1. Cada vez
que volvemos
Alguna vez, cuando me preguntan sobre una canción
inspirada en mi tierra, Santiago de Chuco, yo con pretensión menciono y hasta
canto La pampa y la puna. Pero luego
me digo: Y, ¿por qué no? ¿Si yo siento que sus aires y compases son la
geografía de mi tierra en la cual yo he vivido desde niño?
La experiencia andina de Carlos Valderrama tuvo que
ser la serranía de La Libertad, y más precisamente de Santiago de Chuco, que es
lo que sin duda estuvo presente cuando él luchaba por encontrar los acordes que
estructuraran esa canción. Me ilusiono que así es. Y estoy convencido
totalmente que es cierto porque ni bien la traigo a la memoria inmediatamente
sus acordes me trasladan a mi cuenca, mi paisaje y a mi pueblo.
Será también porque lo cantaba y tocaba mi padre cada
tarde en la sala de mi casa punteando y rasgando las cuerdas de su guitarra,
mandolina o violín cuyos dedos al final de cada acorde presionaban las cuerdas
haciéndolas temblar y extrayendo los gemidos que sin duda habitaban al interior
de su espíritu lacerado.
Interpretábamos también La pampa y la puna en la
orquesta Ollanta y la cantábamos de niños en el patio de mi escuela. Y lo
entonamos ahora en toda Aula Capulí que
realizamos cada sábado en que nos reunimos. Y es lo que gritamos a voz en
cuello en cada serenata que damos cada vez que volvemos a nuestro querido
Santiago de Chuco.
2. Los peruanos
pasan
Pero hay otra composición de Carlos Valderrama que se
ha consagrado y hecho gloriosa, y es la marcha militar que tiene por nombre Los peruanos pasan.
Es la marcha épica más apreciada y reconocida
mundialmente por su nivel expresivo, su marcialidad y por la honda emoción que
suscita, inspirada al ver desfilar al Ejército del Perú que recuerda a quienes
se inmolaron en el Huáscar, en Arica o en la Batalla de Defensa de Lima.
Es la marcha emblemática de las efemérides y las
ceremonias conmemorativas más representativas y en donde desfila el glorioso
Ejército del Perú del cual siento yo la fibra íntima valiente y candorosa que
late en cada uno de sus soldados. En ella se siente el paso heroico, fuerte,
guerrero de esos hombres que marchan decididos a enfrentar el peligro; de
quienes enfrentan enormes sacrificios; quienes van a posesionarse de objetivos
dictados por los ideales así sea condición ineludible morir; llenos de
convicción total, con vítores en el alma, banderas flameando enhiestas,
imbuidos de una misión ineludible y sacrosanta qué cumplir.
Esta marcha eleva el espíritu, exalta el ánimo,
fortalece el carácter, nos dota de valentía para acometer proezas, venciendo
dificultades y saliendo airosos de cualquier prueba, elevándonos hasta las
estrellas con sones victoriosos.
3. La victoria
final
En Los Peruanos
pasan los instrumentos altos y bajos estallan como armas en el campo de
batalla, cabales al acorde de los compases rítmicos, compuestos bajo la forma
clásica de dos por cuatro, combinados con sonidos romanos donde se oyen
tambores y clarines, junto a acentos ibéricos y sones pentatónicos de la música
andina, tal y como corresponde a nuestra composición étnica y a la sangre que
bulle y borbota en nuestras venas.
Es una amalgama magistral en donde cada combatiente
convocado encuentra su identidad en las cadencias variadas como mestizos que
somos. En ella se encuentran todos los rasgos melódicos, integrándose al
colectivo que marcha integrados en un solo ideal y dispuestos a obtener la
victoria final que tanto se anhela.
La marcha perínclita de Los peruanos pasan no podría haber sido escrita jamás si no
tuviéramos la inspiración de un ejército que en nuestra historia ha sabido
afrontar las pruebas más heroicas y
dejarnos en pie una dignidad inmarcesible.
Tiene giros y argumentos en sus compases que la hacen
segura, convicta y confesa, capaz de competir y vencer ante cualquier marcha
guerrera o militar del mundo.
4. La gesta
del magisterio
El año 1928 Carlos Valderrama inicia una gira por
diversas ciudades del interior del país y por algunas capitales de América
difundiendo principalmente su música, pero también el sustrato y el mensaje del
indigenismo sinfónico.
Pero no solo su labor se limita a la difusión de su
obra sino que organiza coros escolares y juveniles, y hace el montaje de obras
de música de inspiración andina combinadas a otras artes como la danza, el
teatro y las artes visuales.
Y lo hace consciente de que la música sinfónica de
inspiración andina es la expresión más alta e intensa de nuestra identidad
musical, en vínculo pleno con nuestra raíz cultural ancestral.
Y porque en nuestro país esta expresión se dio
coincidente con una toma de posición en el mismo sentido en otros campos del
saber humano como la pintura, la literatura, así como en los movimientos
sociales de reivindicación del indígena peruano.
Esta eclosión cultural fue la gesta del magisterio de
Clorinda Matto, Manuel Gonzáles Prada y
de José Carlos Mariátegui.
5. Lo eleva
a las estrellas
Esta veta aunque en compás de espera sigue
indudablemente estando vigente y es importante vigorizarla en la perspectiva de
la forja y construcción de la utopía andina y de la reconstrucción de los
andenes nuevos, que es el ideario y el compromiso del presente y del futuro.
