CRISTO MORADO
Juan Rodríguez Jara
Ahora que las calles y avenidas se cubren de hábitos morados, los cirios y recordatorios menudean en las veredas, el Señor Crucificado, recorrerá bondadoso jirones, tal vez salpicadas de sangre de esta Lima virreinal y criolla por la insanía mental que no cree en nuestro redentor. Elevo mi oración para que la calma llegue a todos los peruanos para vivir en verdadera paz, con la Señal de la Cruz, disfrutando de este mes morado.
SEÑOR DE LOS MILAGROS
Octubre morado en primavera teñido,
guardas al santísimo señor crucificado
en el madero por Dios padre destinado,
para salvar a los hombres del pecado.
Cristo de Pachacamilla por nombre llevas,
permaneciendo todo el año en oraciones
para perdonar pecados de los peruanos,
y de la humanidad sumidos en dolores.
En octubre sales recorrer tus jirones
visitando Lima: iglesias y hospitales,
derramando paz, amor y bendiciones
y para calmar la aflicción de enfermos.
Incienso en neblinas imploran perdones,
numerosos conos multicolores en flores,
pies descalzos en largas caminatas,
rodillas en sangre, buscando tus manos.
Pasos cadenciosos de tus cuadrillas
recogen de la tierra grandes pesares;
las alfombras de flores en plegarias
purifican en redención las almas.
¡Cristo de la Cruz, del mes morado!
curaste mis heridas del dolor profundo:
mi oración elevo en agradecimiento,
por tu decisión señor bondadoso.
Te vuelvo pedir tus bendiciones
para calmar las olas de sangre
desatada en calles, ayer calmadas,
no dejes crecer abundancia de dolores.
Juan Rodríguez Jara
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