domingo, 30 de diciembre de 2012

30 DE DICIEMBRE: PONTE EL ALMA - FOLIOS DE LA UTOPÍA: VUELVO A MI OFICIO DE CARPINTERO - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA
Y CONSTRUYENDO LOS ANDENES NUEVOS
 
DICIEMBRE, MES DE LAS MONTAÑAS,
DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES;
DE LOS INMIGRANTES, Y DEL NACIMIENTO
DEL DIOS NIÑO EN LA NAVIDAD
 
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
POR LOS 120 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL POETA
Y 90 AÑOS DE LA EDICIÓN DEL POEMARIO TRILCE
 
*****
 
MAGNO HOMENAJE
A GEORGETTE DE VALLEJO
EL DÍA DE SU 105 ONOMÁSTICO
LUNES 7 DE ENERO, 7 PM
PRESENTACIÓN DE LA OBRA TEATRAL
“VALLEJO, PERÚ AL PIE DEL ORBE”
DE ÁUREO SOTELO Y LILY CARDICH
 
CON LA ACTUACIÓN ESTELAR
DE:
 
REYNALDO ARENAS
FERNANDO VÁSQUEZ Y
CARLA TABRA 
 
(EN EL PAPEL DE GEORGETTE)
 
PANEL:
GEORGETTE; ADHESIÓN
A UN POETA, A UNA OBRA
Y A LA CAUSA DEL HOMBRE
 
CONDUCCIÓN:
 
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
DECLAMACIÓN
DE POEMAS DE VALLEJO
A GEORGETTE:
 
LUCERO DÍAZ FLORES
 
“PALMA Y GUITARRAS”
 
FREDERICK SOTOMAYOR
 
“DULZURA POR DULZURA
CORAZONA
 
LUNES 7 DE ENERO. 7 PM
KORI WASI
CENTRO CULTURAL
DE LA UNIVERSIDAD RICARDO PALMA
 
AV. AREQUIPA 5198
A UNA CUADRA DE LA AV. PARDO
MIRAFLORES
INGRESO GRATUITO
 
*****
 
SÁBADO 12 DE ENERO. 7 PM.
DISTINCIÓN
 
VÍCTOR JOSÉ LA CHIRA
 
AMAUTA DEL PERÚ ETERNO
 
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XIV CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2013
POR LOS CAMINOS DE VALLEJO
LIMA, TRUJILLO, SANTIAGO DE CHUCO
14 Y 15 DE MAYO EN LIMA
16 DE MAYO EN TRUJILLO
17,18 Y 19 DE MAYO
EN SANTIAGO DE CHUCO
 
GLOBOS ILUMINADOS
EN LA PLAZA DE ARMAS
DE SANTIAGO DE CHUCO
EN EL CAPULÍ XIV
 
COMO HA OCURRIDO ANTERIORMENTE, EN EL CAPULÍ XIV
A REALIZARSE DEL 17 AL 19 DE MAYO DEL AÑO 2013,
SE ELEVARÁN EN LA PLAZA DE ARMAS DE SANTIAGO DE CHUCO
14 GLOBOS ILUMINADOS, QUE SOLTARÁN LAS DELEGACIONES
ASISTENTES AL CERTAMEN, CONMEMORANDO LOS XIV
ENCUENTROS INTERNACIONALES, LOS MISMOS QUE SE
ELEVARÁN SUMERGIÉNDOSE EN LA NOCHE INSONDABLE.
ESTA VEZ, POR INICIATIVA PROPIA Y ANTE LA INMENSA
EMOCIÓN VIVIDA, LOS GLOBOS YA FUERON DONADOS
POR LA DOCTORA MARA L. GARCÍA, PRESIDENTA DEL INSTITUTO
DE ESTUDIOS VALLEJIANOS DE LA BRIGHAM YOUNG UNIVERSITY
DE UTAH DE LOS EE.UU., QUIEN ESTARÁ PRESENTE EN EL ACTO.
SU CONFECCIÓN YA FUE ENCARGADA LUCIENDO CADA UNO
LA EFIGIE DE LOS PERSONAJES MÁS REPRESENTATIVOS
DE LA NACIÓN CHUCO. ¡ESTÁS INVITADO A ASISTIR!
Y VIVIR ESTAS EXPERIENCIAS INOLVIDABLES EN UNA TIERRA
LEGENDARIA, CUNA DEL POETA UNIVERSAL CÉSAR VALLEJO
Y EN UN CERTAMEN QUE ES FLOR DE FRATERNIDAD HUMANA
 
Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
 
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com
 
30 DE DICIEMBRE
 
PONTE
EL
ALMA
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
VUELVO
A MI OFICIO
DE CARPINTERO
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
1. Desde
el umbral
 
Diciembre es punto de llegada y es punto de partida. Mes feliz y triste. De final y de comienzo. Vértice y puente. Mes dulce y furtivo.
Ya pasó la Navidad y ya no hay clases en la escuela. Ya se siente el vacío del tiempo sin asidero. Ya la lluvia arrecia y ya es largo e inacabable el tiempo libre.
¿Qué haré? Revisaré en mis libretas de apuntes los libros que leí en las vacaciones del año pasado.
Y pediré prestados otros nuevos volúmenes de la Biblioteca Municipal, algunos de la Beneficencia Pública y otros en la Parroquia.
Y volveré estos días a mi viejo oficio de carpintero. Y a contemplar desde el banco donde trabajo a la gente que pasa. Y desde el umbral las tempestades que se desatan, y sus goteras que asordan con su rumor en el tejado, en los árboles y en las piedras.
 
2. Y que es
único
 
Mientras, el cepillar de la madera nos devuelve la misma lluvia pero desde dentro del árbol de cedro, aliso o toronjil que convertimos en mesas, baúles o roperos.
Saldré un momento a la puerta, cogiendo quizá algún pedazo de madera olorosa en la mano, a ver correr el agua bajando como un río por la calle empedrada, mientras se arrebujan las personas bajo los aleros, sin poder cruzar una calle.
Volveré a los trozos de madera que se juntan y cepillan, se encolan y se clavan, viendo cómo surge y se hace una silla, un estante, una mesa de centro con sus volutas y ojivas.
Viendo cómo el serrucho va cortando la madera al impulso de una idea, del brazo que la divide, y del anhelo por construir algo que antes no existía, y que es único por humilde que sea. 
 
3. Oficio
cristalino
 
Caminaré hoy hasta el taller de don Ernesto Villalobos, a tres cuadras de mi casa hacia la parte baja, como si fuéramos al puquio, donde yo mismo voy y me empleo.
Donde no es necesario que él me llame ni yo le solicite trabajo. Llego, lo saludo, siento que él se alegra, retira algo del banco sin uso; y voy hacia las maderas que son retazos que él ha ido acumulando.
Tengo desde muy niño un acuerdo tácito con él, para que yo allí corte, cepille y fabrique lo que se me ocurra, en este oficio sencillo, ensimismado y cristalino como es la carpintería.
– Es la mejor ebanistería del pueblo. –Dice la gente.
Pero a él le temen. Porque es un hombre austero, solitario y sin palabras vanas, tras su mandil de cuero. Esmirriado y casi mudo, no porque no hable sino por lo que piensa.
De intensos ojos azules y rostro angélico, siempre con un cigarrillo prendido en la comisura de sus labios, finos y agestados, mientras con las manos serrucha, encola y cepilla. 
 
4. Extasiado
de ver
 
¿Cómo llegamos a confiar el uno en el otro?, pese a ser yo un chiquillo y él casi un anciano.
Fue pararme ante su puerta, absorto ante la maravilla de ver cómo cuadra, hace un orificio con el berbiquí, hace una hendidura utilizando una gubia, labra una muesca con el formón, cómo ensambla una juntura.
Al ver con asombro y embeleso cada herramienta: distintos cepillos, escofinas y tornos. Nunca hubiera imaginado que existieran tantos tipos de serruchos, cada uno con su función, carácter y hasta con su propia música y tonada.
Extasiado de ver cómo se riza la viruta, cae el polvillo de aserrín en un montículo, y la madera emite esa fragancia secreta que evoca torrentes, vientos, fuentes, nidos de pájaros y a la campiña entera donde el árbol ha vivido todas sus emociones. Y cómo va surgiendo de sus restos una mesa, un armario, una cama. 
 
5. Legendario
caballero
 
Fueron horas de pie en su puerta en un silencio religioso y absorto viéndolo hacer su trabajo. Y él paciente, sin molestarse, y como si yo no existiera.
Él siguiendo una línea negra de su lápiz de punta horizontal trazada en la madera, con movimientos regulares o acompasados del serrucho.
O, cuando asierra en redondo, con una cinta dentada muy fina que se ajusta con tuerca de mariposa en un armazón espacioso, siguiendo una línea en círculo.
O cuando cepilla, la serpentina de madera que es ora fina, ora gruesa, de acuerdo a la abertura que él regula en la garlopa entrecerrando los ojos.
Y yo tratando de leer algunos números en las volutas de humo que desprende su cigarro, siempre prendido a un costado de su boca de labios finos en su figura de legendario caballero andante.
 
