domingo, 7 de febrero de 2016

ACUCHO - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)



ACUCHO

Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)


¡CÓMO PASA EL TIEMPO SHAY!

Hace 11 años celebramos en el Club Chiquián los 50 fructíferos febreros de AGUSTÍN RICARDO ZÚÑIGA GAMARRA, llamado cariñosamente "ACUCHO"; yo le digo: ¡Acuchito, papachito! con el más intenso sentimiento chiquiano. Cinco años después apagó 55 velitas en el calor del hogar familiar de nuestra amada urbanización Ingeniería. Hoy apaga 61, e ingresa por la puerta grande a la época más serena de la existencia.

Hace varias décadas ya, que desde el empinado paraje "Los Pinos" de Huaraz, donde estudiaba la Secundaria, bajo el rigor académico del Seminario San Francisco de Sales, se lanzó como avellana a la conquista de sus sueños en la Capital de la República, la tierra prometida de los provincianos de las tres regiones naturales, no: "Lima la horrible", como la catalogan contados ingratos.

Ingresó a la Universidad Nacional de Ingeniería a la vanguardia de los postulantes, lejos de los cenáculos artísticos y literarios, pero sin desligarse del canto chiquiano con arpa, violín y sordina, tampoco del deporte rey. Este último, en el que desde siempre impone su talento creador frente a sus ocasionales adversarios, con esa rebeldía natural y la experiencia cada vez más creciente que no se logra leyendo libros, sobre cómo hacer goles de "guacha", "chalaca" o de "taquito", sino en la cancha, haciendo funcionar la cabeza y los pies al unísono del corazón.

Durante su fecunda vida ha subido a pulso todos los peldaños académicos de su profesión, tanto en el Perú como en el extranjero, coronando con éxito la cima más alta, que le ha valido para desempeñarse en cargos de suma responsabilidad. A la par, contagiado por los coterráneos que aún sufren los estragos del desarraigo por el huayco migratorio de los setentas, ensaya la vena popular en los albores del Tercer Milenio, y no tarda en descubrir su genio narrativo y poético que hoy florece para beneplácito de las letras chiquianas, y alentar con cariño la difusión del conocimiento científico, a través de sus portales virtuales y programas radiales, con gran acogida a escala internacional por las mentes ávidas de aprender, en circunstancias que la ciencia, la tecnología y la innovación no son prioridad para los gobiernos de turno, pese a ser conocedores, en demasía, que el conocimiento es la mayor riqueza que un país puede ostentar sin dañar el medio ambiente y exportarlo en abundancia a los cinco continentes para provecho de la Humanidad.

En su narrativa y poesía no se olvida de la primera lluvia, aquella que deja su fresco aroma entre el corazón y la mente. Así su amado "Agocalle", donde fue campeón caminando en zancos, saltando con garrocha y ganando bolsillos tras bolsillos de chillanditas, renace en cada despertar, porque ese sentimiento de amor por la Patria Chica que se incrusta en la infancia, permanece indeleble en la memoria.

Hoy, que los caminos del mundo van albeando su privilegiada testa más allá del horizonte nativo, su espíritu telúrico sigue siendo de ese niño inquieto hecho río cristalino, gracias a dos vertientes de agua dulce que se unieron para darle vida: Chiquián donde florece la cantuta y Huayllacayán donde madura la chirimoya.

CHIQUIÁN: es el pueblo donde el destino tejió el ropón de ACUCHO, ser humano de corazón noble e iris de niño; un guerrero de la constancia, la abnegación, el raciocinio y la fe en el éxito final, como buen Quijote del conocimiento. En suma, un domador nato de la ignorancia como todo orfebre empeñado en llenar la vasija de la ciencia popular en las altas cumbres. Futbolista ciento por ciento con su doble salto en el aire como el rey Pelé y el gran capitán Héctor Chumpitáz.

