martes, 20 de agosto de 2013

4. CHIQUIÁN: SALVA Y VÍSPERA DE LA FIESTA DE SANTA ROSA - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)



SALVA Y VÍSPERA
 


Autor: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)

28 DE AGOSTO
 

 Salva

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En mis años infantiles y adolescentes, la llegada y recibimiento (Taripay) de las bandas en las afueras del pueblo eran coloridos acontecimientos donde la emoción por el encuentro nos hacía saltar el corazón.

Ente las 6 y 8 de la noche del 28 de agosto, los músicos arribaban con sus instrumentos musicales, en compañía de sus esposas e hijos. 

Enterados que ya se aproximaban, corríamos a darles el encuentro en Tranca, Quihuillán o Rumichaca, de acuerdo al lugar de ingreso.

Mientras las avellanas anunciaban el arribo, la cerveza, chicha y chinguirito se paseaban 'como pedro en su casa', gracias al fraterno Camachico.

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Con los años, Umpay se sumó como punto de llegada de las bandas procedentes del Callejón de Huaylas y los pueblos cercanos al valle del Fortaleza y de la ciudad de Barranca.

Luego de cambiarse los llanques por zapatos, hacían sonar sus notas marciales camino a la iglesia para rendir culto a Santa Rosa con la entonación de una música de procesión.
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Con la anuencia recibidida, llevaban a cabo una breve retreta en la plaza de armas, y después acudían a la casa del funcionario que los contrató, cenaban y descansaban hasta el inicio de las visitas programadas; tradición que continúa en la actualidad.
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El número de personas que integra una banda oscila entre 16 y 24.
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A partir de las 9.30 de la noche los funcionarios de la fiesta llegan a la puerta de la iglesia, y en acto de reverencia piden permiso a la Santa Patrona para dar inicio a las actividades. Luego se dirigen a sus casas para celebrar la Salva con bandas, orquestas, trago  y avellanas a discreción.

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Después se visitan mutuamente, anunciando su llegada con el estruendo de una avellana, que es respondida con otra.
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Es costumbre que Rumiñahui recoja al Inca para efectuar juntos las visitas.
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El Camachico recibe al visitante con licor y la banda entona una parada de huayno para que bailen los asistentes. Al culminar la visita salen huaylisheando, tomando licor y haciendo reventar avellanas. Durante el recorrido las pallas van entonando canciones.
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Es de considerar, que el Inca y Rumiñahui son los primeros en visitar a cada funcionario e inician la comparsa costumbrista, circunstancias que ingresan el Capitán y su comitiva.
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Los cánticos de las pallas comprenden coplas que van variando de acuerdo al cargo del funcionario, con un ritual aprendido durante los ensayos. Al finalizar la visita, el Inca y su séquito se retiran para continuar su recorrido, en tanto el Capitán, comitiva y amigos se quedan bailando una parada musical con los dueños de casa. Esta actividad se repite en el domicilio del funcionario visitado.

29 DE AGOSTO

Víspera

(Día de la Estandarte)
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A las cuatro de la mañana los funcionarios arriban a la casa del Inca con ponchos, bufandas y sombreros para llevar en procesión al Niño Jesús (Niño Apay), hasta el templo donde se celebra la Misa de Gallo.

Finalizada la actividad religiosa, cada funcionario invita un desayuno madrugador, consistente en un generoso caldo de mondongo, que también es enviado a las casas de los guelis. 

A esta hora ya está lista la colación en la casa de la Estandarte, después de un largo proceso de elaboración donde las manos y los corazones amigos se multiplican en un acto de fe.
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Durante el día, la Estandarte distribuye su colación a todas las personas que visitan su casa (dulce de frijol, arroz con leche, panes, bizcochuelos, jaratantas y rosquitas), asegurándose así, su presencia en las actividades religiosas.
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Con las primeras sombras de la noche empiezan a repicar las campanas llamando a Misa de Víspera y antes de las 8 hacen su ingreso la Estandarte y sus acompañantes, seguidas de los demás funcionarios. 


Terminada la Misa se lleva a cabo una procesión por las principales arterias del pueblo, bajo redoble pausado de la banda de músicos, donde el oro de los cirios y las velas alumbran la ruta de desplazamiento del andas (anda, dicen algunos cultos). No faltan los dolorosos 'coclich', que son bolitas de cera atadas a un hilo, que lanzan los niños traviesos en la cabeza de algún amigo que va dormitando con su velita encorvada que llora lágrimas sobre su puño pispado. Tampoco faltan los ponchos, chales y pañolones chamuscados.

Esta actividad culmina con la quema de castillos de fuegos artificiales en la Plaza de Armas, al son de las bandas de músicos. Al finalizar el evento la Estandarte se retira a su domicilio acompañada por los asistentes para amanecerse bebiendo, comiendo y bailando hasta desfallecer de cansancio.


Fuente:
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Capítulo XIV de la novela "DEL MISMO TRIGO" 1993 - Bodas de Oro del Colegio Nacional "Coronel Bolognesi" de Chiquián. En Internet desde el 2003.