6. No sé
por qué
 
Allí, con su mandil de cuero en su cuerpo enjuto y liso; con los ojos azules y el cabello castaño, con su rostro solitario y ausente, midiendo y cepillando las tablas.
Hasta un día que me hizo pasar, diciéndome:
– De esos pedazos de madera, a ver ¡haz lo que quieras!
Y de mis manos fueron apareciendo cofres para mis hermanos, alcancías, repisas, cajas para lustrar zapatos, mesitas de noche que él alza en sus manos y celebra embelesado.
Y en mi casa mis hermanos lo acogen con exclamaciones de admiración y júbilo.
Así me permitió, no sé por qué ser el carpintero que soy. Y él nunca me lo dijo.
A él, sin embargo, le temen. Pero de ahí sale la ebanistería más insigne, noble y reluciente de mi comarca.
 
7. Inmenso
cariño
 
Y no acepta obra que no la vaya a poder tener lista para la fecha que le piden y él ofrece.
He sido testigo de cómo ha rechazado dinero, contante y sonante que le ponen en la mano, para una obra que iba a hacer que él deje de cumplir con otras a las cuales ya se había comprometido.
Es la única persona de mi pueblo que conoce Norteamérica y ha viajado y vuelto de Europa. Quien ha cruzado en barco el canal de Panamá. Y solo yo sé buscar el momento para que lo cuente.
A ratos pienso que él me permite usar su madera, que me la obsequia, y utilizar sus herramientas, que son finas, y la cola y los clavos que compra de Trujillo, solo para tener quien le escuche hablar, de lo que él quiere contar.
Mis padres saben dónde estoy. Y les complace. Y cada obra que termino lo celebran, felicitan y agradecen con una sonrisa callada que trasunta el más inmenso cariño. 
 
8. Por donde
muere el sol
 
Les encanta cada vez que llego con una joya de madera en donde incrusto espejos, iniciales y encajes de metal.
Ahora ya saben dónde buscarme. Y hasta allí llegan mis hermanos pequeños para decirme:
– Mamá dice que ya es hora de comer.
– ¡Ya la mesa está servida! ¡Vamos!
Y subimos la cuesta, abrazados.
Nunca el maestro me pidió que le ayude ni siquiera a sujetar una tabla o madera.
O a traer algún tablón, de los que tiene secándose en su corredor, en el interior de su casa, por donde muere el sol de la tarde. 
 
9. Las savias
de la tierra
 
Todo es dejarme hacer lo que yo quiera. Tampoco, nunca me ha corregido algo.
Al contrario, se pone a mirar lo que yo hago. Y lo contempla satisfecho y, a veces, maravillado.
Algunas veces, cuando abre la puerta hacia el interior de su casa para traer una olla donde hierve la cola, veo la figura de una señora, que es su madre.
Su taller tiene concentrada la esencia de los bosques y las flores de todo el universo.
La fragancia de los árboles que han absorbido todas las savias de la tierra.
Y pienso que ésta también fue una escuela en mi infancia, en el período de vacaciones, desde cuando cursaba la Educación Primaria y en todos los años que estudié en el colegio, hasta salir de mi pueblo.
 
10. Un día
como hoy
 
Y es desde aquí, de donde cada fin de año escucho el reventar de los cohetes en el cielo, anunciando que pronto se celebrará el advenimiento del Año Nuevo.
Avivando la imagen en nuestros corazones que en alguna casa hay aires de fiesta, con rica y abundante comida, con alguna orquesta aldeana que entona huaynos, serranitas y marineras.
Mientras se sirven tamales y se cruzan miradas y requiebros que harán que en los años y décadas futuras por una hora como esta se llore, se evoque desconsolados y tal vez se muera.
Y al frente tener el muro derruido pero que se va llenando otra vez de flores de todos los colores y matices, que al principio parecía musgo, después yerbas malas, pero ahora han ido tomando cuerpo, espesor y altura. Y un día como hoy han estallado en esa vieja pared todas las flores.
 
Texto que puede ser reproducido
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