martes, 1 de diciembre de 2015

CUMPLEAÑOS DE DICIEMBRE: AIRES NAVIDEÑOS - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)

Chiquián - PERÚ
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La Vergne, 01 de diciembre de 2015
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HOLA SHAY:
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DICIEMBRE, mes del Ahorro, de la Primera Comunión, de la Navidad y de la esperanza por un año venidero más próspero y más humano. Mes del reencuentro y de los logros de fin de año, pero también de agridulces partidas en la búsqueda incesante de la tierra prometida lejos de la Patria chica. 
 
Cómo no recordar aquellos tiempos "bíblicos" de los gratos sesentas, donde los vientos navideños asomaban con las primeras lluvias, recibidas con alegría por el pueblo.
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Día tras día los tesoros ocultos por el sol primaveral se ofrecían visibles a los ojos, como una munapada de los regalos que soñábamos recibir de Papa Noel. Los arroyuelos subían su torrente hasta desbordarse, inundando el Jr. 28 de Julio (Agocalle) desde Lirioguencha hasta Quihuillán.


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Los vecinos de la "Venecia chiquiana" salían corriendo, lampa en mano, para proteger con ripio sus puertas y zaguanes, y así evitar que los jacas se ahoguen en los cuyeros; otros samaritanos sacaban listones de madera y los ponían como puentes al ras del agua. Todos felices y contentos chapaleando con los zapatos aquinos implorando por un par de estaquillas a Rucu Feliciano, o trepados sobre zancos de eucalipto evitábamos una neumonía.
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Con el paso de las semanas los primeros capullos nos prestaban sus alas de fantasía para soñar despiertos. En el horizonte azul la blancura del Yerupajá insuflaba de gozo el corazón. Aquellos benditos días de diciembre avivaban la lozanía de las mejillas pispadas, los chacareros reían viendo sus sembríos esmeraldas, y las serenatas afinaban sus cuerdas a la espera de las musas que llegaban de Lima, Barranca, Huacho, Trujillo y del Callejón de Huaylas, al término de sus estudios secundarios o superiores.



Ingresar a las cocinas y oír el ronroneo mañanero de las teteras jugando con el agua bullente para el "cafecito de cebada", que con dos cucharadas de azúcar rubia y un pan de punta, era el deleite de grandes, maltones y chicos. En las noches de diciembre la Luna era tan clara que el humo blanco de los fogones crepitantes parecían velos de casamentera buscando un sorbo de oxígeno en el cielo chiquiano.


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En mi particular caso muy pocas navidades pasé en el pueblo de Chiquián aquellos benditos sesentas. La mayoría de las veces celebré el nacimiento de Jesús con mi familia y los pastores en Tupucancha, pero de las que viví en "Espejito del cielo", recuerdo que una semana antes de la Noche Buena los niños asistíamos con nuestras mascotas para que reciban las bendiciones del sacerdote durante la Misa de Gallo.
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Al primer repique de campanas, con Anchita, Patuco y Arti pasábamos la voz a la collera, que no había pegado las pestañas esperando el gran momento. Unos caminaban dormitando con sus huachis, perros, gatos y conejos a cuestas, otros con palomas, chacuas, cariocos, gallinas ponedoras y culecas; aunque no faltaban los que cargaban cuyes o llevaban empujando algún orejudo que salió con más de tres rojos en la libreta.
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Recuerdo que muchos chiuchis nos apretujábamos debajo de las andas para dormir abrigados por nuestros animalitos, entre balidos, cánticos, ladridos y ronquidos, mientras otros más audaces atrapaban murciélagos en los oscuros recovecos que conducían al depósito de las imágenes de los apóstoles, fabricados por Lolito Rivera, con yeso, pintura y palos de maguey.
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La construcción de los nacimientos familiares corría a cargo de los niños. Las imágenes de San José, de la Virgen María, del Niño Jesús, de los Reyes Magos, de Papá Noel, los animalitos y los juguetes eran adquiridos por nuestros padres de los mercachifles y de las tiendas de los paisanos: César Machuca, Faustina Romero, Asunción Aldave, Crisólogo Ramírez, Orfila y Zalatiel Cachay, Gliceria Espinoza, Carlos Bisetti, Juan Alva, Lucho Castillo, Zenobio Alarcón, Manzueto y Abundio Santos. De la tienda de la familia Huerta, de los recordados camiones "San Martín", comprábamos a 10 por un sol: pitos en formas de aves y ollitas de barro pintadas de colores que reposaban sobre paja brava en enormes cuntus cocidos al horno. 

