miércoles, 10 de abril de 2013

10 DE ABRIL: DÍA DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA - LOS NIÑOS Y EL MUNDO DE LA CIENCIA: ENTREVISTA AL DOCTOR MODESTO MONTOYA ZAVALETA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
 
ABRIL, MES DE LA PALABRA,
LA CREATIVIDAD LITERARIA E
INMORTALIDAD DE CÉSAR VALLEJO
 
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
LUNES 15 DE ABRIL, 7 PM., 2013
TRÁNSITO A LA INMORTALIDAD
DEL POETA CÉSAR VALLEJO
PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
 
EL EVANGELIO
VALLEJO
DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
EN COORDINACIÓN
CON EL VICERRECTORADO
DE INVESTIGACIÓN DE LA UNMSM
SALÓN DE EXPOSICIONES
CASONA O CENTRO CULTURAL
DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL
NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
PARQUE UNIVERSITARIO
CERCADO DE LIMA, PERÚ
PROGRAMA
CONDUCCIÓN:
 
RAMÓN NORIEGA TORERO
MANUEL RUIZ PAREDES
 
BIENVENIDA
 
Dr. BERNARDINO RAMÍREZ
 
Vicerrector de Investigación
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
 
LECTURA DRAMÁTICA DE DOS TEXTOS
SOBRE LA MUERTE DE CÉSAR VALLEJO
 
ALBERTO MENDOZA
 
Actor teatral
 
PONENTES:
 
EMILIO SÁNCHEZ LIHÓN
 
Docente de la Cátedra Vallejo
de la Universidad César Vallejo
 
FRANCISCO TÁVARA CÓRDOVA
 
Presidente del Jurado Nacional de Elecciones
 
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
 
Ex Presidente de la Corte Suprema de la República
y del Poder Judicial del Perú
 
JULIO YOVERA BALLONA
 
Poeta. Docente universitario. Miembro del equipo
de capacitación de Derrama Magisterial.
 
DECLAMACIÓN
 
FREDERIK SOTOMAYOR
LUCERO DÍAZ FLORES
 
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Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
 
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com
 
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10 DE ABRIL
 
DÍA
DE LA CIENCIA Y
LA TECNOLOGÍA
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
LOS NIÑOS
Y EL MUNDO
DE LA CIENCIA
 
 
Entrevista realizada por:
 
 
 Danilo Sánchez Lihón
 
Entrevista al Dr. Modesto Montoya Zavaleta, Doctor en Física Nuclear en la Universidad de París, científico en el Instituto Carnegie Mellon de Pittsburg, del Laboratorio Nacional de Berkeley, en USA; de la Comisión de Energía Atómica de Francia, del Instituto Nuclear de Darmstad en Alemania y del Instituto de Energía Nuclear del Perú.
 
Doctor Modesto Montoya, en los niños de 0 a 5 años, cuya formación es el cimiento para un desarrollo óptimo del ser humano posterior, nos interesa mucho saber cómo a esa edad ya podría inculcársele algunos elementos para una afición genuina hacia el mundo de las ciencias. ¿Es eso posible?
 
Los niños tienen las características completas, por decirlo así, de un científico. Es más, las últimas investigaciones acerca de los más grandes científicos, mundialmente reconocidos, nos permiten decir que ellos han tenido la suerte, por alguna razón, de mantener intactas sus cualidades de niños. ¿Cuáles son esas cualidades? La curiosidad, el deseo de construir, de inventar, incluso obsesivamente, divirtiéndose en hacer artefactos nuevos, a causa de lo cual frecuentemente rompen las cosas de los padres, lo mismo que ocurre con los científicos modernos: que experimentan en aspectos que no conocen; porque no es científico aquel que repite lo conocido, pues eso hace el técnico, siendo aquél más bien el que está explorando asuntos totalmente vírgenes, por eso es que se parecen él y el niño, sin amilanarse pese a que ese conocimiento se descubre a veces en forma dolorosa, como quemándose el niño conoce que la plancha calienta; el científico moderno del mismo modo: hace experimentos que a veces resultan tristes, acontecen accidentes nunca previstos, como el ocurrido con el Chalenger donde murieron valiosas personas.
 
¿Qué es lo que hay que cultivar en el niño para lograr aquello?
 
