PATRIMONIO UNIVERSAL: FIESTA DE LA CANDELARIA
Agujas amarran colores vistosos
en noches estrelladas en vestidos,
las botas al amanecer sacan brillos
y las máscaras alivian sus pesos.
Los peroles elevan temperaturas,
los platos forman colas,
el agua fluye al estómago,
los bombos y tambores repican.
Los cerros reciben las avellanas
que irrumpen en el cielo,
anunciando la llegada
de la fiesta con los muchos apus.
Se prenden los faroles y lámparas,
arrancando las percusiones y vientos.
Los pies aligeran talcos y pasos
disfrutando grandes coreografías.
Las comparsas se multiplican
con banderolas en avanzada.
Los trajes de luces cautivan,
El Titicaca complacido bendice.
Los Aimaras y Quechuas orgullosos
se hermanan en calor con lejanas razas,
por una promesa o bendiciones recibidas
y danzan en sudor todos unidos.
Fiesta de amor y mundial amistad
Gratitudes en sonrisas en flor salvaje
Sudores rebalsan los poros
Mama Candelaria en vigilia.
Millones de pasos regados
en camino al parque El Pino,
en su santuario esperando
está la Virgen de la Candelaria.
Fiesta de hermandad
sentimiento y devoción,
gratitud y promesa eterna:
declarado Patrimonio Universal.
Juan Rodríguez Jara.