martes, 2 de junio de 2015

EL TERREMOTO DEL 31 DE MAYO 1970 EN ÁNCASH - POR ÁUREO SOTELO HUERTA (AEPA-AIJA)



 Huaraz


EL TERREMOTO DEL 31 DE MAYO 1970 EN ÁNCASH

Por Áureo Sotelo Huerta

A LOS 5 DÍAS DE TERREMOTO DE 1970, un grupo de aijinos decidimos viajar a nuestra castigada tierra llevando medicinas y enlatados que los aijinos residentes en Lima habían recolectado. Partimos hacia Huarmey, porque el camino de Conococha estaba bloqueado Ahí nos encontramos con otras delegaciones de cochapetinos, malvasimos, huayanos, corisinos, succhinos, mercedinos y aijinos que esperaban carro para viajar por el valle. Un camionero se animó, pero solo llegamos hasta Lecheral porque las rocas la hacían intransitables, viéndonos obligados hacer el recorrido a pie. En Huiña nos separamos, los hermanos  cochapetinos, malvasinos y huayanos cruzaron el puente por la llamada Ruta A y el resto partimos por la ruta B, tratando de agarrar altura porque las galgas todavía se seguían desprendiendo. En el trayecto el dolor de los damnificados y el llanto de los niños nos conmovían pero nosotros teníamos que llegar hasta Aija. De los ocho aijinos que partimos de Huarmey a Huayup solo llegamos cuatro. El resto se quedó y se regresaron a Lima  A la cabeza del grupo filmando,  fotografiando y testimoniando la tragedia con su inseparable y pesada filmadora y cámara fotográfica iba ALFREDO TAMARIZ. No teníamos el ánimo de ayudarle porque nosotros también cargábamos medicamentos. Los enlatados los fuimos  regalando en el camino.

EL PRIMER DÍA LLEGAMOS HASTA HUAYUP. En donde pernoctamos. Al día siguiente salimos muy temprano hacia Coris. En el camino  se iban quedando las pocas medicinas que llevábamos; en la subida de Hueca a Coris, parecía que el peso se había cuadruplicado. Las  piernas se resistían a seguir y hasta nos habíamos desviado del camino y avanzamos, sin percatarnos, al borde del un precipicio. De pronto la voz del profesor Rubén Osorio nos detuvo. ¡Alto, retrocedan!. Felizmente había estado en su chacra cosechando añeles. En el camino mis zapatos viejos se habían destapado, mi primo Alfredo me prestó el suyo que había llevado de reserva.

YA EN LA ENTRADA DE CORIS Y AL RECONOCER LA VOZ DE MI AMIGO Y COLEGA RUBÉN OSORIO, ME QUEDÉ PRIVADO. Soñé que estaba en el Purgatorio pero Satanás, que se parecía al Mefistófeles del Fausto, con su boca de fuego, que le quemaba las barbas de San Pedro le reclamaba airadamente mis restos. San Pedro ante tamaña insolencia lo mandó a la mierda, El pobre diablo con su rabo  entre las piernas y vomitando fuego se fue a su horno. Cuando desperté un buen caldo de papachaski  con sus habas y choclos hicieron el milagro de reanimarme. Esa noche después de recordar nuestra hazaña deportiva de 1967 en que fuimos subcampeones departamentales de fútbol con Rubén y otros muchachos como Guido y  Héctor Antúnez de Mayolo, Gil Medina, Carlos Osorio, el Cordobés Herrera, Josafat Gomero, Julián Huerta, Víctor Náquera, entre otros, al día siguiente partimos hacia la  tierra añorada.

DESDE CUÍRAPA CONTEMPLAMOS LA TIERRA AÑORADA. Yo, Alfredo y Toto, esta vez sí bien montados en  hermosos, jóvenes y fuertes amigos de Platero, llegamos a Huacllán en donde se discutió la ruta. Por Mellizo,  imposible, era un suicidio, las galgas seguían cayendo, quedaba como alternativa el antiguo camino de herradura y arrancamos. Tomamos  altura por los cerros de Huacllán. Llegamos hasta Shanán y de ahí a Llactún y La Merced. De Cuírapa contemplamos la hermosura de nuestra tierra  y cantamos: “Desde tu cúspide contemplo tu hermoso panorama…”. Los burros aceleraron el paso y en la tarde pudimos abrazar a nuestros seres queridos. El suelo rocoso y firme de Aija, había logrado resistir los remezones de la fuerte escala Richter. Eso nos alegró bastante, sin embargo las muertes nos llenaron de tristeza. Con los pocos kilos de medicamentos básicos que llevamos Guido trató de curar a tantos enfermos. Felizmente la ayuda internacional ya había llegado, helicópteros con ayuda había aterrizado en Cópin. Las campanas seguían plañendo, AHÍ  EL PENSAMIENTO DEL POETA JHON DONNE SE HACÍA SENTIR. “Nadie es una isla completa en si misma; cada hombre es un pedazo de continente; una parte de la tierra. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente no preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”. 

Desde el día del fatídico terremoto, ya había pasado más de 12 días, nuestros paisanos repuestos de la tragedia empezaban la tarea de la recuperación. Después de una semana de permanencia regresé   a Lima. La noche de la despedida, compuse este pasacalle y como la memoria me podía fallar para recodarlo, lo grabé en la grabadora de Teresita Ita.

“MAYO 70”.  EL DOCTOR GUIDO ANTÚNEZ DE MAYOLO LARRAGÁN, GRAN COMPOSITOR AIJINO LA GRABÓ CON EL NOMBRE DE “TIERRA MÍA”, CON LA VOZ INCONFUNDIBLE DE EDILBERTO ANTÚNEZ  CAMONES Y LA ORQUESTA “JACINTO PALACIOS”.

Tierra mía, terruño mío, ahora brota mi lira 
Doliente y herida cuando te nombro,
Tus callecitas que ayer sonrían,
Tus balcones que amor ofrecían
Hoy son escombros, recuerdos y sombras
Oh papacha mama.
II
Ya las penas y amarguras, ya se han disipado
Calmado y borrado en su negrura,
De tus escombros la vida renace,
De tu  llanto la fe florece,
Porque eres grande viril y gigante
Como tu suelo.
FUGA.
Tus encantos lo has perdido,
Tu recuerdo solo queda,
Pero dentro de mi pecho
Reverbera la esperanza.

HISTORIA DE ESTE PASACALLE. Cuando regresé al año siguiente, todas las alumnas y profesoras de la escuela 1701 de Aija me recibieron cantando este pasacalle. Gracias Teresita Ita. 

SEMANAS DESPUÉS OTRA DELEGACIÓN DE AIJINOS, ENCABEZADO POR EL DOCTOR HERACLIO PINEDA, ENTONCES PRESIDENTE DEL CCAA, EMPRENDIÓ EL VIAJE HACIA LA CAPITAL DE LA PERLA DE VERTIENTES. Esta vez cambiaron de ruta, se fueron por Huayán, llegaron a Succha y después de pasar por el túnel llegaron a los verdes valles de Killok, la tierra de don Clímaco y de Manco Félix, personajes de grata recordación y  después a Monserrate y de ahí  a la santa tierra con más ayuda.

Una oración por los muertos de este funesto acontecimiento telúrico que siguen viviendo en nuestros corazones.

Yungay