Para hacer de un niño un científico no se necesita añadirle características, sino más bien estimular aquellas que le son inherentes. Y ¿cómo se hace? Guiándolos en sus experimentaciones, mostrándoles interés respecto a aquello que hacen, haciéndoles sentir que es de valor, sin desanimarlos nunca en su curiosidad, sin decirles “no hagan eso”, sin cometer el error de responderle con un silencio a sus preguntas, aduciendo que estamos ocupados “en cosas serias”, dejando así al niño frustrado; sin castigarlo porque en su deseo de construir ha roto cualquier objeto. Los maestros de educación inicial deben ser personas altamente calificadas para tratar esas joyas que tienen en sus manos y convertirlos en algo aún más reluciente.
 
Hay quienes todavía piensan que el niño es una naturaleza un tanto rústica.
 
Yo quisiera señalar que los niños son seres humanos con un cerebro que funciona mejor que el nuestro. Aprenden las cosas muy rápidamente; conocido es, pongamos por caso, que ellos aprenden en un año un idioma extranjero sin ningún problema y perfectamente. Ese es el momento vital para el desarrollo de aquello que puede ser sutil y complejo. Todos los estímulos que reciban desde el vientre de la madre hasta los cinco años, prácticamente definen su vida de futuros intelectuales.
 
Hay la idea de que el mundo de la ciencia requiere laboratorios sofisticados, una infraestructura compleja e instalaciones costosas, prejuicio ante el cual nos automarginamos al no contar con esos bienes. ¿Es posible avanzar en dicho dominio con materiales caseros, comunes y corrientes, y hasta desechables, o necesariamente tenemos que tener equipamientos muy especiales?
 
En realidad para formar a niños científicos no es necesario recursos económicos que no sean aquellos normales, que están al alcance de cualquier padre de familia. Para comprender las fuerzas de la electricidad basta tener un peine y algo con qué frotarlo y ya se pueden estar descubriendo esas leyes. Pero interesa también mostrarle al niño algo que le agrade, que sea mágico, ¿no? Con una cañita o sorbete podemos hacer girar una lata desechable de gaseosa, eso al niño le gusta, le inquieta y nos preguntará ¿por qué?, y ahí está entonces el adulto para enseñarle. Con una botella y un palito de fósforo se le puede enseñar la fuerza y el centro de gravedad. Las leyes de la inercia se descubre jugando con carretillas y poniendo encima un pedazo de madera, se va corriendo y de repente se para pero no así el pedazo de madera que sigue y se cae. El niño preguntará ¿qué es esto? ¿Por qué se cayó? Se le explica que todas las cosas que están en movimiento si es que alguien no las detiene, siguen en movimiento. Con unos alambrecitos e imanes se pueden armar motores o generadores de corriente, que hacerlos no cuesta más allá de cuatro reales y que son la base de la tecnología moderna. Imaginémonos: si el niño ve cómo funciona un motor en su mesita de trabajo, ¡cómo será cuando lo vea en un automóvil o cuando se prenda la luz de su cuarto! Lógicamente su actitud cambiará extraordinariamente.
 
Cultivar a un niño para la ciencia, ¿es distinto y hasta opuesto a cultivarlo para el mundo del arte?
 
La ciencia es hermana del arte, porque la característica de la ciencia es que ve en la naturaleza la belleza de las cosas, la armonía, de modo que si desde pequeñitos se lo acostumbra a ello, como puede ser haciendo juguetes simétricos, utilizando colores complementarios, armando sus rompecabezas, sus legos, poniendo el rojo al lado del amarillo, y el verde con el azul, se va dando cuenta que hay un orden que da resultados más hermosos y bonitos y no poniendo todo mezclado, en donde salga una casa pintada con una confusión de colores sin leyes. El científico trata de buscar los principios y la simetría en la naturaleza, por eso a los niños hay que entrenarlos desde pequeños en el orden, porque ello forma parte de una conducta científica, y ello se logra haciéndoles arreglar las cosas en la casa, por ejemplo, en donde todo tenga un sitio, comprobando así que algo funciona óptimamente solo cuando hay un sistema. En la naturaleza se aprende muy pronto a saber que todo está optimizado gracias a las leyes de la ciencia.
 
¿Cuál es el factor fundamental para iniciar esta gran tarea de formar en el niño actitudes favorables para la ciencia?
 
Para enseñar ciencia a los niños se requiere sobre todo maestros preparados; nada más. Para ello hay que formar profesores alegres, satisfechos de su tarea, entusiastas. Si eso se logra el resto es secundario. Pero, además, que tengan los incentivos más adecuados, sin obviar los económicos, pues de lo contrario podrán tener edificios elegantes, adelantos tecnológicos a su alrededor, asesoramiento disponible, pero sin alcanzar los resultados esperados.
 
