domingo, 31 de marzo de 2013

ABRAZO CHIQUIANO DE CUMPLEAÑOS - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)



Chiquián


La Vergne, 31 de marzo de 2013
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HOLA SHAY:

Un día como hoy nacieron en Chiquián cinco seres humanos muy queridos por nuestro pueblo: SOLEDAD ZÚÑIGA GAMARRA, ENMA RAYO MINAYA, BALBINA ALDAVE ESPEJO, PABLO MARTÍN VÁSQUEZ VERAMENDI y VICTORIA MONTORO RAMÍREZ.
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Sólo la magia innata de Chole Zúñiga Gamarra puede convertir con facilidad un día normal en una fecha inolvidable. Así es desde niña su carismática personalidad: un matiz de generosidad y entusiasmo contagiante. Herencia viviente de Luis Pardo.

Su incansable labor magisterial, su amor al deporte y su entrega a su familia, constituyen bellos ejemplos para los que compartimos su amistad; cualidades a las que se suma el aire de ánimo que se respira en toda fiesta deportiva y costumbrista con su presencia.
Por su sencillez y su espíritu amigable, grandes y chicos quedan cautivados ni bien la conocen. El sonoro timbre de su voz y su mensaje sincero de solidaridad, paz y amor por nuestra tierra, están presentes en todo momento.

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Chole: telúrica de nacimiento y campechana sin par; coleccionista de abrazos de confraternidad, ejemplo de lucha y coraje a toda prueba, es un ser humano de fe indoblegable.

Hija generosa de padres invalorables y enamorada hasta el tuétano de 'Espejito del cielo', de sus costumbres, de sus usos y tradiciones, siempre labrando con sus manos educadoras el progreso de Ancash como buena cazadora de sueños. Ella está presente con su banderín de lucha en las gestiones por el desarrollo bolognesino, al lado de su hermano Acucho.

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Compartir gratos momentos con Chole, es manar lágrimas de emoción cuando canta un huaynito saleroso con alma, vida y corazón; es aspirar la fragancia de los campos chiquianos después del aguacerito de marzo; es sentir en el ambiente ese olorcito a bizcochuelo recién horneado, a mashuita madurando al sol, a leña fresca crepitando en fogón de humilde barro. 
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Es saber que al asomar el alba volverán los pichuichancas a cantar con esperanza por un día mejor; es recordar un domingo de voleibol en Jircán, un paseo dominguero en Quihuillán y un enorme motivo para recordar la belleza del majestuoso Yerupajá desbrozando las nubes del desaliento.






Madre Chiquiana 2007, como expresión sublime del amor por los hijos y nietos, nos deleitó en el Club Ancash con ese carisma contagiante con el que tantos amigos ha ganado a lo largo y ancho de nuestro querido departamento, que siempre palpita en las sienes y bulle en nuestras venas.
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Doña
Enma Rayo Minaya
y doña Balbina Aldave Espejo, compañeras de generación con gran visión empresarial desde que las veredas chiquianas olían a lajas bañadas por el aguacerito benefactor. La primera en el transporte pesado de carga al lado de nuestro recordado don Benjamín Robles Valverde (fallecido), padres de nuestros amigos de promoción: Mali y Papi (fallecido).





Doña Balbina nos ha legado un bello hotel turístico, remanso de paz y orgullo de Chiquián, por su fina atención personalizada, su bonita arquitectura provinciana y el jardín florido que cautiva al visitante por su aroma y colorido.

Cómo no recordar sus olorosas manzanas, tersas unas, arrugaditas otras, en frascos cristalinos, aguardándonos para saborearlos después de los juegos de ping pong en su tienda del barrio de Quihuillán en los sesentas.

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Pablo Martín Vásquez Veramendi, quien en la foto aparece integrando la Escolta a la izquierda de Pocho Cano (Rubén Robles a la derecha), es uno de los más destacados deportistas chiquianos de todos los tiempos, profesor, novillero, nadador y compositor de larga data, digno heredero de don Pablo Vásquez Ibarra, su querido padre, de reconocida vocación educadora y edil en bien de nuestra provincia. Amante de las revistas de coboyadas y de "Tarzán" del escritor americano Edgar Rice Burroughs, guardo su imagen adolescente leyendo imperturbable con una Bidú en la mano.

Dueño de un verbo que fluye cantarino como el querido Aynín de nuestras excursiones escolares. Sus poesías y relatos chiquianos de bucólica inspiración, sacuden las fibras humanas más intimas y van de latido en latido incendiando el recuerdo, y tonificando el espíritu de los que ya pintamos canas. Ejemplo de pródiga semilla y sabroso fruto para nuestros niños y jóvenes.

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Tardecita fría de un fin de semana de junio del 2010 en la casa familiar. Las primeras sombras de la noche cubrían Lima, la Ciudad Capital, que a millones de provincianos nos cobija bajo su cielo nostálgico; a cambio la bendecimos cada domingo festivo, con los colores vivos de nuestra querencia.
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De pronto:

- Tiene la misma fuerza expresiva de Bellota y Cañita. Ambos hicieron gárgaras con gotas de rocío y aspiraron de chiuchis el fresco aroma de la lluvia. Es una voz vigorosa, pero tierna y dulce como el capulí. ¿Quién es el cantante? tiene acento chiquiano.

