EL ESPÍRITU NAVIDEÑO EN SAN MIGUEL DE CORPANQUI
(BOLOGNESI - ÁNCASH)
Por Norka Bríos Ramos
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Con el correr del tiempo, muchos hermanos corpanquinos me han relatado sus vivencias navideñas, y todos tienen un denominador común: unión, confraternidad y felicidad por la fe y el amor a Jesús.
Durante mi niñez participé de algunas navidades en nuestro pueblo. Los preparativos empezaban en noviembre. Las alumnas de la Escuela 370 traíamos arcilla de diferentes colores de un lugar cercano. Con dicho material moldeábamos los personajes del Nacimiento, también animalitos y objetos para adornar el pesebre. Luego se secaban, horneaban y pintaban.
Preparábamos almácigos en latitas de atún y portola. Una vez que las latitas estaban llenas de tierra, echábamos las semillas de cebada y trigo, luego el agua necesaria para que germinen en diciembre.
Fabricábamos panderetas para acompañar los villancicos, aplanando y ensartando en alambres chapas de bebidas gaseosas o de cerveza, que recolectábamos de las tiendas del lugar.
En el jardín de la Escuela 370 se construía un Nacimiento para el disfrute de los alumnos y profesores. El 24 en horas de la noche, después de la Misa de Gallo, en la iglesia se hacía una representación viva del Nacimiento de Jesús. En esta actividad participaban los danzarines, llamados “Dominicos”, quienes adoraban al Niño Dios por encargo de Santo Domingo. La jornada religiosa culminaba con tazas de chocolate, ponches y bizcochos navideños para todos los asistentes. A los niños del coro se les premiaba con buñuelos o "dulces del Niño", muy parecido a los picarones.
El 25, al amanecer, las autoridades realizaban un saludo de Salva, de igual manera en Año Nuevo. Al mediodía se llevaba a cabo una misa cantada con acompañamiento del coro de villancicos y de Los Dominicos. La población lucia sus mejores galas.
La comida que se consumía en la festividad era preparada por las amas de casa. No faltaba el pelado de trigo o de maíz, que se hervían con ceniza para facilitar su cocción. El pelado de trigo acompañaba al cuy a la brasa y al picante de cuy, o se comía con requesón. El mote de maíz se servía con chicharrones.
Se preparaban humitas dulces y saladas de choclo tierno y tamales de harina de maíz, rellenos de carne de chancho, aceitunas, huevo y maní. Envueltos con pancas parecían pelotitas muy llamativas. También se servía caldo de gallina o de cabeza de cordero. En el Año Nuevo se degustaba pachamanca con ingredientes nativos como el chincho, y asado de chancho. De postre: frijol colado con chancaca, manjar blanco y dulces de higos, manzana y calabaza, rosquillas de mantequilla, tortas de maíz, semitas, bizcochuelos y pan de maíz en forma de estrellitas adornado con grajeas de colores.
No faltaban las frutas frescas. La señora Hilda, generosa dama llacllina, abastecía al pueblo con sabrosas frutas de su cálida querencia.
Las damas de la Acción Católica, realizaban kermeses para recaudar fondos que se utilizaban en las actividades religiosas (reparaciones diversas y arreglos del altar). Los potajes eran donados por las socias. Dichas damas tenían la responsabilidad de velar por las festividades religiosas. Una función social digna y noble en bien de la fe.
Los Dominicos también participaban en el mes de junio (Corpus Christi) con las danzas de los Negritos y los Diablitos, como expresión del mestizaje cultural, recorriendo con sus coreografías y bailes las calles del pueblo durante el homenaje a Santo Domingo. Lamentablemente estas gratas expresiones culturales se interrumpieron debido al incendio de la iglesia. Una vela que olvidaron apagar ocasionó la destrucción de la imagen del Santo.
Los Negritos representaban el lado bueno, lo positivo de la vida, ellos vestían una máscara negra que les cubría el rostro, sombrero blanco en la cabeza, pañoleta de vivos colores sobre la espalda como mantilla. Tocaban una campanilla al son de sus pasos, siempre acompañados de un arpa y violines. Usaban terno y zapatos negros.
Los Diablitos interpretaban la parte negativa de la vida, pero justiciera, pues ellos venían a castigar a los malos, es decir a llevárselos al "infierno". Su indumentaria consistía en un pantalón hasta la rodilla y chaqueta de diferentes colores de telas brillosas. Las máscaras se confeccionaban de cuero y astas de venado. La cabellera de cerdas de la cola del caballo o fibras de penca. Utilizaban espuelas de bronce y un látigo de cuero trenzado que terminaba en punta (casco del venado), que hacían resonar para asustar a los niños.
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Es
muy importante mantener vivas las costumbres y tradiciones heredadas,
cumpliendo el calendario festivo, no solamente como producto turístico,
sino también para afianzar el sentimiento religioso que subyace en la
memoria colectiva; solamente así brillará eternamente la riqueza
milenaria de nuestra identidad cultural."El distrito de San Miguel de Corpanqui (Bolognesi, ANCASH), fue creado por Ley 12127 del 15 de octubre de 1954. Uno de los principales artífices para la dación de dicha norma, fue el patriarca ancashino Hermenegildo Bríos Eulalio, con el respaldo del senador Carlos Bracale Ramos y la firma del presidente Manuel Odría Amoretti. Limita por el Norte con el distrito de Ticllos (Bolognesi), por el Sur con el distrito de Canis (Bolognesi), por el Este con el distrito de Abelardo Pardo Lezameta (Bolognesi) y por el Oeste con la provincia ancashina de Ocros. Su capital es el pueblo de Corpanqui, que tiene como hermanos territoriales a: Carhuajara, Charco, Colmacson, Huanchay, Huancos y Pumacocha. De clima templado/frío, con una superficie territorial de 43.78 Km2 donde residen 900 personas, aproximadamente. Se encuentra a 3,380 m.s.n.m, protegido por el apu Huahuanmargarag. Uncul y Ashao son los monumentos arqueólogicos que cautela su ubérrimo suelo, rico en aguas medicinales que dan vida a Asiaq y Queyao (camino a Ticllos). La agricultura y la ganadería son las actividades de mayor auge. El 29 de setiembre rinde homenaje a su patrono San Miguel Arcangel". Armando Alvarado Balarezo (Nalo).