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El piso de "champa" lo traíamos del Pesebre y del oconal de Umpay en pequeños bloques de tierra húmeda con algunos gusanos de yapa. De sólo pensar en los resbalones que nos dábamos en los caminitos empinados de Shapash, Paucaracra y Racrán, cuando íbamos a traer arcilla de las "minas" para fabricar ollitas y carritos navideños con llantas de chapa de cerveza y gaseosa Concordia o Triplecola, me veo con la ropa cubierta de lodo, esperando el shilpi y la amenaza de ser conducido de grado o fuerza al reformatorio de Lima junto a mi primo Calolo Ramírez.
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Conseguíamos musgo en Tranca y sacuaras en los escarpados de Shapash, y hacíamos germinar trigo en pequeñas latas vacías de conserva, para darle un toque de naturaleza viva al Nacimiento. La construcción de puentes con carrizos no se dejaban esperar; también cascadas, cerros, jalcas, quebradas, glaciares y valles en miniatura con ríos y puquiales pintados de celeste sobre papeles de bolsas de azúcar; pocitas de agua teñidas con “Azul Brasso” donde flotaban patitos y peces de plástico y maguey seco. Asimismo forrábamos cajitas de fósforos con papel de regalo, fabricábamos estrellas con papel lija y como nieve utilizábamos algodón artificial que picaba como ortiga.
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Los regalos nos entregaban la mañana del 25, después de llevar al Niño a la iglesia para su adoración por los Negritos. El cura y sus asistentes invitaban chocolate caliente, tajadas de panetón y bizcochos en forma de Cristo, animalitos andinos y muñecas, que donaban las panaderías chiquianas.



Los varones recibíamos pequeñas matracas de madera, trompos, boleros, carritos, yoyos, bolas de cristal, cartucheras, también mallas, raquetas y pelotitas de pimpón, rifles con balas de corcho sujetas a un pabilo, pelotas, soldaditos de plomo, caballitos y vaqueros de plástico, ropa y zapatos aquinos ecológicos. Las mujercitas recibían muñecas, ollitas y cocinitas de aluminio, panderetas, juegos de yases, binchas de plástico de diferentes colores, mini juegos de té de loza china, vestidos y zapatos “caramelo”.




Todos los 6 de enero realizábamos la “Bajada de Reyes”, para contar con un "sencillo" y adquirir nuevas imágenes sacras y los animalitos necesarios para el año siguiente... qué tiempos aquellos, tan diferentes en filosofía de vida de las grandes urbes. En nuestro terruño era una verdadera fiesta del pueblo, como sólido puente de unión y hermandad cristiana, que va perdiendo consistencia por la azuela de la globalización.
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Con esta breve pincelada del recuerdo, saludo por sus cumpleaños a todos nuestros amigos y paisanos nacidos en este mes, a través de las siguientes personas, ausentes y presentes:
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1

Feliz cumplea
ños hijita Erika Lourdes Alvarado Romero. Feliz cumpleaños hermano José (Pepe) Alva Valverde. Feliz cumpleaños amigos y paisanos: Lucho Arriola Segura y César Ramos Borja.

2

Janet Tuncar Alva, Esther Rocío Alva Valverde, Nelly Campos Calderón, Armanda Gliceria Lastra Espinoza, Lida Susana Balarezo Minaya, Luis Rayo Calderón, Jorge Eusebio Alarcón Cámara, Paulino D
íaz Ramírez.

3

Julio Carhuachín Ñato, Zócimo Anacleto Durand Núñez

4

Olga María Cristina Balarezo Lavado, Pedro Bernardo Escobedo Luna, Carlos Crisólogo Alva Aldave

5

Durid Berenice Calderón Yabar, Amado Sabás Balarezo Minaya, Julio Sabás Calderón Valderrama, Teófilo Zacarías Núñez Espejo

6

Inocenta Sonia Lemus Aldave

7

María Díaz Mendoza, Ambrosio Bacilio Alvarado, Leoncio D
ávila Vega.

