martes, 26 de agosto de 2014

UN HERMANO, UN AMIGO, UN CHIQUIANO: ULISES ZÚÑIGA GAMARRA - SALUDO DE CUMPLEAÑOS


 
 UN HERMANO, UN AMIGO, UN CHIQUIANO: 
 
ULISES ZÚÑIGA GAMARRA
 
Como si fuera ayer, están intactos los días cuando en Chiquián corríamos tras una pelota, o cuando corríamos en medio de los alfalfares para separar esforzadamente a los ágiles becerritos, o cuando con cierta molestia traíamos pesados baldes de agua desde el caño, frente a la casa de don Pablo Zubieta.

Hoy, después de medio siglo, ese niño tranquilo, educado con la exigente mano de mamá Luchi, sigue siendo un adulto con la imagen del hábil niño de las dominadas de pelota, del estudiante aplicado de la escuelita 378, o cuidando al torito “pituco” al pie de la vaquita canelita para que mamá la ordeñara más fácil.
 
A pesar del tiempo transcurrido, todavía hablamos de las calles cubiertas de agua y arena del barrio de Venecia en Chiquián, de los meses de invierno, o de las chacras planas de extenso kikuyo de Pariantana, o del campo polvoriento de Jircán donde nuestra destreza por el futbol exaltaron las barras del Cahuide y Tarapacá; estos recuerdos los hacemos cada vez que nos encontramos en Lima en el Club Chiquián, en algún festival de las promociones de colegios, o en el campo de gramado artificial de Hiraoka.
 
Es que para el provinciano, que vivió una infancia feliz, su tierra natal lo acompaña cada momento, sus costumbres son mejor añoradas conforme pasan los años. Imaginamos que Chiquián guarda intacta nuestras vivencias, tanto que parecen continuar vivos los padres de nuestros amigos de la cuadra, como sucede cuando nos encontramos con Shansha, que es la imagen de don Arturito Barrenechea, o cuando vemos a Comunito, retrato de don Lucho Núñez, personas célebres de nuestra cuadra.
 
Las calles pavimentadas modernas, no cubren nada, para nosotros aún están reconocibles debajo de ellas, las piedritas donde nos lastimábamos en los partiditos de fulbito o bata, o el ventanal que rajó nuestra frente, todavía vemos al inmenso perro negro como la noche que nos asustaba de día, y por ser tan bravo terminó envenenado. En cada agosto, cuando la fiesta del 30 nos convoca, tu aniversario del 26 se convierte en un encuentro obligatorio, como antesala al viaje a Espejito de Cielo; cuando jóvenes y sin horarios esclavistas, esta fecha podía cogernos camino a Chiquián, donde a las 12 de la noche, detenidos en Pativilca o Barranca, hacíamos un alto para decirte ¡feliz cumpleaños!.
 
Es decir, siempre tu persona nos identifica a Chiquián; al Chiquián, de las vaquitas canelita, ocrosina, o el torito pituco, y nosotros, con cancha en el bolsillo beber la agradable leche calientita, subido en alguna pirca, con las botas de jebe; pero también identificas a tu escuelita 378, con sus docentes característicos como don Fabián Cano, Germán Romero y tu querido maestro tío Eduardo Aldave, también nos recuerdas al Tarapacá campeón de los disputadísimos campeonatos de la fiesta 30 de agosto, y caminar con la copa alborozados por el jirón Comercio, seguidos por una multitud de niños.
 
Los amigos y en especial tus hermanos, saben que tu forma de ser enaltece la amistad, la ponderación, la ecuanimidad, la reflexión, pero también la decisión, en el momento oportuno.
 
En este tu aniversario Uli, queremos decirte que tu amistad la guardamos en un lugar especial, construida en múltiples situaciones, del deporte, el canto, el dolor, la soledad y las opiniones. La experiencia de tu trabajo fuera del país, te ha hecho querer más a nuestra patria el Perú, a Chiquián nuestro amado pueblo, a tus amigos, a tu esposa e hijos, y claro a tu querida mamá Luchi.
 
Por eso quieres que cada momento por corto que fuera, estemos reunidos, preguntas con preocupación, el cotidiano de mamá, de chole, sobrinos y familiares. Igual lo extiendes para tus amigos convocándonos a hacer deporte, a volver a vestir la verde y blanca del Tarapacá. Electrónicamente con tus mensajes, nos sentimos cercanos, no importa si estemos en Estados Unidos, México, España, Brasil o Timpoc. Nos recuerdas que somos familia, que somos amigos. Por eso hoy en este 26 día de tu aniversario, quiero expresarte lo valioso que eres, en la familia y en la amistad. Basta un momento cuando pienso en ti, para recordar la vida entera, siempre compañeros, estudiantes en la UNI, futbolistas en el Rímac, Rosaspampa y Jircán, profesionales amantes del estudio, por todo eso doy gracias a la vida, por tener un hermano como tú, un amigo con tú, un chiquiano como tú.
 
Feliz día Uli
 
La Pluma del Viento
 
Agustín Zúñiga Gamarra

UN HERMANO, UN AMIGO, UN CHIQUIANO: ULISES ZÚÑIGA