Canciones como La
pampa y la puna es importante entonarlas con mayor frecuencia y fervor en
escuelas y ceremonias cívicas, así como todo niño y joven debieran sentir y
dejarse subyugar por interpretaciones como la que hace de ella la mesosoprano
de coloratura nacional Yma Sumac, experiencia que es importante que forme parte
de la memoria colectiva de nuestro pueblo.
Porque es imponente y suprema, es soberbia e
insospechado el coraje que asumimos al ser transportados por ese prodigio de
voz de coloratura con cinto octavas en registro que es un portento de la
naturaleza el que se haya dado y que en el caso que referimos se dé fusionada a
una cultura de asombro y de fábula como es la incaica y la andina.
Yma Sumac extrae desde lo hondo sus compases, colores
y los componentes de su canto que rescatan lo mejor de la vida y lo eleva a las
estrellas.
6. Proyección
mundial
Carlos Valderrama murió en Lima el 1 de agosto del año
1950, a la edad de 63 años, a quien debiéramos tenerlo más presente en nuestras
tertulias, y hasta erigirle un monumento.
Trujillo necesita reivindicar más a Carlos Valderrama
como el músico egregio que fue y que es; y que ha dado al mundo ese suelo
bendito y a quien le cabe aún más una proyección mundial. Porque pocos conocen
que los acordes de La Pampa y la Puna es composición de un trujillano. Pocos
conocen que perteneció al legendario Grupo Norte de Trujillo, que contó con la
presencia señera de César Vallejo, Antenor Orrego, Francisco Xandóval, Alcides
Spelucín, Ciro Alegría.
Trujillo ni La Libertad lo han exaltado como
debiéramos hacerlo, como sí lo ha hecho Arequipa con Mariano Melgar y Benigno
Ballón Farfán autor de los carnavales que se bailan en la ciudad y el campo, y
de valses como: Melgar, Silvia y Arrullo.
O bien el Cuzco con Moisés Vivanco, introductor del
charango en la música andina y descubridor de Yma Sumac. O Puno con Rosendo y
Jorge Huirse, autores de Balseros del
Titicaca y Quisiera ser picaflor.
O Huánuco con Daniel Alomía Robles quien sobre bases indígenas le diera
estructura El cóndor pasa y al Himno al sol.
7. Nos eleva
al cosmos
El Instituto Nacional de Cultura del Perú expidió el
27 de julio del año 2004 una Resolución Directoral reconociendo como Patrimonio
Cultural de la Nación a la composición musical La pampa y la puna y declarando de interés cultural la obra musical
de Carlos Valderrama Herrera por contener conceptos originales de música y
fortalecer nuestra identidad nacional.
El Ministerio de Relaciones Exteriores le confirió la
Orden al Mérito por Servicios Distinguidos en el Grado de Comendador, en una
emotiva ceremonia llevada a cabo el 18 de enero del año 2005 y a la cual
asistieron su viuda, la Sra. Haydée Hoyle de Valderrama y su hijo el Sr. Carlos
Valderrama Hoyle, quienes se trasladaron para estar presentes en este acto
oficial desde la ciudad de New York.
Proponemos que el 4 de septiembre de cada año la
Dirección Regional de Educación de La Libertad promulgue el Día de la Pampa y
la Puna, a fin de rendir homenaje a Carlos Valderrama y reactualizar su egregio
cancionero. Y revivir toda su música para el engrandecimiento de nuestro
pueblo, porque ella nos eleva al cosmos en lo vertical e inhiesto de su canto.
8. Dos
testimonios
He aquí dos testimonios de amigos míos y que me
hicieran llegar motivados por algún artículo que anteriormente he publicado
sobre Carlos Valderrama:
De Felipe Rivas Mendo:
Gracias Danilo por este envío que retrata a uno de los
grandes de nuestro universo cultural. Lo conocí y canté bajo su dirección, como
integrante del orfeón infantil chiclayano, una inmensa masa coral de
estudiantes ubicada en el atrio de la catedral y con algunos miles de
espectadores al frente. Esta labor la hizo también en otras provincias. Leí, no
recuerdo la fuente, que esta labor la hacía como Director Nacional de Canto
Escolar del Ministerio de Educación, año
1947. Otros niños de entonces que también participaron en el orfeón: mi primo,
el crítico literario Luis Rivas Rivas y el cantante, ya desaparecido, Eddy
Martínez. Con mi abrazo, Felipe Rivas Mendo.
De Roberto Beltrán Neira:
Querido Danilo. Te cuento que cuando estábamos en
cuarto de media en el colegio La Salle de Lima, tuvimos la visita del general
de la orden. Con ese motivo el colegio consiguió el concurso del maestro Carlos
Valderrama para presentar un saludo musical al visitante. Valderrama organizó
un coro con la totalidad del alumnado para interpretar La Pampa y la Puna.
Seríamos unos trescientos alumnos o más. Fue impresionante la ejecución,
después de numerosos ensayos. Hasta los más desorejados, como tu amigo,
quedamos muy bien haciendo el bajo: tun turuntun tun… Recuerdo al maestro como
un hombre muy vital, entusiasta y convencido de su arte. Este episodio escolar
es uno de los recuerdos perdurables que guardo en la memoria con mucho cariño.
Recibe un fuerte abrazo, Roberto Beltrán Neira.
*****
El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
citando autor y fuente
Teléfonos: 420-3343 y 602-3988
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar
a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
CONVOCATORIA