8

María Octavia Núñez Díaz, Bertha Aldave Barba, Edgar Jorge Alvarado Vicuña, Dante Manuel Rivera Conversión, Guillermo Melquiades Duran Garro, Oswaldo Ch
ávez Vega.

9

Ricardo Rivera Anzualdo

10

Rubén Dario Robles Moreno, Nicol
ás Zegarra Zapata

11

María Gomez Asenjo, Edgar Barrenechea Ibarra

12

Pablo Díaz Mendoza, Saul Wilfredo Barba Rayo, Victor Barrutia Bautista

13

Lucy Martínez Zuzunaga, Luciano Romero Palomino

14

Rosalía Eutropia Pardo Novoa, Carlos Antonio Garro Alva, Nicanor Teodoro Rivera Anzualdo, Lucio Pompeyo Ñato Gamarra, Augusto Sotomayor Espich
án

15

Haydee Arellano M
árquez, Angélica Hurtado de Sánchez, Dante Cristino Zubieta Núñez, Petronio Antonio Bolarte Sánchez

16

Albina Adelaida Soto Valverde, Javier Mart
ínez Maguiña

17

Ángela Elizabeth Damián Núñez , Heriberto Nicanor Jiménez Jaimes

18

Gladys Bolarte Alvarado, Ronal Ramírez Díaz, Teodoro Graciano Quispe Jaimes, José Roberto Ramos Ibarra

19

Gloria Vásquez Cerrate, Dario Segundo Robles Valverde, Héctor Segundo Gamarra Espinoza, Nemesio Benjamín Espinoza Ñato

20

Félix Roberto Alva Ibarra, Félix Jimenez Luna, Maritza Violeta Aldave Palacios

21

Juan Eduardo Jara Alva

22

Irma Georgina Barrenechea Olivera, Flavia Oliva Rivera Conversión
, Eduardo Menendez Cánepa, Percy Arcaya Bustamante, Roberto Castillo Vega

23

Rosa Contreras Calderón, Rosa Carrillo Llaguento, Luis Cuadros Poma, Gelacio Nicolás Valderrama Ramírez

24

Fabiola Escalante Cano, Gregorio Padilla Toro, Juan Espinal Castro

25

Laura Eugenia Valerio Pardo, Jes
ús Casuso de Gallardo, Manuel Jesús Santos Maldonado, Manuel Tsuchida Tello

26

Efraín Roberto Sancarranco Panizo, Manuel Terrones Rodas

27

Telmo Lenín Alvarado Tello, Jos
é Campos Munoz

28

Enma Consuelo Extremadoyro Pardo, María del Carmen Aldave Palacios, Saturnina Filomena Garro Ayala, Felícitas Garro Montoro, Jaky Abad Romero, Bertha Margarita Yabar Lemus, Telmo Alvarado Montoro, José Vicente Barrenechea Martel, Carlos Valle Cumpa

29

Tessi Bernaola Torres, Hilda Erazo de Villaverde, Alejandro Herrera Villablanca, David Prudencio Torres

30

Isabel Angélica Durand Espejo, Manuel Santiago Pardo Luna, Daniel Carrillo Ramos


Un fuerte abrazo a los presentes y una plegaria por los que duermen el Sueño Eterno.

Nalo Alvarado Balarezo

L.O.S.. R E C U E R D O S
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Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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Muchos años dejamos correr,
olvidándonos de aquel ayer,
mas pronto vemos caer
gotas acerbas que oradan el ser.

Son lágrimas penitentes
que de las grutas del alma
bajan directas al corazón,
nunca bañan las mejillas.

En tanto oír una vieja canción
o leer un amado verso de amor:
son momentos de añoranza,
 
gratas horas para recordar..

Dulces evocaciones
que nos hacen suspirar;
una imagen distante,
un intenso palpitar.

Así vemos el tiempo pasar:
unos al compas del reloj,
otros aguardan la noche
para volver a so
ñar.
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Chiquián - Plaza de Armas