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LA DOLIDA TERNURA EN LA POESÍA DE NORKA BRÍOS RAMOS
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
LA DOLIDA TERNURA EN LA POESÍA DE NORKA BRÍOS RAMOS
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
¿Qué niño andino no se siente arrobado cuando por las callecitas estrechas de su pueblo cabalga una adolescente con la destreza de una experimentada amazona?
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En los albores del 60, Norka llegaba a Chiquián con las últimas lluvias de marzo, procedente de Corpanqui, sorteando mil peripecias a lo largo de su recorrido, sujetando las riendas de su cabalgadura y con las estrellas de sus espuelas magullando los ijares del caballo, en cada empinado recodo de los pétreos desfiladeros que sostienen los glaciares del Huayhuash.
Los niños del Jr. Leoncio Prado corríamos para verla apearse del corcel y posar sus pies sobre el empedrado salpicado de goteras. Ella nos regalaba una sonrisa e ingresaba a la casa solariega de su abuelito Hermenegildo Bríos Eulalio, ser humano muy querido y respetado por grandes y chicos. Días después viajaba a Huaraz o a su natal Huacho, en compañía de su papá Nicolás.
Pronto cayeron decenas de almanaques... hasta que una soleada tarde en los balbuceos del Tercer Milenio, me enteré de su vocación por la escritura creativa. Gracias a dicha información visité la reconocida Web Internacional “SALAMAGA”, espacio virtual donde comparte sus poemas desde el quinquenio pasado. Pero ella no solamente crea versos empapados de sentimiento telúrico, además recrea relatos de los años felices de su infancia en Corpanqui.
Parte de su producción literaria obra en los libros: “MOMENTOS” (2011), “MUJER” (2012) y otro en ciernes, que conservarán para la posteridad su pensamiento luminoso, como ejemplo de vida par las futuras generaciones.
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Con seguridad, su vocación por la
literatura nació como legado de su mamá, doña María Deifilia Ramos de Bríos,
maestra de escuela por excelencia, quien nutría el espíritu de sus pupilos con
canciones, semblanzas, mitos, leyendas y poemas de su venero magisterial, como
“MUJER DEL ANDE”, por ejemplo. Hacer clic:.
MUJER DEL ANDE - POR MARÍA D. RAMOS DE BRÍOS (SAN ...
El escenario geográfico, social y cultural de Corpanqui, como el de todos los mágicos lugares del Perú profundo, hacen del ser humano que lo habita: amantes defensores de la naturaleza, fraternos con sus coterráneos y creadores de belleza a través de la palabra. Por eso los poemas de Norka brotan de su alma generosa como melodías de infinita ternura, como brotan cristalinos los manantiales de las entrañas de nuestra hermosa cordillera. A todo ello se suma su experiencia como maestra de aula y directora después, cargo que corona con éxito su periplo profesional; luego viene la forja diaria compartiendo sus creaciones en diferentes cenáculos literarios, donde también declama a viva voz; develándose así lo que desde niña anidó en su corazón: sonidos y colores de los amaneceres campesinos, y los aromas en las puestas de sol al cesar el aguacerito benefactor, bajo el amparo del cerro Huahuanmargarag, apu milenario de San Miguel de Corpanqui, pues como dijera Emerson “Los años enseñan muchas cosas que los días desconocen”.
Para nadie es un secreto que, gracias al accionar de AEPA, Ancash está atravesando por un ciclo de bonanza literaria más allá de los linderos de nuestro departamento: en Lima Metropolitana participando activamente en múltiples jornadas culturales, luego en Huacho y Aucallama, actividades en las que Norka viene poniendo de manifiesto la grandeza de su talento creador de alto caudal emotivo, con la sencillez, dulzura y constancia que la caracterizan, expresión enraizada desde su infancia a la lumbre de la leña de fogón.
El paisaje rural y la nostalgia por el terruño que genera el desarraigo, son pues, los elementos vitales que alimentan la fibra creadora de Norka, sentimientos fielmente traducidos que conmueven el espíritu, gemidos de angustia por lo perdido, que estremecen y se hunden en las aguas del sollozo universal.
Por la frescura de su pluma, sus creaciones vienen siendo recogidas en importantes antologías peruanas y extranjeras, cada día aportando destellos de luz a las letras nacionales, con esa pureza de empeño que poseen las almas fuertes, siempre buscando un nuevo canto para mantener floreciendo su voz poética.
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Son unos breves apuntes que he
querido compartir sobre Norka, nuestra poeta de tierra adentro,
amalgama de relámpago, lluvia y granito, que día a día hiere al desamor con las
relucientes lanzas del verso libre, versos de candor ecuménico, un concierto de
emociones, esencia del corazón humano, llanto que rueda silente en las cumbres
nevadas, recordando el ayer venturoso.
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La Vergne, 2012.
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