PRÓLOGO DEL LIBRO
"ANCASH, UN VIAJE POR LA HISTORIA / LA ENCICLOPEDIA DE ANCASH "
del Dr. Víctor Unyén Velezmoro.
Presentación del libro en el Congreso de la República
Prologar un texto sobre Ancash, es una tarea difícil, pues exige tener una visión global de nuestra región. Pero mucho más difícil que prologarla es concebirla, estructurarla y desarrollarla. Este sí que es un esfuerzo titánico que merece nuestro mayor respeto hacia el autor de semejante reto.
El Dr. Víctor Unyén Velezmoro, a quien profeso una reverente devoción por la magnitud de su obra, y a quien tuve el honor de declarar Patrimonio Cultural Vivo de Ancash en mérito a su amplia trayectoria intelectual y a su vida ejemplar, me concede el honor de ser quien prologue su interesantísima obra "Ancash, un viaje por la historia"; honor que a todas luces no merezco.
Una obra global, totalizadora, un tratado tan extenso sobre Ancash, su historia, sus provincias, su producción, su quehacer, sus instituciones, sus planes de desarrollo y sus valores, no se ha realizado hasta el presente.
Como antecedente tenemos varios trabajos de eminentes autores, pero que tocaron a nuestra región de modo fragmentado. Contamos con el estudio inicial de Antonio Raimondi "Ancash y sus recursos minerales" publicado en 1873 que como menciona su título, se especializa en el tema minero. En el siglo XX tardíamente encontramos trabajos sobre Ancash; salvo la publicación del Fraile español Alberto Gridilla "Ancash y sus antiguos corregimientos" editado en 1937. Con motivo del centenario de la creación política de la provincia de Huaraz, se publican en 1958 cinco pequeños tomos de "Libros para Ancash" convocando a diversos autores y agrupando temas de historia y literatura regional. César Ángeles Caballero nos entregó en 1967 su obra "Literatura peruana. Ancash, tomo I", con valiosísima información sobre nuestros escritores ancashinos. En 1970 vio la luz el excelente trabajo de don Félix Alvarez-Brun "Ancash, una historia regional peruana", que analiza con minuciosidad el devenir histórico de nuestra región. La hecatombe del 70 nos trae dos publicaciones analíticas: en 1971 el recuaíno Hugo Ramírez Gamarra publica un sentido "Ancash, vida y pasión" en el que rememora a las provincias ancashinas en su devenir cotidiano, y al año siguiente Marcos Yauri Montero nos regala "Ancash, o la biografía de la inmortalidad" con ensayos sobre temas de actualidad. El CONCYTEC publicó en 1989 "Ancash, historia y cultura" Tomo 1, con estudios históricos y antropológicos de diversos autores; lamentablemente el segundo tomo no llegó a aparecer. El Patriarca del Folklore Ancashino, don José Malca Landaveri, en 1993 nos entregó su valiosísimo "Ancash y su policromía indumentaria" con datos exactos y documentados del modo de vestir de todas nuestras provincias y distritos. El célebre historiador caracino Augusto Alba Herrera publica en 1994 "Ancash en el recuerdo y para el recuerdo" con notas y tradiciones populares. En el 2001 el INC Ancash nos ofreció el "Mapa cultural de Ancash" con variada información de algunos distritos y provincias de la región. El último trabajo registrado es el de Félix Julca Guerrero "El quechua de Ancash", editado en el 2010 con una visión completa de nuestro idioma materno y sus cuatro variantes regionales.
Pues bien, estos son en síntesis, los textos más reconocidos que se han publicado sobre nuestra región. Pero reitero, no se conoce de algún trabajo enciclopédico, total, sobre Ancash. La "Biblioteca Documental del Perú" editó en 1966 un pequeño tomo dedicado a Ancash, que tuvo XIV reediciones, mas sus características la incluyen en el género de revista, o libro de bolsillo más que de enciclopedia. Tal es el caso de un tomo editado por el diario La República dedicado a Ancash en el 2003 en su colección Atlas Departamental del Perú.