Así comentó mi recordado papá, emocionado hasta las lágrimas, al escuchar las canciones entonadas por Pablo Martín, de una grabación que mi hermano Felipe le obsequió durante la visita sabatina.

Macollado, así lo llamamos de cariño, es un gran intérprete del sentimiento chiquiano y fiel amante de todo lo nuestro. Tallado a pulso y templado a fuego, de fina madera y dura cuerda, corazón y razón, alegría y añoranza, todo en uno.


Chimbote


Él no laboró como educador en la costa de Ancash, solamente, sino también en Laramate (Lucanas), hermosa campiña famosa por sus ricos quesos..
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Un rinconcito de Lucanas

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Hoy sus enseñanzas, su alma afable, los trinos de su guitarra viajera y su telúrico cantar, siguen siendo acunados en Atocata, Chancaraylla, Patahuasi, Yauca, Hatun Pampa, Chupancancha, Apataque, Cunya, Chupancancha, Patahuasi, Quillillica y Patachana, cautivadores lugares que conforman el inmenso jardín campestre de esta colorida zona del Perú profundo, donde bajo el cielo azul brillan las tijeras de los mágicos danzantes de almas indomables.
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En trío con Herberto Aldave del Castillo y el flaco Roby Alva Ibarra, inmortalizaron las aguas hechiceras de nuestro mítico Usgor, meridiano creador de la canción chiquiana que hace zapatear y vibrar de alegría a usaditos, maltones y chiuchis en las reuniones con arpa, combo y trago calientito:

Aguas de Usgor, aguas hechizadas
son tus quebradas testigos mudos

de mis amores con una chiquiana

de mis amores con una chiquiana.

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Vino el invierno todo lo ha borrado

fango y lodo, sólo ha quedado

porque tu nido allí ha quedado

bajo las ramas de un árbol caído.


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Ahora espero sólo primavera
para que vuelva hay mi golondrina

agüitas turbias del recuerdo mío

agüitas turbias del recuerdo mío.


Fuga


Anda dile a tu mamá

mucho me gusta melodías

si no le dices yo le diré

con este huayno le engañaré.

(Chiquián con Canciones Folklóricas - Edición 1994 - publicado por Alejandro Aldave Montoro)




Contrapunto con sana picardía, sentimiento y poesía de pueblo que define el perfil de una época de oro del chinguirito y la serenata de zaguán; simiente que germinó en las jóvenes cuerdas sonoras, con un lenguaje coloquial, cantándole a la musa y al paisaje de rica tradición idílica, que al rescatar lo nuestro, subraya la concepción de que lo valioso está en la cultura popular y, que el verdadero perfil de un lugar como Chiquián, hay que buscarlo en sus habitantes, sus creencias y tradiciones, en su música, en los sueños colectivos, en su flora, su fauna, así como en la riqueza de sus entrañas y en la nívea belleza de sus picachos. Seres humanos como Macollado son los que ennoblecen las palabras: AMIGO y PAISANO.
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Cierto día de fines de marzo, lejos de nuestro amado pueblo, pensando en el gran legado espiritual de “Mamamita” Victoria, me repetía una y otra vez: "en Chiquián están las huellas de mi infancia, también las ilusiones dormidas que sueñan con un lindo despertar. Está su espíritu festivo y religioso, músculo y nervio del provinciano de pura cepa. En sus chacras habita la fragancia del trigo dorando al sol y del maíz tierno bañado por el shulay. Allí están sus quietas calles donde quedaron las risas de mis amigos, allí duermen mis días primeros bajo el hermoso glaciar. Allí están las obras de las mujeres y hombres que forjaron su identidad... y en Alcococha descansa el horno de cielo rojo alambicando el aroma del pan caliente... también en Alcococha, junto al murmurador Yarush, está la casa solariega que Mamamita cedió con cariño, durante tres décadas, a nuestro pueblo para el funcionamiento del colegio 'Coronel Bolognesi', del INA, la PNP y del INPE...".



ABUELI
TA VICTORIA





Mamamita, te llamábamos tus nietos;
siempre tuviste para nosotros amor
y sólo amor, mas nunca vimos
descansar tus manos...

Siempre trabajando duro,
en tu cálido horno y tu tienda,
atenta con tus clientes y generosa con los
niños y ancianitos que te pedían dos pancitos.

Enviudaste con una decena de hijos a cuestas,
pero no te amilanaste ni un segundo
y continuaste luchando fuerte,
agotando tu existencia.

¡Oh! dulce manantial
de trabajo honrado y saludable
que nosotros evadimos y regateamos,
mientras amasabas jaratantas de esperanza.

Hoy, ese nuevo pan que es fruto de tu obra,
late en cada alma y corazón chiquiano,
pues la casa que cediste con cariño,
les dio conocimiento y abrigo.

Por eso los bolognesinos,
también del Instituto Agropecuario,
los policías e internos que ocuparon tu casa,
te añoran con gratitud por tus biscochos y tu techo.

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Un fuerte abrazo de la familia chiquiana Alvarado Balarezo a Chole, a doña Enmita y a mi entrañable amigo Macollado; y nuestras plegarias por doña Balbinita, fallecida hace exactamente 4 años, y por mi querida abuelita Victoria (24 de junio de 1969). Ambas descansan en el cementerio de Chiquián, donde en marzo florece el arcoíris.

Fraternalmente

Nalo


Chiquián - Plaza de Armas