacatay serrano), papas grandes, choclos tiernos, habas en cantidad, ocas soleadas, humitas dulces y saladas, y dos moldes de queso añejo dentro de una olla; todo ello cubierto con yerbas aromáticas, estarán en su punto, ya sea en el fundo camino a Canta, del estimado Lucho Lara, o en la casa del amigo Víctor Tadeo, Eduardo Martin Cerrate, Herberto Aldave, "Pacho" Pablo Díaz, y de tantos otros amigos, cultores y difusores del arte culinario de Chiquián querido. Don Faustino Villafuerte Valverde, hermano de mi madre, aficionado y goloso de las carnes, cuyes y conejos a la parilla, degustará celebrando un día tan importante, en compañía de sus queridos hijos, esposa y la cofradía de buena cantidad de amigos que tiene; una abrazo fraterno querido tío Paco, eres un buen referente de laboriosidad y sacrificio, en casa siempre te tenemos presente.
Es meritorio mencionar y saludar en este día trascendental, a los amigos que emigraron en busca de un porvenir mejor, algunos dejaron padres, otros conyugue e hijos. Partieron con el corazón y la mente en Espejito del Cielo, tratando tal vez de enjugar una lágrima, o silenciar un suspiro, porque pensaron y tuvieron razón, que el objetivo, la meta, estaba donde se dirigían; un abrazo afectuoso a los amigos en los yunaites; Abel Alvarado Romero (Payo), Hugo Durán Silva, Armando Zarazú, Erick Morán Alva; en Venezuela a mi amigo de infancia, Oswaldo Pardo Loarte; en Japón, a mi promoción Edgar Alvarado Vicuña.
Aquí en nuestra patria amada, un saludo y abrazo de un noble corazón Chiquiano, modesto y sencillo como buen hijo de pueblo, a todos mis amigos y compañeros de estudios de la entrañable 378, del glorioso “Coronel Francisco Bolognesi” y del querido Alianza Chiquián; hombres y mujeres de bien, trabajadores manuales o intelectuales, algunos dedicados al campo agropecuario y sus derivados, pero de buenos sentimientos, sinceros, honestos; un abrazo hermano Vladimiro Reyes Gamarra, amigo Carlos Castro Carrera; estimado Agustín Zúñiga Gamarra (Acucho). A nombre de ellos un abrazo a todos.
Sintámonos orgullosos de haber nacido en el Espejito del Cielo, de haber bebido sus aguas límpidas y cristalinas de Oro puquio o Parientana, de tener como terruño una acuarela de verdor con un serpenteante plateado Aynin y un majestuoso Yerupajá, y ser devotos de Santa Rosa de Lima y San Francisco de Asís.
¡FELÍZ DÍA DEL TRABAJO!
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