¿Para qué incentivar una personalidad ligada al mundo de las ciencias si es que dicho conocimiento no se lo va a poder aplicar a la realidad, ni tampoco por ello se va a poder conseguir trabajo o es que más bien ello forma parte de una formación integral y de una calidad de vida superior?
 
Hay un aspecto, por supuesto, más simple de comprender y es que el hombre utiliza solamente las cosas que considera necesarias para sobrevivir y si el niño poco a poco ve que para sobrevivir no necesita descubrir nada, que mamá le da todo, va a desechar todo aquello de su vida, pero ahora en este siglo XXI que se avecina la ciencia es necesario realmente para sobrevivir e incluso ahora los pueblos que están sobreviviendo son aquellos que en algún momento iniciaron el camino de la ciencia. Pero debiéramos decir que en primer lugar hay que incentivar la ciencia en los niños porque es parte del aspecto lúdico de su persona, y en el hombre porque es una forma de desarrollarse integralmente. No se trata solamente de formar científicos, porque los niños pueden ser más tarde literatos, pintores, técnicos, pero lo que aprendieron de pequeños forma parte de su formación integral. De otro lado, si más tarde ellos son científicos, tienen abiertas las puertas de la tierra o del planeta. En el Siglo XXI las fronteras habrán desaparecido para todos aquellos que son hombres de ciencia. En estos momentos ya están abiertas. Los científicos peruanos están en todas partes del mundo trabajando, mejorando, haciendo descubrimientos. Entonces hay esos dos aspectos, por un lado como formación integral de la persona humana y, en segundo lugar, por las posibilidades de supervivencia a futuro, que va a ser altamente competitiva, científicamente hablando.
 
Se vincula mucho a la ciencia con el aspecto cognoscitivo, con la actitud intelectual y se piensa que para dedicarse a ella hay que desligarse de los afectos, del pensamiento mágico y hasta de los juegos debiendo sobreponerse a ellos y entrar en una construcción formal, ¿eso es cierto?
 
El campo del afecto en los niños es vital, porque un niño necesita sentirse amado, sentirse persona y miembro de la comunidad. Los padres que hacen sentir al niño como un estorbo logran verdaderamente éxito haciéndolos niños acomplejados y en cierta forma más tarde hombres minusválidos afectivamente, por eso en los centros de educación inicial tenemos que impartir lo que Inés Pozzi Escot llama “una educación de la ternura”, porque los padres de familia, por diversas razones, a veces no le brindan cariño a los niños, lo que es vital para su desarrollo, debiendo en este caso los profesores suplir esa deficiencia. En lo que respecta al juego al contrario, hay que explotar al máximo ese deseo del niño de jugar, porque la parte lúdica es vital para su desarrollo y cuando nosotros hablamos de ciencia y enseñanza de la ciencia a los niños, estamos justamente empujando y estimulando a que el niño siga con su juego, porque la ciencia es juego. Ella no es una cuestión que tenga que ver con la instrucción solamente. Los científicos en sus laboratorios, costosos y sofisticados, siguen jugando, son unos niños apasionados en ese juego que es la experimentación, observando armar cosas, entusiasmarse con los descubrimientos. De modo que no hay que impedir que los niños jueguen.
 
Tampoco, por supuesto, hay oposición entre ciencia y fantasía.
 
Tampoco. Hay que dejar al niño que su cerebro, sus ideas, su intelecto viajen “en otras dimensiones”, entre comillas; que tengan que ver con las ideas implícitas del universo, del origen del hombre, de los animales; eso por su puesto que también es científico; porque a pesar de lo que se pueda creer los científicos no somos materialistas, se nos ha dado esa etiqueta. Y la idea que hay es que siempre estamos midiendo, pesando y calculando, pero las demostraciones experimentales son, han sido y serán para comprobar cosas que se formularon fantasiosamente en la mente. La mente genera ideas, genera necesidades de existencia de objetos físicos, que luego son descubiertos y es porque el cerebro y el ser humano es su expresión en la naturaleza, por lo tanto intrínsecamente se puede decir que el hombre, como hijo de la naturaleza, su cerebro funciona con las leyes de la naturaleza y tiene la tendencia a generar ideas que se expliquen a sí mismas. Eso se está descubriendo últimamente en los científicos que sueñan que vuelan, en realidad no son otra cosa que las experiencias de la naturaleza a través del cerebro humano.
 
¿Cómo combatir esta idea de que la ciencia es exacta, objetiva, rigurosa? Porque hay una actitud de entender que ella trabaja con el cálculo y la racionalidad pura.
 