Integrar el Comité de Gestión - Base Lima por varios años bajo su presidencia, me ha permitido conocer la grandeza de su espíritu y las virtudes de su liderazgo natural: sencillo, humilde, generoso, optimista; siempre guiando y promoviendo nuevas rutas de desarrollo para nuestra tierra. Doctor en Física Nuclear, con un importante cargo en el IPEN y estudiante infatigable en nuevos doctorados que pronto verá el alba de oro.

Viene a mi mente el poeta Alejandro Pope, quien refiriéndose a Newton expresa: "La Naturaleza y sus leyes se ocultaban en la noche: por eso Dios dijo ¡que nazca Newton! y se hizo la luz". Esa misma luz es la que irradia Acucho en los paisanos que lo acompañamos en su tarea de progreso provincial, así como en las jornadas informativas y proyectos educativos que promueve y empuja hacia adelante; pues de la misma manera como las plantas convierten los minerales en alimento cotidiano, así también los hombres de ciencia convierten la materia prima en naturaleza útil para la Humanidad. Son los descubridores e inventores que nos allanan el camino para no andar a tientas en el mundo moderno.

Pero no solamente destaca en el mundo científico, sino también en la tarea literaria, que no ofrece réditos materiales de corto ni largo aliento, porque sabe que la literatura es un noble sentimiento que apunta al desarrollo de los pueblos sin esperar nada a cambio, siguiendo las hondas huellas dejadas por don Antonio Zúñiga Alva, su adorado padre. Huellas de Maestro que invito a recordar a través de una nota que plasmé hace unos años:

Mayo, mes florido en Chiquián gracias al aguacerito que se marcha hasta diciembre, dejándonos su tributo de vida.

Mayo, aroma de campo primaveral en la Sierra. Los gorriones saludan la llegada de la aurora en cada despertar, cantando felices sobre los tejados. En las noches los grillos tocan alegres sus violines entre las pircas de las chacras turquesas.

Mayo, mes de dulce caña, de tersas habas para el rico panco, de maíz, alfalfita y dorado trigo en Racrán, desde donde se divisa los mechones de humo de fogón que se elevan al cielo como velos blancos.

Mayo, mes de cuilumpis maduros invitándonos a la cosecha de coloridas papitas arenosas que en unos meses serán sabrosas gecnas. Hasta el agua y la espumante leche recién ordeñada saben a gloria. 

En este generoso mes, el martes 10, de hace 100 años, nació en Chiquián un ser humano pródigo en magisterio viviente que dejó huellas indelebles en la provincia de Bolognesi y en los lugares donde llevó su elocuente palabra para gestionar y promover el desarrollo de nuestra tierra. 

Don ANTONIO ZÚÑIGA, quien además de maestro y escritor, se desempeñó como supervisor de educación, forjador de la Casa del Maestro de la provincia de Bolognesi y presidente de la Sociedad de Beneficencia Pública de Chiquián. Institucionalista ciento por ciento; deportista y socio fundador de la Liga Provincial de Fútbol y del Club Cultural Deportivo Alianza Chiquián que tantos lauros cosechó en Ancash. 

Los conocimientos que adquirió en las aulas de Chiquián, Huaraz y Lima, los puso a manos llenas a disposición de sus pupilos chiquianos, de Cajacay, Huayllacayán y Llaclla. Los pobladores de este último lugar lo recuerdan como uno de los más importantes gestores para la creación del distrito Abelardo Pardo Lezameta en 1956. Siempre fue elegido por sus capacidades y potencialidades innatas, junto a otros ilustres colegas, para representar al magisterio bolognesino en convenciones realizadas en Huaraz y Lima, dejando en alto el nombre de CHIQUIÁN.

Ciudadanos ejemplares como don Antonio, fueron en el siglo XX parte medular del tejido social bolognesino y ahora son el patrimonio cultural, moral y espiritual que debemos conservar y emular, sobre todo en momentos sombríos como el que atravesamos, donde todo se pone en tela de juicio, lamentablemente por hechos deleznables originados en las altas esferas del poder, arrinconando voluntades y valores supremos, ante los ojos del mundo. 