Estamos pues frente a una obra monumental, no sólo por su envergadura y pretensiones sino por la especial caracterización que el autor ha impreso a su obra "Ancash, un viaje por la historia". Con esta publicación don Víctor Unyén estrena sus merecidas Palmas Magisteriales en el Grado de Maestro, reconocimiento tardío pero merecido para quien es un maestro de verdad.
Ancash es una región privilegiada. Tiene todas las bendiciones de Dios. Su clima, su historia, sus recursos, sus paisajes, y especialmente su gente, hacen de nuestra región, la más privilegiada del Perú.
Ya desde la cosmovisión, este suelo es único. El mito originario ancashino, es el sin par mito de los Huaris. En él se relata cómo del humo surgen los mundos y en el nuestro, el del medio, se produjo un gran cataclismo que levantó dos enormes cadenas montañosas. El valle que se formó al medio de ellas pasa a ser habitado por los gigantescos Huaris, antiguos moradores de las profundidades.
El mito nos cuenta que los desastres naturales son una constante en nuestra región, pues un terrible diluvio casi acaba con los Huaris quienes para salvarse huyen del valle enmarcado por las dos mágicas cordilleras y al salir de él pierden su condición transformándose en plantas, animales y seres humanos. Habiendo surgido la vida en nuestro suelo, los descendientes de los Huaris pasan a poblar costa, sierra y montaña, en perfecta armonía.
Enlazando el mito con la historia, vemos que en Ancash se asentaron los primeros peruanos, como quedó registrado en sitios costeños y en la Cueva del Guitarrero, donde se han hallado las más iniciales muestras de cestería de la América toda, del descubrimiento de la horticultura y de la domesticación de animales. No estamos equivocados al afirmar que la cultura andina nace en el norte del Perú, en una zona que teniendo a Ancash como epicentro, está delimitada por Paiján en el norte, Kotosh en el este, Caral por el sur y nuestro insuperable litoral ancashino por el oeste.
Acá se descubrió ciencia y tecnología en un período comprendido entre los 8 000 a los 2 000 a.C.
Largo fue el camino que tuvieron que recorrer nuestros ancestros para legarnos como herencia un bien estructurado corpus de conocimientos universales. Del estudio de las plantas y su aplicación a la salud humana, nació la medicina natural, primigenia ciencia conocida por nuestros predecesores. Escudriñando en las noches los cielos, relacionando la influencia de la luna y las estrellas en las mareas y el ciclo vital, nuestros antepasados se convirtieron en grandes astrónomos. Observando la Cruz del Sur, midiendo sus brazos y estableciendo relaciones entre ellos, descubrieron la geometría; y de su aplicación práctica nació la arquitectura y la ingeniería.
Acá aprendieron a trenzar la lana y el algodón para crear la textilería, hermana mayor de la cestería. Teniendo a los valles costeños, el Callejón de Huaylas y las quebradas conchucanas como campos de experimentación, desarrollaron como ningún otro pueblo la horticultura. Perdiendo el miedo al dios del fuego, utilizaron su calor para crear la cerámica y la metalurgia.
Mas el mayor aporte ancashino a la formación de la personalidad del Perú estuvo en el aspecto espiritual. Aquí nació la reciprocidad como principio básico de las relaciones; entre Dios y los hombres, entre la naturaleza y los seres vivos, y entre todas las personas. Aquí nació el ayllu ancestral, la gran familia de familias que vela por todos sus miembros. Y de aquí surgió el concepto de un solo Dios.
Culmen de todo este proceso, que surge como una síntesis de todo lo que el hombre había acumulado como acervo cultural, es el estado Chavín. Bien dicen los historiadores que la partida de nacimiento del Perú hay que buscarla en Chavín. Chavín regala al Perú el primer dios andino: Guari, el dios agricultor, el dios civilizador. El dios bajo cuyo amparo, roturando caminos los Chavín llevan en grandes rebaños de llamas los sagrados frutos del maíz y la papa por todo el antiguo Perú, y de paso su religión, su arte, sus costumbres, sus sueños, inaugurando una época de paz y prosperidad en el suelo patrio.