No. En realidad los científicos más brillantes son los que tienen ideas que al principio parecen fantasías. Es más, hay veces que se les cree locos, porque hablan cosas fantasiosas. Cuando Albert Eistein expuso sus teorías sus colegas pensaron que estaba chiflado, pues estaban lejos de la supuesta realidad, tanto que tuvo graves problemas al principio y solo fue después que recuperó su prestigio. Lo que sí es necesario decir es que el científico tiene una limitación respecto al artista, porque ambos deben tener imaginación, el problema es que las fantasías del científico deben ser confrontadas con la realidad, porque si tiene una idea y en el experimento se ve que es falsa, todo lo construido por él se derrumba.
 
¿Entre mujercitas y varones hay diferencias en sus inclinaciones y aptitudes para la ciencia?
 
En forma natural no hay ninguna diferencia. La simetría comienza a romperse por la parte cultural, porque en las familias generalmente a las niñas se les da determinadas tareas y a los varones se los incita a asumir roles de más audacia. Eso obedece a costumbres prehistóricas, donde las mujeres tenían que quedarse en la cueva y alimentar a los niños; y el hombre tenía que salir a cazar e ingeniarse en resolver problemas. Pero en estos tiempos modernos ya no es necesario que el hombre sea musculoso para traer el pan y las mujeres no es condena que estén pegadas completamente a la caverna. Recuerdo que cuando ingresé a la universidad de ingeniería, en el año 1967, de 900 ingresantes solo dos eran mujeres. Ahora es casi parejo y eso es un cambio positivo.
 
Hay una actitud conflictiva con el mundo de la ciencia, creyendo que ellas son difíciles y que no tenemos aptitudes naturales para ella, y que ese mundo es más bien prerrogativa de algunos elegidos. Esto, ¿es cierto?
 
Esta es una pregunta crucial, creo yo, porque la ciencia es la luz que da al hombre una idea del mundo y durante mucho tiempo en la historia de la humanidad los grupos de poder han querido que vivamos en la oscuridad. En la cultura egipcia habían sacerdotes que contaban historias, las ponían en los templos y eran los dogmas para obedecer, lo mismo hacían brujos, curanderos y charlatanes, para quienes el enemigo número uno era alguien que quería saber la verdad. Si uno revisa la historia hay grupos que han usado, que han detentado un poder producto de la oscuridad, entonces han creado en la conciencia colectiva una animadversión por la ciencia.
 
Finalmente, ¿los peruanos tenemos aptitud para las ciencias o nuestra tradición e idiosincrasia limitan una relación fecunda con este campo?
 
Nuestro ancestro inca es la parte científica y esto ha sido demostrado hasta la saciedad. Los antiguos peruanos eran gente creadora, imaginativa, constructora; que buscaban objetos de armonía en la sociedad; que usaban la tecnología para satisfacer las necesidades de la sociedad; construían canales de irrigación, hacían tratamiento de las riquezas biológicas, domesticación de diversos productos, de plantas, es decir, en todos los campos hemos visto realizaciones prodigiosas en la actividad científica de los Incas, que nadie les enseñó y ellos lo inventaron. Creo que el Siglo XXI va a dar la razón a la cultura andina porque volviendo a experimentar y buscando el mejoramiento de la calidad de vida, de nuestro pueblo, el Perú será grande.
 
¿Hay, digamos, algún tipo de implementación de recursos que los centros educativos debieran tener en sus locales a fin de que el niño desarrolle sus habilidades en el campo de la ciencia? Porque así como si deseo que mi hijo sea carpintero, además de comprarle un serrucho, martillo, clavos y proveerle de madera, debo proporcionarle un banco de carpintería y hasta de repente ponerle de aprendiz en el taller de un carpintero, así ¿hay algún tipo de secuencia en equipamiento para un centro educativo?
 
Sí, bueno; lo básico es lo que hay prácticamente en todos los hogares: alicates, desarmadores, limas, alambres, maderas, tijeras. Ahora, si hay dinero, una computadora, pero que no es imprescindible; luego los otros implementos tienen que ser funciones bellas, legos, en donde pudiera haber incluso parte dinámica, de tal modo que puedan armar cosas que se muevan; también pueden haber jeringas para poder hacer robots, crear presión hidráulica y atmosférica; pero sería bueno que se sepa que todo esto no es nada del otro mundo. Por ejemplo, con una botella de coca cola, de plástico, su tapa y un gotero dentro, se puede hacer que el gotero suba y baje a voluntad, explicándole que es debido a la presión que hay dentro y que el presionar el goterito expulsa el agua y cae al fondo y cuando se deja de presionar el goterito expulsa el agua, pesa menos y flota.
 
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