Cómo no recordar su vigorosa personalidad y su fe inconmovible. Su pulcritud en el vestir y su esmero en el cotidiano quehacer; sin duda, uno de los referentes más destacados que marcará época en la historia de nuestro pueblo, sobre todo por su impecable trayectoria. 

Escucharlo conversar con mi papá, cada vez que visitaba nuestra casita de Ingeniería en los ochentas y noventas, era un constante aprender. Jamás escuché de sus labios la más tenue manifestación de rencor o resentimiento por algo o alguien. Sus ojos azules cristalinos brillaban más y más, cada vez que recordaba su labor magisterial en el vendaval de los contrafuertes bolognesinos, lejos de su hogar del Jr. Saénz Peña en Chiquián: de su adorada Luzmila y sus retoños.

Cuántas noches en vela seguramente pasó en su afán de fecundar las buenas semillas del conocimiento y del pensamiento en sus alumnos del mundo rural; cuántas privaciones de sustento material habrán hincado su cuerpo y alma de servidor estatal mal remunerado.

Ya en el seno familiar, junto a su esposa y amiga, hasta que espiró su último aliento, no solamente propiciaron y concretaron una buena educación para sus hijos y nietos, sino también les infundieron ese espíritu de honradez y de amor al trabajo tan propio en los provincianos, y el sentido de responsabilidad tan escaso en nuestro país; nobles tareas a las que entregó su talento, sus energías, salud y vida.

* * *
 
Como Presidente de la Asociación "Chiquián Cultura", la visión emprendedora de Acucho, hizo que en breve tiempo dicha institución brinde su primer fruto con la Noche de Gala, realizada un 11 de diciembre de grata recordación, en homenaje a las mujeres y hombres que forjaron nuestra identidad. Después de un alto en el camino para meditar y madurar la forja creadora, queda el compromiso de continuar bregando como nexo entre las diferentes instituciones chiquianas, procurando que las actividades culturales en bien de nuestra tierra encuentren su alborada, sobre todo la cultura nativa, tan rica y variada, uniendo en un mismo puño a los distritos de la provincia de Bolognesi.

Con Acucho y Vladimiro Reyes Gamarra, hemos tenido el privilegio de visitar Chiquián, unas veces por la ruta de Matarrajra, otras tantas escuchando murmurar al generoso Huamanmayo de la encajonada joya aquina; siempre haciendo un alto en cada recodo de la ruta para respirar el aire sereno de la cordillera, perennizando en nuestras retinas y cámaras fotográficas la belleza incontrastable del Ande, belleza que con dicha plena se va poniendo en valor a través de la Internet.

Hace 11 años participé del cumpleaños 50 de Acucho. Fue una velada que pulsa así en el recuerdo:

Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Nila, su hermana mayor, con gratas evocaciones del ayer, que nos hicieron transportar a las épocas adolescentes en nuestro querido pueblo, donde las palabras: Amistad, solidaridad, risas, juegos, trabajo, estudio y deporte sano, nos colmaron de dicha cotidiana junto a nuestros vecinos, amigos, maestros, padres y abuelitos, bajo los mantos protectores del Señor de Conchuyacu, Santa Rosa de Lima y San Francisco de Asís.

Expresivos pasajes de la niñez de Acucho, entre los que destacan: “El diccionario”, “Los guantes de box”, “Al compás de la procesión”, “Celebrando un rojo en la libreta”, “Las crecidas de Agocalle con ripio, zancos y garrochas”, “Paso de desfile sin mirar de reojo a las chicas”, “Historia de un intercomunicador demasiado madrugador ”, “Mi almidonado mandil del Jardín de la Infancia”, “El pequeño cantor enamorado de las amigas de sus hermanas”, “Rayadores y regaderas al por mayor” y “Tardes de fulbito con balones de pucash en Sáenz Peña”, marcaron la nota pintoresca del evento con el emocionado relato de Nila, donde también recordamos a nuestros pioneros Miguel Durand y Glorioso Aranda, retrotrayendo a la memoria cálidos trocitos del Anecdotario de don Antonio Zúñiga, quien con su ágil pluma pintó de arco iris ese hermoso lienzo de confraternidad, sentimiento telúrico y belleza natural, llamado con orgullo "Espejito del cielo".

