LA ACTIVIDAD LITERARIA
COMO INSTRUMENTO DE CULTURACIÓN EN LA UNIVERSIDAD PERUANA
WALTER A. VIDAL TARAZONA
El objetivo que perseguía la UNESCO con la primera Conferencia Mundial sobre la Educación Superior (París, 1998), era dejar sentados los principios fundamentales que debían regir una reforma profunda de los sistemas de educación superior en todo el mundo. Después de 13 años, este organismo de las NN.UU admite, en su Conferencia 2011, que no se ha avanzado.
Nos preguntamos:
1. ¿por qué no hay avances?
Porque no se define con pertinencia lo que se entiende por educación. El poder político- económico neoliberal que monitorea la globalización, nos ha confundido con otros conceptos creados para desnaturalizar el verdadero concepto de educación. Sin embargo muchos pensadores coinciden en que la educación es la única arma que le queda al hombre para su salvación.
La educación universitaria con pertinencia social, debe de adecuar las necesidades de la sociedad con la misión de la institución universitaria. Esto no lo decimos porque se nos ocurre pensar así, este mismo organismo de las naciones unidas al que nos estamos refiriendo afirma (Conferencia 2009) que las instituciones y los sistemas, deben fundar sus orientaciones a largo plazo en objetivos y necesidades sociales, en particular en el respeto de las culturas y la protección del medio ambiente, la eliminación de la pobreza, la intolerancia, la violencia.
La Universidad Peruana, mayormente, no está educando; pues educación universitaria, de acuerdo plenamente con Walter Peñaloza, “[...] no es sencillamente dar [al estudiante universitario] una profesión, tampoco que [los estudiantes] logren señorío sobre una ciencia, ni que se tornen investigadores. Todo eso es a lo sumo entrenamiento”, adiestramiento o capacitación en términos de competencia.
La universidad no solo debe seguir educando a los alumnos de secundaria que recibe, sino que debe de hacerlo a un nivel superior.
2. ¿Qué es EDUCACIÓN?.
Orientar la definición de educación al nivel terciario, en donde está la educación universitaria, le llevó a Walter Peñaloza Ramella muchos años de reflexión filosófica. Para Walter educación es HOMINIZACIÓN, SOCIALIZACIÓN y CULTURACIÓN.
A la educación universitaria, en la mayoría de sus instituciones, le falta desarrollar este tercer elemento del aprendizaje: culturación. (No estamos seguros si Peñaloza es el primero que acuña este término para ofrecernos una definición total de lo que es educación; pero el término ya fue usado por la antropología[i])
Ciertamente, este concepto de educación, como desarrollo y formación plena del hombre, suena algo así como un discurso de educadores idealistas; así lo demuestra el hecho de haber denominado “la educación o la utopia” a la concepción educativa de Jacques Delor. Pues, entonces, conviene plasmar este concepto integral de educación a la realidad; aplicar en esta realidad actual, pragmática extremadamente, vacía de espíritu y valores axiológicos y estéticos, casi es imposible.
Pero es urgente hacerlo. Si la Universidad hubiese realmente educado hace muchas décadas atrás a sus alumnos, no estaríamos asistiendo en estos momentos a contemplar el triste espectáculo que están dando tantos eficientes y competentes profesionales que como políticos no tuvieron el cuidado de guardar la debida compostura moral ni deontológica y prefirieron corromperse con tal de continuar en el poder enriqueciéndose.
Por eso, diríamos, resumiendo, que esta educación superior que queremos rescatar para nuestra universidad prefiere formar personas antes que competentes profesionales.
Fernando Savater (referido por Vidal, 2008: 23) “[a] propósito de la importancia de la educación –pregunta: -
3. “¿qué hacer para que deje de ser [la educación] un valor de discurso y se convierta en un valor real, vigente en nuestra sociedad?
Hay que curricularizarlo (este término tampoco está todavía en los diccionarios). Si bien es cierto que no podemos construir sociedades educadas de la noche a la mañana, eso no justifica el hecho de que sigamos con los brazos cruzados viendo campear la violencia, las violaciones a los derechos humanos, el terrorismo sexual y sobre todo la corrupción generalizada en el mundo. Es necesario plasmar y liberarlo de una vez todo el potencial que tiene la educación para actuar como fuerza de paz, de amor y esperanza. Es elocuente la Constitución de la UNESCO que comienza así: “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”.
Pues bien, curricularizar esta concepción de educación universitaria que queremos rescatar, implica tener al currículum profesional como instrumento de planificación que la tecnología de la educación universitaria pone a disposición de la universidad para que forme el capital humano que el país necesita para su desarrollo armónico e integral, sostenible y sustentable. Es la tecnología curricular la encargada de plasmar en la realidad la concepción educativa de una institución. Si para una universidad, la educación es solo trasmisión de conocimientos (paradigma racional empirista de los s. XVII-XVIII), bueno pues, será suficiente que su currículum tenga un Plan de asignaturas. Pero si su concepción de educación es lo que se ha señalado (in supra) tendrá necesidad de diseñar paralelamente al plan anterior un Plan de actividades.
Nuestra ponencia, finalmente, se centra en responder la siguiente pregunta final:
4. ¿Cómo hacer que el currículo profesional sea un currículo integral (Peñaloza), e Integrador (Vidal) del desarrollo social y global con pertinencia y valores humanos?.
Ya hemos adelantado al decir que este currículo al que nos estamos refiriendo, a parte de tener un Plan de asignaturas deberá diseñar un Plan de actividades, de carácter netamente formativo. En este plan, acompañando a la investigación, a las prácticas profesionales, al deporte, al teatro, apreciación musical, danzas, canto y otras actividades de extensión y proyección social, deberá considerar a la ACTIVIDAD LITERARIA, como eje, aglutinando otras manifestaciones del espíritu, por su calidad altamente reflexiva que tiene la creación literaria.
La literatura, como baluarte de los valores estéticos, consolidando las actitudes humanas arraigadas en la libertad, justicia, tolerancia, respeto mutuo, honradez y otros valores menores en el mundo axiológico, deberá curricularizarse así sea de manera transversal, no como una asignatura académica, sino como actividad libre, de reflexión hacia concepciones filosóficas, axiológicos y teleológicos, de recreación y creación humana; con carácter de experiencia curricular obligatoria para todos los estudiantes, aunque de naturaleza electiva dentro de las actividades artísticas, siempre orientada a situaciones concretas de la vida diaria.
[i] Tampoco hemos averiguado si la Real Academia ya incorporó en su diccionario el término “culturación”. Pero como dice Habermas, las palabras casi siempre han sido construidas por necesidad y por interés; por intereses negativos como cuando el propósito es confundir el verdadero concepto de educación con solo trasmisión de conocimientos o una mera competencia, y también se puede crear por un interés o necesidad positiva como es el caso que nos ocupa y preocupa o el término “curricularizar”, que lo hemos construido por cuenta y riesgo nuestro para denotar una acción, la de plantearla una experiencia en el plan curricular (Vidal, Walter. Aspectos teoricos para un estudio curricular, tercera edición-2008).
Fuente:
Walter Vidal Tarazona
Walter Vidal Tarazona