CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA
Y CONSTRUYENDO LOS ANDENES NUEVOS
DICIEMBRE, MES DE LAS MONTAÑAS,
DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES;
DE LOS INMIGRANTES, Y DEL NACIMIENTO
DEL DIOS NIÑO EN LA NAVIDAD
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
POR LOS 120 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL POETA
Y 90 AÑOS DE LA EDICIÓN DEL POEMARIO TRILCE
°°°°°
MAGNO HOMENAJE
A GEORGETTE DE VALLEJO
EL DÍA DE SU 105 ONOMÁSTICO
LUNES 7 DE ENERO, 7 PM
PRESENTACIÓN DE LA OBRA TEATRAL
“VALLEJO, PERÚ AL PIE DEL ORBE”
DE ÁUREO SOTELO Y LILY CARDICH
CON LA ACTUACIÓN ESTELAR
DE:
REYNALDO ARENAS
FERNANDO VÁSQUEZ Y
CARLA TABRA
(EN EL PAPEL DE GEORGETTE)
PANEL:
GEORGETTE; ADHESIÓN
A UN POETA, A UNA OBRA
Y A LA CAUSA DEL HOMBRE
CONDUCCIÓN:
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
DECLAMACIÓN
DE POEMAS DE VALLEJO
A GEORGETTE:
LUCERO DÍAZ FLORES
“PALMA Y GUITARRAS”
FREDERICK SOTOMAYOR
DULZURA POR DULZURA
CORAZONA
LUNES 7 DE ENERO. 7 PM
KORI WASI
CENTRO CULTURAL
DE LA UNIVERSIDAD RICARDO PALMA
AV. AREQUIPA 5198
A UNA CUADRA DE LA AV. PARDO
MIRAFLORES
INGRESO GRATUITO
*****
AULA CAPULÍ
SÁBADO 12 DE ENERO. 7 PM.
DISTINCIÓN
VÍCTOR JOSÉ LA CHIRA
AMAUTA DEL PERÚ ETERNO
*****
XIV CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2013
POR LOS CAMINOS DE VALLEJO
LIMA, TRUJILLO, SANTIAGO DE CHUCO
14 Y 15 DE MAYO EN LIMA
16 DE MAYO EN TRUJILLO
17,18 Y 19 DE MAYO
EN SANTIAGO DE CHUCO
PRESENTACIÓN DE LA TRILOGÍA
DE MIL POEMAS A NERUDA, VALLEJO
Y HERNÁNDEZ EN EL XIV ENCUENTRO
INTERNACIONAL CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
ALFRED ASÍS, POETA DE CHILE, DESPUÉS DE PARTICIPAR
EN EL XIII CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA EN SANTIAGO
DE CHUCO, EXPRESÓ: “A PARTIR DE AHORA NUNCA FALTARÉ
A UN CAPULÍ, EN TODOS LOS AÑOS QUE ME ALCANCE
LA VIDA”. CUMPLIENDO CON ESA PROMESA HA CONVOCADO
A LOS POETAS DEL MUNDO EN ESAS TRES GRANDIOSAS
OBRAS A SU PRESENTACIÓN EN LA TIERRA DE VALLEJO
ENTRE LOS DÍA 17, 18 Y 19 DE MAYO, DEL 2013, VIVIENDO
LOS DESFILES, PASACALLES, FESTIVALES DE LA CANCIÓN,
LA DANZA Y LA POESÍA ANDINA, PARTICIPANDO DEL SALUDO
AL SOL, PASEO DE ANTORCHAS, ELEVACIÓN DE GLOBOS
ILUMINADOS Y DE TODA LA FIESTA DEL ALMA QUE ABARCA
ESTE CERTAMEN MUNDIAL. LOS POETAS QUE HAN
PARTICIPADO EN CUALQUIERA DE LOS LIBROS DE LOS MIL
POEMAS Y QUE SE HAGAN PRESENTES EN SANTIAGO
DE CHUCO RECIBIRÁN LA DISTINCIÓN HONORÍFICA “PIEDRA
NEGRA SOBRE PIEDRA BLANCA” EN ACTO SOLEMNE Y
CON RESOLUCIÓN DE ALCALDÍA. ¡BIENVENIDOS TODOS!
Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com
CALENDARIO
DE EFEMÉRIDES
26 DE DICIEMBRE
ACCIÓN
DE
GRACIAS
PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA
UN DÍA
DESPUÉS
DE NAVIDAD
Danilo Sánchez Lihón
1. No te harán
ni a mí rico
– Disculpe señor, señora, señorita, caballero, que interrumpa tu lindo viaje. A nadie le gusta que le fastidien, mucho más cuando sale del trabajo. Por eso perdónenme. Pero, imagínate tú la vergüenza que yo tengo de subir a este ómnibus, sabiendo el disgusto que te causo. Menos vergüenza, les juro, produce robar. Y les digo porque ya lo he hecho. He delinquido. Pero no quiero seguir por ese camino del mal, haciéndole daño a la gente inocente. Prefiero pasar por pruebas como esta, a que tú me mires mal. Por eso, pido tu comprensión y que me ayudes a llevar honradamente un pan a la mesa de mi hogar, trabajando de este modo. ¿Quién no quisiera hacerlo sin tener que avergonzarse? Pero dónde se consigue ahora empleo. No quisiera tampoco darte pena contándote cómo es mi situación. Pero, para salir y hacer esto ya imaginarás lo triste que es. Sin embargo, no he subido a pedirte una limosna. No he venido con las manos vacías. Te ofrezco unos sabrosos productos golosinarios, estos caramelitos de leche, almendras y miel... cada uno a diez centavos que no te harán pobre a ti ni rico a mí. Pero, eso sí, comprándome, siquiera unito, me levantarás la moral...
2. ¿Será
la misma?
Quienes se expresan así no sólo son hombres y mujeres adultos; unos ancianos, jóvenes otros; madres gestantes o no; adolescentes que han dejado los estudios o que siguen persistiendo; sino también niños y niñas de toda edad, a veces subiendo juntos, dos o más, casi siempre hermanos, cogidos de las manos para darse valor, tocando un flautín, una pandereta, un tambor; rascando un envase de lata con una peineta o simplemente cantando, entre el bullicio de los vehículos que pasan rugientes.
Tampoco se presentan estos hechos sólo en Navidad, sino que es el espectáculo de todos los días del año, sólo que duele sufrirlo más en esta oportunidad, cuando suben y bajan de los micros, rondan las esquinas, congestionan los paraderos de las avenidas, las estaciones de buses, con su bolsa insomne de caramelos o chocolates en las manos; uno, tres, diez, una legión de seres humanos, como tú y como yo, que pasan. ¿Cuál será su situación el día de hoy, que es Navidad? Y ¿cuál será los días que vienen después? ¿Será la misma? ¿Igual? ¿Peor?
3. El borde
del abismo
A cada instante en la vereda cuentan las monedas que ganan a costa del desdén o conmiseración de la gente. Pasan las monedas de una a otra mano haciendo cuentas, pesarosos o ilusionados. O van palpándolas en el bolsillo, adivinando por el espesor y el tamaño su valor y temiendo –por algún detalle– que alguna de ellas sea falsa. Mirando sin ver, cruzan entre los autos que pasan soberbios y raudos.
He visto a más de uno de esos niños comprar juguetes pobres para algún familiar, quizá un hermano o una hermana postrada en un lecho de inválida, un obsequio para su madre enferma, para alguna tía hosca que ojalá hoy día se ponga amable, o para algún amigo mayor que lo alienta, apoya y consuela.
Ellos, que son padres tempranos o precoces, ¿recibirán algún reconocimiento como homenaje a su coraje y a su valor? ¿Quizá, algún juguete que ya no les corresponda, porque se les quemó temprano la niñez, como arde un fósforo que se enciende para alumbrar el borde del abismo, justo en el instante en que fulgura la llama antes de caer?
4. Ahora
bien
Mi padre fue maestro y su realización en la educación de sus hijos la grafico en el hecho de que cuando era niño no me causara "mayor" mella, ni a mí ni a mis hermanos, el no recibir ni tener un juguete en Navidad.