¡Qué terrible muestra de desprecio es llamar "lanzón", a la imagen del dios Guari que se encuentra en el templo de Chavín! Por el contrario, debe ser para nosotros señal de máximo orgullo, ser el único pueblo en el Perú que conserva in situ, en pleno siglo XXI la imagen del primer dios andino, esculpida en hierática piedra hace ya tres mil años.
Ese orgullo de sentirse herederos de la gloria de estos ancestros, lleva Al Dr. Víctor Unyén Velezmoro a acometer la titánica labor de contar en un trabajo de largo aliento, al que ha dedicado los mejores años de su vida, las glorias de Ancash. Glorias que pasan también por el tema de los recursos naturales.
Ancash tiene el privilegio de ser una región bendecida por una gran abundancia de riquezas. No sólo su privilegiado mar, no es sólo el enorme caudal de metales preciosos que encierran sus entrañas, es también su exuberante naturaleza que hace de Ancash la única región que cuenta con siete de las ocho regiones naturales, pues sólo nos falta la selva baja o región Omagua. Flora y fauna única y abundante es la de nuestra tierra.
La variedad de pisos ecológicos nos permite solazarnos con una infinita variedad de paisajes. Desde la sin par Isla Blanca de Chimbote, pasando por las playas y caletas de nuestras tres provincias costeras, subiendo a los bellísimos valles interandinos donde el Callejón de Huaylas, y las cuencas del Rupac, del Yanamayo, del Puchca y del Marañón; nos conducen a la Reserva de Biósfera Huascarán, que tiene como corazón al Parque Nacional Huascarán, verdadera maravilla natural de la humanidad.
Hasta el presente no había una sinfonía que cante todas las glorias de Ancash, que module nota a nota su esplendor, que cante verso a verso sus maravillas. Estamos pues, frente a una gran obra, a un gran libro, y nuestra región no merece menos. Dios y el hombre hicieron la grandeza de Ancash. Dios nos regaló tan ubérrima naturaleza y el hombre hizo la historia.
Desgranando el devenir de la historia, en nuestro suelo nace la gran cultura Recuay, en el primer milenio de nuestra era. Y aquí, ejércitos de guerreros confederados cortaron la marcha triunfal de los hijos del sol y los incas tuvieron que establecer lazos de sangre para calmar el furor de nuestros antepasados.
Debido al valor y arrojo de los antiguos ancashinos, los invasores ibéricos se cuidaron mucho de no molestar a "la gente más guapa y alzada de estos reinos", como nos conocían. Y es por ello que este pueblo se sacrificó más que otros por la causa de la independencia nacional; como también lo hizo en la guerra del Pacífico.
Toribio de Luzuriaga fue el único general peruano en el Ejército Libertador y también el único que luchó por la liberación de cinco repúblicas. El merecía ser el primer presidente del Perú, pues valor y dotes de estadista no le faltaban.
Atusparia y Pedro Cochachin son paladines de la lucha por la reinvindicación del indígena, pues ellos encabezaron la única revolución campesina de nuestra historia republicana.
Santiago Antúnez de Mayolo, Eleazar Guzmán Barrón y Celso Bambarén encabezan la pléyade de científicos e intelectuales ancashinos que han dado gloria y lustre a la región Ancash.
La grandeza de Ancash se basa en el ejemplo de estos prohombres, llenos de valores morales, valores que lamentablemente hoy escasean en nuestra sociedad. Es por ello que el autor acierta al insertar en su obra a estos personajes ejemplares. Nuestra juventud necesita modelos de vida, paradigmas vivientes, ancashinos célebres a quienes emular.
El ejemplo de estos titanes de Ancash, en frase feliz de nuestro autor, que nos sirva a sus hijos para sobreponernos a todo desastre natural, para levantarnos con más ahínco y fuerza después de cada catástrofe, para sostener incólume en nuestros corazones el amor por la libertad y las causas nobles, para siempre avizorar un futuro mejor para nuestros hijos.
"Nadie ama lo que no conoce", reza el adagio, deleitémonos con la lectura de esta magnífica obra y conozcamos las maravillas de Ancash. Así podremos querer y valorar a este bendito suelo que nos vio nacer.
Huaraz, abril de 2011
Mg. José Antonio Salazar Mejía
Ex Director del INC Ancash.
Director Regional de Cultura de Ancash.