Luego se sumaron las palabras de afecto de: Víctor Tadeo a nombre de la Asociación Chiquián; Lauro Rosales por el Sport Cahuide; dos alumnos de Física a nombre de los estudiantes de UNI, UNFV y UNMSM; Arturo Vicuña en representación del Club Chiquián; Fortunato Aguirre por el Comité de Gestión – Sede Lima. Todos ellos resaltaron las cualidades personales y profesionales de Acucho.

A las 11 de la noche llegaron las palabras de agradecimiento del homenajeado, quien hizo un rápido recuento de su hoja de vida con la sencillez y el peculiar estilo chiquiano. Fue entonces que el ambiente lleno de melodías andinas volvieron a revolotear las aves temporarias del recuerdo de aquellos sesentas. Acucho nos recordó su paso redoblado por la Escuela del amauta Josué Alvarado Cruz, aquella Alma Mater camino a Chivis y de vista al majestuoso Yerupajá, que a tantos niños colmó de conocimiento.

Luego nos narró sus años de estudiante primario en la Pre Vocacional de Varones 351 con una sentida muestra de gratitud por su maestro de aula Anatolio Calderón Pardo, presente en el ágape, de quien rememoró sus clases ecológicas a orillas del Aynín, donde la pachamanca franciscana con papas roqueñas, choclos de Parientana y habas de Chicchó, era mucho más que un simple alimento para saciar el hambre material.
 
También trajo a colación atrapando nuestros sentidos, los recuerdos de sus maestros: Cástulo Rivera y la fabricación de tizas de color con insumos extraídos de las tunas de Shapash, Cucuna y Ninán; las clases de mecánica de Oshvita Vicuña que permitía a los alumnos agenciarse de un dinerito honrado; el taller de carpintería del maestro Manuel Quispe y las clases de agronomía del profesor Crisólogo Ramírez, en los sembríos de la Escuela.

Abundaron muchos recuerdos de aquel centro del saber bolognesino, de amplios salones revestidos con yeso de Quilcay, grandes puertas y ventanas de madera, piscina y patios adornados de cipreses que se mecían con el viento al compás de los sonoros "tilín, talán, tolón" de Martín el campanero.

Del mismo modo nos narró sobre sus cualidades de chuncador pertinaz, donde su pequeña ñauca, que era la mitad de la sesma del espigado “bellotita” Escobedo, no era suficiente desventaja para perder el jugo, pues con su "lecheronga" y su providencial puntería cerrando el ojo izquierdo, se metía tranquilamente a los bolsillos del pantalón y la camisa, puñados tras puñados de pushpus, bolas pintas "chillanditas" y cholocos del Callejón de Huaylas, los que remataba al mejor postor para comprar media docena de panes de punta, que compartía con sus leales escuderos "Abchu" y "Shansha"; y de yapa, adquirir de la librería Santos Flores, los pliegos de papel oficio rayados y cuadriculados para los exámenes con tinta líquida, que no permitían borrones ni enmendaduras, solo el vaivén del secante, antes de que se tiñan de azul la carpeta y las mangas del uniforme comando.

Después vendría su viaje a Huaraz para estudiar la secundaria en el seminario. Fue allí, entre árboles, pájaros canoros, sotanas, hierba silvestre y el riachuelo que discurre ronroneando la angosta quebrada, que forjó su espíritu emprendedor, de la mano de sus libros y cuadernos.