Porque eso ocurría y era así:
En mi casa no se repartían juguetes, porque nos hicieron entender que el verdadero regalo era la dedicación y el cuidado que nuestros padres tenían respecto a nosotros cada día y cada hora del año. Y cada instante de nuestras vidas en la alimentación, salud, el vestido y la educación. Además, porque teníamos juguetes siempre, excepto en Navidad.
Pero aún así, me costaba no lucir uno de ellos en el amanecer del día 25 ante los demás niños de la cuadra. Por eso he dicho que no me causaba "mayor" frustración.
Pero sentía el golpe, que es fuerte y tremendo, ante los demás.
Ahora bien, ¿cómo será el desamparo de unos niños que no tienen ni juguetes ni padres cariñosos y pendientes que los fortalezcan ante esa situación?
5. ¿Por
qué?
Ante hechos así, ¿cómo se sentirán los que no recibieron nada? Y, mucho peor, ¿ante los que sí relucen regalos fascinantes? Y regalo fascinante resulta cualquier cachivache ante un niño que se siente desfavorecido.
Y, ¿cómo mirarán a los otros que lo ostentan y se ufanan? Este trance no será fácil de superar. Se preguntarán: ¿Y a mí por qué no? ¿Por qué yo tengo que ser la oveja negra? ¿Por qué me tocó una suerte así? Maldecirán y se desaprobarán a sí mismos.
¿Qué cabe esperar de ellos socialmente? ¿Qué contribuyan a edificar en algo este orden de cosas?
Situaciones parecidas ocurren en niños que no tienen ni siquiera padres que les puedan alcanzar una palabra reconfortante o de consuelo
Ocurre así con aquellos que ni siquiera ya ponen su zapato en la ventana, porque no quieren volver a repetir la experiencia de la desilusión de no encontrar nada.
Y, siendo de este modo, la caída en seco al vacío es pavorosa y atroz. Y tendrá su consecuencia cuando tratemos de explicarnos después: ¿por qué tanto fracaso?
6. Hará
solo mirar
Ocurre así, de cierto, que el 25 de diciembre estarán compartiendo el mismo escenario los niños que se divierten con su juguete –el que más atrae es el juguete caro– y el niño que sólo mira jugar y elucubra mil conjeturas. Pero, incluso, entre los favorecidos, las disputas son inevitables:
– El mío es de rayos láser y a control remoto.
– El mío es importado. Me lo ha enviado mi mamá de Estados Unidos.
El cotejo es inevitable. Las estadísticas de niveles de poder adquisitivo nos indican que de cien: habrá 1 niño ufano; 4 podrían estar contentos.
A 25 se los verá conturbados, porque algo no encaja en el rompecabezas que urde esta realidad.
40 estarán irremediablemente entristecidos. Y 30 completamente quebrados e insalvablemente afligidos, en quienes la pobreza crítica hará mirar con horror estas fiestas pasadas.
7. Por
eso
En síntesis, los niños amargados hasta la atrocidad sumarán el 70%, sin contar los descontentos, que son el 25%, con lo cual la suma es del 95% de muertos, contusos y contritos de una batalla inútil, absurda e infausta.
Ahora bien. Cuando esos niños sean adultos es lógico suponer que jurarán vengarse de este sistema de oprobio, delinquir si es posible con tal de resarcir algo de su infancia lastimada y cobrarse la revancha, aunque sea a ciegas, con pistolas o cuchillos, del juguete que no tuvieron nunca.
O peor: la delincuencia clandestina y subterránea. Aquella de cuello y corbata, que asienta sus reales en los poderes públicos: en el Congreso, en los juzgados, en los Municipios.
¡Y miren que no son tan pocos los desfavorecidos! Por eso, seamos sensatos. ¡No es una proporción desdeñable! Seamos juiciosos: a los hijos que mimamos y que tanta obsesión y chochera nos producen, cuidémosles por lo menos las espaldas para que nadie vaya detrás con un arma desenvainada.
8. Cada
uno
Esta es, entre otras, una razón de por qué somos un país dividido, con odios y rencores, unos ostensibles y otros solapados.
Porque en fechas como ésta hemos dado a unos el privilegio de sentirse superiores. Y a otros la vergüenza de sentirse disminuidos.
A los unos ventajas y prebendas, a los otros cuentas pendientes por saldar.
