sábado, 31 de mayo de 2014

APOCALIPSIS (ESCRITO EN RECUERDO DEL SISMO DE 1970) - POR ROBERTO ROSARIO VIDAL, PRESIDENTE DE LA ACADEMIA PERUANA DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL

Iglesia de Huari antes del sismo de 1970


APOCALIPSIS

Roberto Rosario Vidal

Presidente de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil

I

Cualquier aciago día
Lejos de esos lares
Cerca del recuerdo:
Hartos días – llanto.

Huaraz
Hiroshima de Dios
Espejo desolado de tristeza
Cateo mis recuerdos
            Por el largo sepulcro
De Soledad a Centenario
Y el cielo me llueve en diciembre
Y no me lloverá más
En Huaraz.

Estoy aprendiendo a nacer
            En pueblos fenecidos
A crujir los huesos
En valles de la muerte

Marcos
Abdón
¿Quién juega la suerte del mundo?
¡Mal rayo lo parta!

II

Así
Lentamente
Cabalgan los recuerdos.

Así
Como hormigas laboriosas
            Por las calles derruidas
            Las torres dispersas en moléculas
            Los amores eternos
                        Tres metros bajo tierra
                        Abonando malezas donde floreció un pueblo.

Así
Lentamente
Noé furibundo
            Busca la señal bíblica
            -las palomas se han marchado-
            A donde no hiede la venganza.

Así
Transita compungido
Noé
Por las travesuras del bastardo
            Por los amores
            Los huesos
            Las paredes
            Las calles
                        Sembradas de muerte al boleo
                        Apocalíptica pesadilla
                        Una mañana de sol
                        Transitando
                                    El décimo quinto paso.

III

Atado de manos/ sin voz
Giro en el limbo/ sin alas
Revolviéndome como niño
Impávido/ inerme.

Y en el fondo del abismo
Turbulento
Enredado en su olas
Danza ensoberbecido
            Plácido
            El río.

Me gustaban sus ondas blanquiazules
Me embriagaba su aliento
            De cansado caminante
Misterioso
            Calmo
                        A veces rebelde
Me gustaban los ríos.

Tierno cual paloma
            Su arrullo en verano
Bravío en invierno
Parecía
Serpiente ebria de lomo platinado.

Siempre bello el río con su magia viajera
            Traía en sus brazos
            Añejas melodías
            Leyendas de siglos
            Confidencias bíblicas.

Río
Río de mi infancia
Río de mis campos
¡Cuanto cambian tus encantos
De la noche a la alborada!

Buceo en tus entrañas
Trastornando la calma
            De mis días
Volteándome la piel del alma.

Has reflejado tu furia en el crepúsculo
Son garras tus riberas
            Babeante tu sonrisa
Tu canto de sirena
            Macabro señuelo.

No eres el río de aquellas primaveras
            De pantalones largos
            Y cuentos de hadas
Estás lleno de mundo
Soberbio
            Bulles torrentoso
Señor de tu fosa negra.

Me gustaban los ríos
            Con su aliento
                        De cansado caminante.


Poema publicado en el suplemento Estampa de Expreso el año 1980, en recuerdo del sismo del 31 de mayo de 1970.


Roberto Rosario y amigos en Huaraz, DIC 1969