Ya instalado en Lima, se preparó e ingresó a la UNI. Las limitaciones materiales en la capital de la República para un joven provinciano acostumbrado a vivir bajo la pupila protectora de papá, no mermaron su perseverancia, lo que le permitió culminar con éxito su carrera, constituyéndose en ejemplo de estudio y superación para los jóvenes paisanos. Desde aquel entonces vinieron año tras año muchos logros profesionales, tanto en el Perú como en el extranjero, hasta llegar al sitial que hoy ocupa en el Instituto Peruano de Energía Nuclear, actualmente presidido por el Doctor Modesto Montoya, quien junto a otros físicos nucleares concurrieron al Club Chiquián para brindarle su saludo.

Estamos en el quinto año del nuevo milenio y aún el Universo navega en el misterio. Se dice que la esencia y los atributos de Dios, la materia y la vida, la rigidez de las estructuras físicas y la versatilidad del pensamiento creador, la causalidad de los fenómenos y el dilema del ser humano que parece nacido simultáneamente para la inmortalidad y la muerte, es un secreto todavía. Felizmente hay hombres como Acucho que no claudican ante este misterio; es decir, no aceptan un Universo ciego y sordo; sino que, día a día aspiran a trasformar con el conocimiento científico el reino de la oscuridad y del temor, por el dominio de la tranquilidad y la luz.

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Hermanos del Aula Capulí:

Hace un tiempo estuvo aquí el poeta germano Juerguen Polinske, bibliotecario mayor de la universidad Alexander von Humbolt de Alemania. El nos dijo que Europa está en proceso de hibernación, en cambio Latinoamérica ha despertado de su letargo de 500 años. Lástima que en el Perú el Estado continúa dándole la espalda a la ciencia y no suene todavía el segundo grito de independencia y sigamos copiando modelos económicos ajenos a nuestra realidad, así como sus vicios que los canales de televisión multiplican en horas estelares, incubando en los niños y jóvenes el germen de una farándula nada santa, que se pasea a su antojo en la pantalla chica a vista y paciencia de los organismos reguladores.

Niños y jóvenes ancashinos:

No sólo el calor anima la marcha de un miliciano del alba, también lo hace el dolor, porque la vida es mezcla de alegría y llanto. Sin olvidar que las horas que el estudiante le resta a la madrugada: decide su futuro y por ende el de la Humanidad. Tampoco debemos olvidar que no es tan importante saber de qué material está hecho el arado, el caishi o la racuana, sino saber abrir surcos profundos donde florezca la semilla.

Por todo ello, unámonos con fuerza a la gesta heroica de Modesto Montoya Zavaleta, Erik Antúnez de Mayolo Rinning, Pilar Cárdenas Márquez (Presidenta de AEPA) y Agustín Zúñiga Gamarra, líderes naturales del conocimiento, la cultura y la innovación en el Perú, para que nunca más el fiero látigo de la ignorancia restalle sobre la cabeza de nuestro pueblo; pero unámonos de manera permanente y sostenida, pues no basta tener el arranque de un potro para recorrer un largo camino. Se necesita duro pellejo para sortear los fuertes vientos de la adversidad.

La Vergne, 7 de febrero de 2016

 
Acuchito:
 
En este hermoso día de tu santo, extiendo desde La Vergne mis brazos fraternos tanto como los de Diderot, para darte un fuerte abrazo de hermano, recordando tu grata presencia en el AULA CAPULÍ.

Nalo

IMÁGENES DE LA CEREMONIA DE PREMIACIÓN

Palabras de Bienvenida
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Presentación
 
 
Comentario


Conferencia


Entrega de Diploma de Honor "Amauta del Perú Eterno"


Distinción: Medalla de Oro "Capulí, Vallejo y su Tierra"


Momento Poético


Palabras de Homenaje: Integrantes de Capulí, Vallejo y su Tierra


Palabras de Agradecimiento: Familia Zúñiga Gamarra


Entonando sagradas canciones peruanas
 

Imágenes para el recuerdo

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