A unos la soberbia de sentirse poseedores. A los otros, que son la mayoría, el rencor de ser los desposeídos, a quienes les tocó la nada, la sordidez y el olvido.
El juguete marca las diferencias en la Navidad; separa, jerarquiza y divide.
Basta que los niños de hogar humilde salgan a la puerta de sus casas para saber las desigualdades. Y ni siquiera eso, porque hasta el interior de sus domicilios les llega el rasero de ubicarlos en el último lugar de la escala, cuando llega la visita del pariente rico, o la amistad del favorecido, cada uno con sus hijos que traen el juguete a fin de establecer las comparaciones y diferencias que las impone el dinero.
9. Por
su puesto
Ahí están, en esos rostros los ojos que ya distinguen las desproporciones. Y en esas mejillas resbalan las gotas salobres del menoscabo y el despecho.
Allí están las conciencias sangrantes y el sinsabor inevitable, en su lengua que ensaliva sus primeras amarguras, de no ser invitados a la mesa del padre.
Claro que hay algo peor: niños a quienes no les llega ni un palito, ni una yerba, ni una hoja como juguete. Ni una migaja siquiera de panetón como ágape o banquete. Ni un resuello como cariño.
Niños ni siquiera con ánimo o fuerzas para pedir, callados y tristes, porque a ellos nada les corresponde. Y si llega como donativo es peor, porque se acobardan de no poder usarlo y se avergüenzan entonces sencillamente de ser. Niños que van a morir sin esperar otra Navidad.
Tampoco, por su puesto, niego que hay quienes tienen el obsequio de la institución benéfica, o de la parroquia, o del comité de damas del Club de Leones. O del Municipio. O de alguna caritativa y sospechosa ONG.
10. Y
las quejas
Ahí viene otra distinción. El marginado esta vez margina al niño que algo tiene. Es decir, a la inversa. Donde los más pobres excluyen al que sospechan que tienen algún colchón dónde arrimarse o caerse muerto.
– Tu papá trabaja. ¿Es tan miserable que no te compra un juguete? Estos déjalos para los que realmente somos pobres. –Le dicen en su cara.
– Y ustedes, el hijo del policía y del empleado del banco ¿también están haciendo cola aquí? ¡Váyanse!, sus papás tienen sueldo.
– Ese de allí su mamá tiene plata. Es negociante en el mercado. ¡Sáquenlo!
– Tú, oye tú; eres hijo del cura. Anda a que tu padre te reconozca. ¿O hijo de quién crees que eres? ¡Ya es hora que averigües! –Así de cruel es también el mundo.
Luego de la cola interminable y de recibir el cachivache vienen las comparaciones y las quejas: “El tuyo es bonito, el mío es feo”, “Este es fino, el mío corriente”, “El de mi hijo ya no funciona”.
11. Este
o el otro
Juguetes que son pitos, pistolas de plástico, miniaturas de cocina, soldaditos de plomo.
Siendo así, ésta es una jugada magistral del sistema para crear desunión y dañar el tejido social de un país, para lo cual es una desgracia que en la infancia de su gente se dé esta desunión que involucra a vecinos, amigos y hasta familiares.
De lo que se desprende, que la relación que se tiene con los hijos es mucho más importante que todo lo que se les pueda comprar e, incluso, que todo lo que se pueda “hacer” por ellos. "Lo que se es" es realmente lo fundamental. Los niños anhelan padres cariñosos, dedicados y honestos, que les den seguridad y calidez; y no tanto ésta o la otra comodidad–mucho menos este o el otro objeto curioso– sino más bien una rica, intensa y ejemplar interacción personal.
Un padre que forma bien a sus hijos y que los guía y educa no tendrá la mala conciencia de tener que regalarles un juguete costoso en Navidad, aquel para el prestigio familiar o social, para el rango de acuerdo a la posición que se quiera aparentar.
12. Y,
mucho más
Este carnaval del consumismo hunde su espada en lo que un niño más ama: sus juegos y en un día radiante y de inmensa luz, como es la Navidad.
Esta estocada maestra se está propiciando aviesamente que la aplique un niño en contra de otro niño. Y el cuchillo no es cuchillo sino un juguete con el que se hiere.
El juguete, de suyo inocente, indefenso y candoroso, es el artífice de esta situación patética.
Él esta vez se ha convertido en la moneda que tasa, calcula y clasifica. Y el plástico, en general, en un arma de fuego
Con el carnaval del juguete hemos convertido a la Navidad en la fiesta más desdichada y amarga para los niños en general, en una sociedad donde no hay la resistencia de una conciencia bien formada. Y, mucho más, cuando vivimos en una sociedad estructuralmente injusta.
13. Y,
sobre todo
Es decir, ¿qué hacer para frenar esta competitividad de ponerle valor material a la gente? ¿A cuáles conclusiones podemos llegar después de este repaso al acontecer cotidiano y como corolario a esta reflexión?
Frenar la oleada consumista y luchar para alcanzar una mayor justicia social, inculcando valores y esclareciendo con lucidez esta situación. Orientar, enseñar, crear conciencia ciudadana, debatiendo y obteniendo resultados sobre estos temas.
Formar niños con una alta autoestima, capaces de discernir y razonar. Para ello, desde las aulas de clase, desde todas las tribunas modular algún examen al respecto para que no se siga perpetrando esta masacre.
Y, sobre todo, no sólo ser padres de nuestros hijos, porque reduciéndonos a ellos no los estaremos protegiendo adecuadamente y de a verdad, debido a que los hechos pueden convertirse en una vorágine que nos envuelva y nos arrastre en una violencia incontrolable. Cuidemos de la infancia en general y de la sociedad en que viven y han de vivir en el futuro.
14. A fuerza
de rodar
Hagámonos padres del mundo, de la vida, de la realidad.
Hagámonos responsables de la sociedad, del grupo humano que nos rodea, de las personas con las cuales compartimos cotidianamente.
Porque esta circunstancia maravillosa de vivir; es un breve privilegio, tan milagroso que no debemos dañarlo ni para nosotros mismos ni para los demás.
Y, a modo de pregunta conturbada, transcribir los versos de César Vallejo en “Los dados eternos”, donde dice:
“Dios mío, y esta noche sorda, oscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura”
¿La aventura del juego loco de las máscaras, de los artificios e imposturas que han invadido e intentan adulterar para siempre la dulce Navidad?
15. Cuando
ellos
Y mientras no solucionemos todos juntos esta tragedia, yo sigo llenando en cuanto pueda mis bolsillos de caramelos de leche, almendras y miel, que ofrecen los niños o sus padres sin empleo que suben a los ómnibus. Y lo hago por cuatro razones que paso a exponer:
La primera, vivo mi Navidad a pedacitos y anticipadas todos los días del año:
En el suspiro de alivio que dan y en el contento que manifiestan sus gestos, cuando algunos pasajeros no cierran los ojos simulando que duermen, o no simulan de estar entretenidos mirando algo por la ventana.
O, sencillamente ni responden ni se inmutan, cuando ellos ruegan con sus ojos a que se les compre no importa uno de sus caramelos de a diez centavos.
Haciéndolo salvémosles al menos del desprecio.
16. Ser
buenos
La segunda consideración, como ellos mismos lo dicen–y no tengo ninguna constancia ni argumento del mundo para dudar de que eso no sea cierto– trato así de levantarles, siquiera una milésima, la moral; asunto al cual yo le otorgo importancia más absoluta y fundamental. Y no es, como alguien ya me lo ha rechinar en mis oídos, nimio ni trivial.
La tercera noción, es porque ya he probado la fórmula contraria, es decir la de hacerme el indiferente y no comprarles nada. Y no me resulta nunca. No me es posible eludir el sentirme en todo mi camino, de ida y de vuelta, sencillamente un miserable.
Por la cuarta razón quizá yo me condene a ir a parar al infierno, y lo digo con mucho rubor: es que me dan el prodigio de sentirme bueno, ¡y sentirse tal es tan inalcanzable en estos tiempos oscuros! ¡Ser buenos, siquiera por un instante y levemente! ¡Ser buenos lastimosa, derrotada y humilladamente como un grumo de polvo en esta vida desvencijada!
Con lo cual yo sé que me condeno a las llamas del averno, porque ni es el remedio ni me exime de ser culpable y finalmente de recibir mi merecida